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Cambia tu mente y cambia de nuevo, porque nada es permanente.

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ADA SWAN

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— ¿Vas a la fiesta en casa de los Cullen, Ada? — Jessica me pregunta cuando la encuentro antes de la ceremonia de graduación. Ella estaba elegante con la tunica y, como siempre, no podía dejar de hablar sobre las novedades.

Pero esta vez la novedad me interesaba y asentí, totalmente animada.

— ¡Sí! — Casi grito, los ojos bien abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Mi cuerpo pide música a todo volumen, comida y bebidas!

—Como te extrañé en la ciudad, Ada! — Jess me abraza, saltando y yo salto junto con ella, animada. — Bella no sabe como ser adolescente!

— Bella nació con ochenta años, Jess— Río, abrazando a mi amiga de vuelta.

El director llama a Jess, que luego se despide y va para las sillas donde los graduados quedarían. Bella ya estaba allí, usando su toga . Toda la familia Cullen ya estaba aquí, listos para asistir a la graduación de Edward, Alice y Jasper, como si no lo hubieran hecho miles de veces en el pasado.

Paso por ellos, y el jefe del clan me sonríe, junto a su esposa que me saluda. Sonrío sin mostrar los dientes, diciendo un saludo breve y continúo mi camino. Volteo los ojos, buscando a Charlie y lo encuentro dos filas detrás de Bella, sosteniendo una cámara en las manos, listo para filmar el momento de su hija mayor.

Voy hacia él y me siento a su lado.

— Vino preparado, papá búho— Hago gracia, me recuesto en la silla, cruzando los brazos. Quería poder meter las manos en los bolsillos, pero como era una ocasión especial, llevaba un vestido gris y largo, de mangas cortas y con dos aberturas a los lados que llegaban hasta la rodilla. En mis pies, mi estrella blanca y negra dejaba el look aún más elegante.

Nunca he sido de las que usan vestidos largos porque soy pequeña, pero desde que gané al menos 20 centímetros después de la transformación, puedo usar y abusar de faldas más largas.

Charlie me reprendió con la mirada, pero luego volvió a mirar a su cámara y ver si todo estaba en orden.

— Pronto te graduarás, Ada, y puedes estar seguro de que haré lo mismo.

Le sonreí, poniendo mi cabeza sobre su hombro y viendo a Jessica subir al el escenario para comenzar a hacer su discurso de graduación. El discurso de Jess fue hermoso e inspirador, y arranca palmas de todos los alumnos y padres cuando termina. Sonrío a mi amiga, estando de pie junto a algunos padres y aplaudo. Realmente ella se había superado esta vez.

Pronto comienzan a llamar a los alumnos y Charlie enciende su cámara, colocándolos en un buen ángulo y esperando que llamen a Bella, lo que no tarda en suceder. Ella se levanta y sube al escenario, yendo hacia el director y el vice, que entregaban los diplomas. Ella toma el papel enrollado, saluda al Sr. Harris y mira hacia adelante para la foto de la escuela.

Papá me pide que sostenga la cámara y, tan pronto como la tengo en mis manos, él aplaude y silba, diciendo en voz alta que "esa era su hija". Me río con el ánimo de Charlie, y luego Bella se va a sentar, dando continuidad a la fila.

Cuando llama el último nombre, el director da un pequeño discurso, agradeciendo el año escolar y diciendo que estaba ansioso por la clase del próximo año.

Le doy la cámara a papá y voy al grupo de Bella y abrazo a Angela, Lauren, Jess, Eric, Mike y Tyler, felicitándoles por su graduación.

Abrazo a Bella también, mis brazos fuertes a tu alrededor. Desde que volví, hace casi cuatro meses, era la primera vez que estaba tan cerca de mi hermana.

— Felicidades, Isabella— Hago gracia, llamándola por su nombre entero y no por su diminutivo, sabiendo que ella lo odiaba.

—Gracias, Isobel—Ella devuelve la broma, sacándome un giro de ojos. Me separo de ella y cambio un apretón de manos con Edward.

— Otro virrete para la colección, Varney. Enhorabuena.

—Fuiste profundo esta vez, Ada. Varney, ¿el Vampiro y el Banquete Sangriento? Ese libro es de 1847—  Se burla, arqueando las cejas.

—Me gusta tener una buena carta de apodos— Me encojo de hombros.

Jess salta sobre mi espalda, interrumpiendo cualquier interacción que pudiera tener con Edward y yo me río, sosteniéndola para que no se caiga.

—¿Qué te pareció mi discurso, Ada? Fue genial, ¿no?

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JACOB BLACK

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—¿Qué quieres decir con que Ada tuvo un accidente?!

Embry arquea las cejas, mirándome con curiosidad.

— Un vampiro se paró frente al auto de Charlie y causó el accidente. Por suerte, Ada se arrojó frente a Charlie y recibió todo el impacto. Pero no te preocupes, está bien.

— ¿Acabas de decir que ella tuvo todo el impacto, cómo puede estar bien?—Bufo, pasando la mano por la cara y subiendo para el cabello, los dedos entrando entre los cabellos. -—Necesito hablar con ella.

