♡El reencuentro♡
Domingo por la noche. Adoraba los domingos en específico, el atardecer era particularmente hermoso.
Además de que, todos los domingos por la tarde podía salir a mi balcón y sentarme en una de las sillas que estaban ahí para esperar lo más deseado del día. Apreciar a Taehyung.
Desde donde recuerdo, empecé a hacer un hábito salir al balcón y esperar hasta las 6 en punto donde el sol ya se estaba metiendo y mi exvecino salía a tender ropa recién lavada. Él saludaba cordial y yo le echaba unas cuantas miradas de vez en cuando, hasta que terminaba de poner toda la ropa en los tendederos.
Las cosas ya no se sentían así.
Invadiendo mi cuerpo y corazón de melancolía, suspiré ligeramente. Recordando las primeras veces que comencé mi pequeña obsesión con el surcoreano. Quién diría que años después y, de una forma poco convencional, terminaría siendo correspondida por mi amor platónico de juventud.
En estos momentos tenía una gran necesidad por hablar con él. Escuchar su voz. Tenía una voz profunda, eso se notaba a leguas, más nunca pude saber realmente que tan profunda era a consecuencia de que adaptó el acento inglés americano. Tendría que escucharlo hablar en su idioma natal para poder apreciarlo.
Revisé el tiempo en mi teléfono, la hora local marcaban las diez con dieciséis, conté con mis dedos las horas de diferencia entre los Ángeles y Seúl, que era donde se encontraba Taehyung. Eran aproximadamente las Tres y pico en la capital de Sur Corea.
Yo ya debería estar dormida, pase gran parte del día arreglando el apartamento y empacando maletas. Estaba cansada, pero aún tenía la suficiente energía para poder mantener una conversación de unos cuantos minutos con el hombre de mis sueños. Literalmente.
Entre de nuevo al interior del apartamento, y camine hasta mi habitación, abrí el computador y busque primero el chat de Taehyung, tenía que asegurarme de que estaba desocupado para poder llamarle.
Kim Taehyung ❤️❤️
¿Hola, como estas? :)
Que agradable, muy bien gracias ¿Y tú? ¿Ya cenaste?
Sí, esté... ¿Estás ocupado?
Acabo de salir de la ducha, y no, no estoy ocupado ¿Por qué preguntas?
Sonreí y di un clic en la opción de videollamada. No tuve que esperar mucho cuando en la pantalla visualicé la cara de aquel hombre.
Saludó animadamente y yo imite su gesto.
— ¿No es muy tarde por allá? Seúl se lleva diecisiete horas más que Los Ángeles. ya debe ser noche.
—En efecto, son las diez con veintisiete. Pero antes de dormir quería hablar un poco contigo.
—Me alegra que lo hayas hecho, en menos de cinco horas tendré que viajar a Busan.
Voltee hacía arriba con una sonrisa de oreja a oreja plantada en mi rostro.
El foco de luz imaginario se encendió por encima de mi cabeza.
—Hablando de eso... sería genial si conocieras a mi amiga, de hecho, ella mañana llega a Busan ¿podrías ir por ella al aeropuerto?
Él me miro divertido.
— ¿Cómo se llama tu amiga? No tengo ninguna referencia de ella.
—No te puedo decir su nombre, el único detalle por el que la vas a distinguir es que ella lleva una maleta azul rey, con detalles negros en la parte de enfrente. Tiene el cabello negro y rizado al igual que yo.
—No sé por qué me da la impresión de que te estás describiendo en ella.
—Vamos claro que no, pero de verdad, ella y yo somos muy parecidas, omitiendo el detalle de que ella no tiene pecas. —puse un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.
Él sonrió ampliamente y se removió en su lugar, dándome una vista perfecta de su abdomen. Bajé mis ojos avergonzada por lo pervertida que me sentí.
Taehyung claramente se dio cuenta, por lo que comenzó a reírse.
— ¿Nunca habías visto a un chico sin playera? —ladeo su cabeza e hizo su cabello para un lado.
—Claro que sí, pero es diferente... —cubrí mi cara al sentir el calor en mis mejillas.
—Dime Michelle ¿cuál es la diferencia? —sonrió con burla.
—Me estás haciendo quedar como una pervertida ¿sabes? olvídalo, era inevitable no ver.
—Antes no decías eso, ni siquiera te atrevías a mirar más allá de mi cuello.
Efectivamente se estaba burlando de mí, indirectamente, pero lo hacía.
—Entonces ¿sí podrás pasar por mi amiga? Llegará como a las siete de la tarde.
—De seguro llegará cansada del viaje, diecisiete horas de vuelo son muy agotadoras.
Espera ¿qué?
¿Diecisiete horas? Eso significa que me quedan... ¡Sólo cuatro horas para dormir!
René me las va a pagar.
—Sí bueno, como que ya hace sueño ¿no crees? Iré a dormir, te veo mañana. —me di cuenta de mis palabras y las corregí—. Haremos videollamada en la noche ¿te parece?
Él asintió y yo sonreí.
—Que descanses Mich, mañana hablamos.
Cerré la computadora portátil y me dirigí hasta mi cama.
°~Horas más tarde~°
—Ah no, yo te dije que teníamos que levantarnos dos horas antes para llegar temprano al aeropuerto.
— ¡Pero nunca me avisaron la hora! —las personas dentro del aeropuerto comenzaron a verme raro.
Estaba molesta con René, por no haberme dicho la información del vuelo tal y como era.
Y hasta cierto punto no todo era su culpa, yo tampoco pedí informes a la profesora o incluso a Oscar.
Solté el aire que detenía dentro de mí y volví a levantarme de la banca en la que estaba sentada.
—Perdón, no era mi intención gritarte, esta vez tuve mucha suerte al haber hecho cuentas antes de dormirme.
—Tú también perdóname por no haber podido ser más precisa, este viaje no sería tan bueno si tú no hubieses venido.
Ambas nos dimos un abrazo y sonreímos
—Chicas, siempre tan dramáticas. Primero pelean y luego están como si nada.
Renata le dio un manotazo en la nuca a Uriel y este la miro mal, sobando la parte afectada.
—Ya es hora chicos, tenemos que abordar el avión.
Los seis nos dirigimos a la pista para subir al avión, cada uno tomo su respectivo lugar. A Uriel y a mí nos tocó juntos, no vi con quien se habían sentado mis demás compañeros. Estaba muriendo de sueño así que conecte mis auriculares al móvil y coloque música para poder dormir. Sería un viaje muy largo.
°~Trece horas más tarde~°
En una empresa amiga, dentro de la ciudad de Busan, me encontraba yo. Kim Taehyung, estaba negociando un nuevo plan financiero por pérdida de ganancias del producto que aquella empresa había sacado recientemente al mercado.
—Si el contrato se renueva, daré el 30% de las ganancias, esta vez nos fue un poco mal, pero es porque el lanzamiento se retrasó. Me disculpo por eso.
golpee la mesa con uno de mis dedos de manera paciente.
—No, me tengo que disculpar yo porque, no aceptaré sólo el 30% por todo el dinero que nuestra compañía ha invertido en la de usted, será el 40% u olvídese de un contrato renovado, el producto ya debería de estar dando resultados y yo no pienso invertir un centavo más si este problema no sé soluciona.
—Con todo respeto joven Kim Taehyung, usted no está al mando de la empresa del señor Dong-Sun, él no aceptaría los términos que le estás poniendo a uno de sus colegas.
—Pues con todo respeto señor Young soo, mientras que mi abuelo este en descanso, yo seré el que tome las decisiones y el control de la empresa, ¿Quiere que hable directamente con el señor Dong-Sun? Porque podría hacerlo si es lo que quiere... —la cara de aquel hombre se había endurecido—. Le doy tres días como plazo para que arreglen esto.
Sin más que hablar, me levanté de la silla y antes de irme hice una reverencia al hombre.
Podía ser un chico muy amable y simpático, pero cuando se trataba del trabajo me tomaba las cosas muy en serio. Mis abuelos habían trabajado bastante para poder llevar aquella empresa al éxito y no sería yo, quien lo llevase a la ruina. No es por presumir, pero soy un chico listo en cuanto a negocios se trata. Siempre conseguía lo que me proponía.
Tome un taxi para llegar al hotel donde me estaba hospedando. Faltaban unas cuantas horas más para que fuera al aeropuerto por la "amiga" de Michelle tal y como se lo había prometido. Me duche, prepare unos fideos y mediante mi computadora portátil comencé a hacer trabajos que tenía de mi empresa en Los Ángeles.
Estaba agotado, la sobrecarga de trabajo me estaba afectando ya, pero mi fuerza de voluntad era mayor al agotamiento físico.
Sonreí al ver un artículo con el número 512, casualidades del destino, o tal vez por mera coincidencia la habitación en la que me quedaba llevaba el mismo número que mi viejo apartamento.
Todo eso me llevaba a un solo pensamiento; Michelle Russo.
La chica del apartamento 513 y ahora dueña de mis pensamientos.
Moví la cabeza de forma negativa y por fin me concentré en terminar las últimas tablas gráficas.
°~4 horas más tarde~°
Faltaban 4 a las 7 de la tarde y la aeronave estaba a punto de aterrizar, Oscar, Renata y Tadeo estaban dormidos, mientras que René, Uriel y yo estábamos conversando. Bueno, en realidad sólo Uriel y yo estábamos hablando puesto que, la pobre René luchaba con unas tremendas ganas de vomitar y al estar por aterrizar no estaba permitido levantarse de los asientos.
—Estará bien en cuanto termine la turbulencia, le dije que no bebiera el licuado, pero la señorita quería hacerse la valiente. —bufo Uriel mientras reviraba los ojos—. Tonta.
—Ya no la reprendas, no sirve de nada si ya lo hizo de todos modos.
Nos quedamos callados unos momentos hasta que el avión dejo de moverse, mire por la ventanilla afirmando que ya habíamos aterrizado.
Todos los pasajeros comenzamos a desmontar el avión, estaba muy nerviosa y me hacía ilusión ver de nuevo a Taehyung. Mis compañeros y yo nos dirigimos a la terminal del aeropuerto para recoger nuestras maletas.
Mis manos estaban sudando, las frote en mi chaqueta y comencé a mirar para todos lados.
— ¿Qué haces Michelle? Tenemos que irnos. —la voz de Tadeo me relajo un poco así que comencé a caminar a la escalera automática.
Antes de poder dar un paso más, una silueta muy llamativa atrajo mi atención.
Esos hombros...
Ese cabello...
Esa forma de vestir tan sofisticada...
Kim Taehyung.
Quedé paralizada.
— ¡Michelle! Te he dicho que camines, niña floja.
Seguí intacta en donde estaba, él se giró. Seguramente por el tremendo grito que había puesto René.
Al verme la cara, él parecía sorprendido.
Una vez más me equivoque puesto que él no parecía mirarme a mí, si no a alguien detrás de mí.
— Ha pasado mucho tiempo Taehyung... —una mujer de gran altura y realmente delgada se puso frente a mí.
—Sarah... —Los nudillos de Taehyung se tensaron al igual que su mandíbula.
Ella era... ¿Esa Sarah?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro