Capítulo 15 |Chaleco escolar.
|El destino es muy curioso|
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¿Gohan realmente puede ser el Gran Saiyaman? Si soy sincera, ayer me emocioné al saber que le dejé una herida en el labio al saltamontes, es decir, esa pista podría ayudarme a verificar si había la posibilidad de que él fuera en la misma escuela que yo. Pero..., no, el Son jamás se me pasó por la cabeza, nunca pasó por mis pensamientos que ese nerd pudiera ser un candidato para tacharlo de sospechoso.
Es que..., ¡Dios! ¡Tan solo mírenlo! ¡Es un come libros en toda regla! ¡¿Cómo podría ser alguien como él el saltamontes?!
¡No se parecen en nada, joder!
Su actitud es muy diferente: el Gran Saiyaman es un tanto bromista y hablador, es un sinvergüenza, ¡y es muy fuerte! —me jode aceptarlo, pero no puedo negarlo tampoco—; Gohan es todo lo contrario: es tímido, pasa por desapercibido fácilmente y le encanta estudiar. ¿Dónde se parecen, eh? ¡¿Dónde?!
¿Y si me estoy confundiendo? ¿Y si el Son se lastimó de alguna otra manera y solo es una estúpida coincidencia? Quizás estoy delirando y mi café matutino me tiene inquieta.
—Ehh..., ¿Inoue-san? —Pregunta el chico a mi lado, con timidez.
—¿Qué te pasó en el labio? —Cuestiono sin más y lo regreso a ver. Este desvía la mirada rápidamente a su comida, la cual tiene en su regazo.
—Bu-bueno... —titubeó, ¡titubeó!—, mi hermano Goten me tiró un libro y eso causó mi herida.
No se oye factible esa excusa; eso es una mentira que diría un niño, no un adolescente de diecisiete años.
—Tu hermano tiene seis años, ¿no? —Indago intentando parecer lo más casual posible, aunque mis ganas de tirármele encima, acorralarlo y sacarle la verdad me están ganando.
—S-sí, pero... ¡m-me lo aventó cuando estaba durmiendo! Me tomó con la guardia baja —excusa y comienza a reír; si me lo preguntan, se escucha nervioso, demasiado nervioso.
Sé que quizás me voy a querer golpear mi cabeza contra la pared consecutivamente más al rato por lo que voy a hacer, pero realmente tengo que comprobar algo.
Disimuladamente me acerco más a él y segundos después me engancho a su brazo; este da un respingo y me mira sumamente sorprendido, con su rostro sonrojado. Diría que se ve tierno, pero vamos, soy Yuzuki, yo no digo cosas como esas.
Tanteo su brazo de forma bien casual según yo y vaya sorpresa me llevo al ver que tiene músculos, ¡el nerd tiene músculos, joder! ¡Músculos!
De acuerdo, eso sí que no me lo esperaba.
Todo este tiempo pensé que era un chico escuálido, que usaba ropa colgada para que no se notara tanto aquello, ¡pero ahora me doy cuenta que es al revés! ¡Usa ese tipo de ropa para que no se note su musculatura!
Maldito erudito, se lo tenía bien guardado. Aunque no lo entiendo, ¿por qué haría algo así? A la mayoría de hormonadas les encanta los chicos con músculos, ¿y este lo oculta? ¡No tiene sentido! Creo que cualquier otro le sacaría provecho a estar bien marcado. No me cabe duda: Gohan es más raro de lo que pensaba.
¿Cómo se verá el nerd este con su camisa más apretada? O mejor aún, ¿sin esta puesta?
—¿I-Inoue-san? —Inquiere él me ruborizado, sacándome de mis pensamientos.
Esperen..., ¿acabo de intentar recrear en mi cabeza a un Gohan sin camisa? ¡¿Qué?! ¡Malditas hormonas, largo, no las quiero aquí!
—Tengo frío —miento y me encojo de hombros tranquilamente, aún sin separarme de él. Sé que es una estúpida excusa, no hace falta que me lo digan, mis fans, pero no se me ocurre otra cosa.
—¿Quieres mi chaleco? No tengo problema con dártelo —comenta y veo el amago de que quiere quitárselo, pero claro, yo aún sigo enganchada a él, por lo que no puede.
Sin tener más opción, me separo de Gohan y me quedo observando el piso de forma pensativa; ¿él realmente puede ser el Gran Saiyaman? ¿El chico tímido que conozco desde hace un par de meses puede ser a quien tanto he intentado desenmascarar? ¿A quien intenté derrocar? ¿A quien odié cuando apareció de la nada a robarse mi puesto? Suena jodidamente surrealista.
Me estremezco cuando siento que coloca algo en mis hombros y rápidamente caigo en cuenta que es su chaleco escolar. Alzo la mirada y este me recibe con una de sus clásicas sonrisas amables, haciendo que me sienta un poco débil o no sé cómo demonios explicarlo, ¡el punto es que no me gusta sentirme así!
Si en dado caso de que él sea el saltamontes de quinta, ¿por qué quiso seguirme buscando en mi forma civil? ¿Por qué demonios quiere mi amistad? ¿Por qué no me odia después de todos los desplantes, golpes y groserías que le he hecho? ¿Por qué? ¿Tan amable puede llegar a ser? ¿O acaso me tiene tanta lástima por saber lo inútil que puedo ser cuando solo soy Yuzuki, cuando no tengo mi sudadera y cubrebocas que me proteja?
