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♡El cumpleaños♡

Una vez mi mamá me dijo que, aunque algunas personas dijeran odiar el día de su nacimiento, era de alguna forma mentira, pues para todo el mundo es importante su fecha de cumpleaños, ya que, es el único día del año en el que la atención es sólo y exclusivamente para ti.

O eso es lo que la mayoría de los padres dicen para no hacerte sentir mal.

Bueno, allí estaba yo, tratando de organizar una fiesta de cumpleaños para el chico que me tenía irremediablemente enamorada.

—¿Quién organiza una fiesta de cumpleaños para alguien que está a mediana edad de cumplir treinta? —menciona Uriel, mientras saca otro globo y lo infla.

—Déjala ser, ya quisieras tú que alguien te hiciera una fiesta sorpresa para tus veinticuatro. —Renata contesta, y el pelinegro revira los ojos.

—Ya, oigan veo mucha platica y pocos globos con helio.

El pelinegro refunfuñó y se dedicó a seguir inflando globos azules.

...

No pasó mucho tiempo cuando, todo mi apartamento quedó completamente lleno de globos y con una larga mesa llena de cualquier tipo de alcohol, frituras y un montón de dulces que causarían diabetes.

Había un poco de todo, pero aún faltaban dos cosas muy importantes. El pastel y el cumpleañero.

Si mal no recuerdo, Ben había quedado en traer a Taehyung a las 7:00 en punto, aún falta poco más de media hora, tenía tiempo de sobra para ir a recoger el pastel y regresar justo para la fiesta.

Renata me ha prestado su auto, ella y los demás se quedaron en el apartamento por si cualquier cosa pasaba.

Apenas salí del edificio, me monté en el auto y lo encendí para encaminarme a la pastelería. Prendo la radio, queriendo matar el tiempo y centrar mi atención en otra cosa, aún me sentía un poco nerviosa.

No tarde mucho en apagar de nuevo la radio, estacionándome frente a la pequeña instalación que elabora los mejores pasteles y postres de Los Ángeles. La Butterfly Cake Shop.

Gracias a mi antiguo pasatiempo favorito, no tuve mucho problema en saber el sabor favorito de mi novio. Ser la antigua acosadora de Taehyung, tenía sus beneficios en momentos críticos como ese.

Apenas llegué a la pastelería me recibieron, y con una rapidez excelente, me entregaron el pastel de manzana con nueces y glaseado de maní. Al terminar de pagar, volví a salir del establecimiento y guardé el pastel en la parte trasera del auto. Pero, cuando estuve punto de arrancar, unas caras conocidas se reflejaron por el retrovisor.

¿Qué hace ella? Me pregunté.

Parecía estar a punto de llorar y llevaba una bolsa de regalo entre sus manos.

Él se alejó un poco y me tense cuando ella lo tomo de la mano, no pude escuchar que fue lo que le dijo, pero aquella acción me hizo maquinar la respuesta en pocos segundos.

Ella se aferró a su torso, el castaño se mantuvo rígido y no paso más de diez segundos cuando la alejo sin brusquedad.

No pude evitar arrancar el auto con discreción y acercarme un poco más para intentar escuchar de que se trataba todo aquello.

—Taetae...Por favor, yo... Prometo que sí me das la oportunidad puedo hacerte el hombre más feliz del mundo, solo... Solo necesito una oportunidad.

—Discúlpame Clarisa, eso no sucederá, y no me malinterpretes, eres una chica grandiosa y no dudo ni un poco que el hombre que se gane tu corazón será muy feliz, mereces ser feliz y amada de la misma manera que lo haces. Pero yo no puedo corresponderte.

—No lo entiendo... Nos conocemos desde hace mucho más tiempo del que la conoces, ni siquiera sabes sí...

—Basta. —la chica se quedó callada, baja su cabeza y volví a mirarlo a él—. No hay nada que entender, simplemente, ella me gusta y ya.

—Pero no la amas, puedes... puedes estar con ella un tiempo y divertirte, yo no me quejo, pero...

—Clarisa, la amo. No puedo verme con nadie más que no sea Michelle Russo.

Por fin, ella suelta en llanto y en ese justo momento aparece Ben, la chica salió corriendo y yo arranqué el auto sin mirar atrás, tenía poco tiempo para llegar antes que ellos. Y con todos los acontecimientos que vi, ni siquiera pude concentrarme en conducir, estaba... conmocionada.

Él había dicho que me ama.

Había confesado abiertamente que me ama.

De nuevo, mi corazón palpito a gran velocidad y mi sonrisa se dispersó por toda mi cara. Pero, aún había algo que no dejaba de hacerme sentir mal.

Sentía compasión por Clarisa, en su lugar yo me hubiera puesto a llorar desde el primer instante. No puedo dejar de pensar en, qué es lo que hubiera pasado si Taehyung me hubiera rechazado. Sí yo no hubiese confesado mis sentimientos en aquel día. Parecía tan lejano ese momento, cuando en realidad sólo habían pasado 4 meses desde entonces.

Entre conducir y pensar, no me había dado cuenta cuando ya estaba a una calle del apartamento. Tan pronto como visualicé el edificio, aparqué el auto de Renata en el estacionamiento principal y subí a toda prisa con el pastel en manos.

No entendía la razón, pero comencé a sentirme mucho más nerviosa.

Apenas llegué abrí la puerta, René fue la primera que apareció en mi campo de visión.

—¿Por qué tardaste tanto? Ben llamó y dijo que está a cinco minutos de aquí ¡Rápido ve a esconderte!

Todos los demás excepto yo y René ya se habían escondido, apagué la luz del apartamento y cerré la puerta. Mientras René dejo el pastel en el centro de la mesa. Después corrió a esconderse detrás del sofá junto con Uriel y yo

En menos de lo que esperaba comencé a escuchar los pasos de aquellos zapatos Gucci que tanto amaba, junto a otro par a su lado.

Uno

Dos

Tres.

¡Feliz cumpleaños!

Gritamos todos al unísono.

Al ver la cara del chico a quien dedicaba mi sorpresa, no pude evitar sonreír como tonta, esa hermosa sonrisa rectangular apareció en su rostro y yo no pude sentirme más completa.

—¿Qué es todo esto? ¿Una fiesta?

—Michelle organizó todo, nosotros solo ayudamos un poco.

—¿A qué te refieres con solo un poco? ¡Me quedé sin aire por estar inflando globos!

—Cállate, tú tenías el tanque de helio.

Uriel se rascó la cabeza y miró apenado a Taehyung, quien amablemente palmeó su hombro y le agradeció.

Ahora él estaba frente a mí. Lo observé con detenimiento, aquellos pantalones de vestir con esa camiseta azul y pañuelo atado a su cuello lo hacían ver realmente bien. Tal vez sí alguna marca reconocida lo viera, pensaría que es un modelo profesional.

Gran sentido de la moda.

Tan guapo...

Tan cerca.

—Tú y yo hablaremos después. —susurro, estaba demasiado cerca de mí, lo suficiente como para escuchar sus palabras.

— ¿Q-qué? —no pronunció nada más, y se alejó sonriendo.

Acaso...

...

—Vamos, sopla las velas y pide un deseo

Taehyung no podía dejar de sonreír, incluso juraría que su cara estaba entumecida de no poder bajar la sonrisa. Vio a todos lados, quedando su mirada perdida en algún lugar del apartamento para después de unos segundos, soplar las velas.

Después de aquello, no pasó nada interesante, ya era demasiado tarde, los vecinos ya habían puesto quejas por el ruido, Ben se había marchado temprano debido a que tenía un asunto que arreglar y los chicos ya estaban lo suficientemente cansados como para continuar la fiesta, en especial René, ella se había quedado dormida en el sofá. Renata la despertó para que tomara una rebanada de pastel y comiera antes de marcharse.

—Fue genial esto, pero es momento de irnos, tengo dos perezosos que no podrán llegar a sus casas sin dormir en el transcurso del camino. —señaló Renata, dirigiéndose a Uriel y René quienes estaban de pie tratando de mantenerse despiertos y no caer.

—Estupendo, muchas gracias por haberme ayudado y por estar presentes.

—Para lo que necesites cariño. Bueno, me despido y... feliz cumpleaños Taehyung.

—Muchas gracias por acompañarme hoy. —respondió él con la misma amabilidad.

Sin más, el tercio de amigos que tenía se marchó, cerrando la puerta.

Voltee para volver hacía Taehyung quien, en algún momento se movió unos pasos, quedando a milímetros de mí cara.

Me observó con fervor, quizá una pizca de anhelo.

— ¿Alguna vez te han dicho lo hermosa que es tu cara?

— ¿Mi mamá cuenta? —sonreí, Taehyung asintió y me acerco más a él.

—La palabra de mi suegra es la más importante.

Sus labios se unieron a los míos en un beso lleno de todo lo bueno que existía en el mundo. No estaba desesperado, pero tampoco era lento. Un beso caluroso y un montón de sensaciones que pasaban por mi cuerpo, lugares que quizá no me atrevería a mencionar.

No sentía la falta de aire, pero él aun así se separó de mí, pegando nuestras frentes.

—Vayamos a descansar, te has esforzado mucho por mí el día de hoy. —dijo, y besó mi mejilla para luego tomar mi mano e ir juntos hasta la única habitación que existía en el apartamento 513.

...

Después de algún tiempo, comencé a acostumbrarme a tener los brazos de Taehyung rodeando mi torso. Su respiración suave chocando contra mi cuello.

— ¿A qué te referías con lo de hace rato? —me atreví a preguntar, no quería quedarme con la duda—. Dijiste que hablarías conmigo sobre algo.

—Sí, bueno, te vi fuera del lugar a donde fuiste a recoger el pastel, y también pude verte cuando estabas escuchando lo que decía Clarisa.

Quede muda.

Espera... ¿Pero ¿cómo?

—Reconocí las placas del auto. —contestó, como si hubiese leído mis pensamientos.

—Taehyung yo...

—Olvídalo, no tiene importancia. Fue mejor que supieras lo qué pasó. Pensaba contártelo de todos modos.

Silencio. Eso fue lo único que hubo. Pero como siempre, mi cabeza maquinó una pregunta. Una pregunta que me tenía un tanto mareada desde lo qué pasó.

—¿Taehyung?

—¿Mmmh?

—Yo, te escuché cuando le dijiste a Clarisa que...—corté mis palabras, pensado que quizá lo hizo para que dejara de molestarlo.

Tonta.

—Lo sé, le he dicho que te amo.

Y como un balde de agua fría, lo dijo sin más.

A veces la tranquilidad con la que decía las cosas daba miedo. Se sentía... muy extraño.

Me quedé callada nuevamente. Ahora era él quien tenía el mando de la conversación.

—No pienses que lo hice, solo para que ella se fuera. Nunca haría algo tan descarado como eso. Sólo he dicho lo que sentía. —asentí de espaldas, dándole a entender que estaba de acuerdo—. Porque de verdad te amo Michelle.

Me levanté rápidamente, quedando sentada.

—¿Cómo puedes decir algo así tan tranquilo? ¿Acaso sabes lo que le provocas a mi corazón? Debería ser un delito esto.

—Eso me alegra. —menciona, girando su cuerpo lo suficiente como para quedar semisentado.

—Eres un sinvergüenza.

—No lo soy. Simplemente me alegra que te haga sentir eso, me demuestras que mis palabras tienen reacción en ti, lo que significa que tú también sientes lo mismo que yo.

—¿De dónde sacas esas conclusiones? ¿Acaso te crees un genio?

—No necesito ser un genio para saber el efecto que tengo sobre ti.

Diablos, me tenía acorralada.

—Michelle, ¿Quieres saber lo que desee cuando apague las velas?

—Ya, no me lo digas, puedo imaginarlo, dirás algo como; no he deseado nada porque contigo lo tengo todo. ¿Puedes ser menos cliché? —respondí volviendo a acostarme.

Sonrió negando.

—Ya habrá tiempo de hacer realidad lo que deseo. Ven acá. —jalo de mí, y automáticamente yo me acomode entre el hueco de su brazo y hombro, siendo yo quien lo abrazaba—. No quiero que tú lo digas si no quieres, pero realmente te amo Michelle. Quiero que eso nunca sea una duda para ti y tu loca cabecita.

No dije nada y me dediqué a abrazarlo, sintiendo como su cuerpo se relajaba cada vez más hasta caer en el morfeo.

—Yo también te amo, Kim Taehyung.

No había nada más que decir, nada más que hacer, éramos simplemente nosotros, disfrutando de la compañía mutua.

Era yo, disfrutando de tener al chico del apartamento 512 entre mis brazos.

Y sintiéndome feliz de que fuese así.



















He vuelto:) Deseando no hacer más larga la espera para el final de la historia, muchísimas gracias a todos y bueno...

¡Ya son 3k de vistas! ❤️

Los quiero mucho y nos vemos hasta la siguiente<3

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