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✧Chapter IX: Entonces te conocí

Capítulo dedicado a: lauriux2805 gracias por las fotitos de Jimin y por amar tanto esta historia, corazón♥

Ahora sí, llegamos al final c':
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[...]

En los días siguientes, Yoongi y Taehyung hicieron un esfuerzo por volver a su rutina habitual. Las cosas parecían estar volviendo a la normalidad, lo cual alegraba el corazón del castaño. Había extrañado tanto a su mejor amigo que estar nuevamente a su lado se sentía reconfortante. Sin embargo, una cuestión le impedía disfrutar completamente de la felicidad, y era la distancia que Jungkook había impuesto entre ellos.

Apreciaba profundamente la comprensión que Jungkook mostraba, pero de alguna manera, sentía que era un exceso, especialmente después de esa llamada. Sus interacciones se habían limitado a breves saludos en los pasillos cada que tenían la oportunidad de encontrarse.

Taehyung se resistía a aceptar que algo estaba sucediendo, pero a medida que los días pasaban, finalmente tuvo que enfrentar la realidad de que Jungkook lo estaba evitando. Desconocía la razón detrás de este comportamiento, ya que esto iba más allá de la comprensión que esperaba de su parte. Taehyung sentía una profunda inquietud al respecto, ya que Jungkook había adquirido un papel importante en su vida. Aunque apreciaba el espacio que le estaba dando para resolver las cosas con Yoongi, era algo que nunca había solicitado, en realidad.

Los días transcurrieron y finalmente llegó el día del baile. Mientras se preparaba, Taehyung se dio cuenta de que la idea de asistir ya no le hacia tanta ilusión como antes, incluso si se trataba de ir con Yoongi. Había algo en su interior que le impedía encontrar alegría en ello. En realidad, todo lo que deseaba en ese momento era llorar, ya que la situación se estaba volviendo demasiado abrumadora.

Un par de golpes resonaron en su puerta, y Taehyung aclaró su garganta lo mejor que pudo para tragar el nudo que sentía en ella antes de dar permiso para entrar. Cuando la puerta se abrió, se encontró con su mejor amigo vestido con un traje negro a medida y con un peinado diferente que lo hacía parecer sumamente atractivo.

La mirada de Yoongi se posó en Taehyung mientras terminaba de ajustarse la corbata. Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras se adentraba en la habitación y se acercaba a su mejor amigo.

—Te ves precioso —declaró con honestidad, provocando una leve sonrisa en el rostro del castaño—. ¿Estás listo? —preguntó.

Taehyung se sumió en un breve silencio, porque en ese momento, "listo" era lo último que se sentía. Su corazón continuaba apretándose en su pecho y la inquietud en su estómago parecía intensificarse. A pesar de todo, trató de deshacerse de esos sentimientos negativos mientras asentía hacia su mejor amigo.

—Si, estoy listo.

Yoongi esbozó una sonrisa y extendió su mano, invitando a Taehyung a tomarla. Kim lo observó por un momento antes de aceptar el gesto. Su mejor amigo se volvió con la intención de abandonar la habitación, pero bastaron dos pasos para que Taehyung simplemente no pudiera más.

Cuando Min notó que Taehyung se había quedado paralizado, se giró para mirarlo y se sorprendió al ver sus ojos cristalizados por lágrimas.

—Tae, ¿qué está pasando? ¿Por qué estás llorando? —inquirió con preocupación, acercándose rápidamente para entender lo que estaba sucediendo.

El castaño negó con la cabeza, mientras más lágrimas caían por sus mejillas. —No puedo hacerlo —murmuró con tristeza—. Lo siento, Yoonie, simplemente no puedo.

La expresión en el rostro de Min se llenó de desconcierto, incapaz de comprender la situación ni el significado detrás de las palabras de su mejor amigo.

—¿Qué quieres decir, Tae? —preguntó, esperando desesperadamente una explicación.

Kim inhaló profundamente, soltando con delicadeza la mano de Yoongi, lo que pareció desconcertar completamente al contrario.

—No puedo ir contigo al baile.

El silencio que se instauró entre ellos fue pesado y difícil de procesar, sobre todo para Yoongi, quien luchaba por entender la situación por completo. Sin embargo, tenía que admitir que escuchar a Taehyung decir eso de alguna manera le dolió, aunque no tanto como ver a su mejor amigo tan desconsolado sin saber la razón detrás de sus lágrimas.

—Hay algo que necesitas saber, algo que he guardado en mi corazón durante mucho tiempo, por temor a lo que podría pasar entre nosotros. Pero ya no puedo seguir manteniéndolo en secreto —dijo de repente Taehyung. La seriedad en su tono hizo que Yoongi se sintiera un tanto nervioso; no tenía idea de lo que su mejor amigo quería revelar, pero el hecho de que lo hubiera mantenido oculