Lizzie guardaba el viejo diario que su madre le había regalado en su cumpleaños número 16.

Ella no había escrito en él desde hace tiempo.

Cuando terminó de guardar toda sus cosas en el coche, saco su celular.

Tenia un mensaje de su tía Jenna.

Elizabeth había conducido casi un día, hasta llegar al pueblo de Mistic Falls.

Antes de ir a la casa Gilbert decidió ir primero al Grill. Ya que según su tía, Elena estaba aun en la escuela.

Elizabeth entró al Grill recibiendo varias miradas.

Se sienta en uno de los asientos cerca de la barra.

—¿Qué le sirvo señorita?–Pregunta el barista.

—Bourbon.

El pelinegro que estaba a su lado no dejaba de verla.

—No es muy temprano para beber–Comentó hacia la chica.–Y mas para una dama.

—Estaba dama puede arrancarte la lengua si vuelves hablarme.–Musito Elizabeth sin expresión mientras recibía su trago.

Él pelinegro río levemente mientras negaba. Por su parte la mayor de las Gilbert bebía su Bourbon con tranquilidad.

Damon Salvatore sonrió al escucharla.

Luego de unos minutos, Damon vuelve hablar.

—¿Eres nueva en Mistic Falls?.

—¿Y tu acaso eres sordo?–Preguntó la pelinegra a la defensiva.

—Solo trataba de ser amigable, en Mistic Falls adoramos a los turistas–Volvió hablar Damon–Hay lugares que estan para morirse.

—No me digas–Murmuró sin mucho interés.

—¿No eres muy amable cierto?–Pregunta de nuevo él pelinegro.

Elizabeth suspiró  profundamente mira por primera ves al pelinegro.

—Lo siento, maneje por casi un dia–Empezó a explicar–Tengo sueño y muero de hambre, cuando eso pasa suelo estar a la defensiva.

—Te envitare este trago entonces y bienvenida a Mistic Falls –Dijo él oji-azul pagando el Bourbon de Elizabeth antes de irse.

Esta suelta un bufido de molestia, tal vez era algo paranoica; pero siempre ha sentido desconfianza.

Parte de su adolescencia, la hizo madurar.

No todos son lo que parecen...y eso lo tuvo muy claro.

[⌛⏳]

La mayor de las Gilbert se estacionó en frente de la escuela, para hablar recoger a su hermana.

La chica veía como todos empezaban a salir y ve a su hermana junto a Bonnie y Caroline.

También con un chico, que a su parecer era él novio ya que iban de la mano.

Elena no dejaba de hablar de él cuando ella le llamaba.

—No puede ser–Habló Elena con emoción en su voz–¡Lizzie!.

Elena corrió hacia su hermana  abrazando la con fuerza.