Capítulo 35 |Tal vez...
|Lo más sincero tiende a ser paulatino|
━━━━❰・🍚・❱━━━━
Bien, lunes, ya es otro maldito y desgraciado lunes.
He de admitir que en muchas ocasiones he querido hacerme la enferma y no ir a la escuela por pereza o por sueño, por alguna tarea que olvidé o por algún examen que lleve de por medio operaciones. Aunque, claro, nunca lo he hecho ya que mis padres son un tanto estrictos en cuestión de estudios y muy rara la vez me solapan en situaciones así.
Desventajas que tienes cuando tu madre es abogada y tu padre un catedrático en la universidad.
Así que vamos a recurrir a la vieja confiable.
Desde que me levanté, comencé a fingir no sentirme bien y hacerme la moribunda dando sus últimos alientos, según yo bien dramática, ajá.
Deberían contratarme en Hollywood por mi tremenda actuación, carajo. Y llamé la atención de mi mamá ya que mi padre se estaba arreglando para irse a impartir clases.
—¿Qué tienes? —Pregunta la matriarca de esta casa entrando a mi cuarto.
—Siento que voy a estirar la pata, amá —dramatizo y veo cómo mi mamá rueda los ojos con diversión, aguantando la risa.
—Espera —se limita a decir y sale de mi habitación. Minutos después regresa con un termómetro en manos y sudo frío. Ay, no, ya valí—. Abre la boca —sin más opción, hago lo que me pide, esperando unos momentos para que marque mi temperatura corporal. Y, como era obvio, sale que estoy bien—. No estás enferma, Yuzuki —asegura mi mamá quitándome el instrumento de la boca.
—¡Me duele la garganta! —Excuso y comienzo a toser exageradamente en un intento de querer demostrar que me siento mal, pero claramente mi intento falla.
Sea quien sea que controle mi vida desde las alturas, te odio.
—Yuzuki, ¿hiciste todas tus tareas? —Cuestiona mi mamá analizándome con esa clásica mirada que poseen los padres para ver hasta en lo más profundo de ti.
—Sí... —murmuro jugueteando con mi almohada, nerviosa.
—¿Tienes alguna exposición o examen? —Vuelve a preguntar.
—No...
—¿Te bajó la regla? —Indaga y de momento pienso en mentir, pero recuerdo que ella se sabe mis fechas, además, hace dos semanas apenas la tuve, por lo que sé que no la puedo engañar.
—No... —me sincero ya con resignación.
Mi plan se fue a la chucha.
—Entonces, ¿por qué no quieres ir?
Oh, simple: el que bien podría ser mi mejor amigo me besó casi en la boca antier y posiblemente esté enamorado de mí, así que no sé qué hacer al respecto; tampoco me siento capaz de poder verlo a los ojos sin tener miedo de que en cualquier momento se me confiese. ¿Es razón suficiente, mamá?
—Tengo sueño —digo en cambio.
—Anda, arréglate, te voy a preparar un café cargado, quizás con eso puedas minimizar el sueño —da por finalizado mi madre y me da un par de palmadas en la espalda, levantándose de mi cama y saliendo de mi cuarto.
Odio todo.
▶▫▪♡▪▫◀
Bien, todo va conforme mi plan que se me ocurrió cuando llegué a la escuela, así es. No me he topado a Gohan en todo el día y las horas de clases han finalizado, así que creo que ya la salvé por hoy.
Sí, sé que es estúpido querer huir, no me miren así, de antemano sé que en algún momento tendré que afrontar la situación, pero entre más tarde, mejor. Además, no me juzguen, no es tan sencillo sobrellevar una situación así.
Pero, claro, soy Inoue Yuzuki y a mí la mayoría de cosas me salen al revés...
Mi reloj —que la policía sincronizó hace unos días con su sistema, para mi gran sorpresa— comienza a vibrar, avisándome de que está habiendo un crimen de fuerza mayor y que me necesitan junto a mis otros dos idiotas compañeros. Me tiento de momento a no ir y hacer como si nada, pero mi sentido de hacer lo correcto le está haciendo mella a mis impulsos.
Y termino por ir para mi propia desgracia.
