|Hay muchas formas de expresar que amas a alguien|

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—Entonces..., ¿nos vamos volando? —Pregunta Yuzuki después de haberse despedido de su madre y haber tomado una mochila. Ahora estamos fuera de su casa, en el patio trasero.

—De hecho, quería mostrarte algo que te va a gustar —comento y ella me mira confusa—. ¡Nube voladora!

—¿Acaso enloqueciste o qué demonios? —Cuestiona esta con el ceño fruncido y río entre dientes.

—Solo espera unos momentos —pido. Y sí, aquella nube no tarda en aparecer; Yuzuki casi se cae al verla.

—¡¿Qué...?!

—Ven, súbete —exclamo y le doy un par de palmas a la nube. Yuzuki sigue con la mirada incrédula.

—¡E-es una nube! ¡¿Cómo va a aguantar nuestro peso?! —Inquiere con recelo—. ¡Nos vamos a caer! Y yo no quiero quedar más plana aún, joder.

—No nos vamos a caer, la he usado toma mi vida; es completamente segura —digo tratando de no reír por sus expresiones. Es linda—. Mira, te lo voy a demostrar —sin más, me termino por subir con familiaridad.

—Sí, cada día compruebo que eres más raro de lo que pensaba —murmura por lo bajo, logrando hacerme reír.

—Anda, ven —Inoue termina por acercarse y observa con desconfianza a la nube, después hace el amago de querer subir, pero vuelve a su pose inicial—. Dame la mano, te voy a ayudar.

—No necesito tu ayuda —gruñe, termina por subir con decisión y se sienta al frente con los brazos cruzados. Y sonrío sin poder evitarlo; sabía que es pura de corazón a pesar de su reacio temperamento—. ¿Y-y ahora qué? ¿Cómo se conduce esta cosa amarilla?

—Solo se le dice el lugar al que quieres ir y te lleva —digo con tranquilidad y ella arquea una ceja.

—¿Tiene detector de voz o qué salchichas?

—Algo así... —me gustaría explicárselo a más detalle, pero mejor lo dejo para otra ocasión. No sé a qué horas vaya a llegar Videl a mi casa y prefiero estar allá antes que nadie; conozco a Goten y su gran sinceridad, por lo que no quiero que termine diciendo algo que nos perjudique—. Yuzuki, sujétate bien —le recomiendo y veo cómo se tensa; estoy detrás de ella—. Nube voladora, vamos a casa.

Esto va a ser divertido.

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—¿Dónde conseguiste esta cosa? ¿Te la fabricó Brief Bulma? Porque quiero una —indaga con curiosidad mientras baja de un brinco de la nube y después se abraza a ella—. Es tan suavecita —susurra mientras talla su mejilla allí.

Es tierna.

—Me la dejó mi papá —contesto con una sonrisa un tanto nostálgica, observando cómo Yuzuki se endereza al fin y me mira intrigada. Unos gritos interrumpe lo que iba a decir y rápidamente identifico la voz de mi mamá... y la de Videl. Oh, no, esto no es bueno—. Vamos —pido y le hago un gesto de despedida a la nube, quien termina por elevarse y desaparecer.

Como no estamos nada lejos de mi casa, llegamos en menos de un minuto. Y sí, mi mamá está discutiendo con Videl. Ambas nos regresan a ver, notablemente molestas.

—¡Son, hasta que al fin llegas! —Reprocha la hija de Satán acercándose a mí con los brazos en posición de jarra—. ¡¿Puedes explicarle a tu mamá que yo solo vine a que me enseñes a volar y nada más?! ¡Yo...!

—¿U-usted es...? —Murmura Yuzuki interrumpiendo a la ojiazul, acercándose a mi mamá con la mirada ilusionada. ¿Eh?—. Es la chica que peleó contra Son Gokú en el Torneo de Artes Marciales y que terminó comprometiéndose en una de las peleas, ¿n-no es así?

—Vaya, ¿cómo es que me conoces? —Pregunta estupefacta mi mamá, mirando con curiosidad a Yuzuki y desapareciendo totalmente su cara enojada.

—¡V-vi las grabaciones de la pelea! ¡Y la admiro mucho al igual que a su esposo; sus batallas fueron geniales y ni se diga el momento cuando se comprometieron en frente de todos! —Exclama Inoue con una gran sonrisa de alegría—. Ha sido de las pedidas de matrimonio más bonitas y únicas que he visto.

Es la segunda vez que la veo en este estado; la primera fue cuando la llevé con Bulma. ¿Será que ella...?

—Tú eres Inoue Yuzuki, ¿verdad? —Mi compañera de primero asiente con la cabeza tal y como su fuese una niña delante de una celebridad, logrando hacer sonreír a mi mamá con ternura—. Gohan me ha hablado mucho de ti —confiesa y siento mi cara arder inmediatamente. ¡No era necesario decir ese punto, mamá!—. Viniste para entrenar con mi Gohan, ¿no es así? Me comentó que iba a ir a pedir permiso a tus padres.

