|A veces, lo que suele ser bastante obvio para muchos, es difícil de asimilar para otros|

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De acuerdo, esto es... un poco extraño. Demasiado extraño en realidad. Gohan últimamente parece tener la meta de acercarse más a mí, más de lo acostumbrado, y no es que me moleste en sí, pero... no deja de ser raro y un poco incómodo.
Supongo que las amistades son así, que se preocupan por ti, que te protegen, que son cariñosos y de más, pero nunca había estado acostumbrada a este tipo de trato externamente de mi familia. Nunca.

Ugh, entre más pasan los meses, más siento que Gohan y yo, aunque sí tenemos cosas en común, somos bastantes diferentes.

Él es cariñoso en algunos ámbitos y yo no sé cómo reaccionar a ese tipo de gestos, él tiende a ver lo bueno y lo malo de la gente y yo solo veo lo malo casi en general, él confía plenamente en los de su alrededor y yo solo espero el momento en que las personas te van a traicionar y apuñalar por la espalda, a él le encanta el estudio y yo soy bastante floja para estudiar, él inició su labor de proteger la ciudad porque no le gustan ver injusticias y yo... solo por venganza.
Sí, de alguna forma somos opuestos.

No entiendo por qué le interesó desde un inicio una persona como yo.

—Gracias por la comida —agradezco en voz alta, acomodando mis trastes y esperando a que mis padres terminen para ir ya a lavarlos.

—Hoy saliste con Gohan, ¿verdad? —Pregunta mi papá mirándome mientras ingiere del curry que preparó mi mamá hoy. Con el cual se lució debo agregar.

—Sí, fuimos a comer —confieso a medias. No pienso decirle que fuimos a la feria, conociendo lo protector que suele ser conmigo, sé que quizás lo pueda malinterpretar como una cita o algo similar.

Y claramente esa salida no significó eso.

—¿Y hasta cuando piensan volverse novios? —Cuestiona mi madre cuando termina de tomar agua.

—¡Mamá, ya te he dicho muchas veces que solo somos amigos! —Reprocho entre enojada y avergonzada.

—Tienen química, se les nota a leguas —expresa ella como si fuera lo más natural, haciéndome querer alegar el punto, pero opto por lo más sabio que una hija puede hacer en momentos así.

—Voy a lavar los trastes mejor —murmuro con resignación. La conozco y sé que va a seguir insistiendo, así que lo mejor es esquivar el tema.

Francamente, mi mamá nunca antes me había insinuado nada de que tuviera un novio ni nada por estilo —supongo que fue porque nunca hablé de chicos ni tampoco mostré interés—, pero desde que le platiqué de Gohan y este empezó a venir casi a diario para ayudarme a estudiar, parece que está impaciente por el momento en el que él y yo "hagamos formal nuestra relación". Ja, como si eso fuera a pasar. Es hasta raro imaginarme a Gohan y a mí como novios..., ugh.
Dios, creo que esa imagen mental me va a perseguir por un rato, joder.

Cuando termino de lavar y acomodar todo, me despido de mis padres para irme a mi cuarto a descansar y perder el tiempo —ya que me bañé llegando— un rato antes de irme a dormir ya que no tengo tarea. Ventajas de que el ciclo escolar esté a punto de terminar y de que los maestros ya hayan terminado de evaluar.
Sin más, prendo las luces de mi habitación y me tiro a la cama con cansancio, sintiéndome fastidiada y con ganas de no hacer nada.
Mal del cuche le dicen en algunos lugares.

Por inercia, levanto mi vista a la pequeña repisa que tengo en la esquina al lado de la pared de donde está mi cama, viendo los tres peluches que me gané hoy en el juego ese de la feria. Aún no me termino de creer que hayan sacado productos basados en mí; ciertamente ya habían cosas de Gohan y Videl, incluso al saltamontes le quieren sacar una película, pero mías...

Me desacostumbré tanto a la fama que me es demasiado raro saber que hay una mayor proporción de gente queriendo a mi alter ego.

—Estúpido saltamontes —susurro sin poder evitar sonreír levemente, mirando el peluche basado en él.

Sin él, mi vida sería más tranquila, pero también... monótona y apagada. Ha influenciado en mí más de lo que me gustaría admitir, más de lo que debería en sí.
Le he dado demasiado chance para entrometerse a mi vida, al grado de saber cosas que nadie, además de mis padres, conocen. Lo curioso es que... ni siquiera recuerdo el momento en que empecé a confiar en él, solo sucedió sin premeditación.

