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𝟎𝟓

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ᴀʀᴄᴏ ᴜɴᴏ ——— ❛Despierta, Kai.❜
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Omnisciente.
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La calidez de la tarde alumbraba cada esquina de aquella alianza—, los chicos se encontraban en la primera planta, hablando y charlando sobre sus licencias provisionales—. Entre ellos Shoto no se encontraba, aislado en su habitación veía la ventana que decidió mantener abierta para ver el atardecer. Estaba desilusionado, no obtener su licencia era como un retraso para el futuro que tanto añoraba, pero fueron consecuencias de sus acciones y conjunto al mismo Katsuki, debían retomar dentro de poco un nuevo formulario para lograr cualificar nuevamente. Le avergonzaba pensar como él e Inasa se habían comportado frente a un héroe profesional que enmarcaba en la lista como el número diez, más aún cuando su padre ahora era el número uno. Pero era ese hecho, el odio que ocultaba hacia su padre fue lo que le hizo desmoronar un sin fin de cosas en el pasado que ahora no tenía reparo.

—Maldición.—musitó, sentado en su futón y con sus piernas cruzadas, no había forma de negar su sentir y el odio que habitaba en él.

Sin duda una raíz aún no había sido arrancada, no se sentía orgulloso de ser hijo de Endeavor—, tampoco que fuera el héroe número uno—. Pero si algo debía admitir, es que llegó a portarse como él, incluso aunque fuera inconsciente y eso era lo que no soportaba, por eso cuando Inasa lo dijo, le molestó. No quería ser como su padre, no quería ser como fue su padre antes, porque ya no sabía cómo sería él ahora que era el héroe número uno y debía crear un nuevo símbolo de la paz que la gente creía apagada desde el retiro de All Might. Los tonos naranjales lo calmaban, deseaba tener un permiso para ver a su madre pronto, sin duda le gustaría contarle algunas cosas, aunque se avergonzaría de confesarle la manera irracional en la que actuó en el examen de la licencia provisional. Sin duda alguna, hubiera actuado menor si en el pasado, no hubiera tratado a Inasa de esa manera y de esa manera, no habrían llegado a estas consecuencias con daños colaterales. La puerta resonó, llamando su atención y desviándolo.

—¿Si?—se preguntó aún sentado en su futón luego de haber escuchado leves toques.

—Soy yo, Midoriya, ¿puedo pasar?—se oyó detrás de la puerta que poco a poco se abrió.

—Adelante.—permitió Shoto para ver a su compañero mirarlo de manera tímida.

—Lo siento, no quería molestarte, es solo que no te hemos visto.—comentó Izuku rascando su nuca algo nervioso para ver a Shoto mirarle.

—No tengo ánimos, me disculpo.—admitió de manera sutil y firme, comprendiendo sus sentimientos al punto de compartirlos.

—¿Es por lo de la licencia?—le preguntó Izuku algo penoso, Shoto no tardó en asentir con la cabeza para así cruzarse de brazos.

—Deberé entrenar mejor para la próxima, incluso a manejar mis dones a la vez, es una desventaja si no logro hacerlo.—comentó, mirando al suelo.

—Puedes hacerlo Todoroki, eres fuerte, creo que el más fuerte de todos en la clase.—indicó Izuku con una sonrisa aún penosa que hizo a Shoto mirarlo de manera confuso.

—Creo que te equivocas.—musitó Shoto, Izuku se quedó parado en la puerta, mirándolo y viendo su expresión cambiar.

—El profesor Aizawa dejó una carta, dijo que de mañana en adelante podremos visitar a Kai, la trasladaron a la enfermería de la academia.—indicó Izuku, viendo a Shoto por un momento componerse fuera de la tristeza.

—¿Crees que ella vaya a estar bien?—le preguntó Shoto en medio del leve silencio, donde Izuku entristecido pensaba una respuesta.

—No lo sé.—admitió Izuku, soltando un suspiro.—Creo que será un golpe duro para ella cuando despierte y sepa que...

—¡Con que aquí están!—la puerta se abrió bruscamente, presentando a los demás chicos de la clase, viéndose alegres.

Para Shoto, tenerlos a todos en su habitación pareció abrumador—, pero le hizo bien que hayan decidido ir a buscarlo porque se encontraban preocupados por él—. La conversación con Izuku no terminó, pero Shoto suponía como terminaría su respuesta, de una manera amarga y desgarradora que ellos no pudieran soportar si estuvieran en los zapatos de la albina. La mayoría sabía la noticia, así que estaban emocionados por ir a visitarla. Querían llevarle cartas, flores y hasta carteles con globos con mensajes positivos. Eso era algo que les alegraba, se llenaban de esperanza. Todos estaban en la primera planta, sentados en el sofá hablaban entre ellos. Shoto solo oía y opinaba cuando debía, estaba cruzado de brazos, viendo de por sí el atardecer por las grandes ventanas. Le reconfortaba estar acompañado y oír las risas de sus amigos, eran diferentes, con costumbres y manías que lo alejaban de las suyas mismas, pero Shoto se sentía bien de estar con ellos en estos momentos.

—Considero que lo más lindo de una chica son sus...

—¡Mineta!—el delegado no tardó en cubrirle la boca, Mineta aún así buscaba hablar por encima de Tenya quien se encontraba más que avergonzado por esas actitudes perversas.

—Es muy grosero hablar de esa forma sobre las chicas.—opino Tokoyami de una manera muy seria, viendo a Eijiro asentir a su lado.

—Como decía, lo más lindo que considero de una chica son sus valores.—añadió Eijiro, saboreando su helado de vainilla.

—Si, considero que es un factor muy importante Kirishima.—considero Izuku, sonrojándose y mirando a otro lado que no fueran sus compañeros.

—¿Tú qué consideras más lindo en una chica Todoroki?—le preguntó Denki, sentado en el suelo para ver al bicolor pensar.

—Mejor pregúntale que fue lo más lindo que considero en Nakamura... —susurró Mineta en el oído de Denki, creyendo que no se le oyó, Shoto consideró su pregunta y pensó.

—¡No tienes que responder Todoroki, sabemos lo juicioso que eres con tus cosas personales!—exclamó Tenya, conociendo las manías de su amigo.

—Que es fuerte.—decidió responder, haciendo que todos le miraran como si tuvieran corazones en sus ojos.—Y que tiene una linda sonrisa.—añadió, cruzado de brazos en el sofá.

—¿Cómo? Si siempre está amargada.—infirió Mineta, recibiendo un golpe en la nuca por parte de Denki para así dejarlo fuera de sintonía.—¡Di la verdad, tiene grandes...

—¡Mineta!—volvió a exclamar Tenya, viendo como Denki con su dedo, lo electrocutó hasta dejarlo tembloroso y sonriente en el suelo.

—Que rara esta conversación.—indicó Shoto, algo avergonzado y sintiendo como si sus mejillas se empezaran a calentar.

—Gracias por charlar un rato con nosotros, Todoroki.—agradeció Izuku cuando lo vio levantarse del sofá, con intención de irse a su habitación.

—Oigan, ¿dónde están las chicas?—se preguntó Denki, levantándose del suelo mientras los demás también se preguntaban lo mismo.

—Vayamos a espiarlas.—pidió Mineta, con la saliva fuera de su boca y sintiendo escalofríos por todo su cuerpo tembloroso.

Parecieron todos estar de acuerdo, pues se les hizo curioso la ausencia de las chicas de la clase por los alrededores de la primera planta donde solían estar—, se reunían para hablar o comer juntas—. Supieron los primeros pisos para buscarlas, pero no encontraron rastros de ella. A Shoto le parecía curioso como a Mineta le atraían las chicas al punto de querer espiarlas, eran actitudes muy perversas que sobresalían sin pena en cada una de sus acciones. Lo gracioso, es que Mineta aún así lucía muy infantil para sus pensamientos. Shoto portaba la sudadera de la academia UA, así que mantenía sus manos en los bolsillos de esta mientras caminaba detrás de sus compañeros. Un bullicio se empezó a oír cuando el ascensor se abrió en uno de los pisos. Se acercaron de manera sigilosa, pues las luces del pasillo se encendieron cuando el atardecer empezó a caer. Se asomaron cuando vieron a Katsuki cruzado de brazos y con una expresión fruncida.

—¿Bakugo? ¿Qué haces aquí?—le cuestionó Eijiro al verlo recostado en la ventana, Katsuki levantó su mentón aún con el ceño fruncido.

—Me aseguro que estas inútiles entrometidas no hagan algún desastre por aquí.—respondió fríamente, haciendo que los demás se asomaran en aquella habitación donde las chicas estaban decorando, Shoto sintió un brillo en sus ojos cuando noto todo.

—Como sabemos que Nakamura está ingresada en la enfermería de la academia, le preguntamos al profesor Aizawa si podíamos decorar su habitación, ¡y dijo que sí!—comento Mina con emoción.

—Es un poco minimalista y celeste, pero creemos que es lo que le gusta a Nakamura.—indicó Ochaco, sobresaliendo de la habitación para que los demás vieran cómo estaba quedando.

—Momo hizo parte de las decoraciones con su don, ¿no es increíble?—pregunto Jiro, sonriéndole a los chicos que veían con atención los detalles.

—No fue nada, me parece que debíamos haberlo hecho desde el principio.—musitó Momo, se veía algo exhausta, pero la habitación se veía estupenda.—¿Qué piensan?—les preguntó.

—Que se parece a ella.—respondió Shoto con las manos en su bolsillo, viendo como Katsuki cambiaba la mirada, porque fue lo mismo que pensó, pero se cohibió en decir.

Se sentía menos la desesperanza, como si algo bueno fuera a pasar. Así que todos se reunieron en la primera planta nuevamente para conversar, a excepción de Shoto. No porque no quisiera estar con sus compañeros, pero solía dormir temprano y evitar el bullicio en las noches para descansar—, quería tener como prioridad fortalecer sus habilidades—, pero antes decidió darse la vuelta por aquella habitación vacía. Era cierto que tenía colores fríos, celeste y blanco, con decoraciones sutiles que eran compatibles con Kai. Se quedó en el margen de la puerta con las manos en su bolsillo, encendió la luz para mirar cada detalle de lo que las chicas habían hecho. Dio paso adelante para así mirar hasta el cuadro que dejaron de Kai con todas ellas en una fotografía, se veía incluso en la esquina su mochila azul con un llavero en forma de copo de nieve. Todo ordenado y limpio. Shoto suspiró y de su bolsillo sacó aquel collar—, no quería tener resentimientos—, por eso lo tenía.

El collar tenía una insignia de la llama, la cual representaba su lado izquierdo, y el collar que tenía él, tenía un copo de nieve, que representaba a Kai. Creyó que ese costoso regalo de su padre solo había sido para relajar la tensa relación que ambos tenían y que Shoto sin duda no había superado por el odio que guardaba en su interior, pero necesitaba dejarlo atrás. Y también, el hecho de que odiara su lado izquierdo como algunas personas, incluyendo Kai. Tenía que dejar esos pensamientos ir y empezar un nuevo enfoque. No sabía que apararía entre él y Kai cuando ella despertara, pero sí de algo estaba seguro, es que quería ser una persona de la que Shoto pudiera sentirse orgulloso al dejar atrás sus traumas. Dejo el collar en la mesa de noche que había allí aún lado de la cama con sábana blancas, esperaría que el día en que Kai se sintiera lista volviera a usarlo. Shoto retrocedió y cerró la puerta, yéndose a su habitación con una sonrisa—, no había manera de que se rindiera—. La quería devuelta.

Me preguntó si All Might vio mi mensaje.—se preguntó Izuku en medio de la reunión con sus amigos, miraba su celular emocionado y esperaba respuesta de su mentor.

—¡Oye! Ve afuera más tarde.—el de cabello verdoso no tardó en tensarse cuando el intimidante de Katsuki pasó a su lado, dando una advertencia poco amigable.—Vamos a conversar sobre tu don.—indicó, dejando aún más intimidado a Izuku

—Kacchan... —murmuró con temor, girándose para ver a su compañero de años darle la espalda con una actitud antipática que lo hizo abrumar.

No era un secreto que la actitud de Katsuki era molesta para la mayoría en su clase—, desde que era un niño se presentó arrogante ante otros por tener un "don increíble"—. Pasó muchos años mofándose de aquellos que no cumplían sus expectativas y entre ellos, Izuku, quien nació sin un don. La noche no tardó en caer y la mayoría siguió su rutina de irse a dormir algo temprano para levantarse en la mañana e ir a clases. Shoto fue de los primeros en acostarse, estaba cansado y avergonzado por no aprobar su examen de la licencia provisional. Afuera hacía una brisa fresca y tanto Katsuki como Izuku se quedaron despiertos hasta tarde para merodear fuera de la alianza. Con poca esperanza, Izuku le seguía sin entender a donde se dirigían, mucho menos que iban hablar, pues Kailani era de las pocas personas en saber que ese don que vivía en él no era por su origen, si no por la gratitud de All Might.

—Kacchan, dime a dónde vamos. No deberíamos salir a media noche.—avisó Izuku, siguiéndolo por la acera llena de faroles, sin recibir respuesta.—Oye.—llamo, esperando que Katsuki le mirase; pero ambos se detuvieron frente a un viejo campo.—Este es el campo Beta.—afirmó Izuku.

—Es donde tuvimos el primer entrenamiento de combate, perdí contra Nakamura, pero también contra ti.—comentó Katsuki cabizbajo, mientras le daba la espalda a Izuku.—Siempre me irritaste, ¿lo sabes Deku?—le cuestionó.—No tenías un don, siempre fuiste un inútil, ¿así que cómo fue que entraste a la UA y qué demonios hiciste para conseguir un don?—le preguntó, mirándolo de reojo.

El don que tengo lo recibí de otra persona recientemente, algún día seré capaz de dominar este don y te voy a vencer con mi poder.—recordó Katsuki a Izuku frente a la academia, mirándolo seguro.

—No entendía a ese pequeño mocoso que decía tonterías sin sentido y se veía satisfecho consigo mismo, mientras subía más y más alto. Desde el villano de lado... no, desde que All Might llegó a la ciudad subiste cada vez más hasta obtener tu licencia. Esa misma que a mí me negaron, qué demonios.—gruñó el rubio, dándole aún la espalda.

—No es cuestión de habilidad...

—¡Cállate y escucha, basura!—interrumpió, de una manera desagradable.—Siempre me pareciste muy irritante, pero lo que hiciste en Kamino me ayudó a entenderlo. Dominaste el poder que te prestaron.—adjuntó, girándose.—Llevó tiempo pensándolo, recibiste tu don de All Might, ¿no es cierto?—pregunto por fin, mirándolo.—El líder de los villanos aparentemente puede robar el poder de las personas y dárselos a quien le da la gana, es difícil de creer, pero una de esas mujeres gato perdió su don.—contó.—Cuando conociste a All Might cambiaste demasiado y poco tiempo después él pierde su poder, lo que All Might dijo después de vencer al líder de los villanos...

Ahora, es tu turno...

Fuiste el único que tomó ese mensaje de forma diferente, si consideras como todos esos Nomu tienen tantos dones, empieza a tener sentido.—continuaba contando Katsuki.—Además... All Might y ese infeliz se conocían. Los dones pueden pasarse entre personas y All Might conoce al sujeto que puede hacerlo, eso encaja con lo que dijiste de recibir tu don de alguien más.—añadía, mirando a Izuku fijamente.—Se lo pregunté personalmente a All Might, pero no quiso responderme, por eso ahora te lo pregunto a ti. Aún no has negado nada, debe ser cierto, maldición.—pronunció desanimado.

—¿Y qué si fuese cierto?—le preguntó Izuku, queriendo evadir la pregunta de una manera más estratégica y molesta.

—Tu y yo siempre queríamos ser iguales a All Might, si eso nunca cambio, solamente eras una piedra en mi camino, pero la persona que más admiro te reconoció. Por eso... vamos a pelear, justo aquí y ahora.—afirmó Katsuki, decidido

—¿Pero por qué? ¡Espera un segundo! ¿Por qué pelearíamos? ¡Esto es malo, ni siquiera tenemos permiso de estar aquí!—exclamaba Izuku, algo tenso y en desacuerdo con Katsuki.

—No nos dejarán pelear en serio.—difirió Katsuki, serio.—¿Qué parte de ti convenció a All Might de darte su poder? Demuéstramela, si tu forma de admitirlo era la correcta, ¿entonces significa que mi admiración siempre estuvo mal?—se cuestionó, anonadado y desconcertado.

Simplemente terminó ocurriendo. Izuku intentó de analizar y asumir lo que ocurría—, no quería pelear, pero se vio envuelto en los puños detonantes de Katsuki, quien dejaba salir toda aquella furia que tenía contra él—. Predecía sus ataques porque ya lo conocía, de hecho, ambos se conocían bastante bien. Era irónico como nunca pudieron ser amigos, pese a que Izuku siempre tuvo una gran admiración por Katsuki, jamás logró agradarle y saber que fue una piedra en su camino, de alguna forma u otra le dolía. Humo sobresalía y detonaciones también, iban con ganas. Izuku intentaba de evadir los golpes, más aún cuando denotó que incumplió con el toque de queda, pero era algo que a Katsuki le iba sin cuidado. Lo único que quería era derrotar al niño que siempre estuvo detrás de él, aquel de quien se burló por años y a quien quería pisar. ¿Cuál era la razón? Envidia no podía ser, pero odiaba el hecho de que alguien pudiera ser mejor que él.

—¿Por qué? ¿Por qué?—gritaba Katsuki, cayéndose al suelo en medio de la pelea, donde Izuku se acercó para ayudarle y recibir una negación brusca.—¡No te preocupes por mi, debes pelear! ¿Qué rayos te pasa?—Izuku le miraba, no entendía su actitud y su frustración.—¿Por qué terminé persiguiendo a alguien que estuvo detrás de mí? ¿Por qué un inútil como tu llamo la atención de All Might y no yo? ¿Por qué no pude tenerla a ella?—Katsuki se rendía casi de rodillas, sin notar que Izuku quedaba desconcertado por su confesión.

—¿Hablas de Kai?—le preguntó desconcertado, sin poder creer lo que decía, aún así Katsuki no levantaba la cabeza y continuaba frustrado.

—¿Por qué no me escogieron a mí? ¿Por qué All Might te escogió a ti?—levantó la cabeza, sosteniendo su propia camiseta.—¿Por qué tuve que ser yo la razón del fin de All Might? ¿Por qué no pude salvar a Kai? Si hubiera sido más fuerte y los villanos no me hubiesen secuestrado nada de eso habría pasado.—gruñó, lloroso y colocándose cabizbajo.

La pelea de ambos continuó sin cesar—, Katsuki lanzaba golpes directos, se desahogaba en medio de las detonaciones que caían sobre Izuku—. No podía dejar de pensar en lo que pasó aquella noche, tampoco en el descenso del héroe que tanto admiro por años. Katsuki no sentía el sentimiento de humillación por haber sido secuestrado por los villanos, si no por no poder salvar a su compañera de ellos, ni siquiera lo intento y se sentía como un fracasado. Gotas de sudor caían como aquellas lágrimas que se deslizaban hasta caer en una almohada, la tela se veía húmeda y los pitidos de las máquinas se sintonizaron con una bocanada de aire que provino del despertar de una pesadilla oscura. Miro el techo blanco, sintió el pesar en los ojos que tanto le costó abrir y también la debilidad de su cuerpo cuando intentó levantarse de la camilla. Después de tanto, Kailani había recuperado el aliento y la conciencia de su cuerpo. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué sentía que su corazón agonizaba?

—¿Dónde estoy?—preguntó su débil voz, sin ser capaz de reconocer la enfermería de su academia, el lugar donde sus sueños tomaron rumbo.

Su pregunta se quedó en el aire, las luces encendidas y el brillo en ellas le molestaba. Miro aún lado, en la mesa de noche habían flores en jarrones que se veían espléndidas y también globos que tenían mensajes positivos que ella no evitó leer. Quedó sentada, las lágrimas caían aún en las sábanas blancas, la presión que había en su pecho no era normal, como si de un vacío se tratara—, parecía que le habían arrancado algo importante, pero ella no comprendía su sentir—. Lo único que quería era poder descifrar dónde estaba y si estaba a salvo. Sus pies descalzos tocaron el frío ante la ausencia de unas pantuflas que pudiera ponerse. Se sujetó de la camilla y aisló los cables de su cuerpo cuando sintió la pereza en el andar que inició hasta la ventana cuando vio destellos naranjas. Recordó el campamento de verano y la pesadilla que soñó—, aquel hombre sin ojos y con una sonrisa tenebrosa la horrorizaba—. ¿Estaba aún secuestrada por la Liga de villanos?

—Kacchan.—nombró con debilidad, su voz era ronca, pero se oía aún más ronca ante parecer aún soñolienta; Kai sentía que un camión la aplastó.

Cuando abrió la cortina, quedó atónica al observar detonaciones venir a lo lejos en medio de un callejón oscuro. Cerró la cortina y se giró—, reconocería donde fuera ese destello y la mira en que detonaba aquel fuego—. Si bien, Kai no comprendía su postura, pero debía encontrar a Katsuki para asegurarse de una respuesta. ¿Los lograron rescatar? Era lo único que Kai quería saber, porque no recordaba nada y tampoco podía esforzarse en hacerlo, así que mientras Izuku esquivaba los golpes de su contrincante más bravucón, Kai se acercó a su tocador para mirarse en el espejo y casi no reconocer su aspecto. Su cabello pasó de ser un albino azulado con mechones negros, a ser completamente albino. Incluso sus pecas resaltaban más en la pálida piel que traía, Kai tocó su cabello y sintió un pánico al notarse de esa manera, ¿alguien le habrá hecho algo? Denegó asustada. No tardó en retroceder para así salir de la habitación donde había estado durmiendo por varias semanas, día y noche, hora tras hora.

Como una estrella fugaz salió de la enfermería y se sujetaba de las barandas con debilidad. En su mente las imágenes del campamento aún permanecían, tan recientes y frescas como si hubieran sido ayer, pero su cabeza empezaba a punzar con una presión insoportable. ¿Y si estaba atrapada en una ilusión? Kai aún sentía que estaba en un sueño que la aplastaba, tal vez aquel hombre había hecho una alusión a su academia y por eso la albina desconfiaba del lugar donde estaba—, porque aquel hombre parecía ser la maldad pura y de pensar en él solo sentía escalofríos por todo su cuerpo de forma involuntaria—. Las detonaciones a lo lejos seguían, así que Kai se aseguraría de llegar a ellas tan pronto saliera de ahí. Izuku gruño, tenía rabia y coraje por las actitudes de Katsuki, así que no evitaba pelear y defenderse de sus ataques tan ágiles.

—¡No pienso ser tu saco de boxeo Kacchan! ¿Entiendes?—le cuestionó Izuku, activando poco a poco su don y mirando a Katsuki.

—¡No escaparas!—gritó Katsuki, elevando sus llamas de manera prepotente y brusca, alejando a Izuku quien se ocultaba de las llamas.

—¿Por qué nada ha cambiado?—murmuró una débil voz creando una oleada de agua helada que derrumbó de inmediato aquellas detonaciones.

Quedaron aturdidos, tanto que no controlaron sus impulsos y movimientos. Izuku cayó al suelo bruscamente y todo por el pavimento de brea que rozó sus codos e incluso las mejillas, hasta sacar un poco de sangre. Katsuki por la impresión cayó sentado nuevamente mientras veía el agua helada endurecer en el aire y quedarse sin movilidad—, parecía un sueño del que ambos no querrían despertar—. Un silencio se realizó en medio del campo de batalla que estaba en escombros, o fuego ardiente alumbrando el lugar. La mano pálida de Kai estaba en el aire y ella miraba algo desconcertada el lugar donde se encontraba. Podía reconocerlo, pero estaba perdida y sin entender dónde realmente estaba su posición. Lo único que la hizo caer en cuenta fue la mirada ida de Katsuki en ella y como él sintió todos sus músculos relajarse al ver sus ojos azulados nuevamente abiertos, después de tanto tiempo. Ella bajo su mano y lo miró, estaba confundida, muy confundida.

—Kacchan, estás bien.—afirmó Kai con un toque de alegría que lo hizo abrir su boca para soltar un suspiro, levantándose del suelo nuevamente.

—Kai.—llamo Izuku.—¡Kai!—volvió a llamar sin credibilidad de verla ahí parada, mirándolos como si estuviera decepcionada de ellos.

—Me alegra que nos hayas encontrado, Deku.—musitó Kai, haciendo que ambos adolescentes abrieran sus ojos grandemente.

La mente de Kai estaba fracturada en un solo tiempo—, el campamento de verano—. Sus ojos se fueron cerrando nuevamente y cuando su cuerpo se balanceó adelante, las cálidas manos de Katsuki la detuvieron. No sabe en que momento su cuerpo se movió, pero avanzó solo hacia ella como si fuera un imán y dejó que la cabeza de Kai cayera recostada en su pecho. Era real. Ella estaba ahí con él, estaba bien. Se quedó con los ojos abiertos grandemente viendo como su profesor, quien fue razón de este encuentro decisivo le miraba también con la misma cara. All Might tenía sus ojos abiertos, los cuales eran difícil de ver y entender, miraban como Katsuki sostenía el cuerpo de Kai. La pelea se acabó, Katsuki apretó los hombros de Kai y se bajó a su estatura para colocar su oreja en el pecho de ella, oyendo su corazón latir y sentir un gozo de alegría que pudo más que su ira. Abrazo fuertememte cuerpo de la albina y se deslizó al suelo. Izuku le veía lloroso y sonriendo, después de todo, Kai por fin despertó.

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Capítulo 6; Una pesadilla.
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