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Narcissa se apartó del camino y Lucius atravesó la chimenea. También era la primera vez que entraba en el piso de Hermione. No se molestó en mirar a su alrededor, era muy consciente de lo lujosamente amueblado que estaba el lugar, llevaba semanas pagando las facturas. Cada una de ellas había sido desglosada también. Era consciente de todo el papel pintado de seda, la enorme cama de hierro, las ollas y sartenes que nunca se queman, todo ello. Su mujer se había gastado un montón de galeones en este piso, pero valía la pena cada knut para mantener su despacho libre de ella durante un tiempo.

Tal vez podría conseguir que ella trabajara en otro proyecto para mantener su despacho libre de sus garras decorativas durante un tiempo más. Había mencionado que a Hermione le vendría bien un nuevo vestuario, sería costoso, pero valdría la pena. De todos modos, nunca sería igual a la factura del sastre de Narcissa. Sólo eso le hacía hacer una mueca de dolor cada nueva temporada que llegaba.

En lugar de mirar a su alrededor, se dirigió directamente al sofá donde la madre de Hermione yacía atada de cuerpo entero. La mujer, obviamente, intentaba hablar, pero todo lo que salía era un extraño sonido apagado. Mirando a la mujer de pelo oscuro que se parecía a Hermione, sólo que una versión más vieja de ella, Lucius volvió a suspirar. "Querida, te das cuenta de que Draco se va a poner furioso cuando se entere de que le has hecho esto a la señora Granger... es Granger, como el nombre de Hermione, ¿no?".

Narcissa asintió con la cabeza. "Sí, es Granger, y sí, sé que Draco se va a enfadar conmigo, sobre todo porque Hermione se va a enfadar con todos nosotros, por eso tenemos que arreglar esto".

Lucius suspiró una vez más. "¿Qué ha pasado exactamente? Supongo que ha ocurrido algo que ha provocado esto, sé que no atacarías a la madre de Hermione sin motivo".

Narcissa resopló. "Ella insultó a Hermione y a Severus, de forma bastante horrible además".

Lucius frunció el ceño. "¿Insultó a su propia hija?" Eso no le sonaba bien. ¿Qué padre insultaría a su propia hija? "¿A propósito, o por accidente?" Supuso que muchos padres insultaban sin querer a sus hijos de forma habitual, pero Narcissa no habría atacado por un accidente.

Narcissa miró a la mujer rígida como una tabla. "Sí, lo hizo y sí, fue a propósito. No hubo ningún accidente con lo que les dijo".

Lucius miró a su mujer. "¿Qué dijo exactamente?"

"Dijo que había criado a Hermione para que fuera mejor que para ser la amante de un hombre mayor". Dijo Narcissa, que seguía mirando fijamente a Jean Granger.

La ceja de Lucius se disparó. "¿Dijo que Hermione era la prostituta de Severus? ¿Por qué iba a suponer eso? ¿Qué me estoy perdiendo aquí?"

Narcissa suspiró y miró a su marido. "Dijo que una joven sin trabajo no podía permitirse un piso tan lujoso como éste, ni podía contratar a un decorador para llenarlo de cosas caras y bonitas. Tener un amigo mayor, como Severus, significaba que debía estar prostituyéndose con él por todo ello."

Ambas cejas casi llegaron a la línea del cabello de Lucius. "¿Dijo eso de su propia hija? No me extraña que la amenazaras con la muerte y la tortura". Puede que no conociera a Hermione tan bien como parecía hacerlo Draco, o incluso Narcissa en estos días, pero ninguna mujer merecía que su madre les dijera cosas tan horribles.

Narcissa agitó la mano. "Puede que esté parafraseando, pero la intención era clara".

Lucius asintió. "Entonces, ¿qué le dijiste exactamente, querida, para que intentara huir por miedo?".

Narcissa se encogió de hombros con elegancia. "Le dije que el piso era propiedad de una de nuestras empresas, y que la decoración se hizo a nuestra costa y no a la de Hermione, lo que significa que Severus no tuvo nada que ver. Cuando no entendió por qué hacíamos esas cosas, le expliqué su amistad con Draco y que nos sentíamos agradecidos con ella. Como seguía sin entender por qué, me di cuenta de que no sabía ni entendía lo que pasó durante la Guerra de los Magos y el papel de Hermione en ella. A continuación, le expliqué un poco cómo funciona la magia en nuestro mundo, ya que ella también parecía estar confusa al respecto."

Lucius frunció el ceño. "¿Y entonces?" Dudaba que eso fuera lo que provocara la necesidad de un hechizo de atar el cuerpo.

Narcissa resopló. "Puede que al final haya mencionado nuestros papeles en la vida de Hermione".

Los ojos de Lucius se entrecerraron. "¿Nuestros papeles antes o después de la guerra?".

Narcissa volvió a encogerse de hombros. "Los dos. Dijo que le debía una disculpa a Hermione y yo acepté. Lo hizo, una muy grande a ella y a Severus. Le dije que Severus no era alguien con quien cruzarse, y que nosotros tampoco. Luego, tal vez, le dije que la única razón por la que no estaba usando mi varita para enseñarle mejores modales con la Maldición Cruciatus, era que era ilegal, y no quería ir a Azkaban."

Lucius se mordió otro suspiro. "¿Supongo que sabía lo que era Azkaban?".

Narcissa sonrió con satisfacción. "No, pero le expliqué lo que era, y además, le dije que tú me habías contado lo espantoso que era el lugar debido a tu propio tiempo allí".

"Ya veo. ¿También le explicaste por qué estaba allí?" preguntó Lucius, sabiendo ya la respuesta.

Narcissa sonrió aún más. "Lo hice."

Lucius maldijo mentalmente mientras un pensamiento cruzaba su mente, Hermione no va a volver a hablar con ningún Malfoy nunca más. "Supongo que ella sabe que Severus y yo fuimos mortífagos entonces. ¿Sabe ella también el papel de Severus y de nuestro hijo en la muerte de Dumbledore?"

Eso hizo que los sonidos apagados de Jean salieran más fuertes y rápidos. Narcissa suspiró y puso los ojos en blanco. "Ahora sí lo sabe. Sólo le había hablado de ti, querido, no de Severus, y tampoco de Draco. Quería asustarla, que se diera cuenta de que insultar sin saber exactamente a quién estaba insultando no era prudente. No hacerla odiar a nuestro hijo o al amante de Hermione de un solo golpe".

Mierda. Pensó Lucius, antes de decir un poco enfadado. "Podrías haber mencionado todo eso, cariño, antes de que fuera y lo empeorara".

Narcissa suspiró. "Bueno, ahora los gatos están fuera de la bolsa, como dice el refrán. Entonces, ¿cómo arreglamos esto?".

Lucius sabía lo que había que hacer. "La obliviaremos. Así no recordará nada. Problema resuelto".

Jean empezó a hacer ruidos apagados aún más fuertes.

Narcissa asintió. "Yo también creo que sería lo mejor, cariño. Aunque no creo que debamos llevarlo todo. Tiene que recordar todo hasta que se dio cuenta de que tenía que pedir perdón".

Lucius asintió. "¿Sabes cuánto tiempo atrás es eso?".

Narcissa asintió con la cabeza. "Sí, pero antes quiero decirle una última cosa".

Lucius le hizo un gesto para que se pusiera a ello antes de sacar su varita. Narcissa se acercó a la madre de Hermione y la miró a los ojos.

"No lo recordarás, pero todo esto surgió porque estabas preocupada porque Severus estaba haciendo todo tipo de guarradas a tu inocente niña". Dijo Narcissa.

Lucius resopló. "Inocente mi trasero. Ató al hombre a una silla y lo amordazó la primera vez que tuvieron sexo".

Narcissa suspiró al ver que Lucius añadía más información de la necesaria, y vio que los ojos de Jean se abrían de par en par al escuchar aquello. Dudaba que alguna madre quisiera escuchar eso, pero tal vez era necesario decirlo. Hermione ya no era una niña pequeña. Era una mujer adulta con necesidades y tampoco había nada malo en esas necesidades.

Narcissa sonrió con satisfacción. "Precisamente. Ella empezó la relación con él, él no la persiguió inicialmente. Sin embargo, él se preocupa mucho por ella, y ella por él. Independientemente de cómo empezó todo, lo que importa es que son buenos el uno para el otro. Si te dieras la oportunidad de verlo, antes de hacer juicios precipitados, verías la verdad en cómo se miran. Está ahí, tan claro como el día, para que todos lo vean. Puede que él sea mayor que ella, pero ella tampoco es la típica joven con todo lo que ha vivido. Ha envejecido más allá de su edad física. Ella lo desafía, al igual que él la desafía a ella. Espero que después de todo esto, te permitas ver lo bien que están juntos."

Narcissa asintió a Lucius para que procediera con el hechizo. Lucius levantó su varita y, cuando abrió la boca para decir el encantamiento requerido, un crujido sonó a unos metros de ellos. Ambos rubios giraron la cabeza para ver a Hermione de pie junto a Severus, con una sonrisa en los labios de ambos que se fue apagando poco a poco al contemplar la escena que tenían delante.

La madre de Hermione tumbada en el sofá en un evidente hechizo de atadura corporal, y Lucius de pie junto a su mujer con la varita levantada hacia la madre de Hermione. Ambos pares de ojos de la pareja recién llegada pasaron de la madre de Hermione a la pálida pareja que estaba frente a ella.

Mierda. Pensó Lucius una vez más. No va a volver a hablar con ninguno de los Malfoys nunca más.

Severus fue el primero en hablar, aunque hablar era probablemente la palabra equivocada. Rugió. "¿Qué demonios está pasando aquí?".

Hermione corrió rápidamente hacia la forma de su madre. "¿Por qué está sometida a un hechizo de atadura de cuerpo?".

Lucius miró a su esposa, que rápidamente buscó el brazo de Hermione. "Hermione, querida..." Dijo Narcissa con suavidad, sólo que Hermione se sacudió el brazo del agarre de Narcissa.

"¡No, nada de Hermione querida! Qué mierda está pasando aquí?" Gritó, cogiendo su propia varita y colocándose entre los Malfoy y su madre, con la varita en alto por si alguno de ellos se movía un centímetro para herir a su madre.

Lucius sabía que estaban jodidos. Tendría que haber hecho el hechizo Obliviate y no dejar que Narcissa dijera su última cosa. O tal vez debería haber hecho el hechizo nada más llegar y preguntar después por qué era necesario. O tal vez debería haber insistido en que Narcissa llevara a la mujer a su casa en lugar de ir él al piso de Hermione. No es que eso importara ahora.

Severus volvió sus ojos ardientes hacia Lucius. "Explícate". Dijo en tono sombrío.

Lucius soltó otro profundo suspiro. "No es lo que crees, viejo amigo".

Severus se cruzó de brazos sobre el pecho. "Entonces, ¿qué es exactamente, viejo amigo?".

Lucius guardó su varita, calculando que sería mejor con Hermione todo el tiempo apuntando la suya hacia ellos. Así se tranquilizaría, al menos, de que no tenían intención de atacar a nadie. "Sólo iba a ser un simple hechizo de Obliviate. Nada más."

Narcissa asintió rápidamente. "Yo... dije algunas cosas y... asusté a tu madre. Sólo intentaba arreglarlo. Por eso le pedí a Lucius que me acompañara aquí, para asegurarnos de que se hiciera correctamente sin dañar sus otros recuerdos."

Hermione miró a Severus, que se llevó un pellizco al puente de la nariz, frustrado por los dos Malfoy que tenía delante. "¿Qué le has dicho?" Exigió Hermione.

Narcissa levantó la barbilla, dispuesta a afrontar la consecuencia de sus actos. "Le dije que tenía suerte de que los Imperdonables fueran ilegales, de lo contrario, la habría crucificado en el momento en que Severus saliera a buscarte".

Los ojos de Hermione se abrieron de par en par al escuchar eso, pero frunció el ceño al darse cuenta de algo. "Ella no sabe lo que es eso. ¿Por qué iba a salir corriendo?"

Narcissa se encogió de hombros. "Puede que le haya explicado algunas cosas, entre ellas lo que eran y lo que era Azkaban".

Severus suspiró. "¿Qué más has explicado?"

"Sabe que tú y yo éramos mortífagos, Severus" dijo Lucius, " y sabe que tú y Draco estuvisteis implicados en la muerte de Dumbledore, aunque no cómo ni por qué".

Hermione cerró los ojos ante eso. Nunca iban a aceptar a Severus ahora que sabían que había sido mortífago una vez. No importaba que hubiera sido un espía para siempre, dudaba que alguna vez la escucharan lo suficiente como para dejarla intentar explicarlo.

Narcissa no quería que su hijo perdiera a su amiga, su única amiga de verdad en estos días. "Hermione, querida, no era mi intención soltarlo todo, estaba enfadada porque una madre, cualquier madre, pudiera decir cosas tan horribles de su hija. Sobre todo a alguien tan amable como tú".

Lucius tomó la mano de su esposa. "Hermione, Cissy tenía buenas intenciones, pero tiene un carácter desagradable. Intentaba defenderte, a su manera".

Las palabras de Ron volvieron a ella sobre Severus. Que a su manera, insultando a Ron cada vez que podía, la defendía. Eso hizo que Hermione se preguntara si esa era sólo una forma de hacer las cosas de Slytherin. Si los insultos y las amenazas de tortura eran su forma de demostrar que les importaba. Era una forma extraña de demostrarlo, pero que no fuera su forma, no significaba que no fuera la de ellos.

Severus alargó una mano y tocó el hombro de Hermione. "Un simple Obliviate lo arreglaría para que no recuerde nada de lo que se dijo, Hermione. Dudo que Cissy tuviera realmente la intención de hacer daño a tu madre".

Hermione bajó la varita. "Si la hechizamos, sólo probará todo lo que ya piensan de mí. Ya piensa que ajusto sus recuerdos para adaptarlos a mis necesidades. Es lo que ha originado todo esto y por lo que han estado tan enfadados conmigo."

Lucius frunció el ceño. "Si ajustaras sus recuerdos para adaptarlos a tus necesidades, entonces no estarían nunca enfadados contigo. Simplemente habrías borrado su ira y la habrías sustituido por pensamientos más felices."

Hermione asintió, antes había dicho lo mismo. "Lo sé, pero parece que no se dan cuenta".

"De todas formas, ¿por qué iban a pensar que harías algo así?". preguntó Lucius, que seguía sin entender el problema.

Severus suspiró. "Porque les borró la memoria y los envió a Australia para que ni el Señor Tenebroso, ni ninguno de sus mortífagos pudiera encontrarlos antes del final de la guerra".

Lucius asintió. "Ya veo. Supongo que no entienden lo que hubiera supuesto para ti que los atraparan."

Hermione negó con la cabeza. "La verdad es que no. He intentado explicarles después de restaurar sus memorias, pero, realmente no quisieron escuchar. Si modificara su memoria hoy, sólo sería..."

"Darles la razón, en lo que piensan de ti". Dijo Lucius, comprendiendo por fin.

Hermione asintió, y Lucius le hizo un gesto a su madre. "¿Me permites?" Preguntó, teniendo una idea.

Hermione frunció el ceño. "¿permitir, qué?"

"¿Desatar y hablar con tu madre? Te juro que no le haré daño". Dijo Lucius.

Hermione miró a Severus, insegura de si eso era prudente, pero, Severus asintió, sabiendo que Lucius estaba hablando con la verdad. "De acuerdo". Dijo Hermione en voz baja.

Severus lanzó una mirada de advertencia a Lucius, haciéndole saber que si le hacía algo a la madre de Hermione, Severus se lo haría pagar caro. Lucius asintió en señal de reconocimiento y se dirigió a colocarse frente a la señora Granger.

Esperando que esto saliera bien, Lucius utilizó su varita para acabar con el hechizo de atar el cuerpo, y añadió silenciosamente una maldición de bloqueo de piernas para que la mujer no pudiera huir. En cuanto su madre tuvo libertad para moverse del todo, empezó a hablar rápidamente.

"Hermione, rápido, tenemos que salir de aquí". Dijo, aún aterrada por todo lo que había escuchado.

Hermione se movió para ayudar a su madre a sentarse: "Mamá, está bien. Estás a salvo, nadie te hará daño". Al instante se dio cuenta de que su madre seguía sin poder mover las piernas, y miró fijamente a Lucius. "Creía que estabas levantando la atadura del cuerpo".

Lucius respondió a la mirada furiosa de Hermione. "Lo hice, pero quería que siguiera sentada y escuchando sin intentar huir. Así que añadí una maldición de bloqueo de piernas".

Severus suspiró. "Lucius..."

Lucius levantó una mano, aun cuando la madre de Hermione lo miraba asustada. "Señora Granger, le juro que no tengo intención de hacerle daño".

"Eres un mortífago, estaban cazando a gente como yo y mi hija, lo dijo tu mujer". Dijo Jean.

Lucius asintió con la cabeza. "Lo era, sí, pero ya no lo soy. He hecho mucho en los años transcurridos desde que terminó la guerra para cambiar las cosas horribles que hice, y seguiré intentando haciéndolo también."

Jean se burló. "¿Cómo se puede cambiar la muerte de personas?"

Hermione hizo una mueca de dolor ante eso, pero Lucius se limitó a sonreír amablemente. "Me hago esa misma pregunta cada mañana. Cuando por fin encuentre esa respuesta, me libraré por fin de ese pecado, hasta entonces, hago lo que puedo cada día para compensar las vidas que he quitado."

Hermione se sorprendió con su respuesta, y al parecer su madre también.

Viendo su oportunidad con su silencio, fue a por ello. "Quería contarte algunas cosas. Seguro que nos has oído hablar, así que sabes que Cissy y yo queríamos Obliviarte, es decir, queríamos modificar tu memoria. Sólo lo íbamos a hacer para que no nos temieras, ni a Severus. Sé que he mencionado que él fue una vez un mortífago, pero tienes que entender que no era como yo."

Jean frunció el ceño ante eso. "¿Qué significa eso?"

Lucius miró a Severus, antes de volver a mirar a la madre de Hermione. "Severus era un espía, ayudó a salvar nuestro mundo sólo fingiendo ser mortífago. No intentaba ayudar a destruirlo".

Eso no era exactamente exacto, pero nadie le corrigió.

Jean frunció el ceño. "Te he oído decir que mató a Dumbledore".

Lucius trató de averiguar cómo explicarlo, para que ella lo entendiera. "Estoy seguro de que me has oído llamarle viejo amigo, y es cierto, somos amigos desde nuestros días en Hogwarts como simples estudiantes. Sin embargo, a mí me educaron para odiar todo lo muggle, y a Severus no. Él me ayudó a ver que lo que el Señor Tenebroso quería estaba mal. Lamentablemente, para cuando empecé a darme cuenta, mi hijo se vio arrastrado a la contienda. Draco tampoco quería estar en ella. Severus es el padrino de mi hijo, y cuando el Señor Tenebroso le encargó a mi hijo que matara a Dumbledore o que lo mataran a él, Severus salvó a mi hijo asumiendo la tarea. Conspiró con Dumbledore. Dumbledore estaba enfermo y moribundo, y lo que Severus hizo, se lo pidió Dumbledore. Fue piadoso con todo el dolor que tenía el viejo mago".

Hermione asintió y habló en voz baja. "Severus no lo hizo por despecho u odio, fue por respeto y amor. Dumbledore estaba sufriendo, mamá. Le pidió a Severus que acabara con su sufrimiento".

Lucius asintió con la cabeza. "Efectivamente."

Jean estaba asimilando todo esto. "Supongo que puedo entender todo eso, pero ¿por qué ocultármelo? Por qué mentirnos y robarnos nuestros recuerdos?".

Hermione tomó la mano de su madre. "Tenía miedo de que papá y tú me hicieran abandonar Hogwarts para siempre. Sabía que si me iba, no se evitaría la guerra, y Harry nunca habría podido salir adelante por sí mismo."

Lucius miró a Jean. "¿Habrías dejado a tu hija si ella te lo hubiera pedido? ¿Habrías huido a otro país para estar a salvo mientras ella se quedaba a luchar?"

Jean lo fulminó con la mirada. "Por supuesto que no. Me habría quedado para ayudarla o la habría hecho venir con nosotros".

Lucius asintió con la cabeza. "Como haría cualquier madre, pero ninguna de esas opciones habría mantenido a tu hija a salvo. Si se hubiera ido con ustedes, Potter habría fracasado y el Señor Oscuro habría ganado. Nadie habría estado a salvo después de eso".

Jean negó con la cabeza. "Había otra manera, tenía que haber otra manera. Podrías haber hablado con nosotros".

Hermione apretó la mano de su madre. "Debería haberlo hecho. Debería haberte dicho la verdad entonces, explicarte todo lo que pasó y lo que había que hacer en ese momento, pero tú misma lo dijiste, no te habrías ido sola. Igual habría tenido que quitarte los recuerdos para que te fueras, pero entonces, al menos podría haberte demostrado que primero intenté hacerte entender."

Jean frunció el ceño. "¿Mostrarme cómo?"

"Con un pensadero. Permite a la gente compartir recuerdos. Los verías, como si estuvieras allí viendo cómo suceden delante de ti". Le dijo Hermione.

Lucius habló a continuación. "Si te hubieras quedado, habría significado el fin de tu hija".

Jean volvió a mirar a Lucius. "¿Qué quieres decir?"

Lucius se miró las manos antes de volver a encontrar su mirada. "Significa que los mortífagos los habríamos encontrado a ti y a tu marido. Entonces, nos habríamos asegurado de que Hermione se enterara de su captura. Le habríamos exigido que viniera a nosotros para salvarlos. Asegurándonos de que se diera cuenta de que te torturaríamos y mataríamos si le decía a alguien a dónde iba o por qué iba allí."

"Lucius, es suficiente". Dijo Severus. No creía que la madre de Hermione necesitara los detalles exactos de lo que habría sucedido si el Señor Tenebroso o sus seguidores hubieran puesto sus manos sobre algún miembro de la familia Granger.

Lucius negó con la cabeza. "Necesita entender por qué Hermione hizo todo lo que estaba en su mano para mantenerlos a salvo. Tiene que saber por qué quitarles los recuerdos era la mejor opción, y la única opción real."

Jean respiró profundamente. "Cuéntame". No quería que la dejaran en la oscuridad por más tiempo.

"Mamá..." Dijo Hermione, "no quieres saberlo".

Lucius miró a Jean, preguntando en silencio qué prefería, si las respuestas o la ignorancia.

"Dígame". Dijo Jean.

Lucius asintió con la cabeza. "Muy bien. Cuando tu hija llegara, sola, que lo habría hecho porque habría hecho cualquier cosa para salvarlos a ti y a su padre, la habrían desarmado y atado al instante. A continuación, los habrían sacado a ustedes y, sin poder hacer nada para evitarlo, los habrían torturado a los dos hasta la locura y luego los habrían matado delante de ella."

Lucius le dio un momento para asimilar eso antes de continuar. Ante el asentimiento de la mujer mayor, continuó. "Habrían hecho lo mismo con ella, torturándola dolorosamente para sacarle cualquier información útil, y luego la habrían matado también. Su muerte no habría importado a los que la vieran, pero, se habría utilizado para torturar aún más a sus amigos con la esperanza de que Potter se enfadara lo suficiente como para buscar venganza por su cuenta para que el Señor Tenebroso pudiera destruirlo."

Jean se quedó sentada, atónita.

Severus sólo se alegró de que Lucius se censurara a sí mismo mientras describía todo lo que podría haber ocurrido. Había cosas peores que las simples maldiciones de tortura y la muerte. Muchas veces, se había visto obligado a ver cómo las víctimas femeninas eran violadas de una forma que ninguna mujer debería ser jamás, a veces también por más de un mortífago. Por lo general, las violaciones se producían delante de los miembros de su familia que aún estaban vivos. Una tortura añadida antes de su eventual muerte.

Severus nunca había participado en ese evento en particular, ni tampoco Lucius, pero otros sí. Los que lo habían hecho, por suerte, ya estaban todos muertos, ambos hombres se habían encargado de ello personalmente. Tampoco tuvieron una muerte lenta o indolora. Ni Severus, ni Lucius, pensaban que habían merecido una muerte amable después de las cosas que habían hecho.

Lucius volvió a hablar. "¿Entiendes ahora por qué hizo lo que hizo? ¿Entiendes por qué era la única opción segura para ti y tu marido? Ella sabía que no tenías magia para protegerte. Sabía que no podías ir con ella. Ella sabía que si fallaba en su tarea, si te acordabas de ella y te ibas de todos modos, nunca te perdonarías que hubiera muerto. También te habría perseguido para siempre".

A Jean se le escurrieron las lágrimas al pensar en su hija muerta. "Sin nuestros recuerdos, nunca habríamos sabido si ella murió. Nunca hubiéramos sabido que había existido. Nunca habríamos podido llorarla. Eso es lo peor que se me ocurre".

Lucius negó con la cabeza. "Eso no es lo peor. Lo que ella habría experimentado si te hubieras quedado y te hubieran atrapado habría sido lo peor. Lo que hizo por ti fue una bondad, y de verdad que me gustaría que lo vieras. Puedes enfadarte todo lo que quieras, pero ¿alguna vez se te ha pasado por la cabeza preguntarte cómo debió ser para ella? ¿Que una chica joven, quizá de diecisiete años, tuviera el valor de dejar que sus padres la dejaran atrás, mientras ella se iba sola a luchar contra un monstruo para salvarlos? ¿La fuerza que debió tener para enfrentarse a eso sin el amor y el apoyo de sus padres a los que recurrir?"

Jean miró a Hermione, que en ese momento miraba al suelo, y se dio cuenta de que ni una sola vez había pensado en Hermione de esa manera. Ambos padres habían pensado que era para quitarlos de en medio, y así había sido, pero no por las razones egoístas como habían pensado. En cambio, había sido por miedo y por amor a ellos.

Severus sabía que Hermione había sido mayor de diecisiete años, pero no corrigió a su amigo. Observó en silencio cómo todo lo que había dicho Lucius acababa por calar. Su madre por fin vería que lo que Hermione había hecho todos esos años atrás había sido para salvarlos, no para engañarlos.

Jean resopló, aún luchando contra las lágrimas. "Hermione, lo siento. Lo siento mucho. Por todo lo que he dicho, tanto hoy como antes. ¿Podrás perdonarme alguna vez?"

Hermione levantó la cabeza y miró a su madre, asintiendo lentamente. "Oh, claro que puedo". Dijo suavemente, con sus propios ojos escocidos.

Lucius supuso que era seguro dejar libre el hechizo de las piernas de Jean y lo hizo en silencio.

Por fin, capaz de mover las piernas, Jean se levantó y abrazó a su hija. "Me equivoqué en todo y te dije las cosas más horribles, lo siento mucho, amor".

Lucius les hizo un gesto para que dejaran a las dos mujeres un poco de espacio e intimidad. Severus negó con la cabeza mientras Lucius y Narcissa se dirigían a la chimenea y señalaban hacia la cocina, donde todo había empezado ese mismo día.

En la cocina, Severus respiró profundamente y negó con la cabeza a la pareja. "Tienen mucha suerte de que todo haya salido bien". Les dijo.

Lucius suspiró. "¿Creés que Hermione nos perdonará por haber casi obliaviado a su madre? Si no, Draco podría repudiarnos por haber perdido a su única amiga".

Severus sonrió con satisfacción. "Dudo que culpe a Draco por algo que hayán hecho ustedes dos".

Lucius se burló. "Bueno, yo llegué después del hecho, sólo intentaba reparar lo que se había hecho".

Narcissa miró a su marido. "Gracias, cariño, por lanzarme a los lobos en esta ocasión".

Lucius sonrió con satisfacción. "Bueno, es cierto, querida. No puedo evitar que simplemente fuera yo el que fuera a borrar los recuerdos de las amenazas de muerte y tortura."

Severus frunció el ceño. "¿Muerte? Creía que sólo era tortura".

Narcissa se encogió de hombros. "También podría haber explicado lo que era la maldición asesina".

Severus suspiró. "¿Hay algo más que hayas omitido en tu explicación de lo que le dijiste a la madre de Hermione?"

Narcissa se encogió de hombros y Lucius tosió ligeramente para disimular su risa. Recordando lo último que Narcissa quería decirle a la madre de Hermione antes de Obliviarla. Sabiendo también que él también se había dejado algunas cosas en el tintero.

Severus cerró los ojos mientras luchaba por tener paciencia. "¿Qué han hecho ustedes dos?"

Narcissa se rozó una pequeña mota de pelusa en el hombro. "Puede que hayamos... dejado salir cómo se han juntado en primer lugar".

Severus lanzó una mirada fulminante. "¿Qué significa eso?"

Lucius no pudo ocultar más su risa. "Significa que ahora sabe que su niña no es tan dulce ni inocente como creía. Aunque para ser justos, teníamos la intención de borrar lo que entendió cuando lo dijimos, así que..."

Severus frunció el ceño, confundido, antes de darse cuenta de lo que Lucius podía querer decir con su afirmación. "No lo has hecho". Les siseó.

Narcissa ocultó rápidamente su divertida sonrisa tras la mano. "Todavía estaba enfadada, Severus".

Severus mordió varias maldiciones de colores. "Le dijiste a su madre que yo era su profesor en Hogwarts cuando empezó todo esto, ¿verdad?".

"No, no lo hicieron." Dijo una voz por detrás de él.