¿Gohan, qué demonios hiciste conmigo?

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Vacaciones, por fin dulces y esperadas vacaciones. Ah, lo malo de esto es que este periodo de descanso no suele ser largo, de hecho, muchos lo toman de sentado para ir a clases extras y preparación anticipada antes de ingresar a la universidad. Qué pereza, yo lo haré hasta cuando vaya a tercer año de preparatoria, por ahora voy a disfrutar. Por eso, mis fans, aprovechen sus vacaciones largas y despreocupadas que tienen en sus países, son afortunados.
Para mi desgracia, Gohan sí tomó esos cursos, así que casi no he podido verlo en estos días.

Ugh, no tengo a quién molestar, carajo.

Por eso, ahora que acaba de ocurrir un asalto en un banco —en el que intervine y gané, por supuesto—, Gohan, o mejor dicho el saltamontes, no apareció. Supongo que debe de estar muy ocupado estudiando como el cerebrito que es, además, sabe que puede contar conmigo, así que le estoy quitando un peso de encima en estos momentos.

—¡Espera! —Escucho detrás mío y rápidamente soy sujetada de la manga de mi sudadera ya que aún estoy en mi fase de alter ego, deteniéndome. No me hace falta girarme para comprobar de quién se trata—. ¿Podemos hablar? —Pregunta Videl con un tono un tanto suplicante.

Ay, no.

—Ehh... —¡Gohan, demonios, deberías estar aquí para sacarme de esto, joder!—, cl-claro. ¿Pero podemos ir a un lugar más... privado? —Pido con vergüenza al ver que los medios de comunicación están centrados en nosotras.

Lo que menos quiero ahora en montar una escenita y que quede grabado por siempre. Sería el colmo.

—De acuerdo —accede con una sonrisa.

Y ahora..., ¿qué se supone que debo de decir?

Caminamos un par de metros, alejándonos del banco y los reporteros, en completo silencio, uno que me es demasiado incómodo.
Después de estar a una distancia prudente, termino por sugerir ir a uno de los edificios cercanos, donde sé que habrá más privacidad.
Cuando llegamos, ambas nos quedamos calladas, Videl con gestos pensativo y yo con los nervios a flote.
Maldición, sé que ya no puedo aplazar más esto, estuve esquivándola por un mes, sé que tarde o temprano tendría que enfrentar esta situación.

—Entonces..., ¿qué me ibas a decir? —Pregunto yo, rompiendo el silencio.

Sé que es estúpido que empiece yo y sobre todo con ese cuestionamiento. ¡Joder, Yuzuki, es obvio lo que te va a decir, lo sabes muy bien desde hace tiempo atrás!
De acuerdo, respira y mantente serena, has visto animes con temáticas de romance y jugado videojuegos así, que de algo te sirva eso. A ver, vas a iniciar suave, le vas a agradecer lo que siente por ti, le vas a comentar otras cosas buenas de su persona y después te disculpas, le dices que no sientes lo mismo y, por consiguiente, no le puedes corresponder a sus sentimientos. Así el rechazo no va a ser tan duro y puede que lo tome de buena manera.

Fácil.

—Yo..., creo que ya sabes que me gustas, ¿no? —Inquiere con un poco de nerviosismo, sorprendiéndome un poco por ello; ella no se muestra así, es más de ser reacia y con gestos de desinterés en varias ocasiones.

De acuerdo, intuir que le gustas a una persona es sencillo, pero escucharlo de su boca es diferente, muy diferente.

—Uhh, sí —murmuro ahogadamente, sin saber qué más agregar.

Joder, ¿cómo era que debía rechazarla? ¡No, no, no, no entres en pánico y huyas, Yuzuki! Solo agradécele, discúlpate y recházala, ¡agradécele, discúlpate y recházala! ¡Sí, así de sencillo! ¡No la vayas a regar con algo como esto!

—Entonces, ¿qué dices?

¡¿Por qué en los animes muestran estas escenas tan sencillas?! ¡No es para nada fácil cuando de alguien cercano se trata! ¡Me siento estafada!

