Elena sabía que no era normal para un vampiro enfermarse entonces, ¿Por qué ella lo estaba?.

Los vómitos, el sueño pesado y los mareos no eran normales.

Sino hubiera sido una vampira, Elena pensaría que estaba embarazada algo que era ilógico en su situación vampirica.

Había pedido la esperanza de tener un hijo y ser madre cuando se convirtió en vampira.

A pesar de todos, Elena sospechaba que algo realmente raro le estaba pensando.

No le había comentado nada a Stefan y a Damon sobre eso porque sabía que se preocuparían por ella.

Sin embargo un día cuando escucho pequeños latidos provenir de su vientre se asustó y lo único que pensó fue hablar con su amiga Bonnie para que verificará lo que estaba pensando.

─ Estás embarazada ─ confirmó Bonnie mirándola ─ Elena, realmente estás embarazada.

La cara de la Bennett era todo un poema, Elena no la podía culpar porque ella estaba exactamente igual.

Las dos se miraron mutuamente en shock, Elena no podía dar crédito a tal cosa aunque incluso pudiera escuchar los latidos de un corazón en su vientre.

«No puede ser cierto». Pensó, «¿Cómo podía ser posible?», Ella no había estado con nadie en meses y además era una vampira y los vampiros no procreaban.

─ ¿Cómo puede ser posible? ─ la voz de Bonnie sacó de sus pensamientos a Elena.

El doppelganger la miró sin saber que decir realmente.

─ No lo sé ─ susurró Elena ─ Bonnie esto no puede ser cierto.

─ Ya verifique varias veces Elena, además tu dices que escuchas un latido de un corazón dentro de ti ─ dijo Bonnie tomando asiento mientras procesaba todo.

Elena llevo sus manos a su vientre que había dejado de ser plano hace unos días.

─ No he estado con nadie en meses… ─ murmuró Elena.

El doppelganger no había estado tan confundida y sorprendida en su vida como en esos momentos.

─ Y eres una vampira, es imposible que esto pasará ─ corto Bonnie ─ debe haber una gran explicación para esto.

Las dos se quedaron en silencio procesando todo lo que habían descubierto en los últimos minutos.

─ ¿Damon y Stefan saben de esto? ─ preguntó Bonnie luego de un rato.

Elena negó.

─ No ─ respondió ─ ¿Cómo diablos puedo explicarles esto? ─ preguntó Elena.

Bonnie se levantó del asiento donde anteriormente estaba.

─ Si quieres les diré yo ─ propuso. Elena asistió con agradecimiento ─ bien, entonces iré a la mansión Salvatore ─ avisó la bruja.

Elena caminó por detrás de Bonnie saliendo de la casa de la bruja Bennett.

─ Estaré en mi casa, debo decirle a Jeremy y Alaric ─ informó Elena.

Bonnie asistió.

─ Bien, nos vemos en unos minutos ─ le dijo Bonnie subiéndose a su auto.

Elena observo cuando su amiga se fue alejando cada vez más en su vehículo, soltó un suspiro por todo lo que estaba pasando.

Luego de unos segundos parada pensando a fuera de la casa de Bonnie, Elena caminó hasta su auto pero no pudo llegar hasta el porque un terrible dolor de cabeza la atacó haciéndola caer al suelo.

Lo último que Elena escuchó fue murmurar algo que era como un hechizo y ver dos mujeres delante de ella.

Luego todo se volvió oscuridad a su alrededor y Elena no supo más de lo que pasó después.

[…]

Cuando Elena volvió a ser consiente se dio con la sorpresa de que estaba en un lugar en forma de cueva.

Gruñó al darse cuenta que alguien la había secuestrado.

«¿Por qué mi vida no puede ser normal aunque sea una vez?». Pensó con frustración.

Los pasos de alguien entrando al lugar sacaron de sus pensamientos a Elena.

El doppelganger se dio con una de las chicas que había visto antes de desmayarse.

Era una bruja, Elena lo sabía.

Tenía cabellos marrones al igual que sus ojos y no media más de un metro sesenta y cinco.

─ Veo que ya despertaste ─ mencionó trayendo consigo una bolsa de sangre ─ toma, te hará bien.

Elena tomó con sus manos la bolsa de sangre a pesar de la dificultad que tenía por las caderas con verbena en sus muñecas.

