13. ᴛᴇ ʜᴇ ᴇxᴛʀᴀñᴀᴅᴏ
│Clan Jeon verano│
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│Jeon Jungkook│
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Después de leer lo suficientemente para que mi cabeza tuviera una catarsis llena de teorías decidí dejar de leer y buscar posteriormente más información con un experto en el tema Kim Nam Joon era un alfa de alto de rango en la manada Kim, él era el segundo de los tres hermanos Kim y la deshonra de su familia, según ellos, y gran parte de la manada coincidía en el mismo criterio, era un total desperdicio que un alfa con tales habilidades decidiera brindar servicios en la biblioteca central de la manada en vez de alistarse a las filas de soldados defensores de los nuestros. Un alfa vegetariano, amante de la lectura, el reciclaje y los paseos en bicicleta.
Pero sin duda alguna si busco a alguien que me pueda orientar en temas literarios, Kim Nam Joon es el hombre que busco. Me llevé el pesado libro conmigo, luego me dispondría a darle otra ojeada, mis pies se dirigieron a la salida del local pudiendo recibir el fresco aire de la noche calando mis huesos, la alta temperatura que emanaba mi cuerpo de alfa hacía que la gélida brisa fuera apenas perceptible, una vez más mis pensamientos fueron a parar a mi pequeña omega preguntándome si ¿Llegó bien a casa? ¿Si su menudo cuerpo tirita por su condición de omega?, o ¿En cuántas mantas de felpa con estampado de unicornio debe estar envuelta en estos momentos?
Eso último hizo que de las comisuras mis labios tirarán de una pequeña sonrisa. Mi omega es muy tierna, jodidamente tierna aunque le guste aparentar lo contrario. Sé que debo darle espacio y por eso reúno fuerzas de donde no las hay para no seguir el curso de mis pies y terminar yendo a donde está. Llego en cuestiones de minutos a la mansión Jeon, la casa principal del líder de la manada, veo las luces apagadas, lo que me hace pensar que el personal de servicio ya se retiró, mi padre lo más probable es que se haya encerrado en su oficina intentando desmantelar a todo culpable en el caso de la omega muerta en el bosque, y mi pesada y hedionda hermana Byul debe hallarse en el quinto sueño.
Intento entrar sin hacer el menor ruido posible hasta llegar a mi pieza, dejo el libro encima de mi escritorio y sin quitarme la ropa mi pesado cuerpo cae entre las almohadas de la amplia cama. Hoy fue un día agotador y lleno sensaciones nuevas. Mis párpados luchan por mantenerse en pie hasta que terminan cediendo ante el sueño.
│Clan Cha verano│
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Bajo la luz de la luna en las penumbras de la noche, Joe, el lobo de Jungkook, tomó posesión del cuerpo de este, controlándolo a su antojo, haciendo que una fuerza mayor que la del chico de cabellera azabache logrará poner en pie el pesado cuerpo de alfa. Actuando como una marioneta tirada por los hilos de su lobo, Jeon Jungkook se encaminó hacia donde su corazón le pedía a gritos ir hace horas atrás.
El reflejo de luz de los faroles en la calle se reflejaban en los orbes rojos del alfa, un claro indicio de que estaba su lobo más que presente. Llegar al clan Cha no se le dificultó al lobo de antaño, cada sendero y piedra del camino estaba grabado en su mente, mucho menos requirió de un gran esfuerzo para escalar la pared lateral de la casa de su mate y llegar hasta su ventana como todo un buen Romeo, pero su Julieta digamos que no lo esperaría con los brazos abiertos.
── ¡¿Se puede saber qué jodidos haces aquí?! ── unos hermosos gritos que se pudieran comparar con graznidos salieron de la boca de su amada.
Joe solo pudo sonreír, ante eso la parte humana de su mate era muy terca y aún no lo aceptaba, y cómo no después de como la trato en el pasado, sería un logro difícil de alcanzar que ella lo mirará con amor en vez de odio, pero él no se rendiría. Eso jamás.
── Quería verte, necesitaba verte ── el tono grave de su voz lo delató dándose cuenta Kira de que se trataba del lobo de Jungkook en vez de él.
