Sucedió tan rápido que ni siquiera Severus, el ex mortífago -el espía más famoso durante la guerra- lo vio venir. Fue duro, áspero, dislocando la mandíbula del profesor de pociones.

Gritando en shock, Trelawney cayó al suelo ahuecando delicadamente la cara del hombre, con la esperanza de mantener en su sitio parte de su cráneo. Era mala en hechizos y sabía que no debía intentar lanzar un encantamiento para reconstruir huesos.

"¡Chica loca! ¿Cómo te atreves a herir a Sevy? Arruinaste nuestro momento". Gruñó a través de su lupa esférica. "¡Consigue a Poppy!"

Hermione se quedó helada al darse cuenta de lo que había hecho. Después de escuchar al hombre que creía que la amaba declarando su afecto a la profesora de adivinación, se enfureció, un velo negro la cegó de la razón.

"¿Cómo te atreves?" Repitió, las lágrimas amenazando con escapar de sus orbes angustiados, "después de todo lo que hemos pasado y hecho juntos. Estoy con tu hijo y aún así le pides -a esta lunática- de entre todas las mujeres que se case contigo".

Intentando hablar, rezando para no desplazar más sus huesos, habló en voz baja, pero con el tono más duro que pudo reunir: "¡No es porque estés embarazada de mi hijo que me casaré contigo, Hermione! Amo a Sybil, siempre lo he hecho. Ser un pastel de frutas es lo que me hace desearla cada noche. Tú sólo eras una distracción para ver si mi afición por ella era real. ¡Sólo tenías que provocar el caos llevando a mi hijo!"

En ese momento la joven bruja esperaba que apareciera un agujero debajo de ella y la dejara salir de esta realidad que no estaba preparada para afrontar. La había utilizado como lo había hecho Ronald hace unos meses, cuando estaban juntos, buscando a alguien que pusiera su nombre en alto mientras la engañaba con varias mujeres. Tenía el corazón roto, el dolor en su pecho la desgarraba poco a poco.

"¿Así que eso es todo lo que era? ¿Una prueba para ver si te importaba o no la señorita Trelawney?" Preguntó, con la voz temblorosa por el miedo, sin estar preparada para escuchar su respuesta definitiva.

"En realidad era un reto. Mientras que usted se dio 25 días para hacerme amar la Navidad, yo me di 25 para hacer que se enamorara de mí. Obviamente lo logré, pero no esperaba que te encariñaras tanto conmigo. Sybil fue y será siempre la única defensora de mi corazón" dijo antes de desmayarse, el dolor insoportable envió su mente a la oscuridad.

Gritos.

Un fuerte grito de esguince saliendo de la boca de la Gryffindor.

Giró su talón y comenzó a caminar fuera de la habitación donde los había encontrado besándose unos minutos antes, compartiendo el momento más íntimo que jamás había visto.

Mientras ella se alejaba, Sybil aparecía a Severus en el ala del hospital, buscando desesperadamente la ayuda de Poppy. En poco tiempo sus huesos estaban curados, de vuelta a su lugar original, pero ella seguía sin poder sacar al Slytherin de su letargo.

Explicando con toda la calma que pudo, Poppy se dio cuenta de que el plan de Minerva le había salido mal de la peor manera posible. Dirigiendose a la directora, disparó una miríada de hechizos reanimadores, necesitando que Severus volviera a ponerse en pie lo más rápido posible. Hermione aún estaba débil, y presenciar algo tan atormentador como que su amante hablara mal de ella mientras revelaba un ridículo "plan" para llegar a su corazón, sólo la devolvería al punto de partida. Necesitaban encontrarla, y rápido.

Cuando Minerva salió de la chimenea se encontró con un Severus inconsciente, una profesora de adivinación frenética y un amigo furioso. "¿Qué está pasando, Poppy?"

"- ¿Qué está pasando preguntas?" Interrumpió la enfurecida enfermera, "¡lo que pasa es que tu plan de hacer que Severus se enamore de Sybil bajo la Amortensia para tu plan, hacer que se agarren su afecto mutuo con la esperanza de que una vez recuperada la cordura le pida la mano a Hermione, le ha salido el tiro por la culata! ¡Estar tanto tiempo sentado en la silla de Dumbledore te ha vuelto igual de demente! Severus planeaba pedirle a Hermione que se casara con él, de ahí la caja de anillos dentro de su capa. Sin embargo, bajo el control de la Amortensia, se lo pidió a Sybil. ¡Estás completamente loca, Minerva! Hermione está fuera del radar y el Sr. Potter tiene el Mapa de los Merodeadores, ¿y si recae? Severus era lo único que la mantenía en su sitio".

Caminando hacia Severus, extrajo un pequeño frasco que Dumbledore le había dado en caso de que alguien no pudiera "volver del país de los sueños". Colocando el frasco bajo su nariz -el olor de la poción era suficiente para despertar hasta al más perezoso de los dragones-, Severus se levantó apresuradamente, con el cuerpo sentado en la cama, mirando alrededor de la habitación, su mente repitiendo sin cesar las imágenes que esperaba fueran sólo un mal sueño.

"Hermione" jadeó poniéndose de pie, "¿dónde está Hermione?" Gritó Severus mirando oscuramente a las tres brujas que estaban a su lado. "¿Están sordas? ¿Dónde está ella?"

Explicando todo lo sucedido desde el principio -su mano sosteniendo su varita por si él decidía acabar con su vida- Minerva se disculpó por su acción. "Lo siento profundamente Severus" continuó mientras él se paseaba por el ala del hospital, "¡no se suponía que se convirtiera en una revuelta así! Debería haberlo sabido, créeme, sólo pensé que necesitabas un pequeño empujón".

¿"Un pequeño empujón" dices? ¡Idiota! Desde que descubrimos que Hermione estaba embarazada, no ha dejado de tener dolores en el bajo vientre. Le he estado dando medicamentos para aliviar el dolor desde entonces. Ella necesita que sus emociones sean estables para no perder a nuestro hijo, sin embargo, aquí estás tomando un desagradable placer en entrometerse en mi vida. Soy un hombre adulto, Minerva, por si no te has dado cuenta, y puedo cuidar de mí mismo". Soltó, deteniéndose en su camino, "como no estamos vinculados no puedo rastrearla, la única forma sería ...."

Agitando su varita, Severus lanzó su patronus, pero una tenue luz azul se desvaneció en el aire. Había fallado. Frunciendo el ceño, lo intentó una y otra vez, incapaz de comprender qué pasaba con su magia.

"Severus" articuló Minerva sus ojos analizando al sobresaltado mago, "tal vez tu recuerdo más feliz ha cambiado, inténtalo de nuevo pero con uno diferente".

Cerrando los ojos y respirando profundamente, pensó en todos los momentos que había pasado con Hermione, en cada beso, en cada momento de amor, en cada risa, que habían compartido juntos. Lo intentó con algunos pero ninguno funcionó, ninguno fue lo suficientemente fuerte. Gritando de exasperación pensó en su bebé en peligro, abriéndose paso en el mundo. Entonces lo supo. Recordando el momento en que había descubierto que Hermione estaba embarazada de él, volvió a lanzar su patronus y, para asombro de todos, un águila real salió de su varita.

Severus había oído hablar del amor verdadero y del efecto que tenía en un patronus, pero nunca lo había presenciado en persona.

Diciendo a su Águila que encontrara a Hermione, ésta le devolvió el saludo antes de desplegar sus majestuosas alas y salir volando de la habitación. Severus temblaba, todo su cuerpo atormentado, temiendo lo peor. Sin embargo, sólo un minuto después el águila volvió a volar, dando vueltas alrededor de su dueño antes de aterrizar en el suelo frente a Severus, revelando, bajo una poderosa luz, a su bruja.

"Hermione" gritó él dándose cuenta de lo que había pasado, "mi amor, mi todo, mi vida, mi alma gemela ¿estás herida en algún lugar?"

Ella estaba desconcertada pero se encogió de hombros, "no me toques Snape" rugió entre sus dientes apretados, "¿por qué no vuelves con tu verdadero amor y me dejas en paz?"

Su cabeza se dirigió a la directora, la imagen de su cuerpo torturado y herido suplicando por su misericordia pasó ante sus ojos. Quería hacerle daño, castigarla por haber causado tantos estragos en su relación, pero Hermine era su prioridad.

Arrodillado ante ella, con las piernas de la bruja llevadas al pecho, se mordió los labios antes de hablar: "Puedo asegurarte, Hermione, que estoy así de cerca" dijo llevando dos dedos hacia arriba para mostrarle lo que era "así de cerca", "de usar la maldición asesina contra Minerva y Sybil. Me drogaron, poniéndome bajo los efectos de la Amortensia. La cuestión era que yo quería pedirte que te casaras conmigo, y en el mundo de los magos, una proposición contrarresta esa poción que altera las emociones. Sin embargo, el resultado fue como viste, yo pidiéndole a Sybil que... mi mente lo registrara como si fueras tú. Estaba en constante tormento sin saber qué emoción era la adecuada. Cuando me golpeaste, la fuerza de tu puñetazo me hizo caer en un sueño casi inmediato y ayudó a mi cuerpo a disolver la poción. Nunca amaría a nadie más que a ti y a nuestro hijo, mi amor. Eres todo lo que tengo. Eres mi vida, Hermione". Terminó, acercando su cara a la de él, "Te amo, por favor, perdóname".

Sus labios eran cálidos, pero tenían un sabor más salado, sus lágrimas se fundían con su pasión mientras se besaban. "Te amo, Severus, Dios, creí que mi mundo se acababa" sollozó ella mientras él la atraía hacia su pecho.

"Cásate conmigo, Hermione, sé mía. Quería pedirte la mano a la manera muggle después del Baile de Invierno, pero quiero demostrarte mi fidelidad" la ayudó a ponerse de pie y sonrió alegremente, doblando una rodilla mientras sacaba una caja verde de su capa, "Hermione Jane Granger, ¿me harías el honor de hacerme tuya, de apreciarte y amarte incluso después de que la muerte nos separe? ¿Me darías la grandeza de convertirte en la señora Snape? Hermione, ¿te casarías conmigo?

Asintiendo emocionada, Hermione respondió al instante con un "sí" antes de lanzarse a sus brazos abiertos, con gotas de felicidad cayendo por su rostro antes de que él le apartara el pelo y la besara apasionadamente, sellando su vínculo.

Penúltimo Capítulo😭
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