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𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐍𝐄𝐒𝐒 ➛「𝒉𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔」

𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐍𝐄𝐒𝐒
for ʜᴏɢᴡᴀʀᴛs

ÉTIENNE LAMBERT

i think he did it, but i just can't prove it
i think he did it, but i just can't prove it
no, no body, no crime
but i ain't letting up until the day i die

• 17 • ravenclaw • bisexual • he/him •

Las memorias más felices que Étienne atesora siempre tienen que ver con las consecuencias de escapar de la muerte por los pelos.

La primera vez que lo hizo fue en su nacimiento, siguiendo por pocos días a la muerte de su hermano mayor. Su madre lo consideró un mal augurio desde el principio, pero quiso disfrutar de su ahora único hijo todo lo que pudo.

Su niñez la pasó en un pueblo pequeño cercano a Marsella, en Francia. Creció sabiendo el poder que poseía, porque sus padres se encargaron de hacérselo saber.

Por las noches había historias susurradas sobre varitas mágicas, ranas de chocolate y colegios de hechicería.

Cualquier niño simplemente se lo hubiera creído, pero desde muy pronto en su vida Étienne encontró la necesidad imperiosa de cuestionar todo. ¿Por qué se creería que existían esas fantasías si no lo comprobaba por sí mismo?

Cuando le expresó las dudas a sus padres, ellos solo le revolvieron el cabello y le mostraron un Patronus en la privacidad de su cuarto. Una nutria, que salió de la varita de su madre, pareció nadar por toda la habitación como una prueba viva de que los cuentos eran ciertos.

Desde entonces, Étienne expresó una voracidad por el conocimiento sobre ese mundo mágico que aún permanecía tan oculto para él. Leyó libros y más libros en busca de todas las respuestas que necesitaba.

Cuando el ambiente académico de Beauxbatons inundó sus sentidos, el francés entendió que eso era todo lo que quería y más.

Se esforzó por sacar notas espectaculares, encontrándose lamentablemente con que aquello ocasionaba más burlas que amigos. Al final, el chico rechazaba todos los planes por estar día y noche con la cabeza metida en los libros de la biblioteca.

Los primeros años fueron solitarios, algo a lo que tendría que acostumbrarse más tarde.

Todos los veranos volvía a su casa, encontrando a su madre haciendo bizcochos o a su padre leyendo el Profeta con tranquilidad.

El verano de su sexto año, se encontró con una sorpresa en su propio hogar. No fue una fiesta, ni una comida copiosa comprada con el dinero que sus padres poseían por herencia.

Lo que encontró fue una reunión que jamás debería haber escuchado. Escondido tras una puerta, en absoluto silencio, había escuchado una conversación inquietante sobre la pureza de la sangre de los magos, Lord Voldemort y una guerra en camino.

Poco ajeno a esos asuntos por los rumores e historias de terror que corrían por el colegio sobre ello, el chico escuchó. Siempre había sido bueno en ello, mucho más en callar que en hablar.

Sus padres hablaron de los aurores, de cómo pronto vendrían a por ellos y de que repartirse entre el terreno seguro  para los magos de pura sangre era imperioso si querían sobrevivir.

A la mañana siguiente, sus padres fingieron una charla con él sobre negocios relacionados con su legado de elementos para la fabricación de varitas. Hablaron de trabajar con Ollivanders, como si él no supiera lo que había escuchado la noche anterior.

Un par de días después, Étienne tenía una carta de Hogwarts en mano y el permiso de ser estudiante de intercambio y graduarse allí.

Lo más extraño no fue el cambio de colegio, fue saber que tras ellos venía alguien.

Lo supo en cuanto llegaron a su nuevo hogar en Londres, lo supo en cuanto sus padres le acompañaron al andén 9 y tres cuartos, lo supo en cuanto contempló a una figura de ropa elegante seguirles como si fueran una presa a punto de ser devorada.

La tensión de la guerra parecía crecer en ese primer verano en Escocia, antes de su séptimo año, pero el chico trataba de esquivarla como podía mientras intentaba averiguar más y más de los llamados mortífagos, que era lo que creía que eran sus padres.

Al final, a la conclusión que llegó fue que tan solo podían ser descritos como traidores.

Al menos esta vez se encontró a sí mismo haciendo amigos los primeros días en el instituto, quizá por el extraño hecho de venir de Beauxbatons y ser nuevo en el lugar justo un año antes de terminar su educación.

Las cosas estaban yendo bien, hasta que hace unos días una noticia le fue entregada de mano del propio Dumbledore y los profesores.

Sus padres habían pedido que volviera a casa con urgencia por una noche. Habiendo sido escogido para Ravenclaw por el Sombrero Seleccionador, Étienne podía dimensionar qué estaba ocurriendo.