Vamos, no puedo decepcionar a las personas que están volviendo a confiar en mí, tampoco puedo permitir que civiles inocentes paguen mis inseguridades.
Mi hermano perdió la vida por culpa de esos estúpidos y no pude hacer nada, ahora que tengo la posibilidad de que otras familias no sufran ese dolor, debo sacar provecho de ello.
Cuando estoy cerca, termino por cambiarme de ropa e ir allá, dándome cuenta de que ni Videl ni el idiota ese han llegado, así que me apresuro a resolver todo lo más rápido posible antes de que esos dos hagan acto de presencia. Y sí, lo logro fácilmente, haciendo que un par de reporteros se me acerquen y empiecen a cuestionarme, pero consigo zafarme de ellos lo más educada que puedo y huyo.
Los nervios que tenía de que en cualquier momento apareciera Gohan comienzan a desvanecerse poco a poco entre más me alejo, haciéndome sentir más tranquila y triunfal.
Pero reitero: a mí me sale todo diferente de como lo planeo.
—¿Te vas sin despedirte? —Lo escucho al tanto siento que me toma de la muñeca, sacándome un escalofrío de inmediato.
¡¿Por qué me persigue la desgracia?!
—A-ah, hola —susurro tensa cuando me volteo, agradeciendo mentalmente de estar aún como la ropa de la chica encapuchada ya que no puede verme completamente el rostro—. Perdón, pero tengo prisa...
—¿Por qué huyes? —Me interrumpe Gohan abruptamente.
No sé, quizás porque no sé qué demonios hacer si en algún momento te me confiesas, quién sabe, puede haber muchas posibilidades.
—No estoy huyendo, tengo prisa solamente... —vuelvo a excusar, rascándome mi brazo con ansiedad.
—Te conozco y sé que no es cierto —asegura Gohan dando un paso hacia delante, acercándose más a mí y poniéndome más nerviosa.
—T-tengo tarea —susurro cabizbaja, tragando saliva e intentando no verlo; estúpido en parte porque está vestido del Gran Saiyaman.
En serio, odio esta debilidad que embarga cuando este idiota actúa de forma imprevista para mí.
—Yuzuki... —murmura en tono de advertencia, haciéndome entender que no me cree en lo absoluto.
También odio que me conozcas, joder.
—Agh, vale, tú ganas —gruño cruzándome de brazos, aún sin animarme a alzar la mirada.
¿Y si estoy exagerando? ¿Y si él no siente nada por mí y yo soy la que está malinterpretando todo? Sé que... no fue exactamente normal el hecho de que casi me besara ya que no nos tenemos esas confianzas, pero... cabe esa posibilidad de que solo sea un malentendido de mi parte. O al menos eso quiero pensar.
—¿Podemos ir a otro lado? —Pide el saltamontes y al fin caigo en cuenta de que estamos llamando la atención de los civiles. Esto se siente como una especie de déjà vu.
—Ehh, ya qué... —accedo sin más remedio.
Al estar cerca del edificio más alto de la ciudad, el que es mi favorito y en el que... él me habló por primera vez siendo el Gran Saiyaman, terminamos subiendo volando con un silencio que me es asfixiante.
Para mi gran sorpresa, Gohan se destransforma, dejándolo con su típico uniforme. Jamás había hecho algo así. De hecho, en este último tiempo está haciendo cosas que no puedo anticipar; y eso que creí conocerlo, pero me estoy dando cuenta de que no es así. O al menos no completamente.
Sin más, yo me bajo la capucha de mi sudadera al igual que el cubrebocas, sintiéndome más libre para poder respirar. No queriéndolo ver directamente, me encamino al filo de este lugar y me siento, enfocándome en la gente que pasa cerca.
No sé cómo explicarlo, pero me siento..., ugh, es que ni yo sé, carajo.
Noto la presencia de Gohan atrás y segundos después se sienta alrededor de un metro de distancia mío, haciendo que me encoja en mi lugar, invadiéndome el nerviosismo e incomodidad.
Nos quedamos así, en silencio. La verdad es que no tengo ganas de charlar, solo quiero largarme, tirarme a mi cama y olvidar todo, volver a mi antigua vida donde no tenía amigos y donde no conocía al Son.
