Sucios de sangre, los dos se miraron con el único placer que habitaba en sus cuerpos. Yoongi, jalaba el cuerpo de Henry por el suelo, encontró el cuchillo y cortó su cuello. Jimin, desató a Taehyung y corrió a coger el antídoto para inyectárselo a Jungkook. Taehyung, lo ayudó a desatarlo y le clavó el antídoto en el brazo.

—Jungkook, despierta... —Taehyung, le acarició el rostro. —Jungkook... —se mordió el labio inferior nervioso.

Yoongi, a espaldas de ellos miró a Jimin y se acercó a él. Lo jaló de la muñeca y lo pegó a su cuerpo. Acarició su cabeza con lentitud y depositó algunos besos en su frente.

—Juro que me volvería más loco de lo que estoy si tu hubiesen matado, Jimin... —asustado por aquellas palabras, el mencionado pasó saliva y se mordió el labio inferior.

—¡JUNGKOOK! —el grito de desesperación de Taehyung, hizo que los dos cortaran aquel abrazo. —Tenemos que llevarlo a un hospital... —dijo sin aliento y largas lágrimas bajando por sus mejillas.

Jimin, corrió hacia ellos y ayudó a levantar a Jungkook de la silla y arrastrarlo con Taehyung a las afueras de aquel lugar. Pero, Jimin al girarse, se dio cuenta que Yoongi ya no estaba ahí. Con Taehyung, sacaron a Jungkook de ese lugar. Jimin, antes de irse miró el lugar. Muertos y sangre por doquier. Linda escena, y con una sonrisa cínica se dio media vuelta para salir de aquel lugar. Jimin, estaba ocultando tanto...

Una hora más tarde, cables estaban en el cuerpo de Jungkook. Tenía inyectado suero, pero no abría los ojos. Su corazón latía poco y Taehyung estaba al punto de la desesperación. Jimin, por otro lado, se encontraba en la cafetería del hospital comprando algunas cosas para él y Taehyung. Yoongi, no respondía a sus llamadas y mucho menos sus mensajes. Estaba solo. No sabía nada de Minji y estaba preocupado.

Caminó por los pasillos del hospital encontrándose con una pelirroja que le hizo traer buenos recuerdos de su yo anterior. Una sonrisa perversa se asomó en sus labios y se acercó a ella con la intensión de asustarla, pero algo lo dejó sin palabras.

—¿Rosé? —habló Jimin.

La chica al escuchar aquella voz, pasó saliva y se llevó las dos manos a su estómago apretándolo junto a su corto vestido azul. Sus tatuajes resaltaban su piel pálida. Trató de controlar sus nervios antes de girarse y fingir una sonrisa. Jimin, fijó su mirada en la barriga que tenía Rosé. Jimin, arrugó el ceño.

—¿Qué necesitas? Se supone que tú y yo habíamos quedado en el acuerdo de no vernos más. Yo no te metía en la maldita cárcel.

—Calma, linda... —dijo Jimin mordiéndose el labio inferior.

¿Les dije que Jimin nos ocultaba cosas? Bueno...

—Eres mi lindo juguete, cariño. Así qué... —le acarició la barriga formando una sonrisa perversa. —Cuida bien de mi hijo, Rosé. —la mencionada empezó a sollozar. Jimin le levantó la mirada. —No me hagas matarte. Estás viva por mi hijo. —le acarició la mejilla y le limpio las lágrimas con su pulgar. —No quiero atarte... o ¿Quieres que te vuelva hacer aquello, linda? Como esa arma tocaba cada parte de ti, mientras te follaba... —Rosé cerró los ojos con fuerza y negó. —Calladita, eres más linda. No hables con nadie, linda. —levantó uno de sus cabellos y sonrió.

A lo lejos pudo ver a Taehyung salir de la habitación de Jungkook, buscándolo. Jimin, sonrió de lado.

—Llevo la delantera, linda... —le susurró. —No lo arruines.

Se alejó de ella y caminó a paso rápido hacia a Taehyung y le extendió la bolsa. La otra cara de la mentira, apareció en Jimin. Park Jimin, eres increíble. Fingiendo hasta en tu propia muerte. ¿Qué te traes?

La cara de Hoseok se estampó contra la pared rocosa del callejón. Yoongi, lo giró y volvió a estrellar su puño contra su cara, partiéndolo una vez más. El cuerpo de Hoseok, se debilitó y cayó al suelo.

—Me da asco que seas mi familia, Hoseok... —volvió a pegarle, llegando al punto de que Hoseok escupiera sangre.

Los nudillos de Yoongi dolían al igual que su rostro. Estaba todo salpicado de sangre, pues lo estaba moliendo a golpes.

—Yo...Yoon... —trataba de hablar, pero no podía. Su rostro ardía y dolía.

—¡TRAICIONANDO A LA FAMILIA! —de nuevo, su puño lo golpeó. Dejándolo inconsciente.

Yoongi se alejó lentamente del cuerpo de Hoseok y se secó el sudor. Miró sus manos todas ensangrentadas y rio. El rostro de Hoseok había quedado todo destruido.

—Buenas noches, hermanito. —le dijo, riendo.

Yoongi, caminó de regreso a su auto negro y abrió la puerta del piloto, entrando y cogiendo una toallita para limpiar sus sucias manos.

—¿Dónde está Hoseok, Yoongi? —quiso saber Minji.

—Está durmiendo, Minji. Como deberías hacerlo tú, ahora mismo. —Minji, arrugó el ceño.

—Yoongi, ¿Es cierto que tú eres mi papá? —Yoongi miró por el retrovisor hacia los grandes y elocuentes ojos de Minji.

Pasó saliva y lo pensó para luego decir:

—Sí... Yo, soy tu papá... —sonaba más difícil de lo que se lee.

