Sana

Después de haber estado un tiempo buscando leña volvimos a nuestro campamento improvisado.

Las chicas ya tenían puestas las tiendas, Jihyo parecía tener una conversación muy divertida con Nayeon mientras que Momo estaba, como siempre, peleando con Dahyun.

—Hasta que por fin llegan, pensé que habían sido devorados por un oso o algo así —dijo Nayeoncon dramatismo, rodé los ojos.

—Dudo que nos encontremos un oso en este lugar Nayeon—deje caer la leña al suelo y me acerque a un pedazo de tronco mientras que Tzuyu y Jihyo trataban de encender la fogata.

—Ten esto —dijo Momo dándome una manta y sentándose a mi lado —esta haciendo frío —tome la manta y la coloque sobre mis hombros.

—Gracias—ella asintió dándome una pequeña sonrisa.

—¿Paso algo que quieras contarme? —la mire confundida —entre Tzuyu y tu—aclaro, abrí los ojos como platos.

—Para nada Momo de ¿donde sacas eso? —dije con una risa nerviosa.

—Noto cierta tensión entre ustedes dos, por eso pregunté —mire a Tzuyu de soslayo, estaba entretenida con Jihyo riendo de algo.

Vaya la antisocial sabe reír, a mi me trata como la mierda y a Jihyo le sonríe.

—Ideas tuyas Momo, Tzuyu y yo apenas hablamos ya sabes como es ella—mentí, ella asintió poco convencida.

—Bueno ahora ya podemos empezar a comer ¿no? —pregunto Nayeonsobandose la barriga —¿Quién tiene las salchichas?

—Yo—dijo Jihyo, nos tendió a todos una salchicha que pinchamos con un palo y empezamos a cocinarlo.

—Esto es emocionante, es mi primera acampada—dijo Momo riendo.

—En ese caso espero lo estés disfrutando —dijo Dahyun regalandole a mi amiga una sincera sonrisa.

—S.. Si—dijo ella nerviosa.

Nayeony yo compartimos miradas para luego reprimir una carcajada. Estas lo mismos que están peleando que se están lanzando pétalos, son unas bipolares.

Sin querer mi vista poso en Tzuyu que se encontraba frete a mi, este me estaba mirando a los ojos, rodé los ojos y aparte la mirada. No pensaba hablarle más, no lo merece.

Pasamos una buena velada, comimos salchichas, hicimos chistes, historias de miedo, incluso Jihyo canto una canción, la verdad es que no lo hace nada mal.

—Creo que ya me voy a acostar me duelen los pies—dijo Nayeon poniéndose de pie.

—Chicas antes de dormir quiero pedirles perdón, fue mi culpa que no hayan podido llegar al parque —dijo Dahyun arrepentida.

—Tranquila Dahyun, al final nos hemos divertido mucho —dije para animarla.

—Si, además esto es mejor que un parque preparado, la experiencia a sido más real—dijo Momo regalandole una sonrisa.

—Gracias, son los mejores, prometo aprender a usar el GPS y llevarnos a casa a salvo—dijo Dahyun emocionada.

—¡NO! —gritamos todos al unísono.

—No te ofendas Dahyun pero, déjale el GPS a Jihyo —dije yo riendo.

—Buenas noches a todos —dijo Nayeon riendo.

—Buenas noches—contestamos los demás.

—¿No vienes Sana? —me pregunto Momo.

—Vayan ustedes, me quedaré un rato más —ellas asintieron y se metieron a la tienda.

En una tienda estábamos nosotras y en otra las demás.

Solté un suspiro y me senté de nuevo en el tronco frente a la fogata.

Extendí mis manos hacia el fuego y comencé a frotarlas estaba, haciendo un poco de frio.

De repente siento como alguien se sentaba a mí lado, no tenía que voltear para ver quien era, era ella, Tzuyu.

Estaba muy dolida por sus palabras, y la verdad es que no tenía deseos de hablar con ella.

Miraba fijamente el fuego si decir una sola palabra, sin embargo ella se notaba inquieta, como si tratara de decirme algo pero no sabía de qué forma hacerlo.

—Desde que mis padres murieron —comenzó a decirme —comencé a alejar a todo el mundo, no quería que nadie me hablara o tratara de ser mi amigo —la mire atenta —porque tenía miedo de seguir perdiendo a las personas que me importaban, no quería sufrir más. Con el tiempo fui creciendo y alejándome del mundo y de las personas, me sentía sola pero creía que era la solución para no sufrir perdidas, entonces llegaste ti—sonrió e inevitablemente también lo hice yo—cuando más te alejaba más insistías en acercarte a mi y eso me daba miedo —me miro —me daba miedo ver que me estaba acostumbrando a tu presencia, a tus intentos de hacerme reír —sonreí—a que me dieras ánimos para seguir mis sueños, sentía tanto miedo que quise alejarte, por eso te dije todas esas cosas pero cuando vi el daño que te estaba haciendo me sentí como una real hija de puta, porque yo no quiero hacerte daño, eres la única persona que he permitido acercarse a mi Sana, y me asusta mucho pero creo que me asusta más tenerte lejos —mi corazón palpita demasiado rápido al escuchar sus palabras, era tan bello todo lo que me estaba diciendo —lo siento Sana, lo siento de verdad, nada de lo que dije es cierto, yo no pienso que seas patética, al contrario creo que eres la chica más genial que he conocido en toda mi vida —dijo con una sonrisa tímida.

—Yo también creo que eres genial, con tus cambios de humor —ambos reímos —te perdono con una condición —ella me miró curiosa —debes dejar que las personas se acerquen a ti y te conozcan como eres, hoy vi como Jihyo reía contigo y también note lo cómoda que estabas, sentir miedo es normal pero debes comenzar a enfrentarlo—ella se me quedo mirando fijo.

Agradecía que estuviera oscuro por que si no Tzuyu ya hubiera notado lo sonrojada que estaba que me encontraba debido a su cercanía. Nuestros rostros están tan cerca que podía sentir su respiración acariciar mis labios.

Poco a poco nos fuimos acercando, repitiendo la acción de hace unas horas cuando fuimos por leña, temía que se volviera a alejar, así que no me acerque más. Pero entonces fue ella la que tomó la iniciativa y coloco una mano en mi mejilla y unió nuestros labios.

Podria describir lo que sentí en ese momento de mil formas y aún así no lograría expresar lo que sintió mi corazón al besar a esa chica nerd que para nada era mi tipo, o al menos eso creía.

Hay cosas que por más que intentas no logras capturar, como la luna, por más fotos que tomes de ellas no podrá ser igual, es algo que es solo par nosotros, que se queda en nuestra mente y forma parte de nuestros recuerdos.

Así me paso con ese mágico momento, Tzuyu y yo nunca tuvimos una cercanía como esa sin embargo nuestros labios encajaban tan bien que parecía que lleváramos años besándonos.

Sus manos se apoderaron de mi rostro y yo le rodé el cuello con las mías tratando de acercarnos más, aunque fuera imposible.

No quería soltarla, quería quedarme así todo el tiempo pero ambas estabamos necesitando aire, así que despacio nos fuimos alejando sin separar nuestras frentes.

—Creo que será mejor ir a dormir, esta haciendo frio—me dijo ella acariciando mi mejilla.

—Si también lo creo—dije agitada.

—Buenas noches Sana—dijo dándome una hermosa sonrisa.

—Buenas noches —luego de eso, entre a la tienda y me dije caer con la mirada hacia el cielo.

Había besado a la hermana de mi amiga, a la chica nerd, a la antisocial y lo más impactante es que había sido el mejor beso que haya dado en mi vida...