—¿Qué sucede, Yuzuki? —Empieza Gohan, estremeciéndome por lo precipitado que fue—. Al inicio pensé que era mi imaginación, pero en este último tiempo estás actuando diferente conmigo... —comenta y de reojo sé que me está viendo, pero yo me mantengo en mi misma postura.
—¿Q-qué dices? Estoy actuando como siempre —intento confirmar y suelto una risa floja, acomodando mi fleco.
—No, no es verdad —asegura él y veo que acorta la distancia, alarmándome—. ¿Hice algo que no te pareció?
¿Tú que crees, idiota?
—N-no, no es eso —susurro cohibida. Veo que titubea y después toma aire, como preparándose.
No lo digas por favor, no lo digas, no lo di...
—¿Fue... por lo de ese día? —A pesar de que no específica y podría referirse a cualquier otra cosa, sé a la perfección de lo que habla.
—Y-yo..., eh... —balbuceo con torpeza, odiando internamente el hecho de que me ha dejado sin palabras.
Me estás poniendo más difícil negar lo que estás obviando cada vez más conforme pasan los días, Gohan. Eso es lo que pasa realmente.
—Es eso, ¿no es así? —Cuestiona con cierta seriedad que literalmente solo una vez le vi, y en esa ocasión fue porque intervine en la pelea contra el primer Boo; santa regañiza me quiso dar allí mismo, pero no tuvo tiempo en ese rato por la batalla.
—¿Yo...? —Me levanto con nerviosismo y doy unos pasos atrás, no aguantando más estar cerca de él e inhalo aire. Al diablo todo, yo no soy cobarde, debo enfrentar esto de una vez por todas—, ¿Yo t-te gusto? —No dice nada, haciendo que entre en pánico. ¿Y si la acabo de regar?—. E-es decir, al inicio no lo creía, yo..., bueno, p-pensaba que solo a la gente le gustaba molestarnos y por eso nos emparejaban, pero en este último tiempo... —disminuyo mi voz conforme hablo, sin poder verlo a los ojos y sintiendo una tremenda vergüenza que no puedo explicar, por ello estoy tartamudeando mucho. ¡Maldición!—; ¡y-y no estoy afirmando nada! Quizás me estoy confundiendo y estoy haciendo el ridículo ahora, porque..., porque yo no te gusto, ¿v-verdad? —Pregunto en tono de súplica, esperando a que me de la razón y nos olvidemos de este rato, de que se burle de mí y diga que estoy loca por suponer cosas así.
—¿Tú qué piensas? —Murmura el idiota mientras se pone de pie, logrando que el poco valor que había juntado se fuera a la chucha en ese preciso instante—. ¿Crees que sea cierto lo que han dicho los demás? —Indaga dando pasos cortos a mi dirección e inmediatamente me quiero echar atrás, pero no puedo ya que, si retrocedo mucho, puedo caerme de los malditos treinta pisos de este edificio.
Me acaba de acorralar sin que yo me diera cuenta, joder.
—Y-yo... —exclamo con timidez, sintiéndome avergonzada. ¡Está invadiendo mi espacio personal, así no se puede, él sabe cuánto odio que haga eso!—. ¿No sé? —Contesto con una sonrisa torpe, sintiendo cómo esta tiembla. Y noto que que me imita, pero de forma divertida.
¡¿Desde cuándo demonios se invirtieron los papeles?! ¡Yo no autoricé esto!
—Mira —inquiere y toma mi mano izquierda con la derecha de él, haciendo que sude frío; espero lo peor cuando hace ese gesto. Pero no, solo la alza y la coloca en su pecho, extrañándome. ¿Qué quiere hacer? ¿Qué quiere demostrar con esto?—. ¿Esto contesta tus dudas? —Tardo unos segundos en darme cuenta que está refiriéndose a su pulso, el cual se asemeja o supera al mío.
Esperen, ¿me está diciendo indirectamente que...?
—P-pero, ¿cómo? —Hablo por lo bajo, incrédula. Maldición, Gohan, se suponía que debías negarlo, no afirmarlo.
¿Como por qué le gustaría una chica como yo? Es que... simplemente no lo entiendo. Yo solo le doy problemas en su mayoría, lo trato mal, soy distinta a él..., ¿entonces por qué?
