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001. Leaving the past behind

𖹭 Everything has changed .ᐟ
( ❛ Capítulo 01 ︴Dejar el pasado atrás ❜ )

No estaba lista, por supuesto que no estaba lista para dejar atrás todo lo que conocía, ni mucho menos estaba lista para mudarme a la otra punta del país y tener que acostumbrarme a la presencia de nuevas personas en mi vida.

Pero no había vuelta atrás, es lo mejor para ambas y ya es hora de dejar del pasado atrás.

Observe con nostalgia aquel retrato familiar, en el que los cinco nos encontrábamos sonriendo felizmente, aquel que reposaba sobre mí mesita de noche.

⸺¿Julie? ⸺Katherine me llamó desde alguna parte del piso ⸺ El taxi ya está aquí.

⸺ ¡Voy enseguida! ⸺Dejé el retrato donde estaba y cogí una hoja de papel de mi escritorio a toda prisa ⸺ Portátil, cargador, audífonos ⸺musité mientras leía los últimos artículos de la lista de comprobación. Abrí la cartera y palpé el interior para asegurarme de que estaban allí⸺Sí, sí, sí ⸺susurré cuando rocé con los dedos los tres objetos. Con un rotulador rojo chillón, marqué una X junto al nombre de cada artículo.

Llamaron a la puerta de mi habitación.

⸺¿Estas lista, cielo? ⸺preguntó Katherine asomando la cabeza. Era una mujer alta de cuarenta y pico años de edad, con el cabello pelirrojo natural y cortado a media melena como lo llevan las mamás.

⸺Me parece que sí ⸺le dije, pero mi voz rota reveló lo contrario.

Me miré los pies a toda prisa porque no quería ver la expresión de sus ojos; la mirada compasiva que todo el mundo me lanzaba desde el funeral.

⸺ Está bien, Jackie y yo te esperamos abajo ⸺dijo.

Cuando la puerta se cerró, me ajusté el pantalón y eché un vistazo al espejo. Me había alisado los rizos, largos y oscuros, y me los había dejado sueltos. Tenía el cuello de la blusa torcido y lo estuve toqueteando hasta que el reflejo me devolvió una imagen impecable. Hice un mohín de irritación al descubrir que tenía ojeras, pero no podía hacer nada para reparar la falta de sueño que las provocaba.

No pude evitar observar con nostalgia mi cama, en la que pasaba tantas horas leyendo mis libros, aquellos que estaban colocados perfectamente en las estanterías como a mi me gustaban, al lado de los discos que yo misma había comprado. O la pequeña terraza en dónde pasaba mis días escuchando música mientras admiraba los bellos colores del cielo.

Con un suspiro, eché una última ojeada a mi habitación. Aunque ya había marcado todos los artículos de la lista, no sabía cuándo volvería y no quería olvidar nada importante. Reinaba un vacío extraño allí dentro, pues casi todas mis pertenencias estaban en un camión de mudanzas de camino a Colorado. Había tardado un par de días en guardarlo todo en cajas, aunque Katherine me había ayudado con el trabajo más pesado.

Las prendas de ropa ocupaban casi todas las cajas, pero también llevaba mi colección de libros y las tazas de té que mis hermanas, Lucy, Jackie y yo coleccionábamos de todos los países que visitábamos. Mientras hacía el último repaso, ya sabía que me estaba entreteniendo; no había ninguna posibilidad de que olvidase nada. El verdadero problema era que no quería marcharme de Nueva York, para nada.

Por desgracia, mi opinión al respecto no contaba, así que cogí mi equipaje de mano a regañadientes. Katherine me estaba esperando en el pasillo con una maleta pequeña a los pies.

⸺¿Lo tienes todo? ⸺Me preguntó, y yo asentí con un movimiento de la cabeza⸺ Muy bien, en marcha.

Echó a andar por el salón hacia la puerta principal y yo la seguí despacio, deslizando las manos por los muebles para tratar de memorizar hasta el último detalle de mi hogar. Me resultaba difícil, lo que es curioso si tenemos en cuenta que había vivido allí toda la vida. Las sábanas blancas que cubrían los muebles para evitar que el polvo impregnara los tejidos parecían murallas capaces de mantener a raya mis recuerdos.

Salimos del piso en silencio y Katherine se detuvo para cerrar la puerta con llave.

⸺¿Te la quieres quedar tú? ⸺ me preguntó.

Yo tenía mi propio juego guardado en la maleta, pero tendí la mano y acepté la pequeña pieza de metal plateado. Abrí el cierre del colgante y dejé que la llave se deslizara por la delicada cadena de mí madre para que descansara contra mi pecho, junto a mi corazón

Así que salí de allí y di una última mirada a la casa en dónde había crecido, sin saber si alguna vez volvería a cruzar por aquellas puertas.

Aunque de todas maneras, aquella casa había dejado de sentirse como un hogar hace mucho tiempo atrás...

⸺ ¿Lista Jules? ⸺ pregunto Jackie una vez me vio salir por la puerta con las maletas.

⸺ Lista, Kie ⸺ aseguré con una pequeña sonrisa y ella me dió una mirada significante.

Había pasado un tiempo desde la última vez que utilice aquel apodo en ella.

⸺ Vamos, todo estará bien chicas.

Jackie y yo nos miramos durante unos segundos para luego asentir y entrelazar nuestros brazos, dirigiéndonos al aeropuerto, dónde un nuevo destino nos esperaba.

Trataba de ignorarlo pero podía sentir como todo el mundo posaba su mirada llena de lástima en nosotras y justo en ese momento, deseé poder volverme invisible una vez más.

⸺ Todo estará bien ⸺ repitió Jackie, más para si misma que para mí, como si estuviera intentando afirmar aquellas palabras.


( . . . )

Viajábamos en silencio, sentadas en el avión. Yo hacía esfuerzos por no pensar que me estaba alejando cada vez más de mi hogar y me negaba a concederme el lujo de llorar.

Durante el primer mes después del accidente, no me levanté de la cama. Hasta que un día, milagrosamente, salí de debajo del edredón y me vestí. Me prometí a mi misma a mantenerme fuerte por Jackie, porque sabía que no podría cargar todo el peso de la situación ella sola, me prometí que a partir de entonces sería fuerte y mantendría la compostura. No quería volver a ser la persona débil y demacrada en la que me había convertido y no lo sería en ese momento.

En vez de eso, me dediqué a mirar cómo Katherine aferraba el apoyabrazos hasta que sus nudillos palidecían y luego lo soltaba.

Sabía muy poco de la mujer que se encontraba sentada a nuestro lado.

En primer lugar, estaba al tanto de que mi madre y ella fueron amigas de infancia. Se criaron en Nueva York y asistieron juntas al internado Hawks, el mismo colegio en el que habíamos estudiado hasta hacía poco mi hermana y yo.

En aquel entonces se llamaba Katherine Green, un detalle que me recordó el segundo dato que tenía de ella. Conoció a George Walter en la universidad, se casaron y se mudaron a Colorado para poner en marcha un rancho de caballos, que era el sueño de toda la vida de George.

Para terminar, el tercer dato y también el más importante: era nuestra nueva tutora. Por lo visto la conocimos cuando éramos niñas, pero hacía tanto tiempo que no lo recordaba.

Y por lo que a mí respectaba, Katherine Walter era una completa desconocida.

⸺¿Te da miedo volar? ⸺le pregunté, y ella suspiró con sentimiento. A decir verdad, la mujer parecía mareada.

⸺ No, pero, si te soy sincera, me pone nerviosa la idea de..., bueno, llevarlas a casa ⸺ dijo. La tensión se apoderó de mis hombros. ¿Le daba miedo que me saliera de control? Yo tenía muy claro que eso no iba a pasar. El tío Richard debía de haberle dicho algo, que yo no lo estaba llevando bien, quizá, aunque a mí no me pasaba nada. Katherine captó mi expresión y añadió apurada ; ⸺No, no, no lo digo por ti, cariño. Ya sé que eres buena chica, que ambas lo son.

⸺Entonces ¿por qué? ⸺ pregunto Jackie.

Esbozó una sonrisa compasiva.

⸺ Niñas, ¿Les he dicho alguna vez que tengo doce hijos?

No, pensé mientras la miraba boquiabierta; no lo había mencionado, ni de casualidad. Cuando el tío Richard decidió que nos mudaríamos a Colorado, comentó algo de que Katherine tenía hijos, pero ¿doce? Había obviado el dato muy oportunamente.

Me giré hacía Jackie, quien se encontraba sentada a mí derecha, junto a la ventana, y ambas cruzamos miradas aterrorizadas.