—Sí, al final me dieron permiso de venir —dice y sonríe con timidez—. Espero y no le cause molestias.

—¡Para nada, cariño, eres totalmente bienvenida! —Aclara mi mamá con naturalidad y la toma del hombro—. Pasa, pasa, quiero enseñarte unas cosas.

—¡Por supuesto! —Accede la de ojos grisáceos instantáneamente con una sonrisa ilusionada. Y así es como entran a la casa con mi mamá pláticandole anécdotas de su adolescencia, olvidándose completamente de mi existencia y la de Videl.

Creo... que congeniaron demasiado bien; hace mucho tiempo que no veía así de animada a mi mamá.

—Entonces..., ¿me vas a enseñar a volar? —Pregunta Videl después de unos segundos de silencio.

—Eh, uh, c-claro —confirmo con una sonrisa nerviosa. Diablos, contaba con la presencia de Inoue para que me apoyara con esto ya que la hija de Satán tiene un carácter complicado, pero veo que estoy solo.

Al menos me alegra saber que podré pasar tiempo con Yuzuki después de que termine las lecciones de vuelo con Videl.

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Después de un rato estando intentando enseñarle lo que es el ki a Videl y Goten (quien se nos unió cuando despertó) para que lo sepan manejar, termino yendo a casa para ayudar a mi mamá a colocar la mesa para la comida, pero...

—Aww, Gohan era tan pequeño y gordito de bebé —escucho la voz de Yuzuki tan solo al entrar y rápidamente entro en pánico. ¡¿Mi mama le está enseñando cosas mías?!—. Es muy diferente a como es ahora.

—Lo sé, ha crecido muy rápido —ahora es mi mamá quien habla con lo que identifico como melancolía—. Oh, Gohan, ya llegaste —inmediatamente Inoue se gira hacia mí y veo que me mira fijamente, como intentando ver a través de mí.

Esto no es bueno.

—Eh, sí, es que venía a ayudarte con la comida —río nervioso y echo mi mano atrás de la nuca, intentando no mirar a Yuzuki. Realmente me siento avergonzado.

—No te preocupes, hijo, Yuzuki ya me ayudó con eso, de hecho, apenas iba a ir a buscarlos —inquiere con normalidad y se coloca de pie—. Avísale a tu hermano y a la chica esa que trajiste.

Sí, ahora lo termino de confirmar: no le cayó muy bien Videl a mi mamá.

—Claro, mamá.

—Te acompaño —se autoinvita la más bajita y se precipita a alcanzarme sin siquiera dejarme confirmar.

Sin más, salimos de la casa en completo silencio. Yuzuki va a mi mismo ritmo con las manos metidas en su pantalón pesquero mirando al frente con rostro sereno, extrañándome un poco: creí que iba a burlarse de mí cuando era niño o algo similar. Pero nuevamente me he equivocado respecto a ella.

—Nunca me dijiste que tu padre había fallecido... —comenta Inoue sin verme. Diablos.

—N-no lo creí necesario —me sincero. Y es la verdad: no es como si hablara mucho al respecto de ese tipo de temas.

—¿Por qué? —Cuestiona y se coloca al frente mío con seriedad, deteniéndome—. Si tú fuiste quien derrotó a Cell junto con tus amigos y tu padre, ¿por qué dejaron que un charlatán como míster Satán se llevara el crédito?

Ay, no.

—Yuzuki...

—Gohan, tu padre se sacrificó para tener a todos a salvo al igual que lo hizo antes con Mayunia, ¿y aún así dejaste que ese hombre dijera que solo eran trucos? ¿Que solo era un espectáculo que se montaron para entretener? ¡Tu padre dio la vida para salvaguardar la vida humana y tú te la jugaste por todos, incluyendo a ese imbécil! ¡¿Y qué es lo primero que hace?! Ah, sí: ¡llevarse el crédito y fama que no merece!

—Entiendo tu punto, pero esto es algo más complicado de explicar de lo que parece; tú lo ves así porque sabes volar y estás abierta de mente para comprender que hay cosas igual de increíbles que los cómics de súper héroes que lees, pero un humano común no lo vería de igual forma —aclaro y suelto un suspiro cansado; sabía que en algún punto iba a tener que hablarle de esto e incluso de las grandes sospechas que tengo de que ella no es una humana.

—Pero...

—Yuzuki, prometo explicarte todo, pero este no es el lugar indicado para hablarlo —exclamo y señalo disimuladamente que estamos sumamente cerca de donde están Goten y Videl, quienes parecen platicar completamente enajenados a nosotros.

—... Está bien —accede con una mueca inconforme y cruzada de brazos, dando fácilmente a entender que está enojada.

A pesar de la situación, no puedo evitar enternecerme por sus gestos, así que sacudo su cabello un poco antes de adelantarme, intentando no reír. ¿Qué es esto que siento?

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-Lindassj1