— ¿Estás seguro, Jake? — Quil pregunta, cambiando los canales de la TV. — Ella no quiere verte ni en pintura  después de aquello que paso.

— Eso fue vergonzoso —Embry se burló, llevando papas fritas a la boca.

— No dije nada más! — traté de defenderme.

Quil y Embry se rieron, y yo los miré con rabia. Me muero por sacarlos de mi casa y no volver a mirarles la cara.

— Si yo fuera tú, no me interpondría en el camino de Paul por unos días—Embry se encoge de hombros, aún sonriente. — Estuve con él anoche, y bueno...

— ¿Por qué diablos Paul se interpone entre Ada y yo? ¡Él no tiene nada que ver! —Bufo, tirándome al sofá. No es que tuviera miedo de Paul, por supuesto que no lo tenia. Pero me irritaba la forma en que parecía estar siempre alrededor de Ada.

— Sabes que son como hermanos—Quil se encoge de hombros, se detiene en un canal deportivo y me mira de costado. — Cuando el padre de Paul se fue, recuerda que Ada era la persona que más le apoyaba.

Asenti, recordándome eso. Paul tenía diez años en la época, yo y Ada teníamos unos seis años. El padre de Paul era un viejo borracho y adicto, que un buen día simplemente empacó sus cosas y se fue de la ciudad, dejando atrás a su esposa e hijo. La madrastra de Paul entró en depresión poco después, por lo que fue dejado a la merced de su propia suerte, si no fuera por mi madre y Sue.

Ada fue la que más se conmovió por el dolor de Paul y, ignorando los ataques explosivos del niño, ella iba todos los días a su casa y llevaba juguetes, dulces y, a veces, lo llevaba a su casa para jugar. Y desde entonces han tenido esta relación de complicidad y asociación.

Pero no podía ignorar la forma en que estaban tan unidos y cómo Ada se sentía cómoda con él. Una manera en la que ella nunca estuvo cerca de mí.

Me levanto del sofá y busco una camiseta, decidido a ir a casa de Ada y conversar con ella de una vez por todas.

Salgo de casa, dejo a los chicos allí y voy a casa de Sam, donde solía dejar mis motos. Subo el paso, queriendo ir más rápido pero, a mitad del camino, me golpea alguien y me caigo de cara al suelo.

Desconcertado, me siento, buscando a la persona que me había empujado y, cuando enfoco mi visión, veo a Paul frente a mí, temblando y mirándome con odio. Me levanto en un salto, con rabia por haber sido empujado y cierro los puños, enfrentándolo.

— ¿Qué mierda tienes en la cabeza, Lahote?!

—Deja a Ada en paz, Black—Me gruñe.

—No te metas, eso no es asunto tuyo!

— Ada es asunto mío! —y antes de que pudiera predecir, siento el puño de Paul ir hacia mi mandíbula.

Doy dos pasos hacia atrás, recuperando el equilibrio. Llevo mi mano a la cara, sintiendo el lugar latir. Escupo la sangre que se ha juntado en mi boca, y no lo pienso dos veces antes de devolver el cariño.

Lo golpeo en el estómago, sosteniendo su cuello para que me apoye. El cuerpo de Paul tiembla aún más y, en un instante, el lobo gris está encima de mí, pegándome los dientes al cuello. Me transformo también y le doy una patada en la cara, alejándolo de mí, y le pego la boca en el hombro, mordiendo con toda mi fuerza.

¡No te la mereces, Black! ¡Solo la haces sufrir! La voz de Paul resuena en mi mente mientras me pisa el pecho, haciéndome perder el aire. Ada merece mucho más.

Ah, ¿sí? ¿Y a quién se merece? ¿a ti? Le pregunte  con burla, me  hizo enojar más y me puse encima de él, rasguñándole la cara.

De repente, imágenes de Ada llorando invaden mi mente. Caigo hacia atrás, sin reacción, viendo que era Paul quien me mostraba los recuerdos

"Amo a ese idiota desde no sé, ¿mis nueve años? Es agotador ser rechazada por él, pero duele cada vez". La voz de Ada es baja y la miro con los ojos de Paul, viendo lo pequeña que parecía en ese momento.

¿Por qué no aceptó la imprimación entonces?" Paul pregunta, estacionando el coche frente a la casa de Charlie.

Por un momento Ada se queda quieta. El llanto comienza a surgir, las lágrimas rodando por sus mejillas.

"¿Y obligarlo a quedarse conmigo, Paul?" La voz de Ada parecía rota y la oigo respirar, el llanto mojando su rostro. " No quiero un amor que no sea mío, ¿entiendes?".

Un amor que no debería ser mío.

¿Cómo podría explicarle a Ada que lo que sentía no era amor todavía, pero que ya era totalmente suyo?

 Perdón por estos meses sin actualización y gracias a las que siguen por acá, les prometo que actualizaré más seguido, gracias por su apoyo una vez más, disfruten el capitulo :)))

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