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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Cuéntame de mi origen.❜
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Omnisciente.
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Era temprano en la mañana, los alumnos de la clase 1A se encontraban preparando desayuno o apenas levantándose—, entre ellos, Kai se encontraba alistándose por costumbre rutinaria de cuando vivía en su casa—. Aunque fuera a estar todo el día en la alianza y no en clases, le gustaba peinarse y ponerse prendas cómodas para el día. La convivencia con sus compañeros aún no era fácil, pues la albina optaba por quedarse en su habitación y alimentar su breve soledad. Kai se había acostumbrado a que en su hogar solo eran su madre y ella. Convivir con otras personas que tienen manías o costumbres diferentes le era hasta un poco abrumador. En sí, no le quitaba el hecho de querer acercarse a ellos y convivir, haciéndolos parte de su vida diaria, pues ya formaban parte de eso en el ámbito escolar y estaría juntos mucho tiempo. Y aún así, le aterraba ese simple hecho.

Peinó su cabello de forma delicada, afuera de su habitación se oía alguna de las chicas pasar. No podía medirse mentalmente con ellas, porque Kai aceptaba que algo en su mente la castigaba continuamente. Pensar en su madre y en lo que detonó todo, sin duda la había dejado un vacío tanto emocional, como mental. La ira que estaba en su interior no era capaz de salir y no podía aceptar convivir con personas que no sabían lo que había pasado—, más cuando ella ve un camino de sangre que nadie más ve, como si estuviera enloqueciendo—. Quito esos pensamientos de su cabeza y respiro hondo, quería estar calmada y serena para desayunar con los demás. Sin duda alguna Kai quería que unos ojos la miraran de la forma en que siempre la veían, temía encontrarse con Shoto y no poder disimular el hecho de que ella aún vivía encantada con él como cuando tenía cinco años. No entendía el amor, era extraño porque ambos aún eran unos adolescentes que no entendían sus sentimiento sí pero se extrañaban como nunca.

—¡Kai!—afuera de su habitación se oyó la voz de Izuku; su mejor amigo se oía emocionado y a la vez muy desesperado.

—¿Qué sucede?—le preguntó Kai al abrir la puerta, mirándolo todo agitado como si hubiera estado con por todos los pasillos.

—¡Kai!—el otro llamado provino de Tenya, a diferencia de Izuku, él respiraba normal pese a que su extrema velocidad hizo que el cabello de Kai soltara algunos flequillos que había aplastado.

—¿Reunión y no me avisaron?—les cuestionó Kai, notando que ellos tenían cierta emoción en sus rostros cuando la miraron.

—No lo vas a poder creer.—articuló Izuku, intentando de retomar el aire para así, empezar a murmurar.—No sabía cómo decirte... porque supuse que podía ser una sorpresa... pero... —empezó pensativo, fuera de su realidad por lo que Kai frunció el ceño.

—Bueno, la situación lo amerita.—indicó Kai para darle un golpe leve en la nuca a Izuku, haciendo que no tardara en despertar de su realidad.

—¡Kai! Eso es muy grosero de tu parte.—expuso Tenya, reprendido a Kai quien se rio por lo bajo al ver a Izuku acariciarse la nuca.

—En lo que él decide contarme, yo terminé mi desayuno.—bromeó ella, porque en el fondo se sentía grata de que Izuku se emocionara con cosas que quizás debían ver con ella.

—Es importante.—no tardó en paralizarse y girar su mirada para observar cómo Shoto estaba recostado de una pared, cruzado de brazos.

Eran de esos momentos donde ella no podía evitar que otros vieran cómo lo miraba a él—, como si quizás no hubiera nadie y solo ellos dos—. Así al menos se sentía Shoto cuando Kai lo miraba una manera tan detenida, dándole toda la atención del mundo que parecía no darle a nadie más cuando él estaba cerca. Quería ella poder dejar de mirarlo, pero era imposible. Un factor real que incluso avergonzaba a Kai, era admitir como las demás chicas de su clase que Shoto era uno de los chicos más atractivos. Llamaba mucho la atención, no solo por ser hijo de Endeavor, si no por las facciones varoniles tan enmarcadas que tenía. De por sí, Shoto era un joven callado y distante, lo que le enmarcaba como alguien misterioso. Aportando más a la curiosidad de las personas que no lo conocían en lo absoluto, pero querían. Fue una de las cosas que hizo a Kai caer rendida en sus brazos, porque Shoto era una caja que no todos podían abrir.

