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||• 𝑷𝒓𝒆𝒕𝒕𝒚 𝑮𝒊𝒓𝒍


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[Jungkook]

Un golpe constante en la pared me despertó una madrugada de sábado. Maldije en todos los idiomas que sabía, odiaba que me despertaran, pero parece que no respetan mi sueño.

Tapé mi cara con la almohada, intentando conciliar nuevamente el sueño, pero fue imposible. Observé mi celular.

2:30 a.m.

¿Quién demonios estaría despierto a esta hora?

Me levanté soltando un bufido y salí a buscar algo de agua, pero un sonido particularmente melodioso llamó mi atención.

Gemidos.

El sonido era inconfundible, y aunque mi primer instinto fue apartarme, algo me obligó a seguir escuchando. Con el corazón acelerado y una curiosidad insospechada, me acerqué al origen del sonido. Fue entonces cuando lo entendí, y mi cuerpo se tensó al reconocer la voz de Namjoon.

Por un momento, quise dar la vuelta y regresar a mi habitación, pero mis pies parecían pegados al suelo. Era como si una fuerza invisible me empujara hacia la puerta ligeramente entreabierta. Mis manos sudaban, y mi mente estaba dividida entre la necesidad de irme y una curiosidad que crecía con cada segundo.

La rendija en la puerta me permitió ver más de lo que debería, y mi respiración se volvió pesada al observar la escena dentro de la habitación. El aire se sentía espeso, cargado de algo eléctrico que me envolvía y que no podía controlar.

Sentí mi pulso golpear en mis sienes mientras la imagen de Crystal y Namjoon me atrapaba por completo. No era solo lo que estaban haciendo, sino la intensidad con la que se miraban, la manera en que sus cuerpos se movían con una sincronización perfecta, como si estuvieran hechos para esto, para estar juntos de esa manera.

Quise apartar la mirada, pero no pude. Algo en mí quería entender, quería sentir lo que ellos estaban sintiendo, esa conexión profunda, casi palpable, que había entre ellos.

Mi mente regresó a nuestro primer encuentro, a la incomodidad de verla en la suite, la manera en que Namjoon la protegía. Había algo en Crystal que me hacía pensar en cómo sería estar en su lugar.

Fue entonces que mi miembro comenzó a palpitar, impaciente por salir de mis shorts, anhelando estar dentro de Crystal, deseando ser Namjoon por ese momento.

Lo acaricié por encima de la tela y un suspiro salió de mí boca, cargado de excitación. Sabía que estaba mal, pero no  podía parar, algo me hacía querer más. Así que bajé un poco los shorts y dejé libre a mi pene palpitante.

Con mi diestra lo comencé a masturbar y una sonrisita de placer apareció en mi rostro. Esto era algo que nunca había hecho, ni siquiera con las otras chicas que los hyungs habían traído a casa.

Simplemente, con Crystal era diferente.

Mientras más escuchaba los lindos gemidos de Crys más ganas se apoderaban de mi ser. Juro que si mi mano pudiese ser más rápida, lo sería. Mis ojos no se podían apartar de la bonita chica desnuda que pedía a gritos ser follada con dureza.

Inconscientemente, mis pensamientos me llevaron a imaginar a Crystal de una manera que nunca antes había considerado. La idea de tenerla arrodillada frente a mí, sumisa y completamente a mi disposición me quemaba por dentro, pero no podía ignorarla.

No sabía qué me estaba pasando, solo sabía que no quería que terminara.

El tiempo pareció detenerse hasta que todo en la habitación quedó en silencio. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que había hecho, de lo que estaba sintiendo. En un intento desesperado de volver a la realidad, me aparté bruscamente, pero tropecé, y el ruido fue lo suficientemente fuerte como para alertarlos.

No me dio tiempo a reaccionar. Crystal salió rápidamente de la habitación, apenas cubierta por una sábana, y me encontró allí, expuesto, con mi pene aún fuera, sonrojado y con una expresión de sorpresa que no pude ocultar.

Rápidamente mis manos fueron a mi parte íntima, como cubriendo algo que ya había sido descubierto.

Sus ojos se abrieron con incredulidad y vergüenza, pero también con algo más, algo que no pude identificar al instante. El momento se congeló, y la tensión entre nosotros se hizo insoportable.

—Jungkook, ¿qué diablos haces aquí? —su voz salió en un susurro, cargada de confusión.

Intenté encontrar una respuesta, pero las palabras se atascaron en mi garganta. Todo lo que podía hacer era mirarla, incapaz de apartar la vista de ella. Mi mente giraba en círculos, tratando de procesar lo que estaba sucediendo.

—Yo... estaba... —me abofeteé mentalmente por verme tan tonto en estos momentos.

—¿Tú te estabas... masturbando? Oh Dios mío, no puedo creerlo —su expresión pasó de incredulidad a la vergüenza.

—Lo siento, yo... —intenté explicarme, pero era como si las palabras no me salieran.

—Esto es demasiado irreal.

—No volverá a pasar, lo prometo. Mejor me voy —hablé rápidamente para escapar lo más pronto posible, pero ella me detuvo.

—Debo admitir que esto no me lo esperaba, para nada —sus ojos me escudriñaron con curiosidad. Mi corazón aún latía desbocado. —Pero puedo ayudarte, si me lo permites —la imagen de ella haciéndome correr envió una punzada de electricidad a mi grandeza.

Crystal, al ver mi estado, pareció dudar por un momento, pero luego algo cambió en sus ojos. La incomodidad comenzó a transformarse en curiosidad, en algo más. Era como si una parte de ella también estuviera tratando de entender lo que sentía.

Tomó aire y, en lugar de huir, dio un paso hacia mí. No sabía qué hacer, no sabía cómo detenerla ni siquiera si quería hacerlo. Todo lo que sabía era que mi corazón latía con una fuerza que nunca había sentido antes.

