
D O C E
Jimin, empujó a Jungkook y miró hacia la puerta del baño la cual retumbaba por los golpes de Minji.
—¡Jimin! ¡Ayudame! ¡Jimin! —gritaba este desde adentro.
La mano de Jungkook, se posó en el hombro de Jimin y este se giró para mirarlo.
—No lo pienses dos veces. ¿Quieres hacer que Yoongi sufra? Mata a Minji. Que tu mueras, le rebota como una pelota Jimin. Te usó. —dijo este.
El peli-rosa, le quitó la mano y abrió la puerta del baño. Vio a Minji con los ojos totalmente rojitos y con las lágrimas bajando con rapidez. El niño corrió a abrazarlo por la cintura. Jimin, se quedó estático unos segundos y luego le acarició la cabeza. Escuchó a Jungkook bufar.
—Vete de la habitación, Jeon.
—¡Uy! No te enojes, payaso. —dijo este y Jimin se giró.
Jungkook, sacó un bombom de su bolsillo izquierdo. Le quitó la envoltura y la arrojó al piso. Se lo metió a la boca y sonrió.
—Suerte en esa cena. —le guiñó el ojo y caminó para irse de la habitación.
Cuando salió, se encontró con Hoseok en él caminando.
—¡Vaya! ¡Vaya! Pero si otro payaso se ha escapado del circo. ¿Tú y Park se han puesto de acuerdo en teñirse el cabello de colores? —Hoseok, se metió las manos en los bolsillos.
Vestía de traje blanco y llevaba un cortaba blanca, su saco estaba abierto y debajo llevaba una camisa negra. Jungkook, por otro lado. Solo vestía de jeans oscuros y una camisa beige, que resaltaba sus bíceps.
—¿Qué? ¿No estoy invitado a la cena? —dijo él.
Hoseok, soltó una carcajada.
—¿Quieres ir a ver como destruyen a Yoongi? Será un gran espectáculo. —dijo el peli-naranja.
—No me digas. Tu madre planea acabar con la vida de Min. ¿Por qué? —Jungkook, se cruzó de brazos. —¿Siente repulsión al saber que su hijo es como su ex marido? —ladeó la cabeza y empujó su lengua dentro de su mejilla.
Hoseok, se llevó las manos a la cadera y le sonrió a Jungkook. Pero, no le dijo nada. Caminó por su lado en total silencio.
—Detesto ese silencio, Jung. ¿Qué tramas?
—Buenas noches, Kook. —respondió sin mirar atrás.
Jungkook, soltó una risita y meneó la cabeza. Dejó caer sus brazos a cada lado y caminó hacia el ascensor. El castaño, lo esperó de pie hasta que la timbre le hizo saber que ya estaba en su piso.
Las puertas del ascensor se abrieron, dejando ver la mirada que tanto amaba. Esos ojos, en los cuales se perdía durante toda una noche, para que luego el sol le avisara que solo fue un sueño y que de nuevo fue el juguete mal herido. Jungkook, carraspeó y entró al ascensor junto a él. Sin decir nada, se estiró, pasando la mano por encima de él y presionando el botón que tenía una "L" grabada.
Taehyung, vestía de pantalones negros con una camisa blanca. Llevaba abierto los tres primeros botones de la camisa. Jungkook se mordió el labio inferior en silencio al verlo con el cabello rubio. Ah, se veía tan bien. El ascensor cerró sus puertas de inmediato dejándolos a los dos dentro en un terrible e incómodo silencio.
—¿Tomamos algo? —habló Taehyung.
Jungkook, arrugó el ceño y lo miró de reojo a ver si este lo miraba, pero no. El rubio, mantenía la mirada fija en su reflejo a su izquierda.
—¿Me hablas a mí? —preguntó Jungkook y miró hacia el reflejo de Taehyung.
—¿Ves a alguien más aquí? —le sonrió.
