│Clan Kim verano│
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│Jeon Jungkook│
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Ella, era mi mate… y ese día lo confirmé. Cuando fui a casa de los Cha junto con mi padre pensé que sería una reunión más que hablarían sobre provisiones para el invierno, jornadas rotativas para los vigilantes o cosas así de la administración de la manada y la charla amena que tenían ambos alfas se había visto interrumpida por unos jadeos femeninos y el sonido de objetos cayendo al suelo.

Todos nos levantamos expectantes a un ataque o un intruso en la casa de los Cha, pero toda teoría se vino abajo cuando un fuerte olor a miel que había inundado cada recoveco del lugar.

Estaba ocurriendo la presentación de Kira, el dulce olor a miel se acrecentaba y eso hizo que se despertará mi lobo. El cual me pedía a gritos que lo dejase salir para reencontrarse con su otra mitad. El poco juicio que me quedaba se me nublo cuando Kira llegó hasta mí siendo controlada por su loba.

Consiguientemente, su segundo olor me hizo embelesar indudablemente, era ella, mi pequeña luna, la mezcla de miel y canela aún prevalece en mi sistema respiratorio, guardándolo mi olfato como la mejor de las esencias existentes.

Kira era mi pareja predestinada y con ella pienso pasar el resto de mi vida, solo falta una cosa y es que ella sepa que es mía, no quiero a otro alfa mugriento este cortejándola.

Se podría decir que en ese momento exacto era el lobo más feliz de la tierra. Había encontrado a mi mate, pero todo se fue a la mierda cuando ella cayó en el piso retorciéndose de dolor. Joe y yo entramos en desesperación al ver a nuestra omega sufriendo.

Después de que mi padre me sacará a rastras de allí en contra de mi voluntad, no puedo recordar a ciencia exacta que sucedió, solo que se debía volver con ella.

Una profunda oscuridad me rodeaba, inmerso en un letargo en el que no era consciente del mundo exterior. Voces, gritos de dolor, la sensación de pánico, el olor a sangre, todo venía a mí, pero solo era un expectante más.

Mi lobo estaba cegado, en un principio le había cedido el poder y allí reside mi gran error, dejarme haberme llevado por esa sensación de vacío que se esparcía por todo mi pecho hasta el más profundo rincón de mi alma, el dolor insufrible que empecé a sentir de un momento a otro, como si se desprendiera mi piel del cuerpo y extirparan cada órgano de mi sistema.

El dolor físico no era comparable con el dolor emocional, ese era mil veces peor. Sentía que me moría y lo más jodido era poder sentir el dolor de ella y no poder hacer nada, si hubiese podido asumir ese dolor por ella sin refutamientos lo hubiera hecho.

Pero los hubiera no existen y ahora me lamento por ser tan inservible, un fracaso como alfa, la vergüenza personificada en un licántropo. Mi mate me necesitaba y ni tan siquiera podía llegar hasta ella, pero la voz de Joe retumbando dentro de mi cabeza me hacía tener esperanzas.

── Llegaré hasta ella, así sea lo último que haga y pelearé con cualquier persona que se interponga en mi camino ── lo sentía débil y cansado, pero después de todo nuestra fuerza se había reducido debido a Kira.

Con gran ímpetu, Joe se habría paso con cada movimiento, pero dejaba un camino de destrucción por donde pisaba. Aterrándome del resultado de las acciones de mi parte animal más primitiva, decidí cortar el link completamente hasta que Joe me hizo oír la voz del alfa Cha.

──¡Recuerda que tu omega es mi hija y esta misma está a punto de morir si no te calmas ahora mismo! Joe tienes que cederle el control a Jungkook, tienen que transformarse e ir a marcar a su mate, si no Kira morirá y pasarán millones de años hasta que te puedas reunir nuevamente con Keisha ── ¡No! ¡No y no! ¡Ella no podía morir!

Le pedí a Joe que me devolviera el control total, mi cuerpo sintió el crujir de mis huesos y tardé menos de una milésima de segundo en recuperar mi forma humanoide. Volviendo al mundo humano con una completa desnudez debido al rompimiento de mi ropa al utilizar mi forma lobuna, esta quedó totalmente destrozada, pero estar desnudo ahora y que media manada se regodeara de ver mis partes nobles era algo redundante en comparación a lo más primordial que ahora mismo ocupaba mi cabeza.