─ ¿Quien eres? ─ preguntó Elena luego de unos segundos.

─ Sophie Deveraux ─ respondió la bruja mirándola ─ tu eres Elena Gilbert el último doppelganger ─ mencionó.

Elena asistió mientras bebía un poco de sangre.

─ ¿Qué hago aquí?, ¿Por qué me secuestraron? ─ Elena volvió a preguntar.

Sophie suspiró agachándose a la altura de Elena.

─ Lo siento, tú no tuviste en nuestros planes pero las cosas no pasaron como las planeamos ─ le dijo Sophie.

Elena frunció su ceño.

─ ¿De qué hablas? ─ Elena estaba cada vez más confundida.

Sophie señaló su estómago poniendo en alerta al doppelganger.

─ El bebé que llevas en tu vientre nos ayudará a mi aquelarre y a mi ─ contó Deveraux.

El doppelganger tragó saliva asustada por ella y el bebé.

─ ¿Cómo sabes sobre el bebé?.

Sophie sonrió.

─ Mi hermana y yo pusimos ese bebé en tu vientre Elena, no tuvimos opción después que Hayley muriera, la única que podría resistir llevarlo dentro suyo era alguien fuerte, un doppelganger era lo suficientemente fuerte ─ explicó Sophie ─ lamentó que estes involucrada en todo esto pero no daré marcha atrás.

Elena estaba en shock al escuchar hablar a la bruja. En esos momentos tuvo sentido su embarazo.

A pesar de saber ahora porque tenía un bebé milagroso en su vientre aún tenía varias preguntas en su mente.

─ ¿De quién es este bebé? ─ se atrevió a preguntar Elena.

Elena sentía por alguna razón que la respuesta no le caería nada bien a ella.

─ De una loba de nombre Hayley Marshall, como anteriormente dije, ella murió ─ le dijo Sophie.

Elena reconoció el nombre por medio de Caroline quien había hablado muchas veces de esa loba y de su relación con Tyler.

Saber que la loba había muerto sin conocer a su bebé le trajo malestar porque ella literalmente tenía a su bebé.

─ El padre del bebé es Klaus Mikaelson, supongo que lo conoces después de todo él te sacrificó para ser un híbrido ─ agregó la bruja.

Elena se atragantó con la sangre que estaba tomando en esos momentos.

El doppelganger miró a Sophie en shock, por un momento creyó que ella estaba bromeando.

«Es imposible». Pensó incapaz de creer que Klaus podía procrear ya que se suponía que era un vampiro.

─ Eso no puede ser posible, él es un vampiro, los vampiros no procrean ─ mencionó desconcertada Elena.

Sophie sonrió de lado.

─ Piensa, le llaman el híbrido, al romper su maldición activo su lado licantropo y eso le permitió lo que su lado vampiro no pudo por mil años ─ aclaró la bruja ─ ese bebé que llevas dentro de ti es el hijo de Klaus.

Elena estaba anonadada por todo lo que escuchaba, definitivamente no espero que tantas cosas le pasaran en un solo día.

─ ¿Qué pretenden con todo esto? ─ se atrevió a preguntar Elena.

─ Ese bebé será la clave para vencer a Marcel, Klaus nos ayudará porque Marcel no permitirá un bebé híbrido en la cuidad ─ le dijo Sophie.

Elena frunció su ceño confundida preguntándose quién rayos era el tal Marcel.

Quiso preguntar más pero Sophie se levantó y se fue cuando una bruja la llamo.

Elena sin más se quedó en el lugar sin poder hacer nada más que ver la pared y pensar.

Por suerte había recuperado sus fuerzas al tomar sangre, sabía que si intentaba huir las brujas le darían de nuevo un dolor de cabeza insoportable y no deseaba eso por lo cuál se mantuvo quieta en el lugar sin intentar irse.

─ Vaya suerte que te cargas Elena ─ susurró con sarcasmo el doppelganger.

No sabía cómo iban a reaccionar sus amigos cuando se enteraran de que estaba embarazada del híbrido.

Por un momento Elena quiso llorar por su mala suerte, de todas las personas del mundo, el bebé que llevaba tenía que ser justamente de su mayor enemigo, Klaus Mikaelson.

¡CAPÍTULO 1!

¿Qué les pareció?,
Quise hacer una historia de estos tres porque me encanta.