Cerrando los ojos, aunque no antes de ver que Lucius sonreía aún más ahora, Severus hizo lo posible por morder aún más maldiciones. Al abrir los ojos y darse la vuelta, vio a la madre de Hermione de pie, mirando con desprecio, mientras Hermione se cubría la cara con la mano.

Jean se quedó mirando al hombre con el que salía su hija. "Han dejado esa parte fuera".

Severus iba a asesinar a los dos imbéciles que estaban detrás de él, probablemente riéndose en silencio de su actual situación. "Señora Granger, yo..." No sabía qué decir a lo que ella acababa de escuchar.

Jean miró a su hija, que escondía la cara en la mano. "¿Era tu profesor?".

Hermione bajó la mano. "Sí, mamá."

Jean tomó aire. "¿Tuviste una aventura con tu profesor? ¿Cuánto tiempo duró exactamente?"

Hermione sabía que no tenía sentido ocultarlo. Levantando la barbilla, miró directamente a los ojos de su madre. "Empezó en febrero de este año. Ya era una adulta legal que consentía".

Jean asintió mientras volvía a mirar a Severus. "¿Suele tener relaciones inapropiadas con sus alumnas?".

La mandíbula de Severus se apretó. "No, señora, no las tengo. Su hija ha sido la única alumna con la que he cruzado esa línea".

Jean volvió a asentir. "¿Febrero?" Preguntó volviendo a mirar a Hermione.

"Sí, mamá." Dijo Hermione.

"¿Es cuando lo ataste a una silla y lo amordazaste?". Preguntó Jean.

Los ojos de Hermione casi se le salieron de la cabeza mientras su cara se ponía roja como tomate, Severus cerró los ojos y se pellizcó el puente de la nariz, escuchando esta vez la suave risita detrás de él. Definitivamente iba a asesinar a esos dos.

Hermione dirigió su amplia mirada a la pareja de rubios que estaban detrás de Severus. "¿Le han dicho a mi madre que he atado a Severus a una silla?" Se enfureció.

Narcissa dio un respingo, realmente no había querido que eso saliera. "Bueno... esa parte podría haber sido Lucius".

Lucius le dedicó una expresión sosa a su mujer. "Gracias, Cissy".

Narcissa se encogió de hombros. "Bueno, es cierto. Sin embargo, Lucius no quería que se le escapara, y habíamos tenido la intención de borrar el recuerdo de que lo hubiera escuchado. No le corregí, porque quería que ella se diera cuenta de que Severus no intentó perseguirte antes de que ocurriera, y que tampoco te manipuló ni sedujo. Quería que ella supiera que él se preocupa por ti".

Severus suspiró. "La quiero.... La quiero."

Lucius parecía aturdido por esa admisión, pero Narcissa se limitó a sonreír. Contenta de que por fin le dijera a su bruja lo que sentía.

Hermione sonrió a Severus, antes de acercarse a él y rodearlo con su brazo. "Yo también le quiero, mamá".

Jean miró a la pareja de magos mirándose fijamente y tuvo que estar de acuerdo en que Narcissa tenía razón. Cualquiera con medio cerebro podía ver lo mucho que se preocupaban el uno por el otro. Parecía que su hija había encontrado un hombre que la miraba de forma muy parecida a como la miraba todavía el marido de Jean.

Jean sonrió. "Entonces, supongo que tendrás que traer a Severus a cenar alguna vez para que tu padre pueda conocerlo".

Severus miró sorprendido a la madre de Hermione. "¿No está enfadada?"

Jean negó con la cabeza. "No. Como dijo Hermione, era una persona adulta, y entiendo que a veces las circunstancias no se pueden evitar en el lugar en el que estás cuando encuentras a esa persona especial".

Hermione sonrió a su madre. "Gracias, mamá."

Jean asintió con la cabeza. "¿Puedo sugerir que no le digas a tu padre que todavía era tu profesor cuando empezasteis a salir?"

Hermione se rió suavemente. "Sí. Eso podría ser lo mejor".

Jean volvió a mirar a la pareja de rubios. "Si la opción de borrar mi memoria sigue sobre la mesa, me gustaría preguntar si pueden hacerlo, por favor".

Hermione frunció el ceño. "Pero, ¿por qué? ¿Creía que lo habíamos solucionado todo?".

Jean se echó a reír. "Oh, no quiero perderlo todo. Sólo la parte de que ataste a tu novio a una silla para tener sexo con él. Hay cosas que realmente no necesito saber".

Severus se rió suavemente. "Puedo encargarme de eso. Es un hechizo más complicado, modificar sólo esa porción, pero puedo manejarlo por ti sin problemas."

Miró a Hermione. "¿Tienes un pensadero? Creo que sería mejor ver la parte exacta que hay que borrar antes de hacerlo".

Hermione fue a sacar su cuenco de piedra del armario. Trayéndolo de nuevo a la cocina, lo dejó sobre la mesa.

Jean frunció el ceño ante el cuenco. "¿Cómo funciona exactamente?"

Hermione miró a su madre. "Una persona saca un recuerdo con su varita y pone el recuerdo en el cuenco, otra persona se inclina y lo absorbe, de modo que está viendo el recuerdo como si estuviera justo en la habitación mientras está sucediendo. Es muy seguro".

