Dedicado a Mhely_Jeon

│Clan Jeon, verano│
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│Cha Kira │
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A este punto no creo poder sentir sensibilidad alguna en las vértebras de mi cuerpo, el cual desgraciadamente se encuentra aprisionado sin escapatoria alguna contra las puertas de la habitación, de lo que sí estoy muy segura de sentir es el gran y duro bulto que se encuentra entre mis piernas como si fuera una casa de campaña. A una gran parte de mí le causa repelús estar en esta situación tan comprometedora, pero la otra está perdiendo el poco juicio con el que cuenta.

El ambiente se torna denso, lleno de feromonas de alfa, la baja temperatura que había ya es historias y tal parece que me encuentro dentro de un volcán a punto de erupción. El embriagante aroma de galletas con chispas de chocolate amargo y canela se hace más intenso y mi pobre olfato no se resiste ante él. Jungkook aún me tiene empotrada contra la fina madera, acercándome más a él y siendo inconsciente de sí empieza a rozar nuestras partes íntimas cubiertas por la escasa ropa de dormir.

La fricción hace que cada poro de mi cuerpo se caliente y le sumo al hecho que ya me encuentro en el período de apareamiento. Intento alejarlo de mí, pero se me es imposible, su fuerza y tamaño me duplica, él bruscamente entierra su nariz en mi cuello haciendo chocar su respiración con la piel del lugar, quiero gritar por ayuda, que me saquen de aquí, sin embargo, todo se va al demonio cuando al sentir las falsas embestidas que Jungkook de manera errática comienza.

── ¡Jungkook, para! ── si seguimos así no aseguro mi castidad para la mañana siguiente y no pienso perderla con él a pesar de ser mi mate.

── ¡No!, ¡Mía! ── me gruñe en protesta y por intuición enfocó mi nublada vista en sus ojos, rojos.

¡Maldición!

El desquiciado de Jeon está en celo, o no sé qué más pensar. Ese brillo en sus ojos, el tono de su voz, la presencia de su lobo sin sensatez, el calor elevado de su cuerpo y el lívido por las nubes, no hay otra cosa más que se le atribuya que no sea el celo. Y en estos momentos maldigo desde mi padre hasta ese beta flacucho que me obligaron compartir lecho con él para dizque calor, ahora estaba encerrada con un alfa cegado por el celo y con un solo y claro objetivo, hacerme suya.

Sus fuertes y firmes manos me agarran por mis caderas y me lanzan contra el colchón donde horas antes dormía sin imaginarme esta catástrofe, en efecto mi cuerpo rebota como pelota de pin pon al ser aventada contra la red. De piernas abiertas y con una mirada lujuriosa encima de mí, soy tomada por mis tobillos mientras él me jala hasta estar encima de mi cuerpo y con él entre mis piernas una vez más.

── Jungkook, no jodas, en serio. Ninguno de los dos quiere hacer esta estupidez, quítate de encima.

Me lanza una risa nasal y niega con la cabeza divertido, como si esto fuera un chiste ── Está más que claro que muero por hacerte mía por primera vez y en cuanto a ti el lubricante que emerge a borbotones de tu entrada me confirma que compartimos el mismo deseo.

Se encuentra fuera de sí, sin duda alguna, es como si fuera otra persona, ni el pulgoso de lobo tenía esa actitud. El celo nubla su juicio y solamente buscará su liberación, marcar y anudar a su pareja. Aunque lo de la marca ya es un terrible hecho tatuado en mi cuello, pero no quiero ni a jodidas follar con él y mucho menos que anude dentro de mí. Que se busque a una de sus prostitutas para pasar el puñetero celo porque yo no pienso ceder de ninguna manera.

Aún recuerdo como pasó su primer celo con Ji Eun o por lo menos eso ella se encargó de alardear por toda la manada. Nada más le faltaba un cartel enorme que dijera "Soy la próxima luna" y solo por el simple hecho de abrirle las piernas al inepto del sucesor al mando. Sí, que se vaya a buscarla a ella.

── ¡Ayuda! ¡Suéltame, cabrón...! ── su mano derecha cubrió mi boca impidiéndome emitir sonido alguno.

¡Genial! Iba a ser violada por mi propio mate y nadie vendría a mi rescate. De sus uñas empezaron a emerger garras que no dudaron en romper mi pijama favorito, dejando al descubierto parte de mi brasier, el cual no dura mucho que digamos en el juego. Despojada de mi ropa superior, intentó tapar mi desnudo busto, pero él gruñe nuevamente y aparta mis manos posicionándolas por encima de mi cabeza.

Dios, ¡¿Acaso no hay una jodida persona en toda la mansión?!

── ¡Mmm! ── mis bufidos se escuchan peor que un rinoceronte en plena sabana.

Me retuerzo como si mi vida dependiera de eso, bueno, por lo menos mi virginidad, que cuelga de un hilo. Su mano por fin se desprenden del lugar dejándome boquear en busca de aire, se vuelve un patético esfuerzo en busca de oxígeno cuando sus labios se incrustan en los míos dando paso a un beso muy diferente del primero que nos dimos. Rudo, salvaje, tosco, cuanto sinónimo neandertal puedan encontrar en un diccionario. Su ávida lengua invade mi cavidad invitándome a seguirle el incesante ritmo. En estos momentos pensar en cualquier estupidez es mi mejor opción para no caer en la tentativa.

── ¡Por la Diosa! ── la puerta es abierta tras varios empujones y los alaridos del beta flacucho me hacen reaccionar rompiendo el beso.

── ¡Jeon Jungkook!, saca las manos de encima de mi hija.── ¡Oh padre, bonito momento para llegar!

Byul, mi querida amiga, hermana del sujeto, hace también su estelar aparición antes de que mi padre degollara al perro sarnoso y termina por clavarle varias agujas de plata en la zona del cuello. Mis ojos se abren por inercia y algo dentro de mí se remueve al pensar lo peor ¡¿Por qué diablos Byul hizo eso?!

Sí, lo quiero muerto, pero no literalmente y menos encima de mí mientras estoy casi desnuda.

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