Fin
Tzuyu esperaba atenta por la respuesta de Sana, aún arrodillada en la arena, sus ojos solo reflejaban amor por la nipona quien poco a poco iba acumulando lágrimas en los suyos, estaba impactada, poco a poco su vida iba mejorando hasta ser casi perfecta y se sentía afortunada de al fin poder decir que Chou Tzuyu sería su esposa.
Entonces no la haría esperar más, su respuesta era más que obvia.
—¡Sí!— Respondió saliendo del shock mientras miraba a Tzuyu colocar un hermoso anillo dorado en su dedo anular.
—Te amo tanto mi Satang— Tzuyu afirmó antes de besar a su ahora prometida —Gracias por permitirme este hermoso privilegio— Habló en medio del beso.
—Ya te había dicho que estaba lista para ser tu esposa— La menor le recordó una vez se separaron.
—Necesitaba que tuvieras un anillo digno de tí.
Sana sonrió, no entendía cómo su vida pudo cambiar tan repentinamente, Tzuyu era como un sueño, demasiado perfecta para ser real, sin embargo amaba este sueño que vivía a su lado y no quería despertar de él jamás, no cuando Tzuyu estaba ahí, sonriéndole con esos hermosos labios de los que ahora ella era dueña.
Caminaron un poco más por la playa antes de ir a su habitación de hotel, iban a quedarse una noche para regresar a casa al día siguiente, pero ahora debían descansar, después de todo era algo cansado para Sana caminar largas distancias y por más que lo estaban disfrutando sabían que era mejor ir a descansar antes de que anocheciese por completo.
Fue una noche cálida, porque a pesar de no estar en casa, Sana se sentía de esa manera cuando tenía a Tzuyu durmiendo a su lado, ella era su hogar, Tzuyu era su lugar seguro.
Entonces descansaron.
Y a la mañana siguiente Tzuyu decidió llamar a su mejor amiga tan temprano como despertó solo para darle la noticia de que pronto iba a casarse, porque ahora estaba comprometida con Sana, Nayeon no pudo evitar gritar de la emoción al compartir la felicidad de su amiga y por consiguiente aquel grito despertó a Jihyo quien dormía a su lado, ahora la taiwanesa también sabía del compromiso.
Mas tarde, mientras la pareja viajaba de regreso a casa estuvieron hablando sobre lo que querían para su boda, Sana había dicho que quería casarse en la playa y Tzuyu adoró tanto la ilusión con la que su menor pedía aquello que se lo concedería sin dudar.
—¿Por qué no lo habías pedido antes? Incluso si ya te había dado mi respuesta— Sana se atrevió a preguntar mientras admiraba el brillante anillo en su dedo.
—Quería asegurarme de que primero estuvieras libre para poder darme una respuesta, no quería que nada como el juicio o esas cosas interfirieran en tus decisiones.
Sana asintió entendiendo.
—Y, ¿Por qué ahora y no después de que Minju naciera?
—Ese es otro punto, quería casarme contigo antes de que Minju naciera, pero podemos esperar el tiempo que sea necesario, no quiero presionarte a nada— Tzuyu afirmó con una cálida sonrisa sin despegar los ojos de la carretera.
—Tenemos un mes para planear la boda— Sana devolvió la sonrisa.
—Dije que no quiero presionarte...
—Debemos comenzar a planificarlo todo, creo que Chaeyoung conoce gente que podría ayudarnos— Sana la interrumpió.
Y Tzuyu soltó una leve risita, adoraba que Sana también estuviera emocionada.
Fue un viaje agradable, no faltaron las bromas y risas de por medio hasta que finalmente llegaron a casa, debían descansar puesto que el viaje había sido agotador y al día siguiente debían ir a la última cita de Sana con su ginecóloga, es por eso que habían regresado muy pronto de la playa porque si por ellas fuera se habrían quedado la semana completa, sin embargo, tenían compromisos por cumplir.
Y aunque no lo dijeran, ambas estaban muy impacientes por el día siguiente, por fin tendrían una fecha para conocer a su bebé, estaban a un día de saber cuándo sería la cesárea de Sana que traería al mundo a su hija en aproximadamente un mes.
Aquel día fue tan ajetreado después de finalmente salir de la cita puesto que debían buscar a quienes les ayudarían con su boda, Chaeyoung les había dado información sobre quienes planearon su boda con Mina un par de años atrás.
Debían darse prisa con los preparativos, porque después de todo tendrían menos tiempo de lo pensado ya que la cesarea de Sana había sido programada para el 20 de diciembre y para esa fecha no faltaban ni siquiera 4 semanas.
Por suerte al contactarse con los organizadores de bodas estos aseguron que la boda estaría lista para el 5 de diciembre, eso era excelente, dos semanas antes de que Minju llegara al mundo.
