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♡Treinta


El cálido cuerpo de su omega descansaba suavemente entre sus brazos, los supresores habían mitigado un poco los síntomas molestos de su celo pero más fuerte era su voluntad por proteger a Minnie que durante la noche cuando su lobo gruñía y rasgaba su interior para salir él se obligaba a tener el control y ejercía presión sobre su parte lobuna para proteger a Minnie de él mismo.

Eso había significado todo un reto para un Alfa como Yoongi.

Ahora ya a las primeras horas de la mañana Yoongi estaba más tranquilo, la hora más seria y cúspide de su celo había sido durante la madrugada y lo había tenido que soportar como nunca antes había hecho, anteriormente recurría a Suran asi como ella recurría a él pero Minnie no era Suran... no, Minnie era un Ángel sobre la tierra que no necesitaba Alfas hormonales, necesitaba un Alfa protector y en este caso eran dos Alfas protectores.

Había sido su primer celo reprimiendose él mismo pero el mejor de su vida porque el pequeño omega a su lado no lo había abandonado ni un segundo durante toda la noche.

Cuando el Omega sentía el cuerpo de su Chocolatito tensarse y removerse inquieto Minnie solo acariciaba y decía cosas bonitas para él, y dejaba besitos en su frente incluso le cantó tan dulcemente una canción que aprendió de su madre y Yoongi hasta se sorprendió de la dulce voz que poseía su omega para entonar notas tan agudas que sintió que iba en Altamar a la deriva, naufragando en su barco perdido siendo llamado por el canto de una sirena mítica e hipnotozante.

¡Perdido!

Así se había sentido mientras el dulce Minnie cantaba tan bello que su corazón se había derretido y se juró a sí mismo siempre estar al lado de su omega protegiéndolo de todo y de todos. Porque Minnie era mucho mejor que un estúpido supresor, Minnie era como una especie de Penicilina que no se encontraba en ningún lado, era única, era exclusiva y se sintió afortunado de poder recibir esas dosis exactas que en ese momento necesitaba para minimizar su malestar.

Quiero que seas tu propia luz, amor
Deberías ser tu luz
Para que así no te hagas más daño
Para que así puedas sonreír
Quiero que seas tu noche, amor
Podrías ser tu noche
Para que pueda ser honesto contigo esta noche...

Aun podía recordar fragmentos de la dulce melodía. Sonrió para si, Min Yoongi era uno de los alfas más dichosos sobre la tierra, el otro era Min Agust. 

     —¿Chocolatito despertó?

Minnie había sentido el cuerpo de su Alfita vibrar cuando había sonreído.

     —Si mi bomboncito, estoy despierto y estoy mucho mejor que ayer muchas gracias por quedarte conmigo pequeño, eres tan dulce, me dará diabetes tipo uno. —Sonrió.

     —Minnie muy feliz de estar con su Alfita, no dejarte nunca, a Galletita tampoco. 

En ese momento la puerta de la habitación de Yoongi fue tocaba un par de veces.

     —Adelante.  —Musitó el Alfa.

      —Buenos días, ¿Cómo pasaron la noche?

Agust entró en la habitación con una bandeja de comida tanto para su hermano como para su Omega.  A pesar de haber pasado la noche tranquilo sentía algo de incertidumbre. Dio una rápida mirada al cuello del omega Respirando de alivio.  No era que dudara de Yoongi pero el control del lobo a veces es algo complicado él mismo lo sabía cuando tuvo a Minnie el día que lo conoció y se le había adelantado el celo.

     —Anoche fue la mejor noche de mi vida. —Soltó Yoongi. —Minnie es como una medicina que cura el dolor, dormí tan bien que me siento renovado. 

     —Lo sé hermano, te creo. —Opinó Agust.  —Minnie algodoncito ven a comer algo.

     —Galletita.  —Gritó de alegría saltando en el aire para abrazarlo con fuerza.  —¿Comer con Minnie y Alfita Yoonie?

Agust enterró su nariz en el cuello de Minnie y su lobo gruñó un poquito, no dejaban de ser animales al fin de cuentas y Minnie tenia impregnado todo el aroma de Yoongi,  dejo salir de su aroma a galleta para también marcarlo y así estaban parejos.

     —No Amorcito ya comí,  debo salir a la oficina... ¿Vienes conmigo? O prefieres quedarte con Yoon... tu decides bebé.

Hasta el momento esta era la decisión más difícil que el omega había tenido en su vida, decidir con qué Alfa estar. El quería estar con sus dos Alfas, no podía elegir sólo a uno. Pero su Alfita Yoon lo necesitaba y no lo quería abandonar.

     —No te compliques bebé, puedes quedarte con Yoon hasta que su celo acabe y nos veremos después... podríamos ir al cine en la noche.

     —¿Cine?

     —Si bebé, una película ¿Te gustaría?

El omega dio varios brinquitos en la cama feliz de salir con su Alfa Agust al cine.

     —Minnie se queda y en la noche al cine con Galletita.  —Gritó dando aplausos.

Yoongi sonrió, su omega se quedaría a cuidarlo.

     —Bien entonces coman, te llamaré al rato Yoon.

Tomó de las mejilla a Minnie apretandolas para formar el piquito y luego le dejo un besito.

     —Te amo mi masita dulce.

     —Minnie ama más. —Respondió.

Luego se metió de nuevo entre las sábanas de Yoongi.

Agust salió de la habitación y entonces Yoongi enterró su nariz en el cuello de Minnie para borrar el aroma de Agust,  ese día Minnie era para él.

     —Abre boca Alfita. —Dijo tomando un poco de comida para darle a su Alfita.

Yoongi obedeció sin rechistar comiendo gustoso de lo que le daba su lindo omega.

     —También tú debes comer mi bomboncito.  —Ahora fue el turno de Yoongi de darle de comer.

Fue un desayuno delicioso entre besitos,  caricias y mimos.

Luego de ello salieron de la  cama y bajaron al centro de entrenamiento donde Yoongi puso una película y se volvieron a acomodar muy bien abrazaditos hasta que volvieron a quedarse dormidos.

Yoongi siempre había sido flojo y dormilón pero con Minnie lo era Mucho más, el omega lo invitaba a ser más perezoso de lo habitual y querer tenerlo en la cama todo el día dándole mimos.

A la hora de la comida volvieron a despertar porque Yoongi pudo escuchar claramente el gruñido del estómago de Minnie.

     —Minnie con hambre.  —Murmuró medio dormido el omega pegándose más al Alfa.

     —Bien pequeño omega mimado vamos a comer, necesitas llenar esa pancita.

Levantándose tomó a Minnie entre sus brazos y cargado lo llevó hasta la cocina donde Nana ya preparaba la deliciosa comida.

     —Iba a llamarlos pero estaban tan dormidos que no tuve el valor, la comida está lista les hice brochetas de cordero.

El estómago de Yoongi también rugió esas eran sus favoritas. 

     —¿Galletitas para Minnie Nana? —Preguntó el omega.

     —Primero la comida cariñito. 

Minnie puchereó ante la mirada de Yoongi quien sonrió y Nana quien rodó los ojos.

     —Ay esta bien Minnie te daré galletas.

     —Nana consientes mucho a Minnie.  —Repuso Yoongi tomándo su plato de comida.

     —Mira quien habla, el Alfa que se dejó cuidar en el celo sólo porque Minnie se resistió a irse. —La Omega mujer levantó una cejita.

Yoongi ya no dijo nada pues su vieja Nana tenia razón, nadie más que ellos dos consentían más a Minnie en aquella casa y eso lejos de molestar los volvía los Alfas más felices del mundo. 

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