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SeokJin.
Que pensarías tu, si llevarás años aquí abajo, que fuiste desterrado por tu propio padre que te convirtió en el rey de la oscuridad, aquel que todos le temen, algunos tiemblan al escuchar de mis múltiples nombres, lucifer, satanás, belcebú, señor oscuro, etcétera, pero saben que? A mí me importa una reverenda mierda, ya estoy más que acostumbrado y creanme no me molesta tanto el hecho que me cambien el nombre las veces que sean necesarias. Que pensarían ese hecho que estén aquí por siglos pero sin ningún acompañante, y no me refiero a los incubos que tengo por esclavos eternos, no, ellos son bellos pero vamos, nadie me llama la atención y creo que mi padre disfruta el verme frustrado por mi abstinencia desde hace milenios, mierda no se que hacer.
Un día común y corriente después de haber torturado a unas almas y condenarlas a la tortura eterna, un pedófilo y un feminicida no merece perdón de nadie, ni siquiera el mío, por más malo que me tachen se aceptar los peores errores hechos por mis propias creaciones, pero jamás seré quien las alabe, siempre tengan en claro aquello, puedo ser lo que todos quieran que sea, pero jamás escuchen bien jamás alabare las peores aberraciones en el mundo. Me encontraba en mi casona personal, una de unos 3 pisos, colores obscuros y tetricos, me encontraba solo, y sentí una incomodidad como todos los días al llegar ahí, me cambié de ropa y a mi vino la grandiosa idea, ¿Por qué no ir a ver a mis bellas criaturas? Así que con un solo chasquido hice aparecer un portal entre mi mundo y el mundo de papá, al llegar sali de un callejón, llevaba puesto una sudadera negra, unos jeans negros y tenis blancos, mi cabello morado siendo libre por la brisa que provocada el aire fresco.
A lo lejos divisé el sagrado templo hacía el señor que me creo, pasando por enfrente ví a una multitud salir, pero solo seguí mi camino que fue detenido de inmediato al sentir como si fuese jalado del brazo, revise a mis alrededores pero no había nadie cerca mío, extrañado seguí mi camino hacia quien sabe dónde, solo mis piernas me llevaron a un café algo chistoso, y con un nombre raro "el koala azul" me adentro y una campana sonó, y fui recibido con un.
— bienvenido- del cajero y camarero que lo ayudaba.
Me fui a una mesa cerca de la ventana espere a ser atendido, y de nuevo sentí ese leve jalón de mi brazo, no sabía que mierda pasaba pero estaba pensando que era mi padre queriendo que salga de su mundo.
— pierdes tu tiempo señor- dije en un susurro y seguí viendo hacía afuera hasta que una voz me distrajo.
— disculpe la demora, estamos corto de personal- se reverencia y me sonrió haciendo notar sus hoyuelos y sus ojos de dragón desaparecer- que desea tomar?
— está bien, no hay problema, mmmm dame un moca capuchino y un pay de queso con cerezas- dije algo conrtante viendo al chico anotar en su libreta.
— desea algo más?- me vio con curiosidad.
— eso sería todo- dije y el chico se retiró dando otra reverencia, ja, si el supiera a quien le hace ese gesto de respeto se moriría.
Pasaron algunos minutos y mi pedido fue llevado a mi mesa, todo estaba bien hasta que sentí otra ves ese jalón pero ahora más intenso, en ese instante la puerta fue abierta y con ello la campana sonó haciéndome levantar la mirada para verlo ahí, demonios era la criatura más hermosa, por los 7 infiernos cómo puede estar por la tierra este pecado más glorioso.
Lo ví acercarse a la caja y sonreír amablemente al cajero y mesero, al parecer se conocen ya que se reían y parecían tener una plática muy amena con aquel chico de cabello negro, en eso veo como el chico que tomo mi pedido le dice algo al pequeño muñeco y me ve a mi, el chico acomodo sus rulos y fijo su mirada en la mía, no sé si estoy loco pero juro por todos los infiernos que ví sus ojos destellar una aurora de colores, el chico solo se sonrojo y abrió los ojos de más, volvió la mirada a sus amigos le dijo algo a lo cuál ellos rieron.
Muy bien pequeño pecado, serás mío, me dije a mi mismo en la mente y seguí comiendo lo que había pedido, al terminar deje dinero y una propina muy generosa para el chico de ojos de dragón, saliendo iba caminando por las calles ya casi oscuras su caminar de nuevo se detuvo abruptamente haciéndome girar en mis tobillos y correr lo más rápido que podía. Hasta llegar a un callejón 3 cuadras detrás del café donde estuve ví a unos tipos acorralar a alguien, iba a ignorar aquello hasta que escuche una voz muy suave.
— de-dejenme- dijo aquella voz muy suave y bajo pero lo suficiente para yo escucharlo, hasta que uno de los tipos se hizo a un lado pude ver aquel perfil.
— ey!!- eleve mi voz para ser escuchado- déjenlo por la mierda- avance con pasos pequeños.
— o si no que?? Ah?? Que harás marica??- dijo uno de los chicos que acorralaban a mi pequeño pecado.
— es mejor que no les diga, soy más de enseñar, ahora sueltenlo o ustedes mismos habrán cavado su tumba y creanme que cuando estén en otro lugar no seré amable en su estancia- dije con la voz profunda, aprovechando que mi pequeño cerro los ojos al ser escamado para ser golpeado deje mis ojos mostrase.
— JAJAJA tus ojitos no me dan miedo, solo hazme el favor y vete al infierno- el tipo se volteo y quiso acercarse más al chico pero solté una carcajada ronca.
— eres todavía un crío, de ahí mismo vengo escoria- sonreí de lado- me arrepiento de haberlos creado- me dije a mi mismo en un susurro.
Y como si supiera que iba a decirle "agáchate y cierra los ojos" el lo hizo, se hizo bolita, me dió la espalda a los imbéciles aquellos y cerró sus ojos, con eso pude sacar lo que soy en realidad, el mounstro que todos me creen, mis ojos pasaron de café claro a unos negros por completo, deje a ver unos colmillos ideales para desgarrarles la yugular a todos, de mis manos las uñas se alargaron y mi estatura aumento unos 20 cm, los tipos al verme quisieron salir corriendo pero los detuve.
— muy bien escorias, es hora de pagar lo que habéis intentado hacer al portador de mi ser- deje a mi bestia ser dominante, la rabia me consumió y me segó y dejé a mi bestia sin control, teniendolos en mis brazos los estruje hasta escuchar sus huesos crujir, los solté y se quejaban por el dolor, tome a uno del cuello y lo alce en el aire, hice presión en mi mano y mis uñas se encajaron en su piel hasta que escuche un crujido más, había roto su garganta, deje caer aquel pedazo de mierda y proseguí con los otros dos.
Al segundo lo hice que viese mis ojos, haciéndolo ver si peor pesadilla, después con mis brazos estire los suyos hasta separarlos de sus debidos lugares, le había dislocado ambos brazos seguí con lo mismo, con sus piernas, dedos y por último su cuello, al último lo deje morir fácil, solo encaje mía colmillos en su garganta arrancando una parte de ella y así dejar al tipo en el piso desangrándose, cuando ví a los tres inertes sin signos vitales mi bestia volvió a dónde debía y regrese a mi aspecto común, ví toda la escena e hice un portal para dejar los cuerpos en el otro mundo, fui hacia el chico en cuclillas que lloraba desesperado.
— estás bien??- dije lo más comprensible que pude, sacándolo del callejón lo coloque de espaldas a la pared para así poder ver su rostro con la ayuda de la luz de la luna.
Primer episodio de "pecado eterno" espero y le aguante hasta luego, las quiero mucho mandarinas
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