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𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐌𝐏𝐎𝐒𝐓𝐎𝐑 ➛「𝒐𝒏𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒄𝒆」

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐌𝐏𝐎𝐒𝐓𝐎𝐑
for ᴏɴᴇ ᴘɪᴇᴄᴇ

LYNX MCKINNEY

i know, to you, i don't seem very strong
but i assure you before you can find me
i'm gone

❥・NOMBRE.

Su nombre es Lynx McKinney, aunque actualmente por precaución es Hans McKinney.

Su nombre anterior solía ser por el que le conocían como ladronzuelo, así que ahora que es marine para nada le conviene que se sepa.

・❥・EDAD.

Tiene 21 años. Nunca ha celebrado su cumpleaños, así que ni se molesta en tenerlo presente.

・❥・HISTORIA.

La historia de Lynx comienza con una mujer teniendo un bebé en un callejón. Un inicio poco prometedor para una vida que muchos de sus antiguos conocidos dirían que ha sido desperdiciada.

Su madre nunca tuvo mucho. Un trabajo como camarera en un bar de puerto y un sueño. Su gran sueño, que era poder acuñar a su nombre pertenencias valiosas para sacar adelante a su hijo.

Lynx recuerda vagamente su infancia, pero aquello que más le marcó fue pasar de la mano de su madre todos los días frente a una joyería en la plaza de su pueblo. Su madre ponía las manos en el cristal observando un collar de perlas con una esmeralda en el centro. Nada extremadamente lujoso para cualquiera que paseaba por esas calles del barrio rico... Fuera de su alcance para ellos.

Su madre siempre le repetía que algún día tendrían dinero para comprar eso y más. La cabeza rubia de Lynx siempre asentía, creyendo cada palabra.

Los años avanzaron y la rutina siguió tan monótona como siempre. La misma frase, el mismo collar que parecía ser una reliquia del dueño, el mismo sueño.

Cuando Lynx rozó los trece, se dio a la tarea de trabajar junto a su madre lavando platos. Con la afluencia del local, sus manos tenían que ser rápidas y su concentración férrea para que no se le escurriera nada. También aprendió a ocupar poco espacio, a no ser notado en un lugar donde todos parecían prestar atención a cualquier cosa que no fuera él.

Una habilidad que aún considera tremendamente útil.

Pasó tres años trabajando en el restaurante como lavaplatos, dándose cuenta de la cruda realidad... Ni con su sueldo y el de su madre tendrían para comprar esa joya que la mujer tanto quería.

Claro que para entonces ya había comprendido que su madre le señalaba un objetivo inalcanzable porque, aunque ella no se percatara, simplemente era una metáfora... Una forma de prometerle una vida mejor que jamás llegaría. Prometérselo a ambos.

Incluso si era una metáfora, Lynx estaba cansado de no ser nadie y de tener a su madre trabajando día y noche sin tiempo para nada que no fuera eso. Justo por ello, colgó su trapo de lavaplatos y decidió que iba a poner sus rondas de observación a los clientes en uso.

Los robos empezaron de forma inocente. Se colaba en el ropero donde se guardaban los abrigos y buscaba berry en los bolsillos de los comerciantes ricachones. Al principio solo se atrevía a llevarse unas monedas, después de unas semanas ya robaba todo lo que pudiera encontrar.

Poco a poco en el transcurso de ese año, comenzó a volverse más valiente. Hacía lo mismo con el dinero del cambio que dejaban sobre las mesas los vendedores en el mercado. Robaba las propinas del bar y amasaba poco a poco algo de dinero extra que le ofrecía al joyero por ese collar.

Un año después, con diecisiete, se percató de que la bondad de los demás estaba muy sobrevalorada. Cuando fue a pagar un poco más al joyero, este le mencionó que había vendido el collar.

Furioso, Lynx exigió saber a quién. Un ricachón. Siempre eran los putos ricachones.

El señor fue amable de dirigirle con señas a la casa del hombre que se lo había llevado. Dispuesto a recuperar lo que consideraba suyo y más imporante, de su madre, Lynx gastó meses planeando cuándo le quitaría el collar a la esposa del hombre.

El plan fue elaborado. Invitarlos anónimamente al restaurante, pagar por adelantado al dueño por lo que pidieran, asegurarse de que él los atendía, darles demasiado de beber... Poco después tenía a la señorita vomitando en el baño.

Tras ofrecerle un pañuelo y sujetarle el pelo no fue complicado soltar el cierre del collar y meterse la joya en el bolsillo. Horas después, el caos estallaba, la mujer chillaba, su marido amenazaba y él era un poco más rico.

Un poco, creía.

Días después, había una recompensa por encontrar ese collar que valía bastante más de lo que el joyero había estimado... Y no solo eso, había sido robado a un hombre podrido de dinero.

Sabiendo que había sido él, su madre le echó la bronca de su vida y le instó a huir ya que no quería dejar el collar por cabezonería.

Sabiendo que quería ser más que un lavaplatos, Lynx dejó que la codicia le comiera y abrió las alas para irse de su hogar.

Tras partir en un barco a otra ciudad, se dedicó a las estafas y a los robos a tiempo completo, hasta que un retrato aproximado de su rostro estaba puesto con una recompensa. Claro que las descripciones se entremezclaban y el retrato terminaba no señalándole del todo. Un parecido lejano, una nariz totalmente distinta y un cabello ni cercano al suyo.

Aún así, los marines estaban cada vez más cerca de encontrarle y Lynx lo sabía. Justo por eso, decidió honrar el dicho de ten a tus amigos cerca y a tus enemigos mucho más cerca.

Impredecible como siempre, Lynx se unió a la Marina como Hans McKinney. Cadete diligente que a los veintiuno había llegado a soldado raso de primera, todo mientras hacía desaparecer pertenencias valiosas de compañeros, superiores y civiles.

Hasta ahora, al menos. Sus oídos captaron que los marines estaban más cerca que nunca de atrapar a Lynx...

Una confirmación bastante obvia fue cadetes y oficiales registrando su catre y encontrando un colchón cosido y lleno de joyas... Incluyendo un tesoro de tiempo pasado, compuesto de perlas y esmeralda.

Hora de volver a renovarse y reciclarse, ¿no?

・❥・ORIENTACIÓN SEXUAL Y PRONOMBRES.

Bisexual.
he/him.

・❥・EXTRAS.

➤ Puede parecer un muchacho callado en un principio, pero tiene un brillo de picardía muy evidente.
➤ Se le da muy bien la pelea a golpes, igual que los cuchillos. Era lo que más usó en su tiempo robando por las calles, así que se ha acostumbrado a ello. Su entrenamiento como marine solo ha acentuado esos puntos fuertes.
➤ Es rápido de manos y de reflejos, pero en ocasiones puede rozar lo cobarde. Se ha pasado gran parte de su vida reciente siendo alguien que no es, así que mostrarse como su yo anterior es algo que no lleva del todo bien.
➤ Por un tiempo ha llegado a pensar que la Marina podría ser para él, viéndose favorecido ese pensamiento por el favor de sus superiores, que veían en él un oficial con talento y competente.

( anngaly )

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