—No lo sé, solo... se dio —responde rascándose la nuca, sonriendo levemente con un rubor en sus pómulos—. Realmente me gustas, Yuzu.
Y lo dijo...
—No... sé qué decir —me sincero jugueteando con mi pie, en un intento de tranquilizarme. ¿Qué se supone que haga? ¿Cómo se supone que deba decirle? ¿Lo rechazo? ¿Le digo que no me siento lista? ¿Que ni yo sé qué es lo que siento?
Lo pintan tan fácil en los animes y películas románticas, pero realmente tengo miedo. ¿Y si esto arruina todo? ¿Y si él piensa que está enamorado de mí, pero al final resulta que no? ¿Y si solo está confundido? ¿Y si lo acepto, pero no congeniamos como pareja? ¿Y si me llega a guardar rencor si lo rechazo? Independientemente de todo..., le tengo mucha estimación, no quiero que por una confusión de sentimientos y estupidez de mi parte se aleje de mí...
—No te preocupes, lo entiendo —tranquiliza Gohan con una sonrisa comprensiva, como si entendiera todo lo que siento en estos momentos. Lo cual me alivia de sobremanera—. No tienes que responderme ahora, sé que estas cosas son complicadas para ti. Esperaré hasta que estés lista.
Eres un estúpido Gohan, un estúpido que logra conmoverme muy a mi pesar.
—Gracias —susurro con verdadera sinceridad, sonriendo por lo bajo y frotando mi mano contra mi brazo izquierdo mientras percibo cómo mi pulso cardíaco acelera... otra vez.
¿Y... ahora qué?
Nos quedamos en silencio, yo intentando calmar mis palpitaciones y Gohan..., no sé.
Cuando pienso que ya todo está hecho y que por fin podré irme a mi casa a darme una merecida ducha para pensar todo más fríamente, comer y dormirme, él hace el gesto de querer decir algo. Y, aunque no sé qué va a decir, estoy casi segura de que mi plan se va a ver frustrado... nuevamente.
—Perdón, pero he querido hacer esto desde hace tiempo... —murmura y de momento no entiendo a qué diablos se refiere. No lo entiendo hasta que veo sus ademanes.
Miro cómo coloca su mano derecha en mi mejilla, observándome con intensidad, logrando erizarme, y se acerca a más a mí, no tardando en acortar las distancias al tanto que siento su otra mano tomar la mía, aferrándose a esta. Y todo sucede demasiado rápido que no puedo reaccionar, que no logro empujarlo o algo similar. Nada. Solo me quedo estática, sin tener la mínima idea de qué hacer.
No hace ningún movimiento más que eso, solo que queda así unos segundos, besándome de manera superficial.
Es... curioso; con Videl también fue así de imprevisto, pero esta vez... es diferente de alguna manera.
Su tacto es cálido.
Separa sus labios de mí al tiempo que baja la mano que sostenía parte de mi rostro y noto que suspira levemente, después me sonríe con un sonrojo en sus mejillas, logrando estremecerme nuevamente. ¿Qué... es esto?
Sin saber qué más hacer, solo me limito a desviar la mirada, aún permaneciendo demasiado cerca de él. Una parte de mí quiere empujarlo y salir huyendo —y esta es la que más lleva la delantera—, pero por otro lado..., no lo sé, solo siento que no debo hacerlo, que quizás me arrepienta después si obedezco mis impulsos.
Lo único que sé es que al final solo me quedo así, a su lado.
Si no logro digerir el hecho de que le gusto, no sé cómo demonios le haré con esto.
—¿Eso significa que estás dándome una oportunidad? —Susurra aún sin apartarse de mí, sacándome de mi trance al tanto que siento cómo su agarre de manos se ajusta más.
Tal vez...
—¡Cállate! —Ordeno con más vergüenza aún en mi sistema y lo empujo un poco; percibo cómo los hombros de él se agitan, indicándome que se está riendo por lo bajo, ruborizándome más. Estúpido Gohan.
¿Qué se supone que significa estar enamorada de alguien? ¿Cómo demonios puedo saber eso?
━━━━❰・🍚・❱━━━━
–Lo único que voy a decir es que... no sé qué voy a hacer con mi vida cuando culmine esta cosa. ;;
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro