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T R E C E



























































—Es un placer por fin hablar contigo, hermano. Ya me había cansado de seguirte. —rio el castaño. —Puedes llamarme Henry, si te disgusta que otra persona tenga tu nombre.

—Pero, ¿Sabes? —Yoongi, apoyó de nuevo los codos en la mesa y acercó su cara. —Llamarte "Henry" me hace querer matarte. —volvió a reír.

Jimin le agarró el brazo a Yoongi, para que lo mirara, pero este se quitó del agarre y siguió mirando al chico de manera escalofriante.

—¿Creo que ya te has dado cuenta? ¿Verdad? —dijo Yoongi. —A cuál de los hijos quiere más. ¡Pues claro! Ni Hoseok, ni tú. ¡Yo! —volvió a reír. —¿Cierto, Minyoung? Dejarme esa noche con ese hombre, ¿No te dejó dormir en las noches? ¿Verdad? Así que follaste, quedaste embarazada y diste a luz otro niño. ¿Increíble no? ¡Hasta le pusiste el mismo nombre que tu hijo! Que gracioso. ¿No es gracioso, Jimin? —Yoongi miró el peli-rosa, pero ese solo bajó su mirada. —Dime, Minyoung. ¿Quién fue el descarado tipo que te salvó la vida?

—Él que tú mataste, Yoongi. —Yoongi sonrió sorprendido.

—Sí es así, lo merecía. —sonrió.

—El padre de Seokjin. —Yoongi volvió a reír.

—¿Qué? ¿Más familia? ¿Y de un farsante idiota?

—Cállate, Min. —dijo Seokjin.

—Ah, ahora entiendo todo. —aplaudió. —Tú, me buscabas todos estos años para matarme o encerrarme. ¡Querías vengar la muerte de tu estúpido padre! Entonces, ¿Por qué viniste a mí y me ayudaste siempre? ¡Claro! —volvió a reír. —Para luego apuñalarme por la espalda. Que imbécil eres, Seokjin. —el mencionado apretó los puños debajo de la mesa y le regaló una sonrisa.

—Yoongi, vámonos... —le susurró Jimin.

—¿Para que irnos? —rio Yoongi como desquiciado, aterrorizando a todos en la mesa. —Este juego apenas comienza. —Yoongi cogió el menú. —Supongo que, por esta hermosa velada, pediré lo más caro. —sonrió y abrió el menú. —¿Qué te gustaría pedir, Jimin? —el mencionado, miraba a Yoongi con temor. Estaba fuera de sus cables. —¿Qué te parece si pedimos filete? —le dijo a Minji y el pequeño negó. —No habrá hamburguesa para ti.

Minji se cruzó de brazos y asintió.

—Quiero hamburguesa. —dijo Minji

—Minji, ya te dije que no. —dijo Yoongi.

—Minji, pide lo que quieras. —dijo la mujer y Yoongi la miró riendo.

—¿Saben? Creo que terminaré con esta velada. —había una copa con vino en la mesa frente a él. La cogió y la levantó. Se levantó de la silla junto con la copa y le alzó hasta la altura de su cabeza. —Bien, tengamos un brindis.

La mujer miró a Yoongi y negó.

—Brindo por esta vida de mierda. —dijo Yoongi. —Brindo por la muerte. —miró a su madre. —Por la familia. —miró a Hoseok. —Por quienes quieren ser como yo. —miró a Seokjin y al castaño. —Y, por último, al toxico amor. —miró a Jimin y luego a Minji. Les sonrió a todos y luego se tomó toda la copa. —Bien, "familia" —dejó la copa vacía en la mesa e hizo comillas con sus dedos. —Yo me largo de esta puta mierda. Mamá, felicidades por tu nueva familia. —se alejó de la silla y se desabrochó el saco gris y se alejó un poco de la mesa para irse.

—Yoongi, hijo... —lo llamó la mujer. —Podemos hablar de todo.

Yoongi frenó y miró por encima del hombro.

—¿Hijo? ¿Me has llamado hijo? —rio Yoongi de nuevo y se giró. —¿Qué persona tan enferma deja a su hijo abandonado al lado de un hombre retorcido? ¡¿QUIÉN MIERDA?! ¡Claro! El niño que creció con el recuerdo de su madre muerta y ahora..., está viva. —volvió a reír desquiciadamente.

—Él me arrastró hasta afuera, Yoongi... —la mujer se levantó de la silla. —Yo hice lo posible por llevarte conmigo. Yo-yo, te vi, Yoongi. —Minyoung tenía una mirada afligida. —Yo te vi, en ese mueble. ¡Te vi! Como cada parte de tu inocencia se la devorada otro. —dijo la mujer, dolida.

—Pero, no luchaste, Minyoung. ¿Sabes que es lo que hace una buena madre? ¡Da puta vida por su hijo! Pero, mírate. Nueva vida. Nueva familia. Un hijo con el cual me quieres remplazar. —rio Yoongi. —¿Quieres mi perdón? ¿Por eso hiciste todo esto? ¡Pues no! Jamás te perdonaré. ¿Sabes por qué? Porque no tuve unos padres que me ensañaran a perdonar. —Yoongi se pasó una mano por el cabello y sonrió. —Gracias a todos por esta hermosa velada. —aplaudió y se dio media vuelta.

—Eres un maldito desagradecido, Yoongi. —el castaño se levantó de la silla y caminó hacia Yoongi.

Lo alcanzó, lo giró y lo cogió por el cuello de la camisa. Yoongi, lo empujó y le pegó un puñetazo. Haciendo que todos en la mesa se levantaran. El peli-negro, le pegó una patada en el estómago al castaño dejándolo caer al suelo. Yoongi se acercó a él y le pegó una patada en el estómago. Hoseok, llegó a su lado para detener a Yoongi, pero este le pegó un puñetazo en el rostro. Seokjin, también quiso acercarse. Pero, el peli-negro sacó dos armas detrás de su pantalón y apunto hacia Seokjin y otra hacia el chico que se encontraba sangrando en el suelo.

—¡Yoongi! —llamó Jimin.

El mencionado estaba cegado por la ira que empezó a reírse como loco desquiciado. Cargó el arma y volvió a reír. Jimin, caminó hacia él, pero Yoongi levantó el arma y le apuntó a él con la cabeza.

—Un maldito paso más, Jimin y juro que te mato. —le dijo Yoongi.

—Yoongi, por favor... —dijo el peli-rosa. —Vamos, Yoongi... —le extendió la mano. —Vamos, Yoongi. Ven conmigo.

Minji, se bajó de la silla y caminó hacia Jimin. Se puso detrás de Jimin y asomó su cabeza para mirar a Yoongi. El último mencionado miró a Minji y vio como sus ojos eran cristalizados. Yoongi, pasó saliva y miró a Jimin después. Pero, la sonrisa siniestra se asomó en sus labios. Se guardó las armas y caminó hacia las escaleras ignorando a todos.

Salió del restaurante y se empezó a reír. Min Yoongi, por fin había encontrado su locura y estaba más que recargado para matar.

—¡YOONGI! —llamaron a su espalda.

El peli-negro se llevó sus manos a la cabeza y tiró de sus cabellos desordenándolos. Comenzó a reírse con más deseo, se estaba volviendo más loco. Esta era la gota que le hacía falta al vaso para se cayera de lo lleno que estaba.

—Yoongi... —una mano se posó en su hombro haciendo que él se girara.

Jimin, vio ese lado de Yoongi que solamente una vez pudo ver. Por segunda vez, Jimin sintió el deseo que matarlo para acabar con su terrible sufrimiento. Jimin lo amaba, sí. Pero, ya estaba cansado de verlo sufrir por su pasado. Él no tenía la culpa, él nunca había nacido enfermo. La sociedad lo corrompió.

—Jimin... —dijo Yoongi y pudo ver como las lágrimas cristalizaban sus ojos. —No me dejes por favor... —lloriqueó y caminó hacia Jimin.

Yoongi lo abrazó y lloró en su pecho. Jimin, pasó saliva y le correspondió el abrazo.

—No me dejes, pequeño... —lo abrazó más fuerte. —Vámonos juntos de toda esta mierda. Seremos tú y yo, pequeño. —le susurró Yoongi y acercó sus labios a los de Jimin para besarlo.

El peli-rosa le correspondió el beso y se dejó llevar. Yoongi, subió su mano por la nuca de Jimin y profundizó el beso para luego separarse por sus respiraciones agitadas.

—Yoongi... —la voz de Minji llegó a sus oídos.

Yoongi se alejó de Jimin y miró detrás de él. Hoseok, traía a Minji. El peli-negro se acercó y jaló a Minji de la muñeca, apartándolo.

—Muy buena velada, hermanito. —rio Hoseok. —Descansa. Te lo mereces, has sido un buen invitado. —le guiñó el ojo y se metió las manos en los bolsillos para irse de ahí.

Minji, le jaló el pantalón a Yoongi.

—Yoongi, tengo hambre. —el pequeño hizo puchero. Yoongi miró a Jimin y este se encogió de hombros.

—Bien, vamos por comida para los tres. —dijo Yoongi.

—Oye, Yoongi... —volvió a hablar Minji. —¿Sabes quién es mi mamá?

Yoongi pasó saliva y se mordió el labio inferior.

—¿Para qué quieres saber eso, Minji?

—La extraño... ¿Tienes una foto de ella? —dijo el pequeño haciendo puchero.

Jimin se cruzó de brazos y se acercó a ellos.

—Minji, ¿No tienes hambre? Vamos a comer, luego hablaremos de esto. —dijo Jimin y le agarró la mano para que Yoongi tomara un respiro. Se alejaron de él.

El teléfono de Yoongi sonó en su bolsillo dejando ver en pantalla el número de Taehyung.

—¿A qué debo tu llamada?

—Min, no me lo vas a creer.

—Tengo un hermano con mi mismo nombre. Es insípido, ya sé. ¿Puedes matarlo por mí? Te desahogas con el supuesto yo.

Rio Yoongi.

—Ah, te enteraste.

La risa de Taehyung salió por el altavoz.

—Adivina que.

—¿Qué quieres, idiota?

—¿Recuerdas a uno de tus juguetes?

—He tenido tantos, Taehyung.

—No, recuerdas a ese juguete que jamás pudiste domar.

—Jimin está conmigo, Kim. ¿De quién mierda me estás hablando?

—¡Maldita sea, Min! ¿Cómo es que te olvidaste de él? ¡Taemin! Lee Taemin.

—¿Qué pasa con ese bastardo?

—Bueno, Min. Estoy celoso y me gustaría verte para jugar un poco de póker.

La voz del chico menciondo salió por el altavoz haciendo que Yoongi riera.

—Estuve escuchando que tienes dueño. ¿Alguien por fin te domó?

—Taemin, no te me busques.

—Quiero verte. Pero, con el que quiero jugar es con tu lindo pequeño.

—¿Para qué? ¿Quieres vengarte?

—No, solo quiero su dedo. Te estaré esperando en el casino. Taehyung te enviará la dirección.

La llamada se cortó.

—Mierda... —se guardó el teléfono y buscó a Jimin con la mirada, pero no lo encontró. Corrió hacia la salida y lo vio sentado junto a Minji, mientras el pequeño jugaba con su teléfono. —Jimin... —Yoongi llegó frente a él. —Necesito que hagas algo por mí.

Jimin se levantó de donde estaba sentado y arrugó el ceño.

—¿Sabes jugar póker? —preguntó él.

Jimin negó.

—Una vez lo intenté, pero no. —dijo Jimin. —¿Por qué preguntas? ¿Qué es?

—Bien... —se pasó una mano por la nuca. —Tienes que enfrentarte con alguien de mi pasado. —Jimin se cruzó de brazos.

—No me digas y el estúpido premio eres tú.

—¿Qué? ¿No me quieres ganar? —Yoongi levantó una ceja sonriente.

—¿Qué mierda es? —dijo Jimin. —¿De cuánto estamos hablando?

—300 billones de wons, pequeño. —al peli-rosa casi se le salen los ojos.

—¿Están locos o qué mierda? ¡¿Quién apuesta tanto dinero?!

—Bueno, si juegas con él. Pues, son millonadas. ¿De dónde crees que saco tanto dinero, Park?

—¿Qué clases de juegos son? —preguntó Jimin.

—Primero, todos al auto. Compraremos algo para llevar y te explicaré en el camino. —dijo Yoongi. —Minji, al auto.

Minji asintió y se bajó de donde estaba, y caminó hacia el auto que Yoongi le señalaba con el dedo. Yoongi se giró para seguirlo y subirse en el auto, pero Jimin lo detuvo.

—¿Con quién jugaré, Yoongi?

—Bueno, digamos que estará el estúpido de Jeon, el idiota de Taehyung y bueno, jugarás con uno de mis juguetes. —Jimin rio de manera sarcástica y se cruzó de brazos.

—No.

—Ya dijiste que sí, lo siento. Sube tu precioso culo al auto. —Jimin negó. —Jimin...

—¿Eres sordo? No.

—Bien, a las malas. —Jimin se alejó y vio a Yoongi acercarse.

Lo jaló de la oreja.

—¡Maldito! ¡Suéltame!

—Ya te dije que se hace lo que yo diga, Park. —dijo Yoongi y le abrió la puerta del auto para que él subiera.

Luego entró él a la parte del piloto y Jimin de copiloto. Minji, se encontraba en los asientos traseros concentrado en el teléfono de Jimin. El peli-negro cerró la puerta del piloto y encendió el motor, haciendo que Jimin gruñera.

—Aw, pequeño. No te pongas así. Podrás quedar obsesionado con los juegos de este tipo, Jimin.

—¿Qué? ¿Y volverme psicópata con el dinero? No me parece nada malo.

—Es excitante, Jimin. —Yoongi se mordió el labio inferior. —Cuando ganas dinero, empiezas a sentirte con deseos de follar. —Jimin rio.

—Estás enfermo, Min. —se burló este.

—Pequeño, aún no has empezado a conocer el mundo luego de la lujuria y el sexo. Que te guste como meto cosas por tu ano o que te ponga a tono con un látigo no es nada comparado con lo que vivirás esta noche. —y sí, a Jimin le estaba gustado la idea. —Estamos hablando de fichas que pueden valer 100mil wons. El placer de ganarte 200mil wons en una sola partida es muy placentero.

—Te imaginé a ti masturbándote mientras muevas las malditas cartas.

—Dos corridas. Es muy bueno. —rio Yoongi y movió el auto para salir del estacionamiento.

—Oye, Minji no sabe de lo que hablamos, ¿Cierto? —preguntó Jimin.

Yoongi soltó una carcajada.

—Espero y así sea. —dijo Yoongi llegando a la autopista.

—Bien, ¿Me explicarás cuales son los juegos?

Yoongi sonrió de lado y rio.

—Tres juegos. Piedra, papel y tijeras. Cartas del zodiaco y encontrar 54 pares de una baraja. —le dijo Yoongi. —La única manera de ganar es tener la suerte de tu lado o simplemente hacer trampa.

—Ganaré en piedra, papel y tijeras. —dijo Jimin haciendo que Yoongi riera.

—Ay, pequeño. No es él que tú piensas. Pero, sé de alguien que te lo explicara antes de jugar. Taehyung es muy bueno en ese y en cartas del zodiaco. —dijo Yoongi.

—¿En qué mierdas me estás metiendo, Min Yoongi? —el mencionado lo miró y le guiñó el ojo a Jimin.

—Me lo agradecerás, luego que te corras en tu mano por haber ganado tres veces, pequeño.



























































































2/2

Oh, esto se va a poner muy bueno.

















































































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