—Esto no está bien —murmuró Crystal, más para sí misma que para mí. Sin embargo, en su voz había una mezcla de indecisión y deseo que no podía ignorar.

Mis manos temblaban, y antes de poder responder, me encontré atrapado en su mirada, una mirada que parecía desnudarnos a ambos. El silencio entre nosotros se hizo ensordecedor, cargado de posibilidades que no sabía cómo manejar.

Justo cuando pensé que el momento se rompería, Crystal me empujó suavemente hacia mi habitación. Sentí el calor de su cuerpo muy cerca, y mi mente se nubló, incapaz de pensar con claridad. Todo lo que podía hacer era seguir sus movimientos, dejarme llevar por algo que ninguno de los dos parecía poder controlar.

—No podemos... hyung, los demás... —empecé a decir, pero mi voz se apagó en cuanto ella alzó una ceja, una pequeña sonrisa jugando en sus labios.

—Quizá no deberíamos, pero Namjoon está durmiendo, y me dejó con ganas —respondió ella, con una seguridad en su voz que hizo que mi pulso se acelerara aún más.

Dejó caer la sábana que la cubría y me sentí pequeño ante tal perfección de mujer. Sus curvas, sus pechos, su trasero, todo era perfecto.

Entonces, justo como me la había imaginado, se arrodilló frente a mí, apartando mis manos de mi miembro y agarrándolo con las manos de ella. Solté un leve jadeo al sentir el contacto.

Me miró por encima de sus pestañas, alzando su cabeza y esa imagen me hizo casi llegar al orgasmo. Empezó entonces a masturbarme con sus manos, sacándome gemidos.

—¡Ah Crystal! —exclamé cuando con suavidad dejó pequeños besos mojados en la punta de mi pene.

—Shhh, Namjoon está al lado, Jungkook, no queremos que se entere —su voz en un susurro fue música para mis oídos. Sin previo aviso metió mi miembro en su boca y se sintió tan jodidamente bien que me permití disfrutar.

—Esto es tan... joder, así Crys, así —murmuré totalmente ido. Ya no había vergüenza alguna, solo ganas de sentir a esta mujer.

Agarré su cabeza con suavidad y comencé a embestir su boca lentamente mientras ella tenía pequeñas arcadas, sin embargo, no se apartaba, cosa que me encantó en un nivel inimaginable. Ella con gran excitación frotó su intimidad, dándose placer.

¿Cómo Namjoon pudo dejarla así? Tan excitada y goteando de ganas. Yo no podría.

—Creéme que si fuera yo, no te dejaría con ganas nunca, Crys —la observé y eso fue suficiente para terminar dentro de su preciosa boca, llenándola más de lo que alguna vez pude, pues hacía mucho no tenía un encuentro así con una mujer.

Crys sin asco alguno saboreó mi semen antes de tragarlo por completo. Fue ahí que me di cuenta de que Crystal me hacía perder la cabeza. Era tan sensual, tan exótica y bonita. Me sentí con envidia hacia RM hyung, por tenerla todas las noches.

—Jungkook, ¿estás ahí? —esa voz nos hizo separarnos de inmediato, ella escondiéndose debajo de mi cama. Le di gracias a Dios que mi habitación estaba completamente a oscuras. Subí mis shorts con rapidez, intentando esconder un poco la nueva erección que había surgido gracias a Crystal.

El corazón me latía con fuerza, y la adrenalina me recorría el cuerpo. La voz de Namjoon resonaba en el pasillo, y cada palabra parecía acercarse más a mí. Miré a Crystal, que estaba agachada, con los ojos muy abiertos, llenos de sorpresa y un toque de diversión nerviosa.

—Shh, no te muevas —susurré, tratando de calmarla mientras mi mente corría a mil por hora. La idea de ser descubierto me hizo sentir una mezcla de ansiedad y emoción.

La puerta se abrió lentamente, y la silueta de Namjoon apareció en el umbral. Su mirada buscaba en la penumbra, y yo me esforzaba por mantener la calma, sintiendo cómo el aire se volvía denso entre nosotros.

—¿Todo bien, Jungkook? —preguntó con una sonrisa despreocupada, pero había algo en su tono que me hizo dudar.

—Sí, solo… estoy viendo un video —respondí rápidamente, intentando sonar natural mientras mi corazón seguía acelerado.

Crystal contenía la respiración, y yo podía sentir su energía vibrante al lado mío.

Namjoon asintió, sin sospechar nada. Se despidió con un gesto casual y cerró la puerta tras él. En cuanto se fue, la tensión se disipó un poco, pero el calor seguía presente.

—Eso estuvo cerca —dije, dejando escapar un suspiro de alivio mientras me volví hacia Crystal.

Ella sonrió, sus ojos brillando con complicidad. A pesar del susto, sentí que había algo más profundo entre nosotros, una conexión que no podía ignorar. En ese instante, supe que no podía dejar que Namjoon tuviera todo el tiempo con ella.

—Debo irme. Esto nunca pasó, Jungkook—dijo, poniendo uno de sus dedos en mi boca y recogiendo la sábana tirada en el piso.

—Pero tú... —me interrumpió.

—No te preocupes por mí. Nos vemos luego —caminó desnuda por mi habitación y no pude apartar mis ojos de su trasero. Cuando desapareció por la puerta, cerré los ojos, recordando lo que había pasado.

La respuesta estaba clara en mi mente.

Crystal era mucho más que la chica de una noche de Namjoon, y yo en ese instante me volví loco por ella.

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😶😶😶😶😶
Nada que decir, espero que lo hayan disfrutado 😼

Besitos en la cola!!! :3

Lea<3

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