1. Reunirme con mi mate.

2. Marcarla.

3. Evitar a toda costa que muera.

Algo simple en planteamientos teóricos de mi mente, pero estaba de más decir que Joe tenía toda la razón al decirme.

── No la cagues Jeon o yo mismo me encargaré de matarme  ── Okay la dulce amenaza de mi lobo me hacía mojarme los pantalones que no tengo justo ahora.

── No me lo tienes que decir, pero te aseguro que no arruinaré nada, la salvaremos.

── Simplemente no lo jodas ── mira quien habla, él es el que habitualmente jode todo.

Mis ojos captaron el panorama sacado de una película de terror de Halloween ¡Diablos! ¿Yo hice eso? No pude pensar más respecto a eso, ya que había algo que ameritaba más importancia. El padre de Kira tenía en sus manos una prenda de vestir que me pasó para cubrir mi desnudez.

Un short el cual no dude ni un segundo en colocarme para luego seguir o mejor dicho correr en mi forma humana tras el alfa Cha, así soy más lento estando transformado llegaría en un parpadear de ojos. Logré captar su débil olor casi imperceptible, ella estaba muy cerca.

Llegamos al sanatorio de la abuela Kim. Recuerdo que una vez había venido aquí solamente para buscar una planta de Frombaya la cual solo crecía en el punto más alto de la montaña con condiciones climáticas de muy baja temperatura. La abuela Kim había conseguido cultivar y preservar unos escasos ejemplares. Recuerdo haberle rogado porque me accediera uno de estos, era el séptimo cumpleaños de Kira, y quería regalarle algo único y especial ese término, siendo el regalo más difícil de conseguir después de todo la abuela Kim era un hueso duro de roer y más cuando se trataba de sus plantas.

Y hablando de ella ya se encontraba frente a mí con su clásico e infaltable bastón y esa cara de mala leche que siempre se cargaba.

── Un poco más y llegas tarde colérico alfa, tal vez si no hubieses tardo tanto tiempo en luchas sin sentido nos ahorraríamos malos tragos ── luego me recriminan todo lo que quieran como si me encierran en las celdas subterráneas me da igual.

Pase del vejestorio andante y me adentré rápidamente al sanatorio. En lo primero que se posaron mis ojos fue en ella. Moribunda, inerte, pálida y carente de vida, así estaba la persona más importante en mi jodida vida. A zancadas fui a donde estaba ella, apartando a las omegas que estaban a su cuidado y a toda otra persona a su alrededor dispuesto a plasmar mi marca en la fina y delicada piel de su cuello.

── Alto allí Jeon ── la voz de la anciana omega me hace retroceder impidiéndome marcarla.

── ¡¿Qué diablos sucede?! ── espeté furioso ¡Mi omega no tenía tiempo y ella me estaba haciéndolo desperdiciar!

── No puedes marcarla ── Pero qué cojones ¡¿Es en serio?!

La vi ir a unos grandes estantes y empezar a coger al azar varios frascos de cristal oscuro y empezarlos a catar con su olfato. Eligió uno, para luego acercarse a mí con él en las manos y dejarlo descansando en una mesita al lado de la camilla improvisada.

── Extiende tu palma ── Tomó la palma de mis manos y de su túnica sacó uno pequeña daga filosa hecha de una fina hoja de plata.

Corto la palma de mi mano derecha haciéndola sangrar inmediatamente. Un corte hecho de una daga de otro material hubiese sido como un mínimo cosquilleo, pero al ser esta de plata, el único material capaz de dañar gravemente a un licántropo, causó un gran corte que tardaría meses en sanar. Tomó el frasco dejado anteriormente en la mesa de al lado, el cual estaba lleno de una sustancia extraña y líquida de color morado, puso el frasco debajo de mi mano derecha herida y luego apretó esta haciéndola un puño del cual chorreaba sangre a borbotones que caía en cascada directa hacia el frasco mezclando mi sangre con esta mezcla. Luego de haberme sacado medio litro de sangre literalmente me extendió el frasco.

── Tienes que beberlo y luego podrás marcarla ── no lo pensé ni dos veces le arrebate el frasco de las manos y lo ingerí de un solo trago.

Su sabor era horrible y su contextura peor aún. Nada más que el líquido traspasó mi garganta, rápidamente, voltee el pálido rostro de Kira hacia un lado, dejando su cuello a mi disposición. Mi boca se acercó hacia la zona de la mordedura cercana al lugar de sus glándulas de olor, mi aliento choco contra su piel e intuitivamente mis incisivos empezaron a salir para luego clavarse en esta.

La perforación hacía que saliera un poco de sangre de ella, pero aún debía de mantener firme la mordedura tratando de no lastimarla tanto, no quería que sufriera más de lo que ya lo había hecho, su piel se desgarraba abriendo paso a mis colmillos los cuales empezaron a segregar feromonas.

Sentí como Kira se removía debajo de mí e intentaba apartarme de su cuello, con la yema de mis dedos empecé trazar pequeños círculos alrededor de la zona que mis colmillos perforaban y eso hizo que parará de retorcerse del dolor. Intenté clavar mis colmillos lo más profundo que pude para que la marca fuera más eficaz.

Ya el lazo estaba formado, había marcado a mi mate y sentía como Joe no cabía dentro de sí por las indescriptibles emociones causadas. Mis colmillos poco a poco se fueron retirando de la zona volviendo a su estado inicial.

En el cuello de Kira se reflejaba una muy bonita y notoria marca de la cual aún se segregaban pequeñas gotas de sangre tintando su pálida piel con el color rojizo del líquido circulante. Tomé a mi omega en mis brazos olfateando la marca que empezaba a fusionar su olor con el mío. Su temperatura se estaba estabilizando, ya no se sentía tan gélida al tacto, sus mejillas empezaron a tomar color al igual que sus carnosos labios abultados en forma de puchero.

Solo la Diosa Luna y Joe sabían las fervientes ganas que tenía por capturarlos con un deseoso beso. Su respiración era lenta y relajada como si estuviera sumida en un profundo sueño.

Ella era perfecta, tan perfecta y tan mía. Y sí, los licántropos y más en especial los alfas, no podemos evitar esa posesividad hacia nuestra pareja. Dejé su cuerpo descansando sobre la camilla después de dejar un casto beso en sus labios hecho causado por un impulso de Joe, el primer buen impulso que ha tenido en su jodida vida.

Le di una última mirada a mi omega, la cual reflejaba una inmensa tranquilidad ajena al mundo exterior, al caos que yo y mi estúpido lobo habíamos creado afuera, si ella supiera de eso seguramente se horrorizaría de los hechos tan atroces que es capaz de cometer su mate como si fuera un perro rabioso.

Salí de dentro del sanatorio para recibir una mirada juiciosa de parte de la abuela Kim la cual ordenó a un par de omegas a ir a supervisar a mi mate junto con ellas también había entrado la señora Cha, la cual era un mar de lágrimas sin contención.

El padre de Kira exhalo aliviado como si después de trescientos años pudiese nuevamente respirar de nuevo. La severa expresión en el rostro de mi padre me hizo saber que estaba en graves problemas y más cuando el primer herido llegó en una camilla al sanatorio de la abuela Kim.

── Ay Jeon la has cagado y en grande ── hipócritamente me hizo saber mi lobo.

── La hemos, sería el verbo correcto.

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Las palabras con subrayado así representarán cuando habla un lobo con su humano.

N/A

¡¡¡Llegamos al 1k de lecturas!!!

Y estoy sumamente contenta por sus votos, comentarios porque cada vez son más las personas que agregan esta historia a sus listas de lecturas.

Quería decirles que GRACIAS por darles la oportunidad a ERASED LOVE a pesar de ser una historia en proceso de la cual la escritora se mete mil años en actualizar y aun la historia no cuenta con tantos capítulos publicados y aun así ustedes se toman su tiempo en leerla y esperar la actualización nuevamente gracias.

Sería un sueño hecho realidad llegar a la misma cantidad de votos que de vistas y aunque no todo el que lea vote, también les doy las gracias.

Y como cumplimos una meta que no me esperaba llegar, ya que mis otras historias no han llegado a ella, he actualizado con capítulo larguito que espero que les guste leer tanto como a mí me gusto escribir.

Hasta un nuevo capítulo nos vemos.

JS

Continuará...

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