—¿En serio no nos mintieron cuando nos dijeron que no son pareja? —La voz de Iresa me saca de mi trance súbitamente y caigo en cuenta de que estuve mirando fijamente a Gohan; al parecer él también hizo lo mismo que yo.
—¡¿Qué?! ¡No! —Me apresuro a negar colocándome de pie, aunque siento un pequeño ardor en mi mejillas.
¡Joder, no te sonrojes! ¡No ahora, maldita sea!
—¿No? Pero si parecían que estaban a punto de besarse —exclama ladeando la cabeza, curiosa, y eso hace que enrojezca más. ¡Maldita sea, justo tuviste que aparecer ahora, condenada rubia! ¡¿No pudiste aparecer después?! ¡¿O antes por ejemplo?!
Volteo a ver detrás de ella y me siento más avergonzada aún al notar que también están Shapner y Videl presentes. ¡Joder, lo que me faltaba!
—¡Yo estaba pensando y él no sé qué hacía! —Reprocho con la poca de dignidad que me queda.
Quiero regresar a ver a Gohan para saber su reacción, pero no, no me siento capaz. ¡¿Y si él piensa que quería besarlo o alguna estupidez cursi?! ¡Yo solo andaba divagando, espero y no se haga ideas raras en la cabeza!
—Ya, ya, te creo —intenta tranquilizarme la rubia. Supongo que debo de dar la impresión de que estoy alterada o no sé—. Bueno, ¿qué trajeron de comer? —Le agradezco mentalmente por haber cambiado el tema de conversación.
¿Qué demonios me está pasando hoy?
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—Aún me sigue sorprendiendo el hecho de que te estés llevando mejor con el Gran Saiyaman y la Chica Encapuchada, Videl —comenta Iresa hacia su mejor amiga, quien está ensimismada comiendo un sándwich de a saber qué cosa.
—Hmp, solo nos estamos apoyando un poco, nada más —exclama esta de manera cortante e intento no reírme. ¿"Nos estamos"? Ja, no. ¡Yo los estoy apoyando, que es distinto! Sin esta hermosura llamada Yuzuki no serían nada.
Perdón, a veces se me sale mi egocentrismo.
Miro de reojo a Gohan, quien está solo observando todo en completo silencio y rápidamente miro a otro lado cuando este me ve.
Quizás no lo sepan porque no he hecho mención de esto, pero lo estoy esquivando desde hace unos minutos; sip, desde que pasó la escena vergonzosa esa de la que ya no pienso hacer mención, o al menos no por ahora. Es tanta mi vergüenza que me terminé por sentar en medio de Iresa y Shapner.
Es curioso, el nerd también me está esquivando de alguna manera, pero a él no se le da muy bien.
Supongo que debe de sentirse igual que yo o no sé. Da igual, ni que me importara ese idiota.
—¿Y ustedes qué piensan de esos héroes anónimos? —Cuestiona la rubia a todos y yo solo la miro extrañada. ¿Y ahora qué interés cogió con este tema?
—Me dan igual la verdad —contesto aburrida, mirando mi celular para darle más aire a mis palabras. Podría hablar maravillas de mi alter ego, pero no quiero parecer narcisista ante ustedes y no quiero parecer una fanática obsesionada ante ellos. Además, tampoco quiero levantar sospechas.
—¡Son geniales! Es decir, arriesgan su vida todos los días por los ciudadanos sin esperar nada a cambio —responde Gohan para mi sorpresa.
—¿Y qué opinas del Gran Saiyaman precisamente? —Inquiero con seriedad al tanto que recargo el mentón en mi mano, analizando profundamente sus facciones.
—¡Es genial! Algunos dicen que su coreografía es vergonzosa al igual que su traje —yo me incluyo en esa proporción de gente, la verdad; ¡es que me da pena ajena verlo hacer sus pasos ridículos, joder!—, ¡pero es fantástica! Yo creo que es un héroe digno de admirar.
Decir que todos están boquiabiertos es poco, en serio, ¡deberían ver sus caras!..., oh, cierto, que ustedes no pueden vernos, solo leernos, ¡pero al punto!
A pesar de querer reírme, sus palabras cargadas de emoción me pueden más; su forma de expresarse del Gran Saiyaman fue muy sospechoso, es decir, me tragaría el cuento si viniera de algún niño, ¡pero estamos hablando de un adolescente de diecisiete años! Ya pasó su edad del fanatismo.
¿Realmente él puede ser...?
Veo cómo Gohan se sonroja al caer en cuenta de lo que dijo y solo se limita a bajar la mirada con timidez. Bien, me jode aceptarlo, pero ese gesto fue tierno. ¡Está bien, lo acepté! ¡¿De acuerdo?! ¡No me vean así!
Ya que él no puede mirarme, lo observo cuidadosamente y me percato de que no trae su chaleco escolar. Me miro y casi me atraganto al darme cuenta de que lo tengo puesto, de que no me lo he quitado desde que me lo dio hace un rato.
¡No, no, no!
Hago el amago de quitármelo, pero el timbre no se hace esperar y mis tres compañeros de curso mayor se levantan y toman su almuerzo, despidiéndose rápidamente de mí diciendo que tienen que apurarse ya que el maestro que le toca es muy puntual y estricto. El último en levantarse es Gohan, quien me dirige una sonrisa tímida rápidamente antes de retirarse. Y quedo sola, con el chaleco puesto de ese nerd.
Dios, ahora me toca regresárselo, ¡agh!
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-Lindassj1
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