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El ancla que protege el barco contra las tormentas estará en las profundidades, no en el mástil.

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— ¡Mierda! — Es lo único que dice Charlie antes de desmayarse. Me acerqué a él, oliendo su cuerpo para ver si había algún corte que goteaba sangre, pero estaba bien. Probablemente fue el golpe, y el corte en la cabeza que parecía haber dejado de sangrar.

Sostengo su blusa entre los dientes, tirando de su cuerpo hasta el borde de la carretera, por si pasa algún coche. Cuando lo mantengo a salvo, voy a la patrulla y apoyo las dos patas delanteras en la Galería abollada, empujando el vehículo hacia el bosque y encajándolo en un árbol.

No podía dejar sospechas de lo sobrenatural. Me aguanto las ganas de correr hasta el maldito vampiro y arrancarle el cuello, porque tengo que asegurarme de que Charlie estaba bien. Me vuelvo humana otra vez y busco en el asiento trasero de la patrulla la chaqueta de Charlie, vistiéndola para no quedar desnuda en medio de la carretera. Busco mi celular y lo encuentro en el piso del asiento del pasajero, con la pantalla rota.

Mierda, yo había comprado ese celular el año pasado! Respiro hondo, viendo si aún funcionaba y cuando veo que sí, marco el número de la comisaría de Forks, ya que estaba más cerca que Port ángeles, dejando la llamada restringida.

— Hola, comisaría de Forks. Habla Joane.

— Hola. Hubo un accidente de coche en la 101, cerca del primer puente del río Sol Duc. Creo que es de uno de sus oficiales, no parece herido, pero está inconsciente. Lo saqué del coche— Hablo rápido, tirando mi cabello hacia atrás mientras miro a Charlie, asegurándome de que aún estaba inconsciente. — Su nombre es Charlie Swan. Se estrelló contra un árbol, por lo que parece. ¿Cuánto tardarán en llegar? No puedo quedarme aquí, me voy a Port ángeles.

—Tranquila, señorita. Estamos enviando una patrulla de rescate. ¿Cuál es su nombre?

Me muerdo el labio, pensando rápido. No podría decir mi verdadero nombre, pues tendría que quedarme aquí y esperar. ¿Pero cómo explicaría yo estar sin ningún moretón y en perfectas condiciones? Además de desnuda.

— Regina Wilson—Digo el primer nombre que se me viene a la mente. —¿En cuánto tiempo, oficial?

—Cerca de media hora, máximo. Por suerte no están lejos. ¿Puede esperar a que llegue el auto?

Mierda, yo ya dije que no puedo quedarme! Respiro hondo, manteniendo la calma. Era procedimiento estándar. No tenía por qué enfurecerme con eso.

— Mire, oficial, tengo una reunión en Port ángeles y realmente no puedo quedarme aquí. Encontré el coche chocado por casualidad y el policía inconsciente. Pensé que sería ético llamar a la policía para rescatarlo.

Cuelgo el teléfono, enojada por tantas preguntas. ¡Vete al carajo, Joane!

—¿Ada?

Volteo la cara hacia Charlie, viéndolo sentarse mientras parpadea con dificultad. Me arrodillo  frente a él, sintiendo el ardor de mi rodilla rallando en el asfalto, pero lo ignoro tomando el rostro de papá en mis manos.

—¿Sientes dolor? ¿Está todo bien?

— Sí chica, estoy bien. Sólo la cabeza duele un poco— Él habla, pero luego abre los ojos. — ¡Estabas herida! ¡Y de la nada, te curaste! ¡Y estoy seguro de que te vi convertirte en un lobo frente a mí!

Suspiro, sabiendo que Charlie no aceptaría media docena de disculpas.

— Yo estoy bien, padre. Me curé. No tienes que preocuparte—Saco mi mano de su cara, juntándolas frente a mi pecho. — Sobre el lobo... ¿Podemos hablar más tarde? Tengo que irme. Llamé al rescate, pero no pueden verme así. El golpe se suponía que me habría matado.

— ¿Entonces no fue un delirio? ¿De verdad te convertiste en lobo?

— Vamos a hablar en casa, papá. Lo prometo— Me levanto, mirándote desde arriba. —Tengo que ir a la reserva, y el rescate llegará pronto. Fue un accidente no intencional, ¿de acuerdo? Recuérdalo. Un animal estaba en la carretera, tú te estabas desviando y el asfalto estaba liso. Acabó dando con el coche en el árbol. Si alguien pregunta cómo no te lastimaste tanto, pon a Dios en la conversación y di que fue un milagro. Lo toman muy bien.

—Pero no fue un animal, Ada. Había un hombre en la carretera!

— Eso no era un hombre, papá—Mi expresión se oscurece y empiezo a temblar, recordando los ojos rojos de Riley Biers antes de que el coche impactara con él. — Una vez fue uno, pero hoy es un monstruo. Cuidate. Cualquier cosa llama a Billy— Coloco el celular en su regazo y le doy la espalda, corriendo hacia el bosque.

Tan pronto como me quito la chaqueta y la tiro al suelo del bosque, me convierto de nuevo en loba y pronto siento que la mente de la manada se conecta con la mía. Por suerte, Sam estaba transformado y tan pronto como lo siento, repaso todo lo ocurrido para él mientras corro entre los árboles.

¡El maldito vampiro lo hizo a propósito, Sam! ¡Quería matarnos a Charlie y a mí!

¿Es el mismo vampiro?

Sí, le paso su imagen a Sam, era aquel desgraciado. Primero él invade mi casa, y ahora hace esa payasada. Sam, tenemos que encargarnos de la seguridad de Charlie.

Tienes razón, Ada. Si no hubieras estado con él, no quiero ni pensar en lo que habría pasado.

Me estremezco con su habla, ignorando la escena que viene a mi mente

¿Cómo está? Quien pregunta es Seth, preocupado.

Bien. Un rasguño. Absorbí la mayor parte del impacto.

Eres una gran hija, Ada. dice Sam, orgulloso y preocupado. Voy a transformarme ahora, tengo que contárselo a la junta y llamar al Dr. Cullen, contarle lo que pasó.

Dile al Dr. Presas que haga frente a esta amenaza lo antes posible, Sam. No voy a poder estar siempre al lado de Charlie... Mi pensamiento sale defectuoso y aumento el ritmo de la carrera, queriendo llegar lo más rápido posible.

Al otro día, Charlie estaba en la reserva. Billy me ayudó a explicar todo, incluso después de darme un sermón de casi una hora sobre lo importante que era guardar el secreto de la tribu. Charlie se quedó quieto, absorbiendo todo lo que se contaba, escuchando las leyendas que ahora él sabía que eran verdades.

Cuando terminamos de contar todo, Charlie se quedó en silencio durante unos minutos. Mis manos estaban sudando y yo lo miraba, esperando que él no sé, gritara o dijera algo.

Pero él sólo pidió que Billy nos dejara solos, me tiró de los hombros y me abrazó. Dando unos golpecitos en mi espalda, él dijo:

— ¿Entonces mi hija es una loba?

Yo asentí, confundida con su reacción. Cuando nos separamos, él solo pigarreó.

— Siempre me han extrañado algunas cosas aquí en la reserva. Chicos desapareciendo y volviendo enormes y con un sentido de responsabilidad. Y ahí llegaste tú. Estuviste dos semanas en la reserva y volviste pareciendo otra versión de mi hija— Charlie sacó los rizos que estaban tirados frente a mi cara y los empujó detrás de mi oreja, tranquilamente. —Gracias por salvarme, hija. Nunca podré mostrar lo agradecido que estoy. No sé cómo puedo retribuir.

Suspiro, dándome cuenta justo en ese momento que estaba llorando. Las lágrimas de alivio descendían por mi mejilla, así como mi pecho parecía más ligero por no esconder más aquel secreto de Charlie.

— No digas tonterías, viejo—Limpio la nariz que me salió de la nariz en la barra de la blusa que llevaba, de una forma nada bonita. — No tienes que retribuir nada.

Me besa en la frente.

— Dime algo, los Cullen también tienen un pie en este mundo, ¿no?

Mierda. ¿Por qué Charlie tenía que ser tan observador?

— Lo son. Pero no puedo decirte qué— Le doy dos golpecitos en la rodilla, levantándome de la mesa de centro de padrino. — No es mi secreto para contarlo. Lo único que necesita saber es que apestan.

Papá se ríe y finalmente puedo sonreír, recordando que todo estaba bien por ahora. Mañana sería la graduación de Bella y la fiesta en casa de los Cullen justo después. Bella me invitó, pensé en negar al principio pero, sólo de pensar que habría comida y bebida me animó.

Podría ser una adolescente normal por un día.

+300 votos siguiente capitulo, gracias por la espera y por leer! :)