Había pasado relativamente poco tiempo desde que ambas almas se reencontraron, pero como había dicho Joe ya era una necesidad verse, la marca obligaba a ambos depender uno del otro y Keisha y Joe morían por hablar una vez más. Anhelaban volver a esos tiempos en los que sus cuerpos se fundían en uno solo bajo la luz de la luna, extrañaban esos Te amo que se dedicaban con la mirada cuando nadie los veía, el roce de sus manos al caminar juntos y ese leve impulso que hacía que uno le tomase la mano al otro. La cercanía, el calor, la paz, la sensación de seguridad y plenitud. No era un deseo, era una necesidad.
Kira chasqueo la lengua ante sus falsas palabras, por lo menos para ella ── Joe, ¿No?, ¿Qué te sucedió? ¿Acaso ya se te pasó la rabia?. Que recuerde hasta el otro día no querías a nadie respirando el mismo aire que tú, en especial a mí, de eso te encargaste muy bien.
── Las cosas no son as... ── la omega levanto su mano derecha impidiendo que este siguiera su atropellamiento de escusas.
── Pero ¿Sabes qué?. No me importa el pasado sino el presente, y como la sinvergüenza de mi loba no me quiere dar la cara, te tendré que recriminar a ti lobo sarnoso por esto que me hiciste ── Kira escupió las palabras con odio y con un delicado movimiento de manos aparto su pelo de su cuello dejando ver la reciente marca de unión.
── ¿Podrías ser razonable por una maldita vez en tu vida?. Nos rechazaste, ibas a morir... íbamos a morir ── los pies del alfa avanzaron por el suelo de la habitación hasta estar a un paso de la cama de la omega.
── ¡¿Crees que no sé las consecuencias de un rechazo?! ¡¿Crees que me importó o me importa ahora?! ¡No me importa morir, lo hubiese preferido y si te rechacé fue por algo, no quiero vivir una vida entera encadena a ti!
── Quiero hablar con Keisha ── pronunció entre dientes con la poca paciencia que le quedaba en su ser.
── ¡Que bien!, ¡Suerte con eso! Porque a mí no me responde. Lárgate de mi habitación alfa mugriento.
── No lo haré ── su voz denotaba determinación y sus pies parecían haber sido fundidos en el suelo.
── ¡Te dije que te marcharas! ── la omega se puso en pie despojándose de sus cómodos edredones y haciendo el patético intento de desplazar con su fuerza a un alfa que le doblaba en peso y tamaño.
── Para Kira, te harás daño ── un fallido empuje hizo que la castaña tropezara con sus pies a expensas de recibir una estrepitosa caída en el suelo.
La caída nunca llegó, el alfa la sostuvo de su cintura y luego la tomó de su muñeca halándola hasta hacerla chocar con su fuerte pecho. Sus miradas coincidieron en un mismo plano haciendo que el pulso de ambos se descompensará. Él miró sus labios, tan regordetes y carnosos que a cualquiera se le antojaba morderlos de nada más verlos, el frío hacía que sus mejillas y nariz tuvieran un tono rosado hermoso y el rojizo color natural de sus belfos lo incitaban una vez a querer probar de ese fruto tan anhelado.
Una de las cosas más características de un licántropo es que se mueven por sus más primitivos instintos, los deseos más anhelados de su alma. Y Joe no lo metido dos veces cuando tomó la decisión de acortar la distancia de ambos. Sus labios se rozaron haciendo que una pequeña onda eléctrica circulará por sus cuerpos. La caliente respiración de ambos se entremezcló y después de tantos años ambos amantes volvieron a sellar su amor fundiendo sus bocas en una sola.
Los tibios belfos de Jungkook acogieron a los gélidos labios de Kira. Un beso pausado, calmado, lleno de amor y ternura. Cargado de sentimientos que con palabras eran imposibles de expresar, dicen que cuando las acciones valen por sí solas las palabras vienen sobrando. Joe le cedió el control a Jungkook haciéndolo despertar de la mejor manera posible, ya no estaría tan enfadado con él, no después de ver como Kira, su linda y pequeña omega, le correspondía ese beso.
Sus labios se separaron y él junto sus frentes. Las palabras emergen solas cuando ya han sido mucho tiempo reservadas ── Te he extrañado.
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Después de un siglo heme aquí actualizando, aprovecharé el poco tiempo que da la escuela de descanso hasta enero y actualizaré con más frecuencia.
¡Primer beso de Jungkook y Kira!
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Continuará...
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