Ah, esa sonrisa. Hace mucho que no la veía.
—¿Me estás invitando a beber?
—Si no quieres solo dilo y ya. —Taehyung, se pasó una mano por el cabello y miró a Jungkook por el espejo. —Tienes 10 segundos.
—Después de todo este tiempo, ¿Me hablas solo para invitarme una maldita copa? —dijo Jungkook.
—¿Por qué no te callas y ya? Sabes perfectamente que te mueres por tomar una copa conmigo, Jungkook. Todo este tiempo lo has anhelado. —Jungkook rio.
—¿Qué te hace pensar que he estado pensando en ti?
—¿Qué? —Taehyung se giró para mirarlo. —¿No me has extrañado ni un poquito, cariño?
—Vuelve el perro arrepentido. —el castaño ladeó la cabeza. —¿Y tú? ¿A qué follada te diste cuenta que nadie me iguala, cariño?
Los dos mantuvieron sus miradas unos segundos, hasta que el timbre del ascensor hizo que Taehyung la apartara.
—Bien, me iré. —dijo el rubio, caminando hacia las puertas del ascensor que ya yacían abiertas. —Se te acabó el tiempo.
Taehyung, salió del ascensor y se metió las manos en sus bolsillos delanteros, dejando atrás a Jungkook. Pero, el castaño salió a paso rápido detrás de él y lo alcanzó.
—Tú pagas la cuenta. —le dijo y caminó más rápido.
Taehyung se detuvo y soltó una carcajada, mientras lo vio caminar rápido hacia el bar y entrar.
—Ah, Jeon. Nunca cambias. —sonrió este. —Es lo que amo de ti.
El rubio movió la cabeza y caminó hacia el bar, pero antes de empujar las grandes puertas de madera a lo lejos pudo ver la silueta de una mujer acompañada de otro hombre. Nada más que Kim Seokjin. Taehyung, retrocedió algunos pasos y miró con más claridad. ¿De qué hablaban? Trató de leer los labios, pero un chico castaño se atravesó en su campo de vista. El rubio arrugó el ceño y miró hacia el chico.
Se veía joven, algo menor que él. Estaba en sus 23 o 24. ¿Quién era y por qué no se quitaba de en medio? El chico ladeó la cabeza y se llevó las manos detrás de su espalda y le sonrió. Esa sonrisa que, solamente conocía en una persona. La sonrisa que solo Min Yoongi podía enseñar hasta hacerte cagar del maldito miedo.
—¿Kim Taehyung? —habló este. —Por fin tengo el deseo de conocerte.
—¿Tú quién mierda eres? —respondió cortante y le quitó la mirada de encima para posarla en la mujer, que ahora ya no estaba. —Mierda.
—Claro, ella no te contó sobre mí. —rio este.
Taehyung lo miró con repulsión y se acercó.
—¿Quién eres? —preguntó el rubio.
—Un placer, Kim Taehyung. —sonrió este. El castaño. —Soy Min Yoongi. El hijo de Minyoung.
El rubio arrugó ceño. ¿Por qué le había puesto el nombre de Yoongi a ese tipo?
—Te estarás preguntando, ¿Qué hago aquí y por qué? —dijo este.
—Minyoung nunca pudo olvidarlo... —rio Taehyung. —¡Y te puso a ti su nombre! Oh, chico. Eres hombre muerto.
El castaño ladeó la cabeza.
—Puedes llamarme Henry. —la sonrisa del chico se anchó haciendo que la de Taehyung se esfumara.
Taehyung avanzó hacia él y lo cogió por el cuello de la camisa.
—¡¿Quién mierda eres para mencionar ese puto nombre?! —le gritó Taehyung.
—¡Vaya! Veo que esa herida jamás les sanó. —sonrió de lado. —Ya quiero conocer a mi nuevo hermanito. ¿Sabes? Siempre quise tener un hermano como tú, Kim. El que siempre recogiera las sobras. —Taehyung lo empujó.
