
𝟎𝟓. 𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗮𝗺𝗮𝗱𝗮 𝗮𝗹𝗼𝗰𝗮𝗱𝗮
❛ ˗ˏˋ 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐕𝐄 ˎˊ˗ ❜ ━━━━━ 𝐀 𝐜𝐫𝐚𝐳𝐲 𝐜𝐚𝐥𝐥 🪓
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「⚘ 𝗪𝗿𝗶𝘁𝘁𝗲𝗻 𝗯𝘆 𝗕𝗿𝗶𝗻𝗮 」‧₊˚
↳ ੈ 🎡‧₊˚ ┊͙ 𝐔𝐍𝐅𝐎𝐑𝐆𝐄𝐓𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄
𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 🔪 ✧。゚・
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—𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 no está Madison en tu apartamento, ¿verdad? —me preguntó Connor mientras paseábamos por las calles desiertas del barrio.
Ya estaba todo oscuro pero la Luna ya se estaba preparando para su máximo esplendor para la noche siguiente, la noche de Halloween. Pero gran parte del barrio tenía luces decorativas, preparándose para las fiestas, había luces de neón tornando a colores oscuros y luego, daban paso a los claros, muy de vez en cuando se podía ver los niños estrenando sus disfraces, seguramente los mismos que había visto esa misma mañana, aún así no le quitaba el aspecto fantasmal que había a esa hora, eran las 21:30 pm, pero no sé si en ese momento estaba incómoda por la gran pelea que hubo entre Connor y Brandon o la oscuridad que se cernía en aquellos parajes. El estar con Connor me reconfortó en gran medida. Nuevamente pude evitar perderme en mis pensamientos pues recordé todo lo que había pasado el año pasado, en Halloween, hubo varias desapariciones en las afueras del poblado, en el mismo bosque y parecía que todo el mundo había olvidado, todos excepto yo. Muchos decían, «pues no vayas al bosque de noche durante la fiesta» el tema es que yo era muy desconfiada y temía que esos acontecimientos volvieran a ocurrir y tampoco estábamos tan lejanos al sitio de lo ocurrido pues apenas la distancia entre el bosque y Hancock era de 1 kilómetro. Las desapariciones estaba formada por un grupo de 5 adolescentes entre 15 a 20 años que habían pasado la noche del 31 de Diciembre de 1983 por esos parajes, haciendo una acampada, hoy en día se desconoce el paradero de cada uno, solo esperaba que estuvieran bien, así que sí, se podría decir que el hecho de quedarme sola me daba escalofríos, ¿y si el secuestrador volvía? ¿Y si da un paso más y llega a nuestro poblado? Todas esas preguntas me invadían y me comían por dentro.
—¿Abigail? —me llamó—, ¿estás bien?
—Sí, es solo que...
Deseaba decirle si me podía quedar en su casa pero me daba vergüenza admitirlo y no es por la confianza, tenía bastante con él, solo que no quería molestarle tampoco.
—No volverá —me interrumpió Connor—, te conozco lo suficiente Abigail, vuelvo a repetirte, sé que estas asustada por lo que pasó el año pasado en está época, pero no pasará nada malo, ¿vale? Y no hace falta que me preguntes si puedes quedarte o no en mi casa, ya sabes la respuesta.
—¿Un...No? —le pregunté, aunque ya me lo imaginaba.
—Sí —dijo mientras se reía— ¡por supuesto que no! Es decir...sí...que lio, me enredaste.
No pude evitar reírme.
—Eres el mejor, Connor, traeré algo de comida de mi apartamento y el pijama.
—¿Comida? No seas tonta, tengo en mi casa, deja de ser tan modesta —Hizo una pausa—. Y en cuanto a la ropa te puedo dejar mi pullover largo.
—Gracias pero traeré mi pijama, me siento más cómoda así, no tardaré mucho, tu ve a tu casa.
—Te espero afuera.
—No, ve a tu casa, Connor...—A veces era muy majadero—. No me trates como si fuera una niña chica, vivimos en la misma calle y no nos separan ni 20 pasos de mi apartamento a tu hogar. El hecho de que quiero quedarme contigo es porque me siento insegura sino está Mads conmigo. Confía en mí. Anda.
—Está bien, te esperaré en la puerta de mi casa entonces —me dijo.
Puse los ojos en blanco.
—Vale.
