Dedicado a ElizaHernandez662 _fucking_igsexx

│Clan Jeon, verano│
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│Cha Kira │
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La habitación está inundada de feromonas, y no puede existir situación más incómoda y vergonzosa que esta. Jungkook cae bajo los efectos de las agujas de plata incrustadas en su piel y termina con todo el peso de su cuerpo encima de mí.

Solo sé una cosa con certeza en este momento y es que plata + lobo = R.I.P. Los licántropos somos de cierta manera inmune a la mayoría de las cosas que causarían muerte en un humano o en un ser de otra especie, somos longevos y saludables, pero no estamos exentos a morir, ya que existe el arsénico y la plata, que suministrados en pequeñas dosis nos hacen débiles, pero en grandes cantidades nos da un boleto seguro a la muerte.

Y podré odiar las matemáticas con toda mi alma, pero esa es suficiente plata como para mandar a cualquier lobo al más allá ¡Y yo no quiero que se muera este pendejo porque me arrastra con él!

──¡¿Pero, qué cojones Byul?!, ¡Lo vas a matar! ── grité una sarta de impropios mientras me apresuraba a retirar de un tirón todas esas agujas que con tan solo tocarlas sentía arder las yemas de mis dedos.

── ¡Que recé por no sobrevivir porque lo mataré yo mismo!, ¡¿Cómo se atrevió a profanar la inocencia de mi bebé?!

── ¡Papá!

── Esto está mejor que las novelas mexicanas, solo necesito palomitas como acompañante. ¿Byul sabes si en la cocina haya?, la ocasión lo amerita ── el entrometido beta de los cojones con sus estúpidas bromas, lo que me faltaba.

── ¡Que te den Jin!

── Ojalá la Diosa te oiga Byulie, y es que ya te digo estos mocosos con más vida sexual que uno comiendo delante de los pobres. ── Byul rodó los ojos ante sus palabras y se limitó a ayudarme a salir debajo del corpulento y pesado cuerpo de su hermano.

Mis ojos se fijan en el color que ha tomado el rostro de Jungkook, tan blanco como un papel, su mirada perdida casi con sus párpados cerrados, en fin lo veo más moribundo que un enfermo terminal.

── ¿S-se encuentra... bien?

── ¿Ahora te preocupa tu Romeo, Julieta? ── con la fuerza sobrenatural de Byul logramos acostar a Jungkook hacia un costado e instantáneamente me cubro el busto con las sábanas.

── Luego de que su hermana lo intenta casi matar, pues sí.

── ¡Ay, no exageres!, Jin, tenemos que llevarlo a su celda de celo.

── Yo me encargo, señor Cha, ¿Me ayudaría con este mastodonte? ── mi padre accede con fastidio y yo no tengo ni remota idea de hacia donde se lo están llevando.

── Deberían de llevarlo al sanatorio, literalmente lo acabas de apuñalar con seis agujas de plata.

── Dramatizas mucho, y eso que soy yo la reina del drama. Seis agujas no son nada para él, normalmente utiliza hasta el triple en sus celos.

── ¡¿Quién jodidos se clava agujas de plata por decisión propia?!, ¿Y eso qué tiene que ver con el celo? ── interrogó exasperada y es que esto es de locos.

── Respondiendo a tu pregunta inicial hasta yo las utilizo y en cuanto a la relación con el celo es simple, la plata de las agujas actúa como un sedante, aunque más bien droga, nos hace débiles y caemos en la inconsciencia y eso nos hace más ameno nuestros celos. Aunque claro, no todos los lobos podemos jugar con la plata de tal manera, solo los lobos puros como yo y mi estúpido hermano. ── mis escasas neuronas funcionales tratan de procesar la información mientras Byul se dirige hacia al armario sacando una enorme playera negra de este.

── Atrapa ── me la lanza tal cual pelota de béisbol y se evidencian mis nulas habilidades deportivas cuando me da de lleno en el rostro.

Mi olfato se deleita con el exquisito aroma que tiene la prenda, huele a él. No medito mucho en ponérmela porque es eso o andar en estas fachas por allí.

── ¿Por qué razón Jungkook usa esas agujas?, todos sabemos de sobra que pasa sus celos con cualquier loba de la manada, en especial con Ji Eun, pero qué digo, lo más probable es que lo hayan llevado con ella y...── la sonora carcajada de mi amiga me interrumpe en mis desvaríos.

Si empieza a reír tanto que me preocupa que se ahogue con su propia saliva. Su risa muy peculiar, una mezcla de chillidos de puerco con los característicos sonidos que producen las focas.

── Síguete riendo que te vas a hacer encima ── y como si fuera una premonición cruza sus piernas intentando impedir el proceso de micción.

── Es que deliras, ¡Por la Diosa, nunca me había reído tanto!, bueno sí, esa vez en la que te caíste de la copa de un árbol solo porque te caminaba un ciempiés por encima, que recuerdos.

── ¡No me recuerdes a esos bichos mutantes!

── Sabes qué, mejor vamos a la cocina a por algo de comer y hablamos en el jardín o te lo puedo mostrar y así no te quedan dudas. ── mencionó la palabra comer en la oración, así que me apuntó.

Fuimos hacia la gran cocina de la mansión, y hasta podría decir que es más grande que la de la pastelería de mi madre. Es iluminada por la luz natural, y su decoración consiste en colores claros y agradables a la vista, pero lo más importante es que tiene una cuantiosa despensa.

Me apoderé de unos tres paquetes de galletas como si fuesen los últimos existentes en el planeta, Byul por su parte insistió en que la esperará, ya que la muy hija de sus progenitores le dio por preparar una cafetera entera de ese café amargo que por nada del mundo se molesta en echarle un terrón de azúcar, sinceramente no sé cómo puede tragarse eso que ha de saber como la hiel.

Ya sentadas bajo la sombra de los árboles del jardín, empecé a devorar mis galletas y ella por su tomar su café asqueroso. Luego de medio paquete devorado empieza a hablar y ya me extrañaba a mí que no estuviera moviendo la sin hueso.

── Bueno, como te decía, te voy a mostrar algo que cambiará un poco tu errónea percepción hacia el inepto de mi hermano.

── Dudo mucho que lo que me digas me haga tener un concepto diferente a lo que él es.

── Te dije que te lo iba a mostrar, cariño ── me presiento lo que se viene y en efecto cierra sus ojos dando paso a su heterocromía azul y gris.

Byul pocas veces utiliza sus dones, al ser una miembro del clan Jeon, tiene como herencia el poder manipular la mente, de pequeñas nos resultaba cool jugar con él, pero su padre nos regañó, ya que ella no sabía controlarlo. Ya ambas estamos grandes y sé de sobra que ya ella controla plenamente este, por lo cual no tengo miedo de que lo empleé en mí.

── Como en los viejos tiempos, cierra los ojos y despeja tu mente ── procedí a hacer lo que me ordenaba y fueron cuestiones de milésimas de segundos para que ella compartiera su recuerdo conmigo.

Estar en la mente de Byul es como ver una película, pero mil veces más vívida

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