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𝟏𝟐

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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Entre nosotros.❜
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Omnisciente.
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Los días para Kai se sentían demasiado lentos y llenos de agonía. Intentaba despejar su mente estudiando, pero aún así, no era motivo o razón suficiente para obligarla a usar su don. Desde que despertó, pareció renunciar al intento de usarlo y acostumbrarse de nuevo a él. Tenía su cabello suelto, de adorno una hermosa diadema negra mantenía su flequillo oculto entre sus orejas, manteniendo su rostro brillante y visible para cualquiera que quisiera verla—, terminaba ciertas tareas que sus profesores le habían dejado con total calma—. De fondo había música suave y las cortinas de su habitación estaban abiertas. No mentía cuando pensaba que extrañaba su hogar y su antigua habitación, esto no la alejaba de estar en casa, pero no era lo que la hacía sentir en una. Había quitado el retrato de su familia, prefiriendo esconderlo en un cajón.

Estaba reacia al tema, más aun cuando Kai había sido tema titular en los noticiarios y sentía que había ganado cierta popularidad entre la sociedad de héroes—, la titulaban o la señalaban como la sobreviviente de una tragedia familiar y en ella veían la esperanza de tener una resilencia, una que le quitaban a su hermano mayor—. La albina no sabía de él, nadie tenía conocimiento de a donde podía estar la Liga de villanos, por lo que Kai se obsesionó con buscar más sobre ello y estudiarlos. En su computadora tenía videos y páginas abiertas que hablaban sobre cierta heroína que murió años atrás, al parecer el saber la identidad de su abuela materna era un reflejo de su propio hermano, tenían cierto parecido. Era una bomba de tiempo que ella no pudo evitar y se acoplaba ahora a las verdaderas que la comisión de héroes no quería ocultarles, al menos por ahora. Kai cerró la computadora cuando oyó la puerta resonar, pausando la música.

—Kai, soy yo, Iida.—le mención del delegado hizo que Kai se levantara de su escritorio para caminar hacia la puerta y abrirla.

—Iida, ¿necesitas algo?—curiosa se dirigió a él, notando que el pasillo estaba vacío y que parecía ser que la buscaba a ella.

—Como delegado, los profesores me enviaron a motivarte con tus entrenamientos para la retoma de la licencia provisional.—comentó Iida, con cierto entusiasmo en su mirada.

—Estoy haciendo unas tareas ahora, no creo que pueda entrenar ahora, quizás más tarde.—desistió la albina, pero su compañero denegó.

—Dudo mucho Nakamura que quieras hacer a Todoroki y Bakugo esperar, ambos están en la primera planta esperando por ti.—afirmó, dejando a Kai algo desconcertada.

—¿Quienes?—se cuestionó Kai, sin aun creer lo que su delegado le estaba diciendo, los había visto juntos anteriormente y era un caos.

—Todoroki, Bakugo, no sabía que estarían despiertos.—se oyó la voz de Eijiro en la primera planta, mirando a sus compañeros con el respectivo uniforme de educación física.

—¿Ustedes irán a entrenar con Kai? ¿Y cuando decidieron eso?—el plano no tardó en cambiarse a Izuku, quien estaba algo confundido.

—No fue una decisión fácil de tomar.—admitió Shoto, cruzado de brazos veía de reojo como Katsuki se veía algo reacio y hostil.

Y era evidente. Desde el comienzo de clases en la academia, Katsuki y Shoto se han visto reacios el uno con el otro—, compartían ciertas actitudes arrogantes como también egocéntricas, por más diferentes que creyeran que eran, sin duda se equivocan, pues compartían ciertas similitudes—. La diferencia era que Shoto tenía un carácter más sereno y Katsuki no temía mostrar lo que era, una explosión. En cuanto Kai lo supo, no tardó en ir a alistarse. Se colocó el uniforme de educación física y quitó su diadema, peinó su cabello en una coleta alta, sin dejar rastros de flequillo por ningún lado. Quería sentirse cómoda para entrenar, de por sí se sentía motivada. Lo que la hizo confundir era por no saber la razón, ¿acaso era por Shoto, o tal vez por Katsuki? No dejo de cuestionarse y pareció incomodarla en el momento que el ascensor llegó a la primera planta, topándose con ambos y sintiendo que no pudieron despegar su mirada de ella.

—Kai, ¡te animaste en ir a entrenar! Eso es grandioso.—Izuku no tardó en acercarse a ella, genuinamente sonrió y observó a la albina mirarle.