—¿Tú me quieres Yoongi?

Yoongi, tragó duro. Estaba sudando.

—Sí, también lo hago.

—¿Y a Jimin?

—Jimin..., es complicado. ¿De acuerdo?

—¿Cuándo le dirás la verdad, Yoongi?

—Cuando todo termine...

—Pero, él te quiere... —Minji, se sentó y Yoongi encendió el motor.

—Ninguno de los dos lo hacemos. Eres muy pequeño para comprender aquello que él y yo sentimos.

—¿No lo amas?

—Nunca lo hice, Minji.

—Le has mentido todo este tiempo. Lo lastimarás.

—Minji, no hables más. Nadie lastimará a nadie. Sabemos cómo jugar. —pisó el acelerador. —Sabemos que es lo que estamos haciendo. Solo que, este será el final de todo.

Minji asintió y miró por la ventana.

—Te quiero, Yoongi.

Yoongi sintió sus ojos llorosos y le pegó al volante. Su mentira, lo estaba consumiendo. Ahora, le preocupaba tanto Minji.

—¿Despertará? ¿Cierto? —preguntó Taehyung, viendo aún el cuerpo inconsciente de Jungkook.

Jimin, se encogió de hombros y miró hacia Jungkook.

—Hierba mala nunca muere. —dijo este.

Taehyung se lamió los labios y soltó un suspiro de decepción. Estaba cansado, se le veía las ojeras y su cabello estaba despeinado. Su cuerpo temblaba y sudaba frío. Estaba tan asustado, que había estado pensando lo peor.

—Saldré a tomar aire, un poco. Ya regreso. —dijo este.

Se levantó de la silla en la que estaba y salió por la puerta, dejando a Jimin soló con Jungkook, quien aún no abría los ojos.

—Eres una desgracia, Jeon... —le dijo Jimin, acercándose a la camilla y pasando una mano por el pecho de Jungkook, hasta llegar a su cuello el cual apretó fuertemente con una mano, haciéndolo jadear y acelerar su pulso. —Creo que nunca debiste nacer. Yo siempre fui el preferido de Sumin y Tobías. Pero, tenías que arruinarlo todo.

El peli rosa acercó otra mano para darle más presión a lo que hacía con el cuello de Jungkook.

—Igual morirás... —rió Jimin. —El antídoto estaba vacío. —No hay nada dentro de ti, hermanito... —una risa perversa y algo tenebrosa brotó de su garganta. Se acercó al oído del mencionado y susurró: —Te quedan unas horas de vida, Jungkook. Agradece que te estoy dando el espacio para estar con Taehyung. —volvió a reír. —Pobre imbécil. No sabe que le espera.

Jimin, apartó las manos del cuerpo de Jungkook y lo vio abrir los ojos. Eso hizo que Jimin, sonriera.

—Escuchando a escondidas, Jeon.

—Has estado mintiendo todo este maldito tiempo. —le dijo Jungkook desde la cama.

—¿Dolido por qué no cogimos? Si quieres lo hacemos ahora... Taehyung, no está... —se mordió el labio inferior.

—Enfermo.

—Burro hablando de orejas. —Jimin, puso los ojos en blanco. —Levántate, antes que Taehyung entre. Disfruta de lo que queda de tu vida, hermanito. —sonrió. —Pero, sabes algo.... Por honor a ti, le pondré a mi hijo... El cual no sé si tendré. Park Kookjung. ¿Te gusta? ¡Ah! ¡Claro! ¿Cómo qué no? Si ese era tu nombre al mentirme, idiota.

—Jimin..., ¿En qué te has convertido? Le has estado ganando a Min en silencio... —Jimin se acercó a él y depositó un beso en sus labios.

—Seré mejor que él, hermanito. —le acarició la cabeza. —Me tengo que ir, Yoongi estará preguntándome por mí. —sonrió. —Descansa... en paz, hermanito. —le guiñó el ojo y caminó hacia la puerta, la abrió y salió de aquella habitación pequeña, dejando a Jungkook con millones de preguntas y una maldita respuesta; la muerte.

Segundos después, Taehyung empujó la puerta, haciendo que Jungkook se espantara. El ultimo mencionado le regaló una sonrisa triste. Taehyung, sonrió y se acercó con los ojos llorosos a Jungkook.

—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? —preguntó Taehyung con desesperación, mientras lo abrazaba.

—Tae, ya... —rio Jungkook. —Estoy bien, ¿De acuerdo?

—El doctor dijo que te pudieron extraer el veneno y que el antídoto no había hecho efecto.

¿Había sido una mentira de Park, para asustarlo? O, ¿En realidad si le quedaba algunas horas de vida?

—Salgamos de aquí, lo antes posible, cuidaré bien de ti... —le acarició la cabeza.

Jungkook, asintió y se quitó los cables que lo mantenían conectado a la máquina. Se bajó de la camilla y sus piernas temblaron al tocar el piso. Sus pies se deslizaron, haciendo que Taehyung lo cogió del brazo.

—Creo que debería acompañarte. —dijo Taehyung, con una pequeña sonrisa. —Podría ayudarte a bañarte...

—No te pases de listo conmigo, Kim. —dijo Jungkook, soltándose del agarre de Taehyung y caminando con más seguridad hacia el baño. Empujó la puerta del baño y la cerró detrás de él.

Apoyó las manos en el lavabo y se miró al espejo. Estaba más pálido de los normal. Sus labios estaban resecos y había perdido un poco de peso. Se quitó la bata con rapidez y caminó hacia la ducha. Soltó un suspiro y entró debajo del chorro de agua fría. Soltó un jadeo, cuando el agua lo bañó y se deslizó hasta desaparece por la rejilla.

Maratón final de temporada. 

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