Hoy definitivamente está siendo el mejor día de mi vida, y es que no hay regalo más gratificante que ver la cara de póker de Judas al entregarle el folleto de cien ejercicios resueltos después de dos largas y exhaustivas semanas.

Y sin poder rechistar tuvo que ponerme un A de la cual me sentía enormemente orgullosa.

Ja, lo siento profesor pero será para la próxima porque esta chica ha ganado esta vez.

Por fin había logrado terminar ese folleto de la tortura y todo había sido gracias a Tzu, tenía que agradecerle y ya sabía que le daría.

—Bien chicas tomemos un descanso de diez minutos—dije a las chicas del equipo de animadoras que me miraban exhaustas.

—He estado pensando y no hemos salido en dos semanas— dijo Momo con horror—hay que arreglar eso—Nay y yo asentimos.

—Escuché que los padres de Jihyo están en un viaje de negocios y que hará una gran fiesta—nos informó Nay mientras bebía de su botella de agua.

—¿Qué Jihyo ? ¿La chica que te gusta desde tercero?—dije divertida estirando mis piernas.

—Uyyy si, la dueña de tus sueños más oscuros—dijo Momo alzando las cejas con diversión siguiéndome el juego.

—Pufff por favor chicas eso ya está superado—dijo restándole importancia.

—Si como no—dijimos Momo y yo al unísono.

—Como sea—rodó los ojos— debemos celebrar que Sana le dio una patada en el trasero a Judas y que mi hermano no se comportó como un capullo por primera vez en su vida—sonreí —así que nos vamos de fiesta si o si—dijo quitándole la botella de agua a Momo.

—Por mi esta bien—me encogí de hombros—pero me quedo en tu casa Nay, no quiero que mis padres estén controlando mis horas de llegada— dije con fastidio.

—Hecho—dijo ella chocando cinco.

—Pues me uniría a su fiesta de pijamas pre-resaca pero hoy tengo planes de llevarme a un chico a la cama y quedaré fuera de servicio a media noche—dijo Momo riendo. Nay abrió los ojos.

—Hablando de folladas que tal con heenchu—dijo alzando las cejas con coquetería.

—HeeChul—la corregimos Momo y yo entre risas a lo que ella rodó los ojos.

—No me lo recuerdes—dijo Momo con cara de horror.

—¿Tan malo fue?—le pregunté curiosa.

—La palabra clave sería traumático —dijo mientras hacía una mueca de asco.

—Oh dios no me digas que su pene es diminuto—dijo Nay alterada.

—¡Nayeon cállate!—le gritó Momo.

—Mejor no respondas después no podré verle más a la cara— dije con horror.

Las tres nos miramos y rompimos en carcajadas, amaba estas cosas de las chicas, que siempre tuviéramos algo de qué hablar y termináramos riendo a carcajadas. Ventajas de tener hermanas de otras madres.

(.....)

Ya estaba lista para ir a casa de Nay aunque en realidad iba a ver a Tzu. Me miré por última vez en el espejo alisando mi vestido blanco con la parte superior bordada.

No sé por qué me había arreglado tanto si solo iba a cruzar la calle pero bueno, siempre hay que verse bien.

Le había pedido ayuda a mi madre para hacer un pastel de chocolate con almendra y ella gustosa acepto.

Tomé el pastel y me dirigí a la casa del chico nerd. Toqué dos veces y fui recibida por una amable sonrisa de Taeyeon , la tía de los mellizos y su tutora.

—Sana que gusto verte, pasa— dijo luego de abrazarme como si no me hubiera visto hace años, lo cual no era así pues yo vivía y moría aquí—Nay salió hace un rato y no me dijo a dónde—le sonreí con vergüenza.

—De hecho vengo a ver a Tzu— Taeyeon me miró asombrada— le hice este pastel para agradecerle que me haya ayudado con un trabajo de matemáticas—ella sonrió con orgullo.

—Nay me dijo, me siento muy feliz por lo que hizo—asentí sonriendo —ella está en su habitación, dejo el pastel y te acompaño—dijo dirigiéndose a la cocina.

—Tranquila me sé el camino— ella asintió y yo subí con rapidez las escaleras.

Me detuve frente a su puerta, reí al ver el cartel de peligro que había colgado, a veces se pasa de dramática.

Ni que fuera vampiro o tuviera una enfermedad contagiosa o algo parecido.

Divertida por mis pensamientos toqué la puerta pero nadie respondió, así que volví a tocar pero esta vez con más fuerza.

Como no respondió abrí la puerta suavemente, espero que no esté desnuda, pensé mientras entraba.

Un aroma me impactó al entrar, la habitación estaba un poco desordenada, decorada entre negro y gris con posters de bandas de rock por todas las paredes.