La figura, la muerte, estaba tocando a su puerta y esta vez no le brindaría una experiencia positiva, como había sido cambiar el ambiente solitario de Beauxbatons por el acogedor de Hogwarts.

Esa noche, habiendo llegado allí gracias al instituto, sus padres le agarraron de los hombros y le advirtieron de que debía tener cuidado y de que era urgente que supiera que...

Ninguno de los dos terminó la frase cuando uno de los maestros que le habían llevado hasta allí dio la voz de alarma y le sacó de la casa con rapidez

La causa de la muerte que le comunicaron unos días después fueron dos Aveda Kedavra, que resonaron en la sala e hicieron que sus padres cayeran fulminados en el salón.

Lo último que había podido contemplar antes de que le sacaran de allí fue un símbolo en la túnica del atacante. Uno que le identificaba como auror.

Sus padres habían sido descubiertos, pero las cosas no cuadraban en la mente maltrecha de Étienne.

De pronto las palabras del Sombrero Seleccionador cobraron sentido.

Uno de esos casos que repite lo que salió mal una y otra vez en su mente hasta que halla la respuesta. Inteligente, lo suficiente como para planear y pensar fuera de lo común. Un Ravenclaw, lo reconocería con los ojos cerrados.

Su mente iba a toca máquina, sentado en el despacho de Dumbledore con papeles en la mano y mirada analítica clavada en el escritorio.

Habían huido de Francia de forma precipitada por los aurores persiguiendo a mortífagos como sus padres, habían llegado hasta allí a salvo y haciendo trámites en el Ministerio, seguros de que nadie sospechaba. Aún así, la figura desconocida les llevaba siguiendo desde que llegaron a Londres. Podrían haberles matado mil veces, ¿por qué ahora y no antes? Alguien debía haberles delatado como mortífagos frente a los aurores y debía haber conseguido pruebas suficientes como para corromper a un trabajador del Ministerio de Magia lo suficiente como para cometer esa brutalidad.

Nadie sabía en el exterior que sus padres eran mortífagos, así que eso significaba que sus progenitores habían hecho algo para que su propio círculo los expusiera a ese peligro e importaba lo suficiente como para que un auror se inmiscuyera.

Cuando Étienne se despidió de Dumbledore aquella tarde, lo hizo con el objetivo claro de buscar las piezas faltantes al rompecabezas.

¿Quién era ese auror?
¿Quién les había traicionado?
¿Por qué lo habían hecho?
Y lo más importante, ¿le estaban persiguiendo a él también tras haber sido salvado?

Muchas preguntas sin responder y poco tiempo que perder, o eso opinó el francés mientras pegaba las cartas a su pecho para evitar enseñar su mano.

Ganaba en estrategia si nadie sabía nada de la muerte de sus padres y todo continuaba normal. El caso no había salido ni en noticias por petición suya.

Era cuestión de tiempo tener alguna pista, algún comportamiento extraño de alguien que supiera qué estaba pasando. Mientras tanto, solo tenía que lidiar con ello.

Después de todo, había sospechado desde esa primera reunión que sus padres no estaban seguros y nunca lo estarían. Admitirlo lo había hecho más fácil y objetivamente sabía que no tenía tiempo para morirse de tristeza.

Simplemente no tenía tiempo, el reloj corría en su contra.

Étienne es un muchacho paciente antes de todo, con una faceta agradable que aparece tras rascar un poco la superficie.

En general expresa su cariño de formas algo más irónicas o cínicas que cariñosas, pero eso no significa que no lo sienta. Le gusta, de vez en cuándo, consentir a las personas y decirles que las quiere.

Es leal a la gente que le demuestra lo mismo y se considera una persona lista pero tampoco extremadamente desconfiada por ello. Cree que aún hay personas buenas a pesar de todo, solo que es reservado con quien estima que lo es.

Cuando estuvo saliendo con un par de chicas se encontró a sí mismo buscando tiempo de calidad con ellas y simplemente disfrutando de pasar un rato juntos, incluso si es en silencio.

➥ Suele sacar buenas notas en todo, aunque su asignatura favorita es, sin duda, Pociones. Le gusta la tranquilidad de experimentar o seguir un protocolo cuando no se siente con ganas de algo nuevo.

➥ Su Patronus es un cuervo, aunque últimamente no piensa ni en intentar conjurarlo. Siente que encontrar un recuerdo muy, muy feliz que le llene es complicado.

➥ Su varita es de madera de cedro, con núcleo de pelo de cola de unicorcio.

➥ Tiene como mascota una lechuza llamada Dupont. Es la que le trae y lleva cartas.

( s-scema )

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