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Capítulo 8

Tercera persona omnisciente.

Juicio 1/2

En las calles de Castle Combe; érase una vez un mafioso que huía de su destino y una chica soñadora, donde se desencadenó el caos retando la razón con la realidad y las reglas del mundo. Y, ahora después de 7 años el destino de ambos tomaban rutas oscuras, luego de vivir infiernos que los dividían prefirieron el olvido.

Sin embargo, el pasado siempre vuelve y con ello vuelve el enemigo número uno de nuestra protagonista; la rosa más bella del jardín y la viuda negra más letal que ha existido. Porque con sólo veintiun años logró sobrevivir a drogas experimentales, abusos, maltratos, humillaciones, y después de ello salir de todo eso sola, sin ayuda de nadie, convirtiéndose en la pesadilla nocturna del bajo mundo y la sombra de la ley.

Quiso demostrar que podía, y lo logró, pero ahora la vida le juega una mala racha haciéndola volver al lugar donde todo comenzó, y su hogar. Londres. Reino Unido; donde los días de noviembre se hacen fríos con la brisa y la nieve retrasándose en a su llegada.

Los niños se preparan desde ahora con sus cartas, los adultos lo hacen con plegarias para que el infierno no se desate y el inframundo reza porque no saquen al diablo de su guarida.

Mientras nuestra querida Lovely está duchándose para presenciar el acto de valor más grande que ha hecho, detalla el vestido colgado y sonríe apreciando un maldito regreso desde las cenizas. Ivan Andersson se pone esa loción que tanto la martirizaba, porque aún en prisión preventiva él lleva la delantera y eso lo saben.

Andersson quiere irse a su país Estados Unidos donde es protegido al menos por todo Chicago y si lo pisa en menos de dos segundos estará nuevamente en el cuadrilátero, todos sabemos de quién es hermano y la sangre siempre llamará. Tiene tantas piezas de ajedrez en movimiento, y por ello no le interesa quedar atrapado, sabe que ella vive y por ello se prepara.

El mafioso más temido se volvió en el más subestimado, pero él simplemente quiere matarlo. La vida de todos vale menos que la suya y él lo sabe, porque mientras se arregla el traje a la medida frente al espejo dice su frase:

«Si es cuestión de morir, primero que sean ellos»

Selinne rebusca entre la basura algún condon porque sabe que Aragon sólo le dará su nombre si le da un heredero pero nuestro mafioso nunca a sido de dar un imperio, y menos de hijos ya que, no soporta a los niños.

Selinne sale del baño en toalla y lo escanea. Los azotes que tiene en la piel le arden pero se ha acostumbrado poco a poco.

—No puedo creer que yo tenga a un hombre tan guapo —ronronea acercándose a él.

Todos están afuera en la sala del Rey de Grecia y jefe de la mitad de la aristocracia.

—¿Tienes? —responde sin más. Para él sólo ha sido de alguien y jamás lo dirá de nuevo—. Ve a arreglarte que debes presentar un amparo a mi favor. Y llévate tu ropa que la habitación que te corresponde no es esta.

El pequeño leoncillo cambió y ahora no es Tay, si no Leon Aragon, el líder de la pirámide del poder y la mafia del mundo, muy pronto.

Del otro lado de las paredes se encuentran nuestros invitados especiales que verán el juicio desde casa con palomitas y mucha cerveza mientras las sumisas atienden a su antojo. Nadie dice una palabra, porque no saben, pero lo pueden sentir en la piel. El Yakuza traga pesadamente saliva recordando a la rojita que odiaba la levadura y piensa: Amaría este momento.

El Rey mira a su mujer con Petee Miller que está uniformado y presentable para el juicio ya que será el guardia custodio de Aragon. Elton porta su uniforme de Ranger X tanto como el de ser heredero. Aprieta la tira azul en su cuello que al parecer está mal acomodada porque quiere que esta acabe con su miseria pero lo único que piensa es:

«Está feliz con él», cierra los ojos tratando de no ceder al impulso carnal.

Después del gran consejo de su amigo lo que pasó es que fue a caer a la piscina después de ser bofetado por la pelinegra y acto seguido vomitar dejando que las habichuelas se le subieran a los orificios respiratorios.

La sala comienza tensarse cuando una invitada especial aparece de la nada. La prima lejana de Selinne; Desire Harris, hija de uno de los presidentes del comité, nuestra misteriosa rubia con tatuaje en el cuello.

—¿Qué haces aquí? —dice el rey, confundido.

Está en una fortalece ya que es el único lugar donde puede unir a las mafias y la indignación que una hija de la política esté aquí lo inquieta.

—Vine con Selinne pero tenía una resaca así que... dormí en el auto, Elton —habla como si se conocieran.

—Makris —corrige—. O Rey Makris para ti.

—Sí, majestad —le hace una reverencia.

—Bueno, no me interesa.

—Tomare un baño, nosotras iremos —dice y el Rey se queda quieto con la noticia.

Los demás parecen no darse cuenta pero finalmente acepta sonriendo al captar los gritos de Selinne al ser azotada con brusquedad por el hombre de dos metros. Para que después la misma Selinne salga llorando ya que, le niega sus besos y que nuestro cazador no haya podido eyacular lo empeora. Pobre alma en pena, lo que no sabe es que la razón porque no haya podido es el hecho de que no puede olvidar ese beso.

Aunque haya sido un sueño sólo sabe que la extraña, no lo dice, no lo hará, pero con un odio inimaginable se aprieta la polla antes de dejar ir el puño en el espejo que se hace pedazos.