⸺ Tienes que estar bromeando ⸺ la mire frunciendo el ceño⸺ ¿verdad?

Una docena. La familia de Katherine debía de vivir en un estado de caos permanente. ¿Por qué alguien querría tener doce hijos? Noté el pánico apoderándose en mi pecho.

«No exageres», me dije. Después de inspirar hondo varias veces por la nariz y soltar el aire por la boca, saqué una libreta y un boli. Tenía que averiguar todo lo que pudiera sobre la familia con la que iba a vivir, para estar preparada. Me erguí en el asiento, y con Jackie le pedimos a Katherine que nos hablara de sus hijos y ella accedió con entusiasmo.

⸺El mayor se llama Will ⸺ empezó, y yo procedí a escribir.

Los chicos Walter :

Will tiene veintiún años. Está terminando un ciclo en el centro de estudios superiores de la zona y se ha comprometido con su novia del instituto.

Cole tiene diecisiete. Está en el último curso del instituto y es un mecánico de coches de gran talento.

Danny es de la misma edad que Cole. Van al mismo curso y son mellizos, Danny es el presidente del club de teatro.

Isaac tiene dieciséis años. Estudia el penúltimo curso de secundaria y su gran obsesión son las chicas, es el sobrino de Katherine.

Alex también tiene dieciséis. Está en segundo de secundaria y pasa demasiadas horas con los videojuegos y leyendo libros de fantasía.

Lee tiene quince. Estudia segundo, igual que Alex, y es skater, también es sobrino de Katherine.

Nathan es un chico de catorce, acaba de entrar en el instituto y aparentemente es músico.

Jordan tiene doce años. Estudia séptimo de primaria y está convencido de que va a ser el próximo Spielberg y siempre lleva una cámara a cuestas.

Parker tiene nueve. Está en cuarto, parece un angelito pero le encanta el fútbol americano.

Y por último, Benny un niño de cinco años y asiste a la escuela infantil. Es un pequeño monstruo que dice muchas palabrotas.

Eché un vistazo a mis notas y me dio un vuelco el estómago. Tenía que estar de bromeando, ¿verdad? Katherine no solo tenía doce hijos, ¡sino doce chicos!

¿Cómo iba a sobrevivir en una casa llena de chicos sudorosos y hormonales?

Dios, maldito viejo barbudo ¡Más te vale apiadarte de mi!

En cuanto el avión aterrizara, el tío Richard me iba a oír. Conociéndolo, seguro que estaba ocupado con alguna reunión de altos directivos y no podría responder a mi llamada, pero ya me valía. No solo nos había despachado con una mujer que no conocíamos, sino que también nos dejaba tirada con un montón de chicos. Decía que estaba haciendo lo mejor para nosotras, en particular porque él nunca estaba en casa, pero en esos últimos tres meses yo había acabado intuyendo que no se sentía cómodo haciendo de padre.

( . . . )

Richard no era nuestro tío en realidad, aunque lo conocíamos desde la infancia. Mi padre y él compartieron cuarto en la universidad y, después de graduarse, se hicieron socios.

Cada año, por nuestros cumpleaños, nos traía a Jackie y a mí una bolsa de nuestras gominolas favoritas y una tarjeta de felicitación con cien dólares en el interior.

En enero, Richard se convirtió en nuestro tutor y, para que la situación fuera más llevadera para nosotras, se mudó al ático del Upper East Side en el que habíamos vivido siempre con mi familia.

Al principio fue raro tenerlo en casa, pero se quedó en la habitación de invitados y pronto nos instalamos en una rutina cómoda.

Por lo general solo lo veíamos a la hora de desayunar, porque trabajaba hasta bien entrada la noche, pero la semana anterior todo había cambiado.

Cuando Jackie y yo llegamos a casa del colegio, nos recibió con la mesa puesta y lo más parecido a una comida casera que debía de haber preparado en su vida. Fue entonces cuando nos informó de que tendríamos que mudarnos a Colorado.

⸺ No entiendo por qué nos obligas a marcharnos ⸺le dije después de diez minutos de discusión.

⸺ Ya te lo he explicado, Juliette ⸺ insistió con una expresión atormentada, como si su decisión lo arrancara a él del único hogar que había conocido y no a mí⸺ La psicóloga del colegio está preocupada por ti, hoy me ha llamado porque no cree que lo estés llevando bien, ninguna de las dos, de hecho.