Entonces cogí mi mochila, abrí la cremallera de la parte inferior de esta y cogí mi llave, abrí la puerta y entré.
Estaba todo oscuro, solo las luces de la calle iluminaban a través de la ventana algún que otro rincón de la habitación, mi apartamento era pequeño pero confortable, compartido con Madison, era todo un lujo. Al entrar ya podías ver la ventana que daba al fondo junto con dos camas y al lado una televisión, a la derecha una pequeña cocina y justo en la entrada, el baño. Me dirigí a la habitación que ocupaba la gran parte de todo el apartamento y abrí el ropero, cogí mi pijama que estaba conformado por una camisa de mangas largas con rayas rosas y negras y un pantalón largo y ancho, este por su parte era negro. Al terminar todo, me dirigí a la ventana para ver a Connor que estaba apoyado con su pierna derecha en la pared de su puerta y con los hombros cruzados, mirándome, yo le hice una mueca desde donde estaba, el se rió y susurró algo por lo bajo, creí haber notado un «idiota», nada extraño viniendo de él, aunque eso sí, ¡siempre con cariño!
Luego toqué suavemente las dos cortinas, la de veces que las he dejado a un lado para observarnos por la noche aunque muchas veces me despistaba y no las usaba, sobre todo cuando me iba a bañar... sí, como ya dije, he pasado mucha vergüenza, por suerte solo Connor me ha visto o eso quería pensar.
Al finalizar, volví hacía puerta pero el telefonillo sonó de repente por lo que me dispuse a cogerlo.
—¿Hola?
Tal y fue mi sorpresa que era Madison la que me llamaba.
—¡Abi! ¡Soy yo! Madison —me contestó.
—¡Mads! Que alegría oírte, ¿cómo estás? ¿Qué tal todo por allí? —le pregunté, emocionada.
—¡Anda! ¿Te alegras de oírme? ¡Exagerada! ¡Si me fui esta mañana! —Hizo una pausa—. Y en general todo bien, mis hermanos haciendo de las suyas pero bueno, todo está muy guay, ¡por cierto te compré un regalo!
—Bueno, eres mi mejor amiga, te vas unas cuantas horas y para mí es como un día entero —me reí—, vale, ya paro, ¡soy muy melodramática! —continúe—. Tía, no debías, pero gracias, te lo agradezco, ¿volverás el 1 de Noviembre, verdad?
—¡No es nada! Creo que me quedaré unos cuantos días por aquí, quizás una semana, ¡esta es tu oportunidad para quedarte en la casa de Connor! Pon de excusa algo así como "tengo miedo a la oscuridad" o...
—Mads, Mads, ¡eso no! —le interrumpí—, además ya me voy a quedar con él, ¡sin tu consejo! de hecho está esperándome.
—Vaya, vaya, ¿te tomaste la píldora? —Pude oír una sonrisa pervertida desde el telefonillo.
—¡No! Ni siquiera tengo...además no vamos a hacer nada —le dije mientras me sonrojaba.
—¡Qué no dice! Seguro que en cuanto entres...
—¡No! —le volví a interrumpir.
—Y luego cuando estés en la habitación y veas que solo tenga una cama,...—Volvió a continuar, molestándome.
—¿Qué? ¿Qué has dicho? Uy, se me está yendo la comunicación —le mentí.
—¡Él se quitara la camisa y...!
—¿M-ads? —tartamudeé haciéndole ver que estaba fallando la línea— Uy, se va a cortar.
—¡Te besará delicadamente la mejilla y luego bajará a tu pe...
Le colgué.
—Que pesada... —respondí por lo bajo mientras me reía—, espero que se lo haya creído.
En el fondo le tenía mucho cariño pero como sabía que me ponía nerviosa con estos temas pues me molestaba, siempre me decía que le encantaba ver mi cara roja, que era muy tierna, etc. Lo gracioso es que Connor era igual cuando le daban esos momentos de fastidiarme.
Por otro lado, no pude contarle lo que me pasó con Brandon, entre menos gente lo sepa mucho mejor, estaba claro que había hecho algo muy malo pero no quería que todo el barrio se enterará así que lo mejor era que solo lo supiéramos nosotros tres.
Luego de haberme relajado y que mis cachetes volvieran a mi color normal cogí nuevamente mi mochila y metí el pijama, mientras iba directa a la puerta, cerré y estaba de vuelta en la calle, rumbo a la casa de Connor.
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