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22

Hoy era el día para la tercera cita del seguimiento de Sana, por fin sabría el sexo de su bebé y a decir verdad aquello la mantenía realmente emocionada e impaciente.

Llevaban algunos días de haber comenzado oficialmente con los papeleos para el divorcio de Sana, a pesar de WooShik mantener en secreto todo el escándalo que estaba viviendo, se seguía negando a firmar aquella acta, pues este ponía inumerables excusas para no hacerlo aún cuando había sido amenazado con una denuncia por maltrato doméstico hacia su esposa. Sin embargo parecía no tenerle miedo a nada puesto que su terca actitud seguía sin cambiar.

Esto mantenía algo estresadas tanto a Sana como a Tzuyu así que para poder presionar más al contrario, con ayuda de las abogadas que Nayeon les había presentado, comenzaron a recolectar evidencia real sobre el maltrato que WooShik había ejercido contra su esposa a lo largo de todos estos años y Tzuyu se encargó de presentarle aquellas evidencias para dar mayor credibilidad a la amenaza sobre la cual ya le habían advertido, era algo sencillo, solo debía firmar esa carta si no quería acabar en la carcel, Tzuyu no podía creer el grado de terquedad en ese hombre al no ceder a firmar, ella estaba perdiendo la paciencia con él, quería mandarlo a la cárcel de una vez por todas, aquello sería más sencillo y rápido para librar a Sana de su esposo, sin embargo ella misma le había pedido a Tzuyu ser más paciente con su él y Tzuyu no podía creer que realmente le estaba regalando más tiempo.

Definitivamente este sería un día ajetreado, debían ir a la cita de Sana, volver a casa para hablar con las abogadas sobre la respuesta más reciente de WooShik y posteriormente Tzuyu irse a trabajar, era demasiado para un solo día, sin embargo la taiwanesa sabía que debía esforzarse por la nipona, ella de verdad la quería y si debía continuar con esa rutina lo haría por el tiempo que fuera necesario, todo con tal de darle la libertad que tanto se merecía después de esos cinco años de infierno que había vivido.

Se encontraban en el consultorio de Nayeon mirando atentamente a la pantalla en la cual se mostraba el ultrasonido de Sana mientras esperaban impacientes por la revelación del sexo de su bebé.

—Entonces, ¿Están listas para saber el sexo de su bebé?— Nayeon preguntó con una sonrisa.

—Que sí mujer, ya dilo— Tzuyu exclamó impaciente.

Y Sana soltó una risita golpeando suavemente el brazo de Tzuyu en forma de protesta.

—Bueno, bueno— Nayeon también rió —Este bebé es...— Hizo una pausa solo para disfrutar un poco más de la frustración de su mejor amiga —Es una niña— Nayeon porfin soltó con una sonrisa.

—¡Sí!— Tzuyu celebró levantandose de la silla en la que se encontraba a causa de la felicidad, sin embargo recobró la compostura cerraspeando para después volver a sentarse —Es decir, wow, que sorpresa— Alegó con una voz más tranquila.

Sana rió.

—A mí también me emociona, confieso que llegué a pensar en un par de nombres en caso de que fuese una niña— La menor se sinceró mirando con ternura al ultrasonido en la pantalla.

Ninguna de las dos podía ocultar su emoción en esos momentos y Nayeon también se sentía feliz por ellas, era lindo ver a su mejor amiga formar una vida un poco más estable con la chica que amaba.

—Bueno, aprovechando que ahora estás aquí— Nayeon habló mirando a Tzuyu —Sería bueno que te hicieras una prueba de sangre en el laboratorio y trajeras lo más pronto posible una muestra de líquido seminal, es solo un protocolo para descartar alguna posible enfermedad genética en su bebé, aunque no creo que haya probabilidad de que nazca tan tonta como tú— La japonesa bromeó.

Tzuyu la miró con indignación, sin embargo asintió.

—Por supuesto— Continuó con una pequeña risa.

—Pueden ir con Jihyo para que les agende su próxima cita y el día de las pruebas para Tzuyu— Nayeon indicó por última vez despidiendo a la pareja.

La cita prácticamente había terminado, ambas estaban por salir cuando de pronto Sana se detuvo y miró nuevamente en dirección a Nayeon.

Ella aún tenía una duda por resolver.

—Yo... Antes de irme quería aclarar una duda— La menor habló algo tímida.

—Por supuesto, dime— Nayeon le respondió.

—Es malo hacer, hmm, ¿Cómo decirlo?— Sana intentaba buscar las palabras correctas —¿Es peligroso hacer "esas cosas" durante el embarazo? Ya sabes, me refiero a "esas prácticas" las relaciones ahm...— Sana realmente se avergonzaba de preguntarlo directamente.

Y Nayeon rió.

—No es malo tener sexo durante el embarazo— La doctora le respondió con una leve risita —Al contrario, es algo bueno para tí ya que la libido suele aumentar cuando una mujer está embarazada.

Ahora Tzuyu entendía a que se debía la constante excitación que Sana experimentaba últimamente.

—Te lo dije— Sana susurró golpeando levemente el brazo de Tzuyu.

—¿Hay algún riesgo de afectar el embarazo por eso?— Fue el turno de Tzuyu en preguntar.

—No, siempre y cuando no intenten posiciones que sean incómodas o requieran demasiado esfuerzo, recuerda que Sana debe evitar hacer cosas peligrosas que requieran fuerza extra.

—Ooh— Ambas asintieron ante las respuestas de Nayeon.

—Entonces sería todo, gracias— La menor se despidió para seguidamente salir junto con Tzuyu del consultorio y de la clínica en general.

Debían darse prisa para llegar a casa y hablar nuevamente con las abogadas que atendían el caso del divorcio de Sana.

Una vez llegaron a casa esperaron por estas, si bien Tzuyu se estaba encargando de ponerse de acuerdo con ambas abogadas responsables, Sana no se quedaba sin hacer nada, ella había hecho una nueva amistad con la esposa de una de las abogadas, Chaeyoung era una persona bastante simpática para Sana y le gustaba hablar con ella mientras Tzuyu se encargaba de los papeleos.

—WooShik continúa negándose a firmar, quiere quedarse con los bienes en su totalidad ya que afirma que Sana nunca trabajó para ayudarlo a conseguir lo que tiene— La primera abogada informó.

—Ese bastardo, él fue quien nunca le permitió trabajar, pero dile que puede quedarse con toda su basura, Sana no la necesita— Tzuyu gruñó.

—No podemos decirlo de esa manera, pero le pediremos que firme a cambio de la potestad total de sus bienes— La segunda abogada afirmó.

—Jeongyeon tiene razón, sería buena forma de convencerlo— Mina, la principal abogada apoyó la idea.

—Entonces háganlo de esa manera, confío en ustedes— Tzuyu aseguró mirando la hora en su teléfono, casi era hora de irse al trabajo.

Ambas abogadas asintieron y salieron del apartamento de Tzuyu.

—Adios Chae— Sana se despidió de su amiga al notar que la esposa de esta salía del lugar.

Y sin más ellas se fueron dejando a solas a la pareja.

Por desgracia también Tzuyu debía irse, era hora de trabajar, así que se despidió de la nipona dejando un pequeño beso en su frente y otro en sus labios.

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