⸺ En primer lugar, yo no quería hablar con esa estúpida psicóloga ⸺ repliqué a la vez que plantaba el tenedor en la mesa, con fuerza.

⸺ Y en segundo, ¿cómo se atreve a sugerir siquiera que no lo estoy llevando bien? Mis notas son excelentes, aún mejores que las del semestre pasado ⸺ Jackie dio palabra por primera vez desde que la discusión empezó.

⸺ Ese es el punto, has trabajado mucho en el cole, Jackie ⸺empezó. Oí el «pero» que venía a continuación⸺ Sin embargo, piensa que te refugias en los estudios para no afrontar tus problemas. Y tú, Juliette, te refugias en tus estúpidos libros, tienes problemas para socializar con otros chicos de tu edad y pasas todo el día encerrada en tu habitación.

⸺¡Mi único problema es que esa mujer no tiene ni idea de quién soy! Venga, tío Richard. Me conoces, siempre he sido estudiosa y trabajadora, por algo soy una Howard.

⸺ Mis libros no son estúpidos y si, tal vez paso demasiado tiempo encerrada en mí habitación ignorando la realidad. ¿Pero que hay de malo en eso? no estoy haciendo daño a nadie ⸺ levantó el tono de mí voz, comenzando a enojarme.

⸺ ¡A ti! te haces daño a ti misma Juliette. Nunca quieres salir, ni siquiera quieres ver a tus amigos cuando te vienen a ver. Eso, no te hace bien ⸺comenta como si fuera obvio ⸺ Y Jackie, te has apuntado a tres extraescolares nuevas desde que empezó el semestre. ¿No te parece que intentas abarcar demasiado?

⸺ Esas personas no son mis amigos, son estúpidos adolescentes superficiales que solo les importa quedar bien con sus malditos seguidores ⸺ me cruzo de brazos, observándolo con el ceño fruncido.

⸺ ¿Sabías que a Sarah Yolden le han concedido una beca para viajar este verano a Brasil, donde estudiará las especies de plantas en peligro de extinción? ⸺ fue la respuesta de Jackie.

⸺No, pero...

⸺ Publicará un artículo con sus descubrimientos en una revista científica. También es la violinista principal de la orquesta y actuó en el Carnegie. ¿Cómo pretendes que compita con eso? No puedo limitarme a sacar buenas notas si quiero entrar en Princeton ⸺prosiguió con un tono sereno⸺ Mi solicitud tiene que impresionarles, lo estoy haciendo excelente.

⸺Y lo entiendo, pero también pienso que un cambio de escenario podría beneficiar a ambas. Los Walter son unas personas maravillosas y están encantados de acogerlas.

⸺¡Un cambio de escenario es pasar unas vacaciones en la playa! ⸺exclamé a la vez que echaba la silla hacia atrás para levantarme. Inclinada sobre la mesa, miré al tío Richard casi echando humo ⸺ Esto es una crueldad. Nos envías a la otra punta del país con unos completos desconocidos, y adivina que, ¡podrían ser una familia de locos asesinos en serie!

Suspiró.

⸺ Pasas mucho tiempo viendo programas de televisión, Juliette. Ya sé que ahora no lo entienden, chicas, pero les prometo que todo será para su propio bien, ya lo verán.


( . . . )

De momento, seguía sin entenderlo. Cuanto más nos acercábamos a Colorado, más nerviosa estaba yo y, por más que me dijera y me repitiera que todo iría bien, no me lo creía.

Me mordí el labio hasta que casi sangró, de tanto que me preocupaba no encajar en la vida de los Walter. Cuando el avión aterrizó, bajamos y nos adentramos al interior del aeropuerto.

" Bienvenidos a Colorado " se podía apreciar en un pequeño cartel de alli.

Al llegar al interior del lugar, Katherine se dirigió a recoger unos papeles mientras que Jackie y yo nos quedamos esperándola

⸺ Ugh, no puedo creer que realmente estemos aquí ⸺ comenté incrédula cuando la pelirroja se fue

⸺ Créeme, yo tampoco ⸺ respondió Jackie.

⸺Esto va a ser complicado ⸺ murmuré con una mueca

Claramente mudarse a la casa de una completa desconocida junto a su numerosa familia era demasiado incómodo, solo esperaba que no fuera tan difícil adaptarse.

Mis pensamientos fueron interrumpidos debido al codazo, demasiado fuerte si me preguntara, que recibí por parte de Jackie.

⸺ ¡Hey! ¿Que te..? ⸺ mis quejas fueron interrumpidas por el sonido de su celular.

Cruzamos miradas y suspiramos al ver de quién se trataba, para luego atender.

⸺Hola tío Richard... ⸺ saludó una vez el rostro de su tío apareció en la pantalla.

Hola Jackie...¿está tu hermana por allí? ⸺la mencionada solo asintió para luego enfocarme con la cámara del móvil ⸺ Julie, necesito que tú teléfono este siempre encendido para poder comunicarme contigo, no puedes simplemente ignorar a todos ¿okey?

⸺ Está bien, haré mí mayor esfuerzo ⸺ sonreí con inocencia.

Jackie solo río con burla, sabiendo que probablemente no lo haría.

¿Que tal su vuelo? ⸺ pregunta.

⸺ Normal ⸺ respondió ella.

⸺ Podría haber sido mejor ⸺ bufé rodando los ojos.

Realmente el vuelo fue una total pesadilla, en el asiento delante nuestro se encontraba una señora junto con un bebé que no dejo de llorar en todo el vuelo.

Me había puesto mis audífonos pero aún así podia escuchar su llanto y podia jurar que la cabeza me dolía como si me hubieran dado un martillazo repetidas veces.

⸺ ¿Se sienten bien chicas?

¿Cómo deben sentirse unas personas que acaban de perder a sus padres y a su hermana mayor? ¿Cómo debe sentirse una adolescente a la cual le fue arrebatado todo de la noche a la mañana? Qué estúpida pregunta.

⸺ Si, no te preocupes ⸺ ambas respondimos al unísono con una sonrisa forzada.

Lamento no haber podido acompañarlas a conocer a los Walters ⸺ se disculpó ⸺ Chicas, se que es un gran cambio... llámenme si necesitan algo ¿si?

⸺ ¡Okey, hablamos luego! ⸺ respondió Jackie para luego cortar la llamada y guardar su celular.

Cuando Katherine volvió, nos abrimos paso por el aeropuerto para reunirnos con su esposo.

⸺ En fin, la semana pasada les contamos a los chicos que iban a vivir en casa, así que ya saben que vienen ⸺ dijo mientras caminábamos entre la multitud ⸺ Tengo una habitación para ustedes, pero no he podido arreglarla todavía, así que... ¡Ah, George! ¡George, aquí!

Katherine agitó su mano para llamar la atención de un hombre alto de cincuenta y pocos años.

Noté que el señor Walter era un poco mayor que su esposa porque tenía casi todo el pelo gris en la cabeza y la barba, así como unas arrugas de expresión muy marcadas en la frente. Llevaba una camisa de franela roja y negra con pantalones vaqueros, unas botas y un sombrero también vaquero.

Cuando llegamos a su altura, abrazó a Katherine y le acarició el pelo, al verlos juntos me acordé de mis padres. La escena me produjo un sentimiento amargo en la garganta y me aparté.

⸺ Te he echado de menos ⸺ le dijo el señor Walter a su esposa.

Ella le plantó un beso en la mejilla.

⸺ Yo también a ti ⸺ Separándose, se volvió hacia nosotras ⸺ George, cariño ⸺ dijo a la vez que le tomaba la mano ⸺ Ellas son Jackie y Juliette Howard, chicas este es mi esposo.

George parecía incómodo cuando nos observo, al fin y al cabo, ¿cómo le das la bienvenida a unas personas que acaban de perder a toda su familia? ¿Encantado de conocerlas? ¿Nos alegramos mucho de tenerlas aquí? En vez de eso, George nos tendió su mano libre para estrechar la nuestras y musitó un saludo rápido.

⸺ Gracias por venir a recogernos y aceptarnos, de verdad estamos muy agradecidas de poder quedarnos con ustedes⸺ les agradecí.

⸺ No tienen nada que agradecer, el placer es nuestro. Nos alegra tenerlas con nosotros ⸺ George nos da una sonrisa comprensiva.

⸺¿Como estuvo su vuelo? ¿Necesitan algo? ¿Algo para comer?

⸺ No, gracias, estamos bien ⸺ respondió Jackie por ambas, antes de que yo pueda decir algo.

La fulmine con la mirada por haber hecho eso, porque yo en realidad estaba hambrienta.

⸺ Bien, recojamos el equipaje y volvamos a casa.

Si, casa . . .

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