—No creo que tenía muchas opciones... —musitó Kai, mirando como Shoto la veía, mientras que Katsuki se veía impaciente.

—Se que lo harás bien, te hace falta entrenar, ¡tienes que hacerlo!—exclamaba con ánimo, buscando darle esa energía a Kai, quien asintió.

—No te interpongas, ya hemos perdido mucho tiempo.—pidió Katsuki con molestia, notando a Izuku ansioso ante su actitud.

—Andando, han preparado una base de entrenamientos para nosotros.—indicó Shoto, animando a la albina para que lo siguiera y pudiera concentrarse en eso.

—¡Qué les vaya bien chicos!—ánimo Ochaco, quien yacía sentada en el sofá con alguna de las chicas, mirando al trío aislarse.

—¿Y por qué nos iría mal?—se preguntó Katsuki, mirando incómodo a sus compañeros, quienes lo veían como un fracasado, o eso creía él.

—Porque no obtuvimos la licencia.—respondió Shoto con sutilidad, cerrando la puerta de la alianza detrás de él y permitiéndole el paso a Kai.

—¡No pedí que contestaras, mitad y mitad!—exclamó Katsuki con algo de vergüenza, demostrando su enojo e incomodidad por dicho comentario.

—¿Por qué no obtuvieron sus licencias?—pregunto Kai, no sabía las razones y era preciso que quería saberlas, por eso pregunto.

—Eso no importa.—desistió Katsuki, mirando a Shoto de reojo, como si ambos se enviaran una mirada que admitía la razón; por ella.

—¿Y cuál es el plan?—volvió a preguntar ella, buscando estar en sintonía con ellos o quizás, tener lo que antes tenían; comunicación.

—¡Estás haciendo muchas preguntas!—Kai rodeó los ojos, la actitud de Katsuki era irreemplazable, se seguía irritando fácilmente.

—Ella solo quiere saber.—afirmó Shoto aun lado del rubio, quien chasqueó la lengua y miró a otro lado; se sentía incómodo de estar ahí, con ellos.

La brisa chocó con ellos y Kai sonrió de lado—, le parecía gracioso la actitud de Katsuki y como no disimulaba un poquito su celaje por notar que Shoto tendría su atención hacia la albina—. Aunque en ella, la perspectiva de su pensamiento al bicolor se veía diferente a como antes. Mientras caminaba detrás de ella lo observó, le agradaba el hecho de que Shoto no había cambiado su actitud serena y buscaba siempre defenderla de cualquier cosa, sin importar lo mínimo que fuera. La llenaba de ilusión y esperanza, pero también la atemorizaba, al punto de dejar de mirarlo. Quizás buscaba comprobar algo más y por eso se impulsó en ir a entrenar con ambos chicos, quienes no tardaron en guiarla hasta la base de entrenamientos, donde se veían ciertos robots apagados y unos edificios esperando por ser destruidos con sus dones. Era parecido al examen de admisión, pero este era un lugar para entrenarlos, solo eso. Kai miró alrededor, sintiéndose algo nostálgica.

Katsuki acomodó algunas cosas, viendo a Shoto encender los interruptores de los robots quienes parecían haber estando cargando para usarlos de manera práctica y precisa. Ya habían venido aquí, pero no con ella y por eso querían poder enseñarle todo lo que pudieran. El bicolor estaba ahí, mirando como Kai observaba todo con detenimiento. Le gustaba que se hiciera esa coleta, porque podía ver de manera precisa las pecas que habían en sus mejillas y también sus facciones tan detalladas. Kai tenía una belleza fría que había heredado de su difunta madre, sin duda era un reflejo de ella que debía ser igual de amargo para Kai. Él cambió la mirada en cuanto Kai la dirigió hacia él, sin darse cuenta que la miraba, observó a los robots establecerse en una línea como si esperaran algún tipo de orden o señal, pero Shoto aisló el interruptor para irse acercando a Kai, quien veía a Katsuki impacientarse.

—Estos robots están fabricados para atacarnos o buscar destruir las estructuras alrededor, entrenamos con ellos a base de lógica y estrategia, son villanos, nosotros héroes.—explicó Shoto.

—¿Los profesores autorizaron esto?—le preguntó Kai, para así Katsuki poner los ojos en blanco y enmarcar una vena, quería empezar su entrenamiento para terminar prontamente.

—El director lo autorizó, hay cámaras activas que graban el inicio del entrenamiento hasta que culminemos. Ellos nos supervisan.—comentó Shoto, informándola.

—No podemos evitar que dañen las estructuras, tampoco esos maniquíes de allá, hacen referencia a personas.—comentaba Katsuki.

—Entiendo, es como una simulación.—pensó Kai, intentando de acoplarse a lo que ambos le estaban contando en la base de entrenamiento.

—Están moderados en un nivel normal, tómalo como un videojuego.—añadió Katsuki, estirando sus piernas y también brazos, preparándose.

—Atacar villanos no debería ser tomado como una partida de videojuegos, es un mal ejemplo.—justificó Shoto, decidiendo estirar también.

—¿Así? Posiblemente porque no tuviste tiempo para jugarlos.—burló Katsuki, notando en Shoto cierta molestia e incomodidad por eso.

—No se trataba de tiempo.—comentó Shoto con algo de resentimiento en su voz, colocando una expresión fría y seria; Katsuki había tocado una fibra sensible en Shoto.

—Creo que podemos ver el entrenamiento como la perspectiva que más cómoda se nos haga, ¿no es así?—les preguntó ella, estirando sus piernas para luego dar un sorbo de agua fría.

—¿Y tú cómo la verías entonces, ojos de cristal?—Katsuki se dirigió a ella, mirando como Kai dejaba la botella de agua y se encogía de hombres.

—Creo que lo descubriré ahora.—musitó ella, sintiendo esa adrenalina en su interior cuando Shoto activó el interruptor.

—Nos dan un límite de diez minutos, luego de eso un receso de quince para recuperarnos. Si sientes que sobrepasas tu límites, puedes retirarte.—anunció Shoto, mirando a Kai respirar hondo.

—Ella entiende, no la subestimes.—pidió Katsuki sonriendo para así, varias detonaciones empezar a sobresalir de sus manos.

Evidentemente fue el primero en aventarse a sus oponentes—, era sin duda una similitud a su examen de admisión, así que Kai conocía los puntos débiles de ellos, porque también los combatió en el festival deportivo de la UA que se transmitió en vivo hace meses—. Para ella fue más difícil manejar sus dones, porque había desbloqueado cierta energía que antes no usó, así que retrocedió rápidamente. Katsuki no tardó en demostrar su determinación y fortaleza, derrumbando a los primeros robots que se fueron contra de él. Aunque pensaba de manera brusca, apuntaba a un solo objetivo, sin embargo, Shoto reemplazaba su pensamiento de combatir ferozmente para asegurarse por la supervivencia de las personas alrededor, encargándose de su seguridad, alejaba a los robots de forma estratégica de las estructuras. La albina quiso seguirles el paso, pero cuando levantó su mano, la imagen se deterioró y la noche oscura cayendo, viendo a su madre tambalear del frío mientras se congelaba.

—¡Ah!—jadeo, retrocediendo y sujetando su mano fuertemente para así darse cuenta que seguía en la base de entrenamientos.—No puedo hacerlo.—admitió, mirando su mano temblar.

—¡Va hacia ti!—exclamó Katsuki con preocupación, mirando como el robot se acercaba a Kai, aunque no le daría un golpe brusco, la dañaría.

—Es que... —Kai retrocedía, la imagen se deterioraba y solo oía el cuerpo congelado de su madre empezar a quebrarse.—¡No puedo!—grito enfurecida, soltando un agua congelada leve que no detenía al robot.

—¡Por un demonio!—Katsuki no tardó en desprenderse de su don para acercarse a ella, pero en cuanto lo hizo, ya el robot se había congelado con el don de Shoto.

—Lo siento... yo... —Kai empezó a titubear, como si su corazón quisiera salirse del pecho, sujetó su mano aun con fuerza, sintiéndose apenada.

—Todoroki, apágalo.—la voz de su profesor irrumpió en la base de entrenamiento, por lo que el bicolor no tardó en apagar el interruptor que apagó automáticamente los robots.

—Profesor.—llamó Shoto en cuanto la presencia de All Might fue denotada por él, Katsuki gruño y alejó el humo que había a su alrededor, notando que Kai no cedía a usar su poder.

—¡Estaba haciéndolo mejor que la semana pasada!—comentó Katsuki, desanimado para así su profesor acercarse a él ante eso.