—¿De qué trata Shoto?—le preguntó Kai con sutilidad, los presentes suponían que la tensión en ambos había disminuido, como si se estuvieran dejando fluir entre ellos.

—Aquel héroe vino a verte.—Kai se giró, posicionando su mirada en Katsuki, quien también estaba ahí, mirando fuera de la ventana.

—No puede ser.—Kai se quedó asombrada, acercándose a la ventana para ver el amplio patio, donde debajo de un árbol se veía recostado de espalda aquel hombre.

—Te ha estado esperando un rato, dice que desocupó su mañana para pasar a verte.—comentó Katsuki, tenía un porte serio, pero desconfiado, como si quisiera cuidarla de algo.

—Deberías ir.—apuntó Izuku, notando como Shoto miraba intensamente la escena de Kai y Katsuki manteniéndose cercanos entre ellos.

—¿Y qué hablaré con él?—se preguntaba ella, aún algo confundida y nerviosa por eso, buscando la ayuda de sus compañeros.

—Creo que él oirá lo que sea que quieras hablar Kai, ¡tu adelante!—exclamó Izuku, alentándola con más emoción por lo que ella asintió.

—¿Y si no le agradó? ¡Es Hawks!—exclamó con algo de nervios, sonrojando sus mejillas para así girarse y sentir que sudaba frío.

—¿Y por qué no le agradarías?—le preguntó Shoto, manteniendo una cierta distancia con ella, mientras que parecía que por un momento Kai estaba entre me de él y de Katsuki.

—Ve, estaremos aquí.—incitó Katsuki, mirando a Kai de manera detenida quien tragó saliva al sentir la leve tensión entre todos ellos.

¿Era tan obvio? Que por un momento Katsuki la intimidara, pero no de una mala manera, si no porque Kai sabía lo que él sentía y tenía ese temor de por alguna razón lastimarlo de una manera tan aguda que él jamás quisiera verla de nuevo. Y ella no quería que fuera así, porque en el fondo, Katsuki le daba cierta seguridad y esperanza que ella no lograba ver a veces en los demás. Él la empujaba, la hacía desafiarse a sí misma y era lo que necesitaba. Ella asintió y no tardó en caminar por el pasillo con seguridad. Sabía que esto podía suceder en algún momento y que debía aprovechar esta oportunidad para seguir avanzando en las tinieblas que la agobiaban. Bajo por el ascensor y muchos de sus compañeros la miraron con cierta emoción. Se alegraban de ella, de que podía tener una oportunidad como ellos la habían tenido y ser pasante de un héroe como Hawks era algo grandioso para la generación en la que vivían. Fue por eso que Kai no perdió tiempo y buscó información sobre él.

Era un héroe joven que había debutado y subido de nivel con mucho trabajo—, la mayor parte de su generación lo admiraban y seguía con desesperacion—. Hawks tenía su propia agencia, así que mucha gente estaría en un futuro dispuesta a evolucionar con él. Y el hecho de Kai pensar que podía evolucionar con un héroe, era un impulso a su mente de seguir avanzando y olvidar los trágicos eventos que la habían marcado. Ella continuó caminando, el día estaba cálido y la brisa mañanera estaba fresca. Hablar bajo un árbol no estaría mal, pero Kai estaba nerviosa a pesar de haber interactuando con muchos héroes y crecer entre ellos, como si no se sintiera digna de poder estar en el mismo mundo que ellos. Salvar a personas y traer paz, no creía ser parte de eso, porque estaba distorsionada de la realidad después de lo que había hecho. Vio las grandes alas rojizas de aquel héroe y su uniforme amarillo que enmarcaba el hecho de que estaba laborando, Kai soltó un suspiro y conjunto eso, una gran sonrisa.

—Permiso.—le llamó Kai de forma educada, viendo como aquel joven adulto se volteaba y no tardó en sonreírle de forma cálida.

—¡Aquí estás! Tú debes ser Kailani Nakamura.—articuló Hawks, por lo que Kai asintió rápidamente con cierta emoción e ilusión.

—Es un gusto conocerlo en persona.—expreso ella, estrechando su mano de forma respetuosa, ocultando la emoción en su mirada.

—El gusto es mío, sin duda alguna eres idéntica a tu madre, ¡dos gotas de agua!—reflejo, mirando las facciones de Kai quien sonrió con cierta amargura por el recuerdo de su madre.

—Le agradezco que se haya tomado el tiempo de venir hasta acá, es un honor.—en referencia se inclinó agradecida, haciéndolo sonreír.

—Me disculpo de antemano, no podré estar mucho tiempo aquí.—indicó, haciendo que Kai pasara a sentarse en un banco con él.

—Hawks, ¿usted fue enviado por la comisión de héroes?—le preguntó Kai, ella lo miró y no sintió incomodidad, fluía bien con él.

—Yo me ofrecí para ser un tipo de tutor para ti, ya que por tu don, la comisión de héroes esta encargado de alistarte y cuidarte para tu profesión.—disfrazaba de una manera sutil, mirando a Kai.

—No quiero ser una carga para nadie.—expreso Kai algo apenada, Hawks de forma amigable palmeó su espalda y denegó rápidamente.

—¡Para nada!—exclamó él, viéndose despreocupado.—Es un honor para mí el poder tutelar a la hija de personas que alguna vez admiré.—añadió, por lo que Kai lo miró atenta.

—Siempre fue difícil acostumbrarme a que mis padres eran héroes, pero siempre me sentí bien que otras personas los admiraran.—confesó.

—Se que has pasado por situaciones muy precipitadas para tu edad, pero oye... el camino fácil no siempre será así.—detallaba, mirando a Kai.—Y sé que lo harás bien, yo te ayudaré.—añadía, viendo a Kai algo insegura por eso.

—Todos esperan muchas cosas de mi, siento que no puedo cumplir ninguna expectativa.—comentó Kai, levantando las palmas de sus manos para verlas aún más insegura.

—Te entiendo.—afirmó Hawks.—Como héroe, sé que muchas personas cuentan conmigo y que tienen alta confianza en que siempre lograré defenderlos de cualquier cosa.—explicaba, mirando al horizonte.—No tuve las mismas herramientas para crecer como otros y aunque sienta que puede decepcionar a las personas, no me rindo. Estoy dispuesto a todo, eso me hace el héroe que soy.—articuló.

—Pero, ¿qué crees que puedas enseñarme? Mi don se basa en el agua y el hielo.—decía Kai, curiosa de la respuesta de Hawks quien asintió.

—Lo tengo muy claro, Kailani.—afirmó, mirándola.—La academia me envió unos archivos, he visto cómo usas tu don. Logras levitar con el agua y deslizarte con el hielo, tus dotes físicos son muy eficaces y prudentes, pero no confías en ti.—confesó, por lo que ella bajo la cabeza.

—Si estás aquí por la comisión de héroes, significa que sabes todo... absolutamente todo de mí.—musitó ella con vergüenza, sintiendo su pecho comprimirse cuando Hawks respiró hondo.

—No fue tu culpa.—arremetió de forma serena, poniendo su mano encima del hombro de ella.—No tenías control de tu cuerpo, ni de tu mente. Pudiste haber muerto, lo sabes, ¿no es así?—le preguntó, pero Kai desvió la mirada.

—Aunque lo sepa, siempre cargaré con lo que hice.—indicó, mirando sus manos para así Hawks mirarla e intentar decir algo, hasta que su celular empezó a sonar altamente.

—Lo siento, es una de mi pasantes, de hecho la conocerás pronto.—informó Hawks, aceptando la llamada y sonriendo mientras permanecía aún lado de Kai.—Akira, ¿qué te trae llamarme tan temprano?—Kai miró a Hawks, notando un destello en sus ojos.—Bien, nos comunicaré luego. Adiós.—no tardó en enganchar rápidamente, pero seguía sonriendo como si no pudiera controlarse.—Discúlpame.—se disculpó, apenado y rasgando su nuca.

—¿Es su novia? Pareces muy emocionado por escucharla.—comentó Kai, ella sonrió y notó como Hawks soltó un bufido contento.

—A veces hay que aferrarse a las personas que te hacen feliz, eso podría darte la confianza que necesitas.—opinó Hawks, apretando el hombro de Kai quien lo miró.—¿Hay alguna persona que te haga sentir así?—le preguntó.

La brisa removió su coleta. Y la mañana pasó rápidamente, Hawks se fue tan pronto terminaron la conversación—, habían pasado algunas horas desde que se fue—. Pero aún así, Kai estaba encerrada en su habitación, pensando en la pregunta que le hizo. Tenía rabia por lo que su corazón sentía, además de la imagen que habitaba en su mente como única respuesta de aquella pregunta. Apretó los puños y quería esconder su cabeza debajo de la almohada. ¿Por qué no podía dejar de pensar en él? Las imágenes de ella conjunto Shoto la azotaron como una fría avalancha. Porque adoro los días después de clases, donde caminaban bajo el atardecer y disfrutaban hablar entre ellos, aunque solían quedarse en silencio por rato, no era incómodo para nada. Kai salió de su habitación y caminó por los pasillos vacíos hasta llegar al ascensor. Su cuerpo la empujaba a donde alguna vez sintió plena confianza y seguridad, con la persona de la que se enamoró.

Hasta que una angustia habitó toda la sala, donde veía a sus compañeros mirar la televisión e incluso su profesor, el cual no había visto en días estaba ahí—, Aizawa veía con preocupación a su alumno, quien no despegaba la mirada del noticiario que informaba como su padre Endeavor peleaba—. La imagen del hombre ardiendo en llamas y siendo casi derrotado por aquella espeluznante abominación que hizo a Kai revivir el recuerdo de la noche en donde ocurrió aquella tragedia. Porque recordaba a los Nomus hibernando, recordaba. Frunció el ceño, todos se veían alterados y tensos. Shoto estaba arrodillado en el suelo, clamaba porque su padre saliera victorioso de la pelea, pero los pronósticos señalaban que no había símbolo, que Endeavor había caído como cualquier otro principiante. Ella sintió una compresión en su pecho, porque jamás había visto a Shoto verse tan frágil y menos por su padre.

—¿Desde cuando?—le preguntó Kai en voz baja a Ochaco, quien también veía detenida el noticiero, esperando una esperanza.

—Va rato, todos estamos preocupados por Todoroki.—anunció, por lo que Kai miró adelante como Shoto se encontraba de cuclillas.

—Enji... —musitó Kai, mirando la televisión.—Mi padre siempre confió en ti, porque eras fuerte. No puedes perder tan fácil, porque si es así, ¿de qué valió todo?—pensó Kai.

Él estaba orando, pedía una esperanza para su padre y pensaba en el origen que no le contó a sus compañeros. Podía contarles de eso, hablarles de porque odiaba a su padre, pero en esos momentos el miedo de perderlo era mayor que el rencor que le guardaba. No pudo contenerse. Pensó en todas las posibles escenas donde su padre caería ante un villano y eso le aterró, hasta que su hombro sintió un apretón que le hizo ver el destello de la esperanza hasta en el lugar más oscuro de su alma—, donde había aún un niño que no era capaz de perdonar la ambición y avaricia de su padre que arruinó toda una familia—. Vio la luz en el camino de la perdición cuando giró la mirada al sentir a alguien a su lado poniéndose de cuclillas, no dudó en verla ahí, pero que fuera ella de nuevo fue lo que hizo la escena emocionante. Kai lo abrazaba de lado, como alguna vez lo hizo y le daba toda tranquilidad que algún día le faltó por su ausencia. Y así, ambos se abrazaron fuertemente de una forma desesperada.

Los noticiarios seguían señalando al héroe que luchaba, que tenía en el corazón a la familia que había perdido y tomaba de motivación eso para continuar—, incluso Hawks era señalado por las cámaras y estaba para ayudar al nuevo número uno de Japón—. Kai miraba la televisión y también esperaba la victoria de aquel hombre, que aunque tenía una cadena de sentimientos reprimidos por sus acciones, notaba como Shoto esperaba la evolución de la relación de ellos y eso era motivo suficiente para Kai creer que Endeavor podría ser el nuevo símbolo, aquel que los guiaría y así fue cuando Shoto soltó su suspiro en el momento que se cantó victoria. Un bullicio recorrió la sala, donde todos los compañeros se acercaron, pero no hizo que Kai o Shoto dejaran de mirarse y pensar en esa posibilidad que los unía. Aunque el fuego y el hielo no nacieron para estar juntos, había un paso a la esperanza donde ellos podían ceder, por eso se abrazaron tan fuerte que no sabían cómo soltarse y dejarse ir nuevamente.

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