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Las más bellas palabras de amor se dicen en el silencio de una mirada.

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aviso: este capítulo será en dos puntos de vista, intercalando entre Ada y Jacob.

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JACOB BLACK
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Ver a Ada herida fue como ver una parte de mí desgarrándose. Su dolor resonaba dentro de mí y el lobo parecía querer cada vez más asumir el control, mientras me culpaba de varias cosas. No la protegiste, no fuiste lo suficientemente bueno. Y yo tenía que estar de acuerdo con él. Nunca fui lo suficientemente bueno para Ada.

Luché contra la imprimación, porque una parte de mí, una parte que todavía quería ser el niño humano con grandes sueños y una pasión adolescente. Pero, lo que no acepté, fue que aquel chico ya había sido aplastado hace tiempo. Y que, aunque ya no fuera el antiguo Jacob, el nuevo Jacob aún era lo suficientemente bueno y podía seguir adelante con todos esos cambios.

Ada fue un buen cambio. Un cambio extraordinario.

Y no fui lo suficientemente bueno para notar esa maravilla en mi vida.

Nuestra imprimación estaba desgastada, la línea que nos conectaba era delgada y nuestra conexión y sentimientos eran débil. Podía sentir solo sus sentimientos más fuertes, y cuando estábamos lejos el uno del otro, solo había el silencio de mis propios sentimientos. Y tal vez, debido a que nuestra conexión era cada vez más débil, finalmente pude sentir que el sentimiento que había dentro de mí era mío, y solo mío.

Y ese sentimiento era latente. Aumentaba cada vez que veía a Ada, o pensaba en ella. Era algo mío, que crecía por ella sin ayuda de ninguna magia Quileute. Y cada vez que me aferraba más a eso, más podía entender que mi relación imaginaria con Bella era algo que había nutrido demasiado tiempo. Infundado. Combinaba con el vampiro, y si eso es lo que quería, que se joda.

Estacioné el coche frente a la casa de Charlie y luego Ada abrió la puerta, pareciendo fastidiada por su apoyo en las muletas mientras sus pasos aún eran vacilantes. Salí del coche, yendo hacia ella para ayudarla pero paro ya que que soy blanco de su mirada molesta.

— Quédate ahí, Jacob —Ella gruñó, bajando los tres escalones de la entrada de su casa. Podía ver en su rostro que ella se estaba esforzando, pero algunos movimientos aún eran limitados

 —Sólo quiero ayudarte —Cruzo los brazos, apoyándome en en capote del coche.

Ada había evolucionado bien. Su esfuerzo era grande y por eso hacía casi dos semanas que ella había abandonado la silla de ruedas.

 —Tú me ayudas quedándote donde estás —Ada murmura, alcanzando el último escalón. — Diablos, no veo la hora de andar sin estas mierdas.

 —Por lo que dijo Edward, para la boda ya estarás caminando normalmente— Ella finalmente llega al final de la escalera, y viene caminando hacia mí.

—Espero que si.

Le abro la puerta del coche y la ayudo a sentarse. Tiro las muletas en los asientos de atrás y tomo el asiento del conductor. Ada, a mi lado, ya empieza a buscar una estación de radio, como si estuviera en su coche y una parte de mí está feliz de que ella se sienta tan a gusto a mi lado.

Esos meses sirvieron para que fuéramos mas cercanos, intentando olvidar todo el asunto de la imprimación y enfocarnos que antes de que todo aquello aconteciera, nosotros éramos amigos.

 —¿Alice te dio la dirección del lugar?  —Pregunté, encendiendo el auto y empezando a conducir por las calles de Forks.

La pequeña hada vampírica ha estado sobre mí desde que acepté ser el padrino de la boda. "¡Jacob, pruebate tu traje!" "Jacob, necesito tus medidas!" "Jacob, ¿prefieres una corbata clásica o una mariposa?". Cuando le dije que no quería usar corbata, ella solo me miró como si fuera idiota y me dio la espalda, diciendo "clásica, entonces!". Y, después de mucho molestarme, finalmente me dijo que el traje estaba listo y yo solo necesitaba probarlo para ver si todo estaba bien. Afortunadamente, Ada también tenía que ir a probarse el vestido así que, matando dos pájaros de un tiro, la invité a ir conmigo a Seattle, donde un amigo de la vampira tenía un no sé qué de trajes de gala.

— Sí  —Se tocó los bolsillos de los jeans, levantando un poco la cadera y de allí sacó un pedazo de papel.  —Son casi cuatro horas de viaje, así que me voy a acomodar aquí en el asiento y me voy a dormir. No pude pegar ojo durante la madrugada.

 —Dime algo— Le dije, entrando a la US-101. —¿Has intentado hablar con Sue? Tal vez tenga un té o algo para ayudarte a dormir.

 —Lo dudo —Ada inclina el asiento hacia atrás, se recuesta mientras cierra los ojos.  —De la forma en que mi sueño está hecho una mierda, sólo me ayudaría un buen té de...

Se detiene, abriendo los ojos.

 —¿Té de qué? —Pregunto curioso, echándole un vistazo rápido.

Ada tose, cierra los ojos de nuevo y se encoge de hombros.

—Olvídalo.

Levanto la ceja, pero no recibo ninguna respuesta lo suficientemente buena, ya que pronto oigo su ronquido bajo. Mis ojos pesaron un poco al sentir la tranquilidad que venía de ella invadiéndome, mientras su olor está presente en todo el coche.

Ada olía a tierra mojada, flores silvestres y algo fresco, como una brisa antes de la lluvia. Su olor era adictivo y durante muchas noches solo podía dormir después de transformarme e ir a su casa, escondiéndome entre los árboles y sintiendo su olor venir débil hacia mí. Muchas veces la sanguijuela de Bella me atrapó en el acto, pero extrañamente no se burló de mí.

Solo sonreía y se dirigía a la habitación de Bella, ya que Ada aún dormía en la habitación.

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ADA SWAN
(algunas semanas después)
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Oigo el ruido de los tacones de Bella arrastrándose en el suelo y siento todos mis vellos levantarse por el escalofrió molesto que causaba el ruido. Miro por la ventana de la sala de los Cullen, viendo a mi hermana asesinar los tacones que Alice había elegido para su boda, y me siento solidaria con Alice, que parece querer morir a cada paso que da Bella. Me levanté del sofá, con pena de la pobre, y me acerqué a donde estaban.

Finalmente, ya era capaz de caminar con mis propias piernas, sin la ayuda de las muletas o de cualquier otra cosa. Era genial poder caminar e ir a cualquier parte sin necesitar ayuda. La recuperación había sido larga y agotadora, pero al final todo lo que Carlisle dijo se concretó: mis músculos se curaron, así como los nervios y la columna, y yo estaba nueva después de casi seis meses.

— Ni yo que me quedé parapléjica estoy caminando y arrastrado los pies de esa manera, Bells. Levanta ese maldito pie cuando vayas a caminar —Hablo, apoyándome en la puerta y cruzando mis brazos, mientras una sonrisa burlona surgía en mis labios.

Bella me mira de mal humor, su cuerpo más tenso que una cuerda de violín.

— Ada tiene razón, Bella. Intenta dar pasos más suaves. Solo necesitas suavizar más los zapatos — Alice dijo, sonriendo a su cuñada y tratando de parecer optimista.

— Estoy ablandandolos desde hace tres días!  —Bella exclama.

— No se aprende a andar de un día para otro, Bells. Ten más paciencia —Intento ser condescendiente, sabiendo que para Bella todo era aún más caótico. Era el matrimonio, la transformación inminente y el felices literalmente para siempre con Edward.

Bella no estaba en contra dek matrimonio, pero si fuera por ella, tomaría a Edward y huiría a las montañas. Odiaba ser el centro de atención y, en la ceremonia de la boda, ella sería exactamente eso: la novia de blanco, el centro de toda la atención.

 —Quería ir descalza —Ella gime molesta, respirando hondo.

 —Ni siquiera lo pienses! de ninguna manera— Alice niega rotundamente.

 —¿Tal vez un zapato más bajo? — Intento ayudar a mi hermana.  —Es cruel ponerle un tacón de ese tamaño a la chica, Alice.

