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La incomodidad se queda corta al describir como se siente cada uno al ser revisado como ganado vacuno, aguardo mi turno sin mucha emoción, aunque en el fondo solo quiero que sea lo más rápido posible y que esto termine de una vez por todas.

Se me es imposible no explotar en una catarsis de nervios, la ansiedad me consume y mi cuerpo entra en estado de alerta sin parar de temblar, si me declaran como una hembra infértil no sé qué otro funesto destino me aguarde aunque el de ser una incubadora de por vida no suena muy bien que digamos, toda esta situación me aterra y lo peor es que no tengo hacia donde correr o una manera posible de evadirlo.

Llega mi turno, la partera se detiene en mi lugar, es unos centímetros más baja que yo y eso que prácticamente soy diminuta, qué decir de ella, es una beta, para variar, ya entrada en años y con carácter de los mil demonios, su pesada mirada recae en mí, analizándome de pies a cabeza.

Toma mis manos, las examina, dándoles una mirada despectiva, no sé qué se esperaba ¿Unas manos finas y delicadas?, pues por obviedad eso es un hecho que pasó a la historia hace mucho tiempo, puede que antes fueran así, pero el trabajo duro de 5 años no pasaría por mí sin cobrar facturas, ásperas, magulladas, llenas de callos, y con uñas rotas que anteriormente estaban con grandes costras de suciedad por debajo de ellas que por suerte se fueron con el agua.

Nada bonitas a su vista juzgadora. Sigue su rigurosa examinación sin pronunciar una palabra. Revisa mis oídos haciéndome bajar bruscamente la cabeza hasta su altura, abre los párpados de mis ojos con exageración, lo más probable es que un par de pestañas se hayan caído en el proceso, siento mis pupilas arder hasta que desiste de revisar si tengo conjuntivitis u otra enfermedad ocular. Sin darme un respiro me obliga a abrir mi boca como si estuviera en el ortodoncista, no encuentra caries o piezas faltantes, así que no demora mucho.

Cuando pienso que lo peor ha pasado, abre mi toalla precariamente amarrada con un simple nudo, mis senos quedan a la intemperie y a la vista de todos, la vergüenza se instala en todo mi cuerpo sin querer salir de él, siento como sus frías manos palpan a su gusto sin pudor, incómoda hago un gesto de desagrado ignorado obvio por ella. Luego procede a medir la anchura de mis caderas y por todos los astros espero que esto sea lo último.

- Es una buena hembra, muy fértil, con grandes tetas y caderas anchas, dará unas dignas crías - comentó después de terminar conmigo para proceder con otro esclavo.

Puedo empezar a respirar nuevamente con normalidad, su cacheo invasivo culminó y por suerte o por desgracia, según en palabras de ella, soy una de las hembras más fértiles del lugar. No sé qué opciones puedo tener en este lugar, pero es mejor categorizar en una a qué estar a expensas de otras desconocidas, y aquí aplica eso de mejor malo por conocido que bueno por conocer, aunque como sea necesito salir de aquí en cuanto antes.

Me entristece pensar en que Hanna debe de estar pasando por lo mismo o algo mucho peor. Rezó internamente por mi amiga y solo pido que podamos salir de estas.

- Ya todos fueron examinados y por suerte todos clasifican como fértiles, unos más que otros, pero eso no quiere decir que en el futuro vayan a emplear otras tareas.

Dae anunció después de que la partera se marchase, vi algunos rostros de alivio al saber sobre la fertilidad, después de todo no sería raro presentar infertilidad luego de los golpes y las palizas proporcionadas por nuestros superiores, muy en el fondo seguimos siendo licántropos, y todo licántropo o la gran mayoría añora tener su propia manada, aunque en tales condiciones y con semejante casta este sueño quede enterrado y en el olvido.

>> Es probable que desempeñen múltiples roles, les recomiendo que no protesten por ellos si quieren sobrevivir. Como ya se habrán dado cuenta algunos, las funciones de este establecimiento son las de un burdel, los altos mandatarios han implementado un nuevo programa de control de natalidad, esa es su principal tarea.

>> Si la jefa ordena que deben servir bebidas, ofrecerán alcohol con la mejor de sus sonrisas, si la jefa ordena que deben pasar la noche en el lecho de los hombres ricos que paguen por ustedes, entregan su cuerpo en piel y alma sin miramientos, si la jefa ordena que deben gestar crías, servirán de envase a futuros herederos potenciales, si la jefa ordena limpiar, lameran el suelo así sea con la lengua, ¡Espero que haya quedado más que claro!

Todos bajamos la cabeza, sumisos ante las órdenes y la impotencia, un discurso moralista y degradante de parte de una de nuestra misma clase es lo más irónico y humillante posible. Ellos solo ordenan y disponen y nosotros solo tenemos que acatar y aceptar nuestro cruel destino solo por tener una genética diferente.

>> El médico se retraso por cuestiones personales, llegará a más tardar mañana, luego de esto sus nuevas vidas comenzarán. Por hoy solo queda descansar, así que traten de hacerlo. Los conducire a los que serán sus nuevos aposentos, siganme en formación y más les vale no hacer ningún acto de rebeldía porque todos sufrirán las consecuencias y con todos me incluyo hasta mi.

Lo último lo pronunció entre dientes con desdén. Nos quedó claro que no solamente nosotros nos jugábamos el pellejo sino también ella, pero mucho que menos me importa lo que le suceda, yo haré de todo para poder escapar de aquí al igual que los demás si no son tan tontos y no se quedan dormidos en los laureles.

Con paso ligero seguimos como obreras a la abeja reina, el lugar por mucho que no lo parezca es grande por no decir inmenso. Rápido nos adentramos en el lugar en el cual estaríamos condenados a pasar todas nuestras restantes noches. Es un dormitorio amplio, sin muebles ni lujos, solo con unas simples colchonetas tiradas en el suelo cubiertas con uno que otro trapo. Hogar dulce hogar, aunque no por mucho.

Continuará...

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