Para escoger el vestido de bodas debieron ser cuidadosas, puesto que al llevar un bebé en el vientre no era fácil encontrar el vestido adecuado, así que optaron por uno más cómodo que los tradicionales, porque después de todo la boda tenía también un toque minimalista debido a que sería realizada en la playa.
Tzuyu también optó por un vestido blanco holgado que fuera a juego con el de su prometida.
Aquella tarde ambas lucían hermosas, Sana con el cabello castaño cayendo en cascada por su espalda y Tzuyu con una coleta azabache y su lindo flequillo adornándole la frente.
Ambas lucían tan satisfechas con su boda planeada en dos semanas y aunque fue todo un reto se sentían orgullosas de haberlo logrado.
Era un ambiente agradable, sin embargo el embarazo de Sana no le permitía quedarse tanto tiempo celebrando, ella debía descansar, así que luego de una seria plática con los padres de Tzuyu, quienes le advirtieron a su hija sobre cuidar bien de Sana, finalmente debieron ir a su hotel.
Ellas deseaban tanto una noche de bodas, pero debían ser cuidadosas, además, el gran vientre de Sana hacía las cosas aún más difíciles, la menor no podía hacer demasiado esfuerzo.
Así que Tzuyu intentaría ser muy delicada con ella.
Su gran erección le pedía a gritos ser rápida, pero debía cuidar de su esposa, así que a pesar de sentir algo de dolor decidió ignorarlo y concentrarse en besar con cariño a su mujer.
Ambas yacían en ropa interior, Sana acariciaba la dura erección de Tzuyu con su mano derecha mientras sentía el suave beso que Tzuyu le brindaba.
La taiwanesa iba lento, estaba siendo muy delicada que no se esperó la fuerte mordida que Sana le dejó en el labio sin previo aviso, fue demasiado fuerte que incluso su labio sangró, pero todo cobró sentido cuando escuchó un gemido de dolor por parte de su esposa y miró su ceño fruncido. Preocupada miró a la ropa interior de Sana notando que esta se encontraba completamente mojada.
Tzuyu tuvo miedo, la fuente de Sana se había roto.
Ella corrió lo más rápido que pudo por su celular en busca del contacto de su mejor amiga, Nayeon debía ayudarla con eso, probablemente el parto de Sana iba a ser más pronto de lo esperado.
—¿Hola?— Nayeon preguntó confundida al otro lado de la linea, no entendía porqué Tzuyu la llamaba siendo de madrugada.
—¡La fuente de Sana se rompió!— Tzuyu informó totalmente alarmada.
—¡¿Qué?!— Nayeon también se alarmó.
—¡Lo que escuchaste, necesito que recibas al bebé hoy mismo!
—¡Tzuyu, soy ginecóloga, no partera!
—¡¿Y qué se supone que haga, Im Nayeon!?— Tzuyu estaba histérica escuchando a su esposa gritar del dolor.
—¡Vé al hospital que te señalé cuando les dí la fecha de la cesárea! hablaré con mis amigas para que puedan atender a Sana de urgencia— Nayeon indicó —Te veo ahí.
Y finalmente la llamada fue colgada, Tzuyu tomó cualquier ropa que encontró y fue por su esposa para vestirla rápido y sacarla en brazos del hotel para llevarla hasta su auto, debía darse prisa para poder llegar a tiempo hasta el hospital.
Afortunadamente llegaron rápido y encontró a Nayeon esperando por ella cerca de la entrada, la cual le indicó a donde debían ir para que Sana fuese atendida, gracias a Nayeon, llevar a la nipona al quirófano fue rápido y en unas horas finalmente conocerían a su hija.
Mientras tanto, dentro del quirófano Sana no tardó en sentir el efecto de la anestesia hasta finalmente caer dormida.
Ella no sentía nada, era como estar durmiendo, estaba tranquila soñando en su familia con Tzuyu, un lindo sueño del que nunca podría cansarse.
Un sueño como lo fue desde que conoció a Tzuyu, perfecto como siempre lo deseó.
Sin duda Tzuyu y Minju eran el mejor sueño que Sana había tenido.
Poco a poco la nipona fue abriendo los ojos e inevitablemente una sonrisa se formó en su rostro al imaginar el nuevo inicio que viviría al lado de su familia luego de pensar en que recién despertaba de su cesárea.
Ella solamente podía pensar en que su vida ahora era perfecta.
Pensar en que finalmente viviría ese sueño que siempre deseó vivir.
***
Bad ending: Sana realmente sí era estéril, ella despertó de un coma en el hospital luego de que esposo la hubiera golpeado hasta dejarla inconsciente y Tzuyu fue solamente parte de un sueño suyo.
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