—Yo..., eh... —¡joder, al diablo el plan, vamos a hacerlo como salga, será lo que Dios quiera!—, p-perdón, pero no puedo corresponderte... —me disculpó con sinceridad, rascándome con ansiedad el brazo izquierdo—. Yo... ¡t-te considero una buena amiga y compañera! Y te agradezco por sentir algo así por mí, pero no puedo verte como algo más.

No salió taaan mal, ¿verdad?

—Es por el Gran Saiyaman, ¿no? —Espera, ¿qué? ¡¿Qué?! ¡¿He escuchado bien?!—. Sé que conoces su identidad al igual que yo, también sé que se han vuelto cercanos en este último tiempo...

—E-espera, Videl, estás malinterpretando todo, el saltamon..., digo, el Gran Saiyaman y yo solo somos compañeros, nada más. A mí ni siquiera me atrae él ni nadie en general —confieso.

—¿Lo dices en serio? —Cuestiona sorprendida la ojiazul y yo me limito a asentir—. Bueno, menos mal, así no tendrías que sufrir un rechazo.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices? —Pregunto confusa. ¿Un rechazo? ¿Como por qué tendrían que rechazarme si no me gusta nadie?

—Porque creo que él está enamorado de alguien más.

Esperen, ¿qué? ¿De alguien más? Imposible. Jamás me ha dicho nada al respecto de que le guste una chica, tampoco lo he visto relacionarse con ninguna además de Videl, Iresa y yo. ¿Acaso...? ¿Acaso hay alguna estudiante de su clase que le guste y la Satán lo notó porque van juntos, pero Gohan no me ha querido decir nada? Oh, no, lo mato, yo lo mato.
¡Yo le conté un parte dolorosa de mi vida y voy a creer que a estas alturas no me pueda confiar algo como esto...!

—Y..., ¿se puede saber de quién? Él nunca me ha dicho nada —indago intentando parecer lo más normal posible, aparentando las tremendas ganas que tengo de ir a donde está Gohan y sacarlo a patadas de sus clases.

—Es una compañera menor que nosotros, quizás la conozcas ya que se la pasa mucho tiempo con ella —esto debe ser una jodida broma, no puede ser que...—. Se llama Yuzuki.

Y... lo dijo. Maldición, no, es que..., ¡no! ¡Me esperaba eso de todos menos de ella! No sé qué maldita manía agarró la gente que nos conoce por emparejarnos, pensé que solo era por querer molestarnos, por ello nunca le tomé mucha importancia. Pero Videl jamás insinuó nada, jamás, y sé que ella no tiende a ser entrometida ni jugar con cosas como estas, ¿y ahora resulta que...?

—¿Q-qué? —Balbuceo echándome atrás, conteniendo las ganas de reírme. No, esto debe ser una maldita broma, simplemente no. Videl me mira confusa, haciéndome recordar que ahora soy la Chica Encapuchada, no Yuzuki, así que me obligo a actuar normal—. ¿Por qué lo dices? ¿Acaso Gohan te dijo que...?

—No, nunca me dijo nada, pero es bastante obvio por la forma en que la mira —admite como si fuera la cosa más normal del mundo—. Lo noté desde que me enseñó a volar.

—Ah —exclamo incómoda—. Bueno..., supongo que es cosa de ellos —Videl asiente, dándome la razón. Y volvemos a quedar en silencio.

—Gracias por ser sincera conmigo —dice la hija de Satán de repente—. Entiendo que no te guste, después de todo soy una mujer y...

—No, no es por eso —la corto—. No me importa el género, solo es que siento que aún no estoy preparada para tener una relación con alguien, eso es todo —aclaro con pesar—. En serio, perdón.

—Tranquila, no es tu culpa al final de cuentas —concluye con una sonrisa ladeada, gesto en el que puedo notar tristeza—. Bueno..., hasta luego.

—Adiós —murmuro y ella solo sacude su mano, descendiendo del edificio hacia el callejón que está abajo, desapareciendo así de mi vista.

Me siento mal, nunca creí que rechazar a alguien fuera doloroso hasta para el que lo tiene que hacer. A pesar de que las personas digan que es algo que se supera con el tiempo, que es mejor que ilusionar a alguien, estoy segura de que debe de ser feo de igual forma. Nunca pensé verme envuelta en esto.
Pero ahora lo que no me deja de rondar en la cabeza es lo que me dijo.

¿A Gohan realmente le gusto? Es que..., Dios, suena demasiado loco.

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-Lindassj1