Una hora más tarde la alta guardia real escolta al soberano y al mafioso en una camioneta blindada llevándolos justo al estrado aristócrata de Londres que más de una vez fue testigo de todo esto. Las bandera de Grecia y Londres al igual que la de Alemania yacen en la punta del edificio con distintas áreas forma de aguja gracias a sus 23 pisos. Cuando se trata de finura Elton Makris y Tayler Aragon son los dioses de tal cosa.

Selinne se remueve en su asiento mientras Desire masca goma de sabor y le pide con los ojos que se calme al mirar al hombre apretarse el puente de la nariz, sin embargo, Elton sólo trata de no vomitar porque no pensó bien lo que estaba haciendo al traer a este hombre.

Los hacen bajar y son resguardados por el area que está llena de soldados, mercenarios y agentes federales del FBI, desplegados en las azoteas, esquinas, edificios gemelos con francotiradores y camuflajesdos. Recordemos lo que pasó antes, y por ello todo se complicó, ahora el soberano sabe que si tiene poder debe cuidarse. «No recibiré un maldito disparo», se dice mientras camina con el mentón en alto.

Todos saben que el peligro yace junto al heredero pero jamás dejarán al margen al imitador, como lo llaman muchos en el último año y medio.

Pero lo impresionante se da cuando el cazador acomoda su corbata y eleva el mentón mientras la brisa helada le acaricia la piel, siendo protagonista de los flashes y gritos femeninos como hace dos años, excepto que no está encadenado. No tiene que hacer nada porque sus ojos brillantes derriten a la multitud cuando el Rey se empareja a su lado.

Los agentes del FBI comienzan a llegar y con ellos el agente Reid que viene muy bien acompañado, nadie lo ve pero pronto lo harán. Miller escolta a Aragon con rifle en el pecho y boina con insignias por doquier. Se lo merece. Un bueno comandante en la tropa Alpha 1.

Mientras tanto, la pelirroja más temida por los imperios políticos y criminales entra por una zona segura donde nadie la estará viendo llegar con su fiel amiga niebla y su novio que la alcanza y no se cansa de mirarla ahora.

—Te ves hermosa —le dice tomándola de la mano mientras la conduce por un pasillo.

Pero nuestra querida Lovely sólo siente que los intestinos se le contraen sabiendo lo que le espera allá adentro.

Mientras que al frente del edificio la jerarquía baja dándole paso a un hombre vestido completamente de negro con lentes de sol arriba de un auto último modelo tornasol, y su hermano Franck Graham que luce tan elegante como siempre.

¿Qué podría pasar si el Demonio, el cazador y el imitador se encuentran?

El general Walker baja del auto del ministro ganándose la mirada de Aragon, pero todos saben que este momento lo espera todo el mundo, y más cuando las fotos de su hija casi masacrada estuvieron por los ojos más poderosos de la pirámide, volviéndola la obsesión de más de uno.

Desire camina como si nada porque ella sí tiene permitido el paso. «tirarse al ministro tiene sus ventajas», piensa. Porque ser hija del presidente no le da el derecho de entrar al juicio donde pisará Lovely Walker.

Ellie sale de un auto haciendo que Elton se tense porque no tenía la autorización pero sale con un pantalón negro y una blusa holgada. El embarazo la tiene irritada y más con el hombre que la escanea con más lujuria que nunca en lo que su marido sonríe al verla pensando que es la mujer más hermosa. Sin embargo, Elton quiere meterse en las sábanas de la mujer que le dará un hijo a otro.

Todos entran pero primero el burro que en este de es caso es Makris que si no fuera por su ego estaría con la mujer que quiere, y no con lo que le toca. Desire se tensa con tantos camarógrafos.

—¿Qué sucede? ¿El estocolmo aún hace efecto en las chicas que siguen al amargado que tienes como amo? —susurra Desire para Selinne.

—¿Alguna vez lo has visto sonreír a alguien? —lo justifica Selinne suspirando—. Están aquí por Andersson ha logrado muchas cosas últimamente.

La sala de aún no es abierta por lo cual caras conocidas se cruzan miradas unas y otras mientras los agentes y soldados se miran entre sí al notar que uno de los mafiosos más poderosos yace de traje y una cara de que va a matar a cualquiera que se le atraviese, pero como siempre. Es prohibido matar en establecimientos, eso causaría su expulsión y excomulgación de inmunidad. ¿Pero no es eso lo que quiere?

El lugar se viene más oscuro con aura de muerte, escuchándose como Don't Cry - Guns and roses.

Mientras nuestro Rey toma un vaso de agua para beber una pastilla y no tener que presenciar lo que sucederá en sus cinco sentido, el cazador se empina la petaca que guarda en su saco y bebe todo para el dolor de cabeza que no lo deja en paz.

—¿Algo más? Un tabaco o... ¿una maldita lobotomia? —gruñe el Rey cuando lo ve, ya que no puede ni con su alma.

Sabe que todo se irá a la mierda una vez vea a la pelirroja que está mejor que nunca.

—Una lobotomia... para ti —responde con sinismo.

«Y una maldita bazuca», piensa el cazador para así volar todo el maldito lugar.

El padre de la chica Lovely está con la esposa a la cual nunca vieron llegar y a su lado está la madre de su hija que tampoco se vió llegar. La mujer mira a el grupo de amigos de su hija que se conforman de Ellie, Elton, y Miller acompañando a Aragon que cruza miradas asesinas con ella.

—Deja de mirar —le exige Máximo Walker.

—¿Quién es la mujer que lo mira como si fuese oro? —pregunta Miranda.

—¿Cómo sabré yo, mujer? —gruñe y su esposa lo calma sonando su espalda.

El general se casó hace seis meses, su esposa y él saben algo que la madre no, pero por pura obligación la llevó al juicio después de que le llamara reclamando la razón por la que no le dijo él. Pero la pregunta es:

«¿Cómo lo sabe Miranda?»

El cazador trata de no matar a nadie pero todo lo que ve es el recuerdo vivido de lo que sucedió la última vez que estuvo en un juicio. Selinne lo aprieta de mano y besa su brazo con cariño, sin embargo él la aparta, ella está enamorada, siempre ha sido así, pero Aragon es un ser inmune a sus cualidades como ayudarlo a salir del hoyo cuando la chica que odia lo abandonó. Ha permitido que azote a otras porque sabe que tiene una necesidad de azotar en lugar de hacer el amor.

Ahora él odia esa palabra. ¿O será que odiar saber que la única vez que amo lo destrozaron? Pobre, y tonto cazador, enamorado de su presa, en lugar de comérsela, la acogió.

Damon mira a Selinne y sólo piensa en cómo podría follarla tan fácil, y a pesar de su reciente tregua quiere joderlo. El joven Damon es un soldado fenomenal, ascendió a capitán y aunque mayormente ebrio se enfoca en acabar a sus enemigos con astucia.

Sin embargo, tiene más razones para luchar, secretos que nadie sabe y que él no está dispuesto a revelar. Al menos no ahora.

Comienzan a llegar más personas a lo lejos, Elton se tensa cuando llega el coronel y Aragon intercambia miradas con un bufón tenso y un coronel nervioso. Damon hace lo mismo, y mira a Aragon.

—¿Ese no es el ex novio de la chica Walker? —le pregunta Selinne a Desire.

—Sí —lo saborea—, y vaya que a esa chica le fue bien. Armstrong es ardiente como las brasas.

—Mientras y no te metas con lo mío.

Desire se ríe y niega. «¿Quién realmente podrá tener al cazador?» Los de la Jerarquía News se pasean pidiendo opinión del juicio que está apunto de hacer historia en 2043 entre de su jurisdicción y la rival.

—¿Qué opina sobre lo que está apunto de suceder? —pregunta una reportera a Damon.

Pocos son los que tienen acceso pero claro está que nada saldrá de las cuatro paredes.

—Claramente están jodidos —escupe—, tanto Aragon como Gregor Andersson deben estar tras las rejas.

La sala es abierta y Aragon es el primero en entrar, empujando vagabundos con Elton que tiene el corazón en la garganta. Damon tiene una sensación de calor y no sabe porque. Aragon empuja a Miller que aguanta una palabra mal sonante cuando casi lo tira.

El cazador lo soporta pero no olvida lo que hizo o a quién se lo hizo.

Todo se torna sombrío mientras Elton quiere largarse antes que Aragon tome represalias, y cada uno lo sabe, incluso Damon tiene la sensación de querer matar, y no a Aragon. En las primeras filas se ubican los de la aristocracia que son Ellie, Desire, Selinne, Aragon, Elton y Miller, así como los familiares de Lovely. Y Damon no pertenece pero se sienta allí porque la jerarquía ahora es su mayor enemiga, y no eso, si no lo que queda de ella, hay un par de renegados que quieren los contratos de vuelta pero imposible con él vivo. Porque para la jerarquía era importante el poder del líder, y el líder ya no tiene a su compra.

El coronel Chan y el ministro Salvatore se posan con los abogados y la parte correspondiente del sector jurídico de la aristocracia. El lugar está a más no poder, porque tanto fans de Aragon, Damon, Makris y Andersson hacen acto de presencia, pero en los rincones están aquellas insignias en los sacos y trajes de civiles, esa rosa siendo atravesada por una daga.

Los reporteros equipan sus cámaras para la función que Aragon cree innecesaria.

Todo comienza a sentirse asfixiante cuando el juez hace acto de presencia junto con la primera dama. Miller debe sujetar a Aragon cuando se le abren las puertas a Andersson y la sala se vuelve un caos, de gritos, murmullos y quejas. Sin embargo, este sonríe de oreja a oreja para el Cazador y le cierra en ojo haciendo que la sangre se le suba hasta la nariz. Los soldados lo custodian hasta su lugar correspondiente y él se ve cómo cuando fue a la cita con la hechicera que de alguna manera sabe que volverá a ver, y recapacita de todo lo malo que le hizo.

Las chicas lo saludan y él sonríe, es obvio que es un hombre apuesto por ello nuestra chica confío, ¿como no confiaría?

Aragon no le despega los ojos sintiendo que va a vomitar el 99.9 % de alcohol que ha ingerido esta semana.

—¿Sabe por qué se le acusa, Mr. Andersson? —inquiere el juez moviendo papeles.

—Sí, señoría —sonrío tranquilo. Sabe que ganará.

—¿Cómo se declara? —inquiere el juez.

Silencio.

—Inocente —sus palabras levantan a más de uno y por ello se burla.

El juez hace sonar el martillo.

—¡Demos por iniciado la excomulgación y a presión de un ex socio de nuestro sistema jurisdiccional como es debido! —espeta, y mira a la primera dama—. Este juicio será llevado a cargo por el poder de continentes y no es convencional. Lo que ocurrirá aquí nos permitirá acceder a una nueva sucesión. —se acomoda las solapas—. Adelante, primera dama.

Comienzan a explicar el porqué de la presencia de Aragon y las pautas del juicio que se llevará a cabo. Debido a que su presa fue la afecta y por ello los acuerdos se rompieron deben darle explicaciones al cazador de porque la jerarquía permitió aquella atrocidad.

Por otro lado Andersson reconoce a sus aliados entre la multitud siendo el más interesado en seguir con tal acto. El ministro mira al coronel cuando sus ojos se dirigen al doctor Jordan Reid entre el público.

—¿Sabe que su hijo se acuesta con el enemigo? —inquiere el ministro mientras capta las miradas de Desire.

—Lo sabrá —habla el coronel sin importancia. Él sólo quiere que Jossie vuelva a sus garras.

Es verdad que le gustaba al verla pelear con la máquina de comida rápida, y así comenzó la obsesión por investigarla, tanto hasta dar con nuestra protegida. Josselyn Walker, y así de pronto cayó en los encantos de un cabello azabache y ojos ámbar, él y unos cuantos más.

—¿Crees que Aragon...? —le pregunta el ministro.

—No quiero saber absolutamente nada de su reacción. Termina el juicio y nos vamos.

—Ya tiene repuesto —susurra el ministro—, es una buena chica, la conocí hace un tiempo.

—¿Qué la chica Walker no mató a su madre?

—Detalles.

El coronel endurece la mandíbula cuando capta a Aragon mirándolo y éste debe apartarle la mirada al cazador. Selinne aprieta la mano de Aragon tratando de calmarlo pero este la quita.

Así cómo Matthew Reid que detalla a su novia caminando con unas zapatillas de dagas y su cuerpo se balancea al acercarse a las puertas.

—Luces... perfecta —la toma de la mano y puede notar su nerviosismo—. Estoy aquí. Siempre. Contigo.

—Gracias —dice y le da un beso casto—. Puedes quedarte aquí.

—Entraré contigo —dice con firmeza.

—¿Crees que me arregle demasiado? —se burla.

—Te ves espectacular. Prometo que te daré algo más tarde —la toma del cuello besando su mejilla—. Estarás a salvo conmigo, lo prometo.

¿Un poco iluso nuestro agente, no?

Ella no quiere estar a salvo, quiere el peligro y el miedo que emana el hombre de dos metros que está apunto de ver, porque las terapias no le sirvieron para olvidarlo y menos dos años de abstinencia.

Pero de todos allí el más asustado es Rey que sabe de buena mano que el juego de Selinne y Aragon terminará cuando la pelirroja de ojos grises atraviese las puertas. Esa que él dice que que jamás quiso, sabiendo que Elton presenció por las cámaras de seguridad el berrinche que hizo: Quemó todo lo que le recordaba a ella, y las medallas tanto como sus fotos fueron a arder al fuego al igual que toda la mansión que tenía en construcción para su regalo de bodas, así como chocó el auto que le iba a obsequiar por su cumpleaños y le aventó una bomba porque dañaba su aura con olor a traición y rebeldía.

Todos saben que ha vivido colocado desde que la mocosa se largó dejándolo solo, destrozó lo que ella tocó, al igual su televisión, teléfono y escritorio que terminó en astillas en el suelo mientras utilizaba la televisión para romperlo. Llorando con sangre en las manos y cristales incrustados en ellas. ¿Ese es el cazador más temido?

Justamente ahora se siente como un maldito concierto de Guns N Roses mientras suena November rain. Y vaya que estamos en un noviembre lluvioso.

Nadie recuerda la imagen de un Tayler llorando sin lágrimas en una esquina lleno de sangre, cristales y ron. Pero para él todos los días han sido lluviosos, para él la luz se fue cuando ella lo hizo, y eso será así hasta que la tenga de vuelta.

Todos están alertas excepto Andersson que parece disfrutarlo.

Pero para Lovely Walker se siente como Fein de Travis Scott. Ha esperado entrar con la frente en alto hacia sus enemigos, y destruirlos desde adentro por más de un año y medio. Ahora lo hará.

—Ya se han leído los acontecimientos. Ahora la agresión formal se declara abierta —emite el juez—. Primera dama, lea la acusación y la defensa, por favor.

—Señor Andersson de pie —pide la primera dama—. Por obligación y ley de la aristocracia se le exige declarar. Deberá responder con honestidad y en caso de cometer perjurio el juicio se anulará y será llevado directamente a la prisión real. No tiene derecho de quejarse, se le otorga palabra sin intención de defensa y sin derecho a remisión por su antiguo cargo. Quiere decir que no por pertenecer a ese cargo lo hace menos culpable. —lo mira fijamente recordando lo que le hizo a su hija—. Comencemos.

Todos prestan atención cuando el fiscal hace presente muestra los papeles como muestra del juego de ajedrez que están jugando entre la aristocracia, la mafia y una rebelión. El FBI hace acto de presencia presentando pruebas claras donde la droga de Andersson ha hecho masacres y ha experimentado dejando los cuerpos abandonados.

«¿Qué diablos tiene que ver el FBI?», la cabeza del cazador resuena.

—Está lo suficientemente claro que cometió delitos sin los acuerdos disponibles —habla la primera dama—. No cuando los papeles existían. Jamás se le permitió este derecho y menos siendo miembro de la ley marcial.

El cazador y el imitador se miren fijamente pero, lo que quiere Aragon es una silla eléctrica donde él pueda arrancarle cada pedazo de piel, y untarle de su mierda hasta que se pudra y muera. «Tú maldito infierno comienza», piensa el cazador mientras lo mira. Ladea la cabeza y el imitador lo sigue.

—¿Qué nos dice de su droga AHS69? —inquiere la primera dama, sacándolo de su hipnosis—. Un nombre con trasfondo. ¿No? Dígame el trasfondo.

Lovely le salvó a la hija y por ello está aquí para que ese juicio se lleve a cabo como debe. Ella declaró cómo se hizo el nombre de la droga y los abusos que sufrió en el proceso.

—¿Qué puedo decir? —la mira como si la tuviera hipnotizada—. Es una droga y ya. No me parece que me tengan aquí con suposiciones.

—No hay ninguna suposición, Señor Andersson —se acerca con una sonrisa mordaz—. Los hechos no son suposiciones.

Andersson cierra los ojos saboreando el recuerdo de su hechicera, y el daño que le hizo es sólo el comienzo de esta historia.

—Muéstrame de lo que tanto presumes —la reta.

Nadie había visto esto, pero claramente su licenciatura en derecho le sirve más de lo que creían.

La pantalla se enciende mostrando a diversos cadeveres encontrados en los últimos meses para que todos vean las atrocidades que ocasiona. Guerras de poder y más. Tanto hombres, mujeres y jóvenes están siendo testigos de la crueldad del hombre con cara de yo no fui.

Explican la consecuencia de la droga y cualquier indicio con ella puede ser letal debido a sus ingredientes que son una copia de las drogas ya en venta como XOXO o encantadora. Un arma química y biológica.

Esto no es permitido debido a que Aragon tuvo que pasar por un proceso, tuvo que ser aceptada ante el comité. Andersson lo hizo ilegal, sin consultar y dañando el mercado de droga. El químico no, él hizo que esta droga fuese el pilar de la drogas en conjunto.

—Yo sólo veo gente adicta —interviene Andersson—. ¿Adónde está la prueba de que son mías? Que yo sepa al químico lo tienen entre ustedes. Alguien que surte su mercado y no dicen nada.

El silencio se prolonga con murmullos ya que no saben de quién habla, al menos no todos.

—Conocemos las drogas del químico, y esto es una burla para dicha droga —alega la primera dama que recibe papeles de Franck Graham cuando se levanta de la mesa siendo atravesado por unas miradas—. Es la única droga que no está aprobada por el comité, ni ahora ni nunca y menos teniendo en cuenta su manejo experimental. Usted es el único que lo hizo, de manera no legal.

—¿Cómo pueden creerle? —se refiere al jurado—. Trabajan con la mafia, y me quieren inculpar por unas pruebas que salieron mal. Esas fotos pueden ser consecuencia de otras drogas, y no de la mía. No me hago inocente pero no hice nada ilegal según los acuerdos.

—¿Cómo sabe que se hicieron pruebas?

—Irrelevante la pregunta —habla Andersson.

—¿Niega lo que es obvio?

—Sí, y más sin pruebas que demuestren lo contrario porque hasta ahora sólo veo finados —no puede esconder la risa burlona que le dedica a Aragon.

—Quiero llamar a mi primer testigo —dice la primera dama.

—Adelante.

Y con ello se le abren puertas traseras a Jade Gómez que sólo está temblando mientras un agente la ayuda a pasar del otro lado de la declaración. Poniéndola al lado del juez igual que Andersson.

La pobre chica sólo quería ser libre y cayó en un hoyo injusto de telarañas.

Ponen la biblia en su mano para hacerla jurar, y esta lo acepta para que comience el juego.

—¿Sabe por qué está aquí? —inquiere el juez.

—S... sí, seño-ría. —aprieta los puños tratando de no ver al monstruo con ropa elegante.

—Adelante —el juez no muy conforme con la situación le concede la palabra a la primera dama.

—Señorita Gómez —la llama la primera dama—. ¿Conoce usted a este hombre?

Mira a Andersson cuando se lo señalan.

—Sí.

—¿Cómo lo conoce?

—Es hermano de Sergei Petrova y lo conocí en una compra completamente legal a mis padres —declara la mexicana que sólo quiere irse mientras el sudor la toma.

Los murmullos se levantan pero a Andersson es lo que menos le preocupan. Él quiere a la hechicera y a su contrincante en el mismo lugar.

—Cuénteme cómo fue su acercamiento con el señor Andersson.

—No lo había, yo era la favorita del Boss —le explica a los jurados que no le toman importancia—. La única vez que se me acercó fue para hacerme esto. —quita sus lentes de sol.

Andersson sonríe con discreción porque lo único que hacen es humillar a la pobre chica. Ella estaba mejor en su país natal o estaría mejor con el Yakuza, pero los calavera llegaron primero, y en este caso siempre estuvieron al mandato de Andersson.

—Me inyectó cuando no lo quiso hacer con su favorita —dice—. Ella sufría más torturas en aspecto sexual y con la droga...

—Limítese a contestar sólo lo que le preguntan —le dice el juez a Gómez.

La indignación arde pero no tanto como el cazador.

—¿Quién era su favorita, señorita Gómez? —inquiere la primera dama.

El escalofrío se puede sentir en la piel del cazador y debe aguantar la respiración para escuchar el nombre.

—Lovely Walker.

«No, no», se repite.

Los murmullos y escándalo se levantan cuando su nombre resuena como un himno entre el público.

—¡Orden! —espeta el juez que se acomoda la peluca blanca.

—Sería todo para la señorita Gómez —dice la primera dama.

—¿Cómo van a creerle a alguien que trabaja para la mafia enemiga que me quiere ver muerto? —Andersson se dirige al jurado—. ¿Adónde están mis derechos?

El estrado guarda silencio sintiendo que el juicio acabó pero lo que recibe la primera dama por parte del agente Klein es la lo que pone a todos tensos y por ello cuando la abre no puede ocultar la sonrisa que se le dibuja en el rostro.

—Señor Juez —habla Andersson con voz apacible—, sin pruebas en contra hacia mi persona me veo en el derecho de exigir mi inmediato liberación, ya que, todo esto es difamación. Yo fui capitán y comandante de la jerarquía por lo cual me es ilógico que quieran inculparme. Están violando mis derechos.

—La aristocracia no permitirá que este juicio se quede así —habla la primera dama—, Andersson es un riesgo para nuestra orden, señor juez, así como a nuestro sector de justicia. Nunca antes tuvimos este problema con ninguna mafia. Incluso nuestro aliado se sometió, y tampoco con los Yakuza cuando estuvieron de aliados. Esto para que detengamos al culpable de la catástrofe de hace más de un año, y lo que ocurre en el bajo mundo. Está poniendo en evidencia nuestro poder, la pirámide del poder ha permanecido anónima durante décadas y el señor Andersson lo hace imposible.

El juez carraspea irritado.

—Pierde el tiempo, señor Juez —trata de persuadir Andersson—. No tienen pruebas y sus argumentos son erróneos e incoherentes, notable su falta de preparación ya que es una primera dama no una licenciada en derecho. Los mexicanos también quebraron reglas y no los veo aquí. Sólo una de ellas la cual comete perjurio al mentir, sabiendo que la compramos legalmente, incluso tengo los papeles de posesión...

La primera dama pierde la compostura recordando lo que le pasó a su hija, a la cual salvó la chica de ojos grises.

—¿¡Erróneo!? Erróneo es que siga libre habiendo secuestrado, violado, maltratado psicológicamente y envuelto en sus experimentos a una soldado, y joven perteneciente a nuestro aliado aquí presente, que exige que se le otorgue el poder para privarlo de su vida, y ofrecemos un trato por su declaración en lugar de que la mafia lo arregle como acostumbra —espeta ganándose la mandíbula apretada de Aragon—. Lo que mi cliente quiere es justicia, sin mencionar las torturas de vivió bajo sus manos. Por ello la aristocracia toma el asunto en sus manos, dado que rompieron los acuerdos y los delitos cometidos no estaban firmados, rompiendo los acuerdos de La Paz en la Ley marcial del 2026 tras nuestra última guerra en 2025. Esto traería otra guerra a nuestras vidas y si nuestro aliado pide su excomulgación a cambio de paz se la daremos.

—¿Quién es su cliente? —Andersson vibra de la emoción y la piel del cazador se encoge.

Sabemos que el cazador tenía que ser protagonista pues si no hacían lo que quería la guerra se les avecinaba.

—¿Va a aceptar la culpa? —la primera dama lo ignora.

Pero Andersson es astuto. ¿Cómo aceptarlo cuando lo que quiere es otra cosa?

—Sólo palabras que no demuestran nada —Andersson le resta importancia.

La primera dama cambia la foto de la chica Lovely Walker cuando llegó a protección de testigos, fotografías de su sexo y todo su cuerpo siendo comido vivo por la droga, y las lesiones de violaciones así como el informe del médico.

—El doctor J. Reid se encargó personalmente del pronóstico de Lovely Walker, y el único culpable es usted, Sr. Andersson.

Andersson disfruta de las fotos, y el cazador se da cuenta por lo cual Elton pide que las quiten ya que la bomba de molotov arrasará con lo que toque.

La nombre de Lovely resuena en la boca de los presentes en lo que el cazador trata de ignorarlo apretando los dientes y Selinne se mueve incómoda cuando él parece querer salir huyendo. «¿Por qué les importa?», se pregunta ella, asqueada por el trato que le dan a una niña insignificante. Pero la insignificante aquí es otra.

El pulso del Rey aumenta distanciándose lentamente a dos sillas de Aragon y Ellie se percata de la acción. «No lo hizo, no lo hizo», se repite lo que ya sabe.

—La mujer fue la testigo por casi dos meses de sus monstruosos actos, vió cómo sometía a otras chicas, y las usaba como ratón de laboratorio, incluyéndola. Cuyas inyecciones le dejaban la piel como si estuviese pudriéndose, y eso es lo que el señor trata de pasar por alto —espeta la mujer—. Sin contar todas las atrocidades que sucedían en ese lugar. Jade Gómez es una de ellas pero debido a que su palabra no vale para ustedes, supongo que debo tomar medidas drásticas, haciendo que pronto lo hagan.

—Gómez está dentro de los acuerdos de compra —alardea Andersson.

Se ríe con ironía.

—Sólo ella —lo encara la primera dama.

—Sólo habla pero no le veo testigos más que su palabra, sólo una prostituta de la Bratva y esclava de la pirámide —se acomoda la chaqueta y peina la cola corta que se le hace en el cabello.

La primera dama pasa el documento al juez.

—Lo hay. —El FBI y la alta guardia se ponen de pie erizando la piel de Elton—. El testimonio de mi informante y..., protagonista de esta historia.

