
Capítulo 2 (Actualizado)
Estaba en lo correcto. Aún quedaba energía prismática. Y conclusiones que ciertas Egg-Forces que capturaron antes de que los aniquilaran por completo, contenían una pequeña parte, quitándole también a las cámaras, pantallas más la energía que aún quedaba en su nave y la suya, podría obtener el poder de uno de los pequeños. trozos del prisma completo.
Con la ayuda de sus colas extras, saco un invento que había creado, el cual le permitía desplazar objetos a su gusto, disminuyéndoles su masa y volumen por un período de tiempo. Así logrando cargar las máquinas, aprovecho también las cajas en las cuales una vez hubo fragmento que debían ser transportados a Ghost Hills. También había energía prismática allí. Con ayuda de sus colas, tomo las cajas que contenían energía y también las máquinas y salió de allí, agarrando cualquier cámara a su paso. Dirigiéndose a "La celda para el zorro que convertiré toalla" como lo llamó el Dr. Deep.
Al llegar, dejo las cajas en un sitio y siguió explorando la nave nodriza, hasta llegar donde juntaban la energía de los fragmentos, que parecía una energía incalculable. Con esto estaba seguro que podría lograr su objetivo, por fin vería a Sonic...
(....)
Nine había vuelto a su "Casa" después de extraer la energía prismática almacenada con sus colas mecánicas. Encendió la luz, y fue directo a su mesa de trabajo, dejando a un lado las cosas e investigaciones. Fue a por las cabezas de Egg Forces, y les extrajo la energía almacenada en ellos.
—¡Por fin lo logré!—Exclamó con alegría. Sus colas se movían felizmente, su flequillo empezó a bailar un poco por las corrientes de aire que entraba, sus ojos tenían un brillo, y de cansados pasaron a estar completamente abiertos y enérgicos, formaron una sonrisa y sus orejas se agacharon un poco— Dentro de poco lo veré. ¿Cómo estará después de 6 años? ¿Me reconocerá? ¿Se acordará de mí? ¿M-me veo bien?—Se preguntaba. Quería causar una buena impresión, corriendo fue al baño, tomó un cepillo y empezó a cepillarse muy bien su pelaje, procurando que esté de lo más suave. Luego iría a por su flequillo, peinándolo. Acomodó sus mejillas algo alborotadas, a unas presentables.
Pronto estaría listo, tenía un nuevo aspecto. Una casaca de cuero estilo metalero, pero tenía las mangas cortas. Un polo azul marino de mangas como de sudadera, guantes largas y blancas. Unos shorts negros, y unos Tenis blancos de moda, con pasadores color rojo oscuro. Ya estaba listo, sus colas se concentraron en un solo lugar, dejando escapar energía, y finalmente, lo logró, abrió un portal, emocionado corrió y saltó dentro...
—¡Sonic, llegué!—Gritó emocionado. Pero se dio cuenta de algo... no estaba en Green Hills, estaba en otro sitio. probablemente porque ya no controlaba tan bien los portales debido a que no los usaba ya hace años... ¿Pero dónde estaba? Ya no podría volver a abrir otro portal al menos que este mundo contenga algo de esa energía—. No.... ¡Esto no me puede estar pasando!—Gruñó con rabia. Juraba que lloraba
La ira se volvió en frustración y dolor, dejando fluir unas lágrimas que antes eran por felicidad, y ahora por tristeza, humedeciendo su pelaje blanco del hocico. Pronto caería derrotado al suelo, sosteniéndose con sus rodillas y brazos.
—¿Q-qué es eso?—Susurró para sí mismo. Había una pequeña luz acercándose a él lentamente, cosa que lo alarmó bastante.
Caminó lentamente, dirección a la luz que se encontraba frente a suyo. ¿Qué era eso? ¿Sería una nueva amenaza? No, nadie lo amenazaría en su propio mundo. En su propio paraíso. No lo permitiría por ninguna circunstancia.
Cada vez más se acercaba hacia el lugar donde provenía aquel resplandor inquietante. Al llegar, vio a más gente. No, esto no podía ser posible. Su único mundo habitado por más personas. Odiaba haber dejado vegetación. Odiaba no haber estado allí antes. Odiaba haber perdido contra Sonic (O quizás no) y sobre todo, odiaba que haiga población en el nefasto.
En un ataque de rabia, se dirigió hacia el pequeño pueblo, con todas las intenciones de sacarlos de ese mundo, llevarlos a otro lugar, quizás al de piratas, o los primitivos, cualquiera, pero no aquí. Se supone que este mundo tenía el propósito de hacerlo feliz...
—¡Qué es esto!—Gritó mostrando sus dientes para verse más intimidador, lo cual logró—. ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí?—Interrogó.
—Mami... ese zorro me da miedo...—Se oyó.
—Disculpe joven zorro de... ¡¿Dos colas?!-—Gritó con sorpresa. Era increíble, nunca había visto nada igual—. ¿C-cómo es posible...?
—¿Qué? ¿Acaso me rechazaras? No te lo recomiendo, a menos que quieras perder tus pocos años que te quedan.
—-Bueno, no es nuestra intención eso...aún—Hablo el más mayor de todo el pueblo, un viejo de la especie perro, color café y ojos morado—. ¿Pero quién es usted?
—¿Para qué dar explicaciones...? No servirá de nada. ¿Por qué están en mi Nefasto? ¿Por qué están en mi hogar? ¿Por qué..?
—-Nefasto...¡Oh, ya me acuerdo! Nuestros antepasados hallaron una palmera con la palabra "Nefasto" tallada en ella, desde ahí así se nuestro llama mundo... ¿Es de la antigüedad?—¿Qué hablaba este anciano?
—Yo, ayudé al Nefasto, era mi paraíso y aún sigue siéndolo. Yo cree esas palmeras que ves, ese césped, esos árboles, esas plantas.
—¡Así qué fue usted! ¡Tantas gracias le deseo! Nuestro pueblo, gracias a esas plantes nos alimentamos. Gracias por ayudarnos, venga, no sea tímido—Jaló su brazo y sin esperar respuesta lo fue llevando más de cerca a la aldea.
—¡Suélteme!—Gritó.
—Seguramente esas colas son especiales, con razón. Usted es único, esas colas lo caracterizan mucho. Nunca podrá nuestra aldea olvidarlo. Pero, ¿Qué es esa cosa gris?-—Preguntó.
—-Metal-—Habló fríamente.
—Metal...? —Se preguntó y paró su caminata—.¿Qué es eso?
—Ah....Esto será complicado...
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