Jean vio que Narcissa ya se estaba llevando la varita a la cabeza, y al apartar la varita salió un brillante hilo plateado que colgaba de ella como una cuerda brillante. Narcissa se acercó al cuenco y dejó caer la hebra en él. Luego, Severus se movió frente a ella e inclinó la cabeza hacia la superficie brillante.

No desapareció como Jean pensó que lo haría, y varios minutos después volvió a ponerse en pie. Una rápida mirada a la pareja de rubios mientras negaba con la cabeza, y se movía para colocarse frente a ella.

"Esto no le dolerá, y será más fácil si se relaja". Le dijo Severus.

Jean asintió con la cabeza. "Sólo vas a tomar esa cosa, ¿verdad?".

Severus asintió con la cabeza. "Sí, y la parte en la que lo mencionaste aquí en la cocina. Dejaré todo lo demás".

Jean asintió, alargó la mano y cogió la de Hermione para luego cerrar los ojos. Severus comenzó el complicado patrón con su varita mientras murmuraba suavemente el encantamiento que requería.

Cuando terminó, dio un paso atrás. "Todo terminado".

Jean abrió los ojos, con la sorpresa en el rostro. "Yo... aún recuerdo que te pedí que tomaras un recuerdo. No sé qué recuerdo era, pero... recuerdo que te lo pedí, y que me lo explicaste todo. Pensé que tampoco recordaría esa parte".

Severus asintió con la cabeza. "Sólo cogí el trozo que me pediste. Nada más. Quería que recordaras haberlo pedido, para que nunca sientas que Hermione o yo te hemos robado un recuerdo sin tu permiso."

Jean sonrió. "Gracias."

Severus volvió a asentir.

Jean miró a su hija. "¿Fue tan grave? ¿Lo que sea que haya tomado?"

Hermione se rió suavemente. "Mamá, realmente no lo querías".

Jean asintió con la cabeza. "Yo también recuerdo que una vez fue tu profesor".

Hermione se encogió de hombros. "No le pediste que tomara ese papel".

"¿Fue peor que eso?" Ante la mirada sosa de Hermione, Jean suspiró. "De acuerdo, dije que no quería saber, así que probablemente debería dejar de hacer preguntas al respecto".

"Probablemente, mamá". Le dijo Hermione.

Jean asintió con la cabeza. "De acuerdo, entonces. Bueno, Severus realmente espero que puedas perdonarme tan fácilmente como lo hizo mi hija por las cosas horribles que dije antes cuando pensé... bueno..."

Severus miró a Hermione y vio que le dirigía una mirada suplicante. "Supongo que puedo perdonar y ofrecerte un borrón y cuenta nueva".

Jean sonrió. "Gracias."

Jean se despidió poco después. Los invitó a cenar ese jueves por la noche y ellos aceptaron estar allí. Jean se despidió de su hija con un abrazo y cuando ella hizo lo mismo con Severus, éste hizo una mueca y le dio una torpe palmadita en la espalda a cambio.

Hermione se rió al ver su cara aún fruncida después de cerrar la puerta tras su madre. "En nuestra familia nos abrazamos, ya te acostumbrarás". Le dijo ella.

Severus no estaba seguro de poder acostumbrarse a algo así. Sin embargo, decidió que había cosas peores que sufrir que un abrazo de los padres de su bruja.

Hermione se volvió hacia los invitados que quedaban. "En cuanto a ustedes dos..."

Lucius hizo lo posible por no encogerse, sabía que estaba a punto de escuchar su destino respecto a todo lo que había pasado esta tarde. Dependiendo de lo que esa mujer dijera, tal vez tendría que rogar y suplicar el perdón de su hijo.

Hermione soltó un suspiro. "Supongo que ambos tenían buenas intenciones. Sólo... por favor, no usen la magia con mis padres. Si es necesario, envienme un patronus para que pueda estar allí y ayudar a explicar lo que está pasando."

Narcissa sonrió. "¿Nos perdonas, querida?"

Hermione asintió con la cabeza. "Sí, pero sólo porque no tenías intención de hacerle daño".

Lucius mordió un suspiro de alivio. "Nunca causaríamos daño a tu familia a propósito, Hermione".

Ante el asentimiento de Hermione, Narcissa no pudo contener su siguiente pregunta. "Entonces, ¿con qué título se han quedado? ¿Novio? ¿Suicida Admirador?"

Hermione miró a Severus, que se limitó a dedicarle una pequeña sonrisa.

Lucius sonrió con satisfacción. "No ha elegido a Corderito, ¿verdad, viejo amigo? Me burlaré de ti sin piedad si lo hizo".

Severus puso los ojos en blanco. "No, ya te dije que ella nunca elegiría algo tan enfermizo".

Narcissa esperó, pero Hermione siguió sonriendo. "¿Y bien?" Preguntó finalmente. "¿Qué le vas a decir a la gente cuando te pregunte?".

Severus sonrió, y Hermione volvió a deslizarse entre sus brazos. "Es mi prometida".

Mañana el epílogo 💖

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