El público se vuelve loco y el cazador escucha el pitido de sus tímpanos. Ellie, y Miller están estáticos mientras el Rey debe respirar fuera del alcance de un cazador furioso.

No hace falta decir el nombre para saber que es:

—Lovely Walker —espeta la primera dama.

Silencio.

—¿No que estaba muerta? —se burla Andersson, sabiendo que la escuchó, la sintió y tocó hace unos días—. ¿Entonces cómo soy tan malo?

—Al lugar —lo reprende el juez y le concede la palabra a la primera dama—. Prosiga.

—Llamo a testificar a Lovely Walker.

El lugar se vuelve una horda de gritos, el cazador mira al imitador que se ríe, Selinne le habla y este no reacciona. Miller se endereza por inercia y Ellie no puede dejar de mirar al hombre que ella amó. Damon se ha pegado a su silla y Félix se pone eufórico.

Sin embargo, el cazador deja de vivir con los tres trompetazos que le da el corazón y la primera dama trata de hablar fuerte para que la escuchen pero los gritos y aplausos de los matones de Aragon entre el público se vuelven lágrimas.

—Mujer que fue revocada de los acuerdos de la jerarquía, y ahora protegida por el poder de la rama jurídica aristócrata más poderosa... —la primera dama habla pero casi nadie la escucha debido a que todos esperan que cruce las puertas principales.

Todos se miran entre todos excepto Aragon que está estático mirando hacia la puerta donde caminan los soldados de S.W.A.T . «¿Está viva?», se pregunta Selinne.

Todos vieron la muerte de la pelirroja equivocada. Porque esa no está tres metros bajo tierra si no detrás de la puerta queriendo vomitar el desayuno mientras sujeta la correa de su pantera.

—¡Silencio! —exige el juez golpeando la madera para que se callen pero no sucede.

Nadie está pensando cómo debería ya que, lo único que quieren es la explicación de lo que acaba de salir de la boca de la primera dama.

—¡La jurisdicción aristócrata llama a testificar a Lovely Walker! —exige el juez rabioso, ya que también está confundido.

Todos se ponen de pie excepto el cazador que está lidiando con el zumbido en los tímpanos, el mareo, temblor y el pecho a reventar ante la mención del nombre que ahora es la pesadilla de muchos y los fantasmas de otros. En lo que Damon se levanta tambaleante con el pecho retumbando a más no poder. «¿Calabacita?», sonríe mirando la puerta que se abre...

La tensión es atropellada por la mujer de tacones con dagas, vestido negro de escote cuadrado con cabello rojizo que camina con el mentón en alto, sonrisa mordaz, característica de su rostro, labios rojos y cabello arreglado cayendo como cascada sobre su espalda mientras el vestido le muestra al mundo que ella si mejora para bien, y mal.

Los ojos van a ella y su pantera ruge ante los flashes en un acto de soberanía, qué lleva chaleco antibalas, y camina un paso detrás de su madre.

Selinne debe de recoger su barbilla al ver a la mujer que cruza el umbral de la puerta así como todo el presente. La brecha de su vestido muestra su carne y una liga con diamantes al igual que el collar rojo en forma de corazón. «¿Es ella?», se pregunta Selinne tratando de creerse que es un sueño cuando ve que absolutamente todos la miran, incluyendo el hombre a su lado que conserva un dedo en la sien y el pecho reventándole, no escucha los gritos de la multitud sólo su corazón y los tacones de dagas clavándose firmes en el mármol del lugar, se clavan como martillos a su sien cuando el sudor lo atrapa. «No murió, pero yo mismo la mataré», se dice el cazador.

Los flases capturan a la mujer mientras ella camina con gracia y elegancia, aniquilando con la mirada en todos los flashes, menos en el público, ella mira las cámaras que le estrellas con los ojos pálidos mercurio. Elton a pesar del caos que hay en la sala aplaude y Félix al fondo lo apoya pero enseguida los callan o los sacan. «¿Sacarme a mí?», se burla Elton. Miranda no puede creerlo, y quizá es una piedra en su camino pero ahora sólo ve a su hija viva. Máximo Walker aplaude a su dulce y pequeña niña que luce como un símbolo de muerte.

Miller sonríe a más no poder y mira a todos lados dándose cuenta que se acostó con ella, y eso parece ser un delito.

Mientras el Yakuza, Rosemery, Cho y Eliot se vuelve locos gritando de emoción cuando ven la transmisión. «¿Cuántos de los socios están reunidos allí?», se burla el dragón.

—¡Demuéstrales quién es la maldita dueña del mundo! —grita Ellie.

—¡Orden! —repite el juez que también está babeando.

Los ojos de Vanessa entre la multitud camuflajeada se mojan de emoción por ver a su amiga sana y salva, y sobre todo viendo la mujer que es, pero el vikingo que ve todo desde sus aposentos con su pequeño reposando en su pecho. «Maldita, puta. Lo logro», festeja el barbón que le tomo respeto a la chica pelirroja que jamás dió el paradero de su hijo. Hijo que va a recuperar, pero con ella fuera no podía. Después de todo, le gustaba ese juego.

Andersson se lleva la mano al rostro suspirando, sonriendo y limpiando lágrimas falsas mientras Lovely camina recta con el pecho reventándole sintiéndose la dueña del mundo. No tiene que voltear para ver quien la mira, sin embargo, Selinne trata de enfocar los ojos del cazador en ella pero este contempla a la presa que luce mejor que nunca, y así mismo regresa la vista a sus puños apretados y la daga lista para marcarla de nuevo como suya por sí no les había quedado claro.

«Mi maldita mujer», se dice una y otra vez cuando los circuitos se le queman. Olvidando por un segundo que está enojado.

No se mueve y probablemente dejó de respirar en el momento que cruzó el umbral, porque el corazón se le estrella en la garganta haciéndolo sentir el mareo de su vida. «Le dije que no volviera», tiembla de rabia.

Sophia Graham desde su aislamiento la mira con una rabia incontrolable. «Maldita hija de perra», ríe alegrándose de que no esté muerta para así hacerlo por su cuenta, y bueno.

Ellie sonríe a Elton que llora y los del FBI asienten hacia Elton que fue el principal participante, sin embargo, el actual suegro de nuestra querida Lovely trata de no moverse. Sus padres no respiran pero ella ni siquiera los recuerda.

Selinne la escanea viendo el vestido negro de que representa a la princesa Diana el día de su divorcio haciéndola lucir como su peor pesadilla, porque sabe que el humor y el amor del cazador están así debido a una muerta, una que camina a paso firme, pareciendo que modela en lugar de ir hacia una estresado. No tiene idea de como una mujer de su edad puede estar construida de esa manera y después de todo lo que vivió.

Lovely sabe que es hermosa y lo demuestra con la seguridad al caminar. Miller no le quita los ojos de encima y deja que las lágrimas rueden por sus mejillas, él fue testigo de cómo la golpeaba Andersson y la orinaban entre todos. Damon quiere correr y tocarla para percatarse de si real o no. Pero pobre demonio de Amsterdam no sabe que ya la perdió.

Y el agente Matthew Reid se tensa cuando ve que se detiene y le pide la mano a su espalda, para que se acomode en su izquierda pero los ojos de todos recaen a él. «¿Me miran a mí?», frunce el ceño confundido por toda la atención. Se acomoda el rifle en el pecho. Las miradas de todos viajan hacia él ya que es un hombre apuesto de cabello coqueto y castaño claro, alto, confiado de quién es y lo que logra con su mente y... otras cosas.

La mirada de las nuevas reclutas viejan con asco a Lovely pero ella ni siquiera sabe que existen. Sin embargo, el demonio y cazador se concentran en ese hombre, incluso en el respirar de su pecho hasta llegar a su lugar junto con Lovely que le sonríe y éste le pone la mano en la espalda baja haciendo que la sangre del cazador lo ahogue con un veneno muy similar a los celos obsesivos. Niebla ruge y ella la calma entregándole la correa a su novio que viste como agente federal del FBI.

Andersson sigue con la mano estirada hacia ella sonriéndole pero aún no es capaz de verlo, no después de lo que le hizo, no después del infierno que vivió soñando con él, y despertando con el miedo de que jamás hubiese salido de allí.

La sala se vuelve un caos con adolescentes celosas, un cazador rabioso y un demonio tentado, así como un escorpión hambriento que sólo quiere rasgar el vestido para verificar si sus marcas siguen allí. Lovely deja de avanzar cuando el olor de sus pesadillas aparece como relámpago entre la viuda negra y el imitador. Lovely no tiene miedo, Lovely quiere venganza y ésta comienza ahora:

—¡Orden! —espeta el juez cuando Andersson abre la puerta y trata de tocarla.

Un artefacto se envuelve en la mano del imitador que lo envía al suelo, mirándola con anhelo mientras gruñe haciendo que Lovely de dos pasos atrás con el corazón en la garganta. El cazador envió un paralizante eléctrico, y esto desata el caos, nuestra pequeña Lovely gira y lo ve.

«No», se repite pero el corazón se le cae al suelo cuando escucha su voz.

—¡Nicht berühren! —dice el cazador en un rugido que alerta a todos.

Traducción: No toques.

Está con el cuerpo tenso, colapsando y resaltando en le multitud, sin embargo, no pueden decir nada, ella al final es su esposa, y aunque nuestro querido cazador no la mira, si no al hombre que recogen, se sabe por quién lo hizo.

«Domínate», la voz truena en la mente de nuestra Lovely gira dejando el fuego que se acaba de crear dentro de su pecho.

Ella presta atención mientras lo recoger y su piel se eriza con cierta malicia. No es miedo, es gozo.

—Я знал, что ты найдешь меня, моя прекрасная солдунница. —saborea el hombre mirando sus ojos mercurio que ahora destellan poder.

Traducción: Sabía que me encontrarías mi hermosa hechicera. ¿Te gustaron mis ofrendas?

«¿Creían que lo cazaba?»

Ya conocemos la historia de nuestra pequeña pelirroja, cazando a sus cazadores. Pero aquí no hay obsesión ni delirio. Hay odio.








Nota:

*gritos de perra loca*

Sinceramente no podría estar más feliz de hacer esto. Siento que me tiemblan las piernas porque no sólo estoy esperando que ellos se reencuentren si no que Lovely quede en lo alto ante la Ley y la Mafia.

Quiero dar créditos a todos los videos que hay en YouTube sobre leyes, y series como amor y muerte que tuve que ver para ver cómo era un juicio más preparado. Ya que los otros eran un poco más recatados. También quiero agradecer a ustedes por animarme a editarlo y hacerles la cabeza un lío. Aún falta lo siguiente.

¿Qué les pareció? ¿Muy largo?💀

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