—Perderé mi maldito tiempo discutiendo con una persona quien al parecer quiere ser otra. —rio este. —Que te lleve el diablo, niño. Yoongi no estará ni una pizca de contento al saber que existe alguien con su mismo nombre.
—Uh, pero quizá aquel peli-rosa que viene hacia acá sí... —dijo el castaño. —Ya sabes, dime Henry. —le guiñó el ojo y se alejó de Taehyung.
El rubio miró detrás de él, cuando el castaño, el cual se apodaba "Henry" le pasó por el lado. Vio a Jimin con su cabello teñido de rosado, mientras caminaba al lado de Minji. Taehyung pasó saliva y se mordió el labio inferior mirando la escena de Henry acercándose a ellos. Esto iba a terminal mal. Esta noche, había un muerto y no era precisamente Jimin.
Jimin levantó la mirada de Minji y se encontró con un chico castaño acercándose a ellos con una sonrisa.
—Park Jimin y Min Minji. —sonrió este.
Jimin arrugó el ceño y escondió a Minji detrás de él. Henry rio.
—Por fin puedo hablar contigo. Cuando estábamos en la escuela, nunca podía. Siempre, estabas algo ocupado... —rio este. —Una vez quise hablar contigo. En los baños, pero... Pensaste que era otra persona.
El peli-rosa traía algunos recuerdos borrosos en mente. La mamada que le había hecho Yoongi en el baño. ¿Él también había estado ahí?
—¿Nos conocemos? —y si era así. ¿Qué hacía Ángeles?
—Yo a ti sí, tú a mí no. —sonrió este. —Vengan conmigo, yo los llevaré con Minyoung.
¿Trabajaba con Minyoung? Uh, se ve tan joven.
Minji le jaló el pantalón a Jimin para que lo mirase.
—¿Dónde está Yoongi? —murmuró el pequeño.
Jimin le iba a responder, pero el chico le respondió.
—Él llegará pronto. —dijo el chico. —Síganme. —el castaño se giró y caminó.
Jimin lo siguió con Minji en silencio y el castaño empujó una puerta de madera para que ellos pudieran pasar. Entraron a un restaurante un poco caro y muy elegante. Pero, extrañamente no iban al primer piso, si no, el chico les dijo que subieran.
—Ella está arriba. Pónganse cómodos. —les dijo y se fue.
Jimin soltó un suspiro y miró a Minji.
—Bien, sube tu primero. Agárrate de la baranda. —le dijo Jimin.
Los dos subieron cada escalón al paso de Minji y llegaron al segundo piso. Pero, este estaba algo solitario. Había muchas mesas. Pero, solo una larga estaba ocupada por tres personas. Jimin, no los pudo reconocer bien a lo lejos, pero sentía su piel erizarse cada vez que se acercaba. Iba a hablar con la madre de Yoongi. La mujer que le dio vida a tal demonio. Entre más se acercaba más lejana se sentía de aquella mesa. Pero, antes de que él llegara con Minji. Una mano agarró la suya y avanzó junto a él.
A su lado, se encontraba caminando Yoongi. De traje gris y ahora se había teñido el cabello de negro. Resaltaba más el color de su piel y se veía perfectamente bien. Jimin, confundido por tal acto. No se había dado cuenta que ya había llegado frente a la mesa. Fue ahí, cuando vio a la mujer, Minyoung. Hoseok y para su sorpresa, Seokjin. ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué era? ¿Otro hermano Min?
—Hola, Yoongi. —saludó la mujer, quien se encontraba sentada.
Esta se levantó y movió su cabellera. Se acomodó la blusa blanca y le extendió la mano a Yoongi. Él, la miró y tomó asiento ignorándola. El peli-negro, le jaló la mano a Jimin obligándolo a sentarse a su lado. Minji, corrió y se subió en una silla al lado de Yoongi.