 —Ella va a aprender a usar! Estoy seguro de eso— La vampira parece estar en lo cierto de lo que dice, con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿No es eso un poco demasiado? —Bella habla, parece exasperada.  —El vestido, los zapatos, todo eso —Como prueba del punto de Bella, Jasper y Carlisle pasan sosteniendo en sus hombros enormes bancos hechos de madera.

— ¡No, está como debe ser! ¡Mañana será perfecto, Bella!  —Ella sostiene las manos de Bella, intentando pasar confianza a la pequeña humana. Ruedo los ojos, me alejo de la puerta y voy hacia mi hermana.

Dejo una palmada amistosa en sus hombros, y la miro intentando pasar mi concordancia con su opinión. Eso era, realmente, demasiado. ¿Pero qué esperaba Bella, dejando todo en manos de Alice? La mujer era la propia exageración en persona.

Emmett pasó cargando un tronco en los hombros y, mirando a su hermana, preguntó dónde lo ponía. Cuando Alice empezó a hablar de que no tenían imaginación, bufé. La vampira salió, ayudando a sus hermanos a tener su visión de decoración.

 —Quítate esos tacones —Hablé con Bella, mirando compadecida a mi hermana.  —Aprovecha que ella no está mirando y vámonos de aquí.

Bella no tardó en seguir mi sugerencia, quitándose los tacones blancos con algunos detalles en plata y poniéndose sus tenis habituales. Salimos a hurtadillas de la casa de los Cullen y me subí a mi auto y nos dirigí a la cafetería del centro de Forks.

 —Me agrada Alice, en serio, pero a veces parece un tren bala— Bella murmura, atando su cabello castaño a un moño.

— No puedo soportarla. La gente que es demasiado animada, me da mal espina, ya que todas terminan siendo malas  —Tiemblo, como si la simple mención hiciera que se me erizara el pelo, y Bella se ríe a mi lado.  —Ella no es una mala persona, pero dudo seriamente si ella no tiene algunos problemas mentales.

—¿Problemas mentales?

 —Ella es como... — Abro la boca, intentando encontrar una palabra que no ofenda a Alice pero, al final, la única que la describe es: — ¡Loca!

 —No es para tanto, Ada— Bella rueda los ojos, quitándose el cinturón cuando estaciono frente a la cafetería.  —Ella es solo muy animada.

 —Puede ser— Apago el auto y abro la puerta, saliendo mientras Bella hace lo mismo. Cierro con la llave y vamos hasta la entrada del lugar.

Cora pronto nos recibió, diciendo que ya nos llevaba el menú mientras echaba café en la taza de uno de los clientes. Nos sentamos en la mesa en la esquina de las ventanas, teniendo una visión amplia de todo lo que hay fuera. Me tiro en el banco y saco el móvil del bolsillo, enviando un mensaje rápido a Leah, confirmando su presencia en la noche de las chicas que estaba planeando en casa, ya que Charlie liberó la casa para la pequeña fiesta.

Ella no responde inmediatamente y, mirando el horario, recuerdo que ella probablemente estaba haciendo rondas, ya que había asumido mi turno.

 —¿Qué van a pedir? — Pregunta Cora, sacando un bloc de notas del bolsillo de su delantal y mirándonos con una sonrisa en la cara.

— 2 hamburguesas dobles de queso para mí, papas fritas con tocino y un refresco grande, por favor — Pido sin mirar el menú delante de mí.

Bella pide una hamburguesa simple y ensalada, y un vaso de jugo. Cora anota nuestros pedidos y sale, diciendo que pronto estarán listos.

— Estoy planeando una noche de chicas esta noche. Leah, Emily, Kim, Rachel, tú y yo. Pensé en llamar a tus cuñadas, pero no les gustaría lo que programé— Chasqueo mis dedos, luego me apoyo en la mesa y me inclino hacia Bella, con una sonrisa maliciosa en los labios.  —Cerveza, tequila, comida poco saludable, Magic Mike en la TV y música a todo volumen. Quiero que te emborraches antes de que seas una mujer casada, hermana, y no te dejaré en paz hasta que no tengas más control de la realidad.

Bella me mira asustada, pero lo único que puedo hacer es sonreír como una loca, ansiosa por la noche inolvidable de hoy.

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