𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐑𝐓𝐈𝐂𝐈𝐀𝐍
for ɢʀɪsʜᴀᴠᴇʀsᴇ

MIKHAIL JANSEN

❝ when all that you have is turning stale and it's cold
oh, you no longer feel when your heart's turned to gold❞

・❥・NOMBRE.

Su nombre es Mikhail Jansen. Usa Mika como sobrenombre, aunque solo se lo permite a la gente en la que confía, que no son muchos.

・❥・EDAD.

Tiene veinticuatro años actualmente.

・❥・TRABAJO.

Pragmático como es, Mikhail pronto aprendió que en una ciudad como Ketterdam necesitas ser más listo que otras personas para poder sobrevivir y hacerte un nombre reconocido. Fue por eso que solo le tomó unos cuantos vistazos para encontrar a la estrella del show en la ciudad... La muerte.

La gente muere todo el tiempo, especialmente en el Barril, donde los tiroteos y apuñalamientos son cosa de cada día. Justo por eso, Mika se encarga de dar un entierro o una cremación decente a todo aquel que tenga suficiente kruge que brindarle.

Siempre que el muerto esté realmente muerto, acepta a cualquiera sin preguntas. Eso sí, más te vale pagarle o quien tendrá el bisturí clavado al final del día serás tú.

・❥・HISTORIA.

Mikhail fue criado en las peores partes de Ketterdam, rodeado de ladonres, rufianes y asesinos. Su madre era un pobre alma que terminó en manos de la Casa de Placeres de la Rosa Blanca.

Tras quedarse embarazada por un cliente que Mikhail aún hoy desconoce, Marjolein trató de disimularlo para no perder su trabajo. Era terrible, pero un trabajo al fin y al cabo. Después de un tiempo, se probó ser imposible. En el momento en que el embarazo comenzó a notarse, fue echada sin piedad.

Con nada más que su nombre y la necesidad de sobrevivir, Marjolein tuvo que robar, apostar y seducir para sobrevivir y darle una vida a su hijo. Más confiada de que lo lograrían, tiró hacia adelante con una fuerza envidiable.

Mikhail no creció con muchas cosas. Nadie en esa parte de Ketterdam lo hacía. Fue criado con una sola cosa en su mente: evita la muerte, vive para ver otro día. Ese era el mantra y aún lo es para Mikhail, aunque en su línea de trabajo lo primero es algo complicado.

Todo funcionó de forma fluida por años, hasta que Marjolein enfermó. Primero era algo de tos, después la fiebre y, después de unas semanas sin un medik, falleció. Mikhail había probado ya absolutamente todo para salvarla. Desde rogar de rodillas hasta llorar por un medik, pero sin nada de kruge encima después de comprar comida, nadie pestañeó. Incluso con la desesperación en su rostro, la muerte ganó la lucha y la avaricia le enseñó una lección que no olvidaría...

Nada es gratis, nadie es amable si no les devuelves nada a cambio.

No es que no hubiera aprendido eso ya, pero la ira que sintió arrodillado al lado del cuerpo sin vida de su madre sería algo que no olvidaría. Nunca.

Solo en el mundo por primera vez, Mikhail trató de conseguir un buen entierro para su madre, pero sin kruge era inútil. El cuerpo fue tirado en una pila sin nombre con otros tantos y olvidado por todos excepto él.

Dejado atrás y herido, Mikhail siguió adelante como pudo, robando y trabajando como chico de los recados por dos años.

El destino le hizo conocer y hacer amistades con varios caballeros y señoras remarcables. Algunos peligrosos, otros tan normales como él. No importaba siempre que le pagaran.

El propósito era simple. Él no vería su vida terminarse tan pronto como su madre, no si eso dependía en tener dinero o no.

Claro que no era ningún millonario, pero con años trabajando pudo agenciarse una habitación que podía pagar y un empleador fiable. Un viejo medik que pagaba bien por alguien que pudiera recoger materiales de las tiendas por la mañana.

Después de un tiempo, el maldito viejo comenzó a caerle bien. Era estricto y callado, pero dejaba a Mikhail asistirle y ver el proceso de las cosas. Pronto el chico estaba cautivado por esa ciencia tan exacta y tan complicada a la vez que era la medicina.

Ya había visto la muerte y era familiar con bailar con ella día a día, pero esto era diferente. Una pespectiva diferente, al menos.

Era natural. Tenía que pasar. No estaba furioso por ello tampoco, no como cuando le ocurrió a su madre.

Fue como apretar un interruptor y cambiar su perspectiva gracias al viejo necio y sus pacientes. Estaba eufórico cuando sobrevivían, pero solemne cuando no.

Sus pequeñas aventuras con Vandor terminaron cuando el anciano decidió retirarse, dándole una palmada en la espalda y una cantidad de kruge para salir ahí y hacer algo consigo mismo. Un hombre respetable, dijo.

Unos años después, teniendo veinticuatro años y siendo prácticamente un mercenario en términos de para quién trabaja, tal vez no hizo de sí mismo un hombre respetable como tal. Un hombre conocido, seguro.

Con su negocio funcionando prósperamente y la avaricia que una vez odió consumiéndole diariamente, Mikhail repite el mantra cada mañana en frente del espejo...

Sin kruge, a la pila de los olvidados. Así es la vida en Ketterdam.

Después de todo, estaba hecho de luto y avaricia.

・❥・SEXUALIDAD Y PRONOMBRES.

Bisexual.
he/him.

・❥・EXTRAS.

➤ Ha trabajado con los Dime Lions y otras bandas en cuanto a tratar con los cadáveres que al menos tienen algo de importancia para ellos. También tiene un trato con Hell's Gate para hacerles ese mismo servicio también, en pos de evitar plagas y epidemias.
➤ Su propósito es vivir otro día, ganar dinero y... ganar más dinero. Aún así, su vida tiene muy poca compañía y emoción.
➤ Tiene alguna cicatriz en los brazos de cuando aprendió a usar el equipamiento médico.
➤ Su arma predilecta para defenderse son los cuchillos, que son lo más similar a lo que ha manejado, que es un bisturí. Aún así, no es el indicado si lo que buscas es protección. Le da para protegerse a sí mismo y poco más.

( s-scema )