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➹ Cap. 20

Bonnie había pasado varias cosas en Mystic Falls, el drama y los problemas nunca terminaban. Por esa razón decidió irse por un tiempo corto del lugar donde nació para ir a Nueva Orleans, lugar donde se encontraba su mejor amiga.

Cuando Bonnie llegó al lugar, no tuvo la menor idea a dónde ir ya que no sabía a dónde vivían los Mikaelson, preguntar sería la mejor idea para evitarse tiempo pero no lo hizo ya que dudaba que los originales tuvieran muchos amigos que la pudieran ayudar a encontrarlos.

Cómo no tenía idea a dónde ir, entró a un bar ubicado en el Barrio Francés de Nueva Orleans, Rousseau's, para comer algo antes de buscar nuevamente a los Mikaelson.

─ Hola ─ una rubia se acercó hacía la mesa donde Bonnie estaba sentada ─ ¿qué vas a pedir? ─ preguntó sonriéndole.

Bonnie miró el menú que había en la mesa con rapidez.

─ Hola, quisiera una hamburguesa y una coca cola ─ pidió Bonnie queriendo comer rápido para irse y seguir con su búsqueda.

─ Claro ─ asintió la rubia para luego irse.

Después de unos minutos le trajeron la comida, Bonnie comió en silencio mientras pensaba en lo siguiente qué haría. Una vez que terminó luego de un rato comiendo, fue hacía la barra pagando lo que comió.

─ Perdón por la intromisión, ¿buscas a alguien? ─ preguntó la camarera al verla mirando a todas partes cómo buscando algo o alguien.

─ Si ─ asintió Bonnie.

─ ¿A quién?, puedo ayudarte, conozco a muchos aquí ─ dijo la rubia ─ por cierto, soy Camille O'Connell ─ se presentó.

─ Bonnie Bennett ─ murmuró la morena sonriendo ─ ¿por casualidad conoces a Klaus Mikaelson o a sus hermanos? ─ preguntó.

Bonnie le preguntó solamente porque sabía que la rubia era una humana y dudaba de que ella fuera enemiga de los Mikaelson.

Camille suspiró al escuchar ese nombre ya que lo conocía.

─ Si, lo conozco ─ respondió Camille.

Bonnie se sorprendió al escucharla y a la vez sonrió al saber que no tendría que estar buscando por más tiempo a Klaus en el Barrio Francés.

─ ¿Y sabes dónde vive? ─ preguntó Bonnie.

─ Si, pero no puedo decírtelo ─ Camille frunció su ceño confundida ya que aunque quería decirle, algo dentro de su ser le impedía decirle a Bonnie donde vivía Klaus.

Bonnie hizo una mueca al darse cuenta de que Camille estaba hipnotizada.

«Debí saberlo, Klaus siendo Klaus». Pensó Bonnie rodando sus ojos por la paranoia de Klaus para que los demás no supieran a dónde vivía.

─ Pero sé dónde puedes encontrarlo ─ dijo Camille de repente.

─ ¿Dónde? ─ preguntó Bonnie.

Camille anotó una dirección en un papel y luego se lo dió a Bonnie.

─ Aquí ─ señaló Camille dándole el papel.

Bonnie sonrió mirándola.

─ Gracias ─ agradeció la morena.

─ De nada ─ sonrió Camille.

Bonnie no esperó más y se fue del bar con rumbo a la dirección que Camille le dio en el papel.

[...]

Elena estaba sentada en la sala de la mansión en silencio leyendo un libro que Elijah le había prestado para no aburrirse tanto, dejó de leerlo cuando Rebeka se acercó a ella con muchas manzanas en un recipiente.

─ Toma, come algo que no sea sangre para alimentar al demonio ─ dijo la original.

Elena dejó a un lado el libro mirándola con reproche al escucharla, aunque ella no fuera fan de Klaus, no consideraba a su hija de esa manera.

─ Agradecería mucho que no le llamarás así, es una bebé ─ murmuró Elena tomando una manzana del recipiente.

Rebekah levantó sus cejas al escucharla, dejó el recipiente con manzanas en la mesa después que Elena tomará una.

─ ¿Y cómo les digo? ─ preguntó Rebekah sentándose.

─ No lo sé, pero no le digas demonio ─ dijo Elena ─ Klaus le dice lobita.

Rebekah sonrió de lado.

─ Es gracioso.

─ ¿Qué cosa? ─ preguntó el doppelganger.

Rebekah se inclinó un poco en su lugar mientras la miraba.

─ Pasaste de ser el doppelganger del sacrificio de mí hermano, a su bolsa de sangre para crear a sus híbridos, a ser finalmente la incubadora de su bebé milagroso que tuvo con una licántropo ─ comentó Rebekah.

Elena levantó sus cejas, fingió una sonrisa al escucharla, sin embargo no dijo nada, le había prometido a Elijah no discutir con Rebekah para evitar más problemas con ella.

─ Supongo que Nik te dejará ir o te pondrá en un ataúd después de que tengas a su hija ─ agregó Rebekah.

─ Eso lo dudo, no soy como tú para que me clave una daga cada vez que a él se le da la gana ─ dijo Elena.

─ ¡A mí no me va a volver a clavar ninguna daga más! ─ Rebekah se levantó.

Elena sonrió.

─ Ni tú misma te crees eso ─ dijo Elena.

Rebekah gruñó caminando por la sala sin decir nada, si estaba ahí cuidando a Elena era solamente porque Elijah así se lo había pedido al no estar él ni Klaus ahí.

Elena no pudo evitar sonreír al tocarle una vena sensible a la original, si Rebekah no era amable con ella, ella tampoco lo sería con Rebekah.

Elena quiso llevar la manzana a su boca para darle un mordisco pero se detuvo soltando un quejido al sentir un dolor en su vientre como si le quemará.

Verbena…

«Sophie». Pensó Elena de inmediato asustada.

─ ¿Qué te pasa? ─ preguntó Rebekah al verla diferente.

Elena llevó sus manos a su vientre con dolor en ese momento.

─ Verbena ─ gruñó Elena al sentir un terrible dolor dentro de su vientre ─ sentí como una punzada y luego mucho ardor, es verbena estoy segura ─ le dijo.

Rebekah se asustó un poco al escucharla ya que eso no era algo bueno, inmediatamente supo que a Sophie le hicieron algo malo.

─ Trata de no morir mientras estés a mi cargo, porque mis hermanos serán un dolor de cabeza ─ dijo Rebekah.

Elena se levantó con un poco de dificultad del asiento y luego entrecerró sus ojos al escucharla decir eso.

─ Sabes, cuando te conocí creí que eras una real perra ─ soltó Elena.

Rebekah levantó sus cejas mientras formaba una sonrisa en sus labios.

─ ¿Por qué cambiaste de opinión? ─ preguntó la original.

─ No lo hice, aún sigo creyendo que eres una perra ─ dijo Elena.

Rebekah se rió por sus palabras antes de blanquear sus ojos y ayudarla a ir a una habitación para que se recostara.

─ No me siento bien ─ Elena le dijo ─ creo que también me inyectaron acónito ─ gruñó por el fuerte dolor.

Rebekah la recostó en la cama y luego sacó su teléfono con rapidez.

─ Hay un problema ─ dijo Rebekah hacía el otro lado de la línea una vez que Klaus le respondió ─ es Elena, busca a Sophie, al parecer le inyectaron verbena y acónito ─ comentó dándole una mirada a Elena quién estaba en la cama ─ sí, ella está mal.

Una vez que cortó la conversación telefónica con su hermano, Rebekah se acercó a Elena poniendo una de sus manos en su frente al verla sudando.

─ Tienes fiebre ─ dijo Rebekah.

Elena soltó un quejido al sentir arder todo su ser por dentro.

«¿Por qué siempre le pasaba a ella todas las cosas malas?» pensó Elena maldiciendo a todos.

─ Deja de quejarte tanto ─ murmuró la original.

─ ¿Ya te dije que eras una perra? ─ preguntó Elena mirándola luego de escucharla.

─ Si, varias veces, y para que sepas, tú también eres una perra ─ dijo Rebekah.

Elena gruñó con dolor.

─ Eres una perra ─ repitió Elena soltando un quejido.

Rebekah no le tomó mucha atención a sus palabras, fue con rapidez al baño y luego volvió nuevamente a la habitación con un paño mojado y lo puso en la frente de Elena.

─ Mi sobrina te cuidará, no te preocupes ─ susurró Rebekah.

─ Siento como si todo estuviera ardiendo dentro de mí ─ dijo Elena.

Rebekah tocó de nuevo su frente, la miró con preocupación nuevamente al ver que seguía con temperatura alta.

Por la puerta no tardó en entrar Elijah junto a Sophie llamando la atención de las dos vampiras ahí.

─ ¿Qué rayos hace ella aquí? ─ gruñó Rebekah mirando a Sophie.

─ Nos ayudará ─ aseguró Elijah.

─ Por su culpa Elena está mal, debemos romper el vínculo rápido ─ dijo la original.

─ Estamos en eso ─ mencionó Elijah.

Sophie miró a Elena en la cama. Luego a Rebekah.

─ Ayudaré a bajarle la fiebre, haré una lista con las cosas que necesito ─ dijo Sophie.

Rebekah observó a Elijah quién asintió para que su hermana obedeciera.

─ Bien, me encanta ser la sirvienta ─ gruñó Rebekah saliendo de mala gana de la habitación.

[...]

Elena se quejó apretando la mano de Elijah con fuerza.

─ Ésto es horrible ─ dijo Elena.

─ Lo sé, Sophie dijo que le inyectaron verbena y acónito, no tardará mucho en esparcirse en tu interior y si eso llegará a pasar… ─ Elijah se detuvo no queriendo decir lo que pasaría.

─ ¿La bebé muere, cierto? ─ preguntó Elena asustada.

─ Eso no pasará ─ aseguró Elijah intentando ser positivo y creer que Davina rompería el vínculo antes de que eso sucediera.

─ Claro que no pasará ─ dijo Klaus entrando a la habitación junto a Bonnie.

La bruja Bennett quedó sorprendida al ver a Elena en ese estado.

─ ¡Elena! ─ Bonnie fue hacía ella subiéndose en la cama.

Cuando ella encontró a Klaus y éste le dijo que Elena estaba mal, Bonnie nunca imaginó que fuera tanto.

─ Bonnie ─ susurró Elena al verla.

Por un momento Elena llegó a pensar que estaba alucinando por causa de la fiebre que tenía.

─ Después se abrazan por el lindo reencuentro pero ahora lo importante es romper el vínculo ─ dijo Klaus.

Bonnie asintió. Sabía que Klaus dijo eso al ser ella una bruja que podía romper el vínculo.

─ Puedo hacerlo ─ aseguró Bonnie saliendo de la cama.

Los dos originales se miraron mutuamente al escucharla.

¡CAPÍTULO 20!

Hola, aquí les dejo una nueva actualización. Espero que les guste.

Bonnie salió de guatemala y entró a guatepeor.

Si Mystic Falls fue un dolor de cabeza para Bonnie en los últimos días, Nueva Orleans será peor con tantos dramas.

Las mejores amistades empezaron con peleas, Rebekah y Elena no será la excepción.

Aún siguen las peleas entre las dos, indirectas van e indirectas vienen por partes de las dos.

Bonnie llegó justo a tiempo con Klaus para ayudar a Elena.

¿Qué les pareció?

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