Tzu estaba sentada frente al ordenador con unos cascos en sus orejas escuchando alguna clase de música ruidosa.

Nerviosa me acerque a ella y toque su hombro con delicadeza para luego echarme hacia atrás.

Ella sorprendida se quitó los cascos y volteó a verme confundida.

—¿Qué haces aquí?—dijo seco — ¿También quieres que te ayude con Física o qué?—rodé los ojos, presumida.

—De hecho vengo a agradecerte por haberme ayudado con lo de matemáticas—ella asintió seria— te traje un pastel de chocolate con almendras, sé que es tu preferido — esta vez me miró un poco asombrada.

—Wow gracias—dijo un poco confundida—¿eso es todo?— ufff será grosero.

—Si eso es todo que disfrutes el pastel—ella asintió y me dirigí a la puerta pero recordé algo así que volteé a verlo—Hoy habrá una fiesta en casa de Jihyo, una chica del instituto, sé que no te gusta ir a esas fiestas pero estaría bien verte por allí— dije nerviosa.

—Gracias pero prefiero quedarme —asentí repetidas veces.

—Claro es obvio—seré tonta, ¿por qué le dije eso? Es obvio que diría que no. Ella se me quedó mirando con las cejas levantadas —ya me voy—dije con una risa nerviosa para luego cerrar la puerta y apoyarme en ella.

¿Por qué me pongo nerviosa? Ufff esta chica saca la versión más tonta de mí.

(.....)

Ya era de noche, lo que significaba, fiesta. Ya les había informado a mis padres de que me quedaría en casa de Nay, en realidad era bastante obvio ya que siempre que nos íbamos de fiesta me quedaba en su casa.

Mis padres son muy sobre protectores y se quedarían toda la noche despiertos esperando que llegara y para evitar eso es que me quedo en casa de mi amiga.

Luego de colocarme mi vestido color azul eléctrico, mis tacones negros, rizar mi rubia cabellera y darle color a mi rostro, bajé en busca de mi coche para recoger a mis amigas, parecía chica del autobús yo.

Ya después de haber recogido a mis dos amigas nos dirigimos a casa de Jihyo , el amor de Nay desde tercero, para disfrutar de una merecida fiesta.

Al llegar el lugar estaba que estallaba, no habíamos entrado y la música se escuchaba como si estuviéramos cerca del Dj.

Habían vasos por todos lados y gente ebria o teniendo, prácticamente, sexo en el césped. Típico de fiestas como estas.

—Tomaré esto gracias—dijo Nay a un chico que pasaba frente a nosotros con dos bebidas, mi amiga le había quitado una.

—Tenemos que buscar algo de beber ya que alguien se nos ha adelantado —me dijo Momo mirando a Nay que se encogía de hombros.

—Síganme conozco un lugar secreto lleno de cervezas—dijo Nay comenzando a caminar hacia lo que parecía ser la cocina.

Momo y yo cerramos la puerta y nos volteamos a ver a Nay con los brazos cruzados mientras que ella buscaba no sé qué en la cocina.

De repente sacó de una mini nevera dos cervezas y nos las lanzó.

— ¿Cómo sabías de este escondite?—pregunté mientras le daba un sorbo a mi bebida.

—Me lo contó Jihyo por si algún día lo necesitaba—dijo mientras se sentaba en la isla—está libre de cualquier sustancia extraña y es más segura que las cochinadas que preparan haya fuera—dijo señalando la puerta.

—Cochinada que estás bebiendo ahora—le dijo Momo señalando su vaso.

—Ya, pero yo soy de un estómago más resistente—dijo entre risas a las que nos unimos todas.

Estuvimos hablando de cualquier estupidez y bebiendo. Luego fuimos a bailar y perdimos de vista a Momo que seguro estaba en busca de su víctima para esta noche, esa chica no cambiaría nunca.

Mientras Nay y yo dábamos lo mejor de nosotras en la pista sentía una mirada sobre mí, busqué de quién se trataba hasta que mi mirada se cruzó con la de Rony, genial.

Intenté ignorarlo pero no me era tan fácil, no dejaba de mirarme ni para pestañear y me comenzaba a incomodar.

—Iré a tomar aire—le grité a Nay que asintió para seguir saltando y gritando.

Salí al jardín trasero y comencé a frotar mis manos sobre mis brazos, hacía frío aquí afuera y no había mucha gente.

—Sana....—escuché su insoportable voz detrás de mí pero no volteé a verlo—Sana hay que hablar— asentí para luego enfrentarlo.

—Si, tienes razón hay algunas cosas que me quedaron por decirte—dije seria....