La mujer pestañeó unos segundos y guardó su mano extendida. Soltó un suspiro y dio su mejor sonrisa.
—Siempre he querido que llegara este momento, para hablar contigo...
—Ve al grano, Minyoung. —dijo Yoongi, cortante sin mirarla.
Jimin, pasó saliva y empezó a jugar con sus manos debajo de la mesa. Estaba nervioso.
—Veo que tienes a tu familia completa. —dijo Minyoung. —Soy Minyoung. Tú, debes ser Jimin. Creo que no nos presentamos muy bien en el ascensor. —sonrió ella y le extendió la mano a Jimin.
El peli-rosa la iba a tomar, pero Yoongi le golpeó la mano evitando que se tocaran. Jimin, lo miró y escondió su mano.
—Bien, no pensé que fuera de esta forma... —Minyoung se sentó.
—¿Podemos ordenar y acabar con esta mediocre cena familiar? —dijo Yoongi. —¿Dije familiar? Ah sí, sí lo dije. ¿Qué haces aquí, farsante? —Yoongi miró a Seokjin.
Seokjin, apartó el menú de su cara y lo miró.
—Relájate, Min. —dijo él. —Solo soy invitado.
—Ah, claro. Pensé que eras mi otro hermano perdido. —rio irónicamente. —¿Dónde está el estúpido mesero?
Hoseok se encontraba en silencio observando la escena de Yoongi con una sonrisa plasmada en su rostro.
—¡Mesero! —llamó la mujer y le sonrió a Minji. —¿Qué querrás, pequeño? —preguntó ella.
Yoongi rio y la miró.
—No quiero que lo llames así, Minyoung. Me trae desagradables recuerdos.
Minyoung asintió.
El mesero llegó al segundo piso y sacó de su delantal blanco una tableta.
—¿Qué ordenaran? —dijo él.
—Uh, aún no. Pero, pueden pedir por los demás. Esperaremos a alguien más. —dijo ella con una sonrisa.
Yoongi ladeó la cabeza y puso los codos en la mesa, mirando directamente a Minyoung. Él rio.
—¿Qué te traes, Minyoung? —dijo Yoongi.
La mujer negó y bajó la mirada al menú.
—Estoy aquí. —la voz del castaño llegó a los oídos de todos en aquella mesa.
¿Qué hace este chico aquí? Arrugó el ceño Jimin.
Yoongi se limitó a mirarlo y lo vio tomar asiento al lado de Minyoung, frente a Jimin.
—¿Ya han ordenado sin mí, mamá? —dijo el chico.
Haciendo que Yoongi sonriera de manera escalofriante haciendo que Jimin se espantara.
—Yoongi, quiero presentarte a alguien. —dijo ella.
El peli-negro apoyó su espalda en el espaldar de su silla y se cruzó de brazos mirando al chico. Empujó su lengua dentro de su mejilla y levantó las cejas.
—Como sabes, luego de que tu padre...
—No lo llames así, sabes que él nunca cumplió ese papel, Minyoung. —respondió Yoongi.
Ella asintió y siguió hablando.
—Luego de que Henry me haya tirado a la calle, alguien me salvó de la muerte... —ella miró a Seokjin. —Y bueno, pude tener otro hijo y criarlo. —sonrió y miró al chico que estaba a su lado, el cual se encontraba con la mirada fija en Jimin, de manera intimidante. —Bien, es hora que se presenten. Yoongi, él es tu hermano. —pero, no le decía al hombre que estaba frente a ella, si no al chico que estaba a su lado.
Jimin miró a Yoongi, quien se acarició la sien riendo de una manera totalmente tenebrosa.
—Yoongi... —habló Jimin para calmar la extraña risa que salía de su interior.
—¡Claro! Hola, hermano. O debería decir, ¿Gemelo?' —se burló Yoongi.
La mujer miró al chico y este también mantenía una risa burlona en sus labios.
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