—Sigues cometiendo el mismo error que la última vez, estás destruyendo las estructuras, dentro de ellas hay personas.—aconsejaba el veterano que veía de reojo como Kai se sentaba en el suelo.

—¡Claro que no!—denegó Katsuki, mostrando su molestia e incomodidad por ser reprendido, más cuando All Might se acercó para guiarlo de manera sutil y suave.

—¿Qué fue eso?—le preguntó Shoto, mirando como Kai soltó una bocanada de aire con molestia, su ceño estaba fruncido y se veía aún más frustrada.

—No puedo usarlo, es como si no tuviera control de mi propio don, no es tan fuerte como antes.—comentó Kai cuando Shoto se acercó a ella, poniéndose de cuclillas para verla.

—Es tu don, tienes control sobre el.—afirmó Shoto, mirando como ella observaba su mano de manera afligida, se veía dolida.—Pero recuerda que has estado fuera de práctica por mucho y que utilizaste una gran cantidad de don antes de que pasara todo, debes ser consiente que puedes dañarte si intentas forzarte.—opinó él, mirándola.

—Se que estuviste ahí esa noche, viste todo lo que pasó, lo que hice.—expresó Kai, mirando a Shoto detenidamente a los ojos.—No creo que pueda sentir que soy digna de sostener este don.—añadió, hablándole de forma honesta.

—Yo creía lo mismo de mi lado izquierdo.—musitó Shoto, decidiendo sentarse aun lado de ella cuando Katsuki era reprendido por All Might de una manera ética y educativa.

—Me asusta quedarme atrás.—indicó Kai, sintiendo sin duda un tipo de temor, porque sus compañeros habían avanzado de manera eficaz y ella no.

—No estás quedándote atrás, no todos tenemos un ritmo igual, Kai.—contradijo Shoto, hablándole de forma tan sutil.

—Pareciera que incluso tú me dejaste atrás.—la fibra de sus palabras hizo en Shoto un desprendimiento en su corazón, uno que lo hizo sentir la brisa remover su cabello.

—Jamás te dejaría atrás.—decidió responder, sin mirarla, como si nuevamente el orgullo volviera a ganarle en cuanto lo admitió.

—¿Y qué crees que pase entre nosotros?—le preguntó ella con curiosidad.—Siento que de una forma u otra, queremos alejarnos.—añadió.

—Yo no sabría decirte si es eso lo que realmente quiero, pero si lo dices, es porque posiblemente tú lo quieras.—indicó Shoto con serenidad, mirando a Kai de reojo mirarlo.

—¿Y si tal vez solo fue una ilusión de parte de ambos?—Shoto abrió sus ojos, sentía algo desprenderse de él, se negaba a que eso solo haya sido una fantasía.

—Si fuera así, no creo que estuviera aquí a tu lado, esperando algo de ti.—expresó, girando su mirada para ver a Kai fijamente y observar como sus mejillas se sonrojaron de inmediato.

—No quiero ser una distracción para ti.—la boca de Shoto se tornó amarga, como si recapitulará una escena que sin duda le mortifico.

—Y yo no quisiera que mirarás mi lado izquierdo como una monstruosidad.—articuló con hostilidad, pero a su vez, lo disimulo; estaba molesto y había olvidado eso.

—¡Nakamura, tu turno, ven acá!—ánimo All Might, por lo que Kai no tardó en levantarse del suelo para acercarse a su profesor.

Shoto se quedó observándola, tenía esperanza en ella y en lo que podía progresar—, pero lo que no, era si de verdad ambos estaban hechos uno para el otro—. Kai se quedó aun lado del profesor, para así verlo señalar algunos puntos fijos. La brisa continuó y se volvió fría, aunque volvía a su temperatura, Shoto veía sentado como Kai lo intentaba y eso valía más que nada. No, él no creería que la había dejado atrás. Nunca pudo aceptar ese hecho y tampoco se habría atrevido a hacerlo, su cabello volvió a levantarse y la brisa retomó esa frialdad cuando de la mano de Kai esa agua helada se dirigía lentamente por los robots que estaban apagados, aún así, no tenía el mismo potencial que cuando la conoció. Ella era mucho más poderosa, pero la coraza fría que vivía en ella encerró cada tipo de esperanza por hacerla evolucionar en ese mundo. Lo único que Shoto tenía con certeza, es que en Kai veía lo que nadie más le mostraba, una forma de ver el mundo con amor, solo debían dar un paso; disculparse y aceptarse.

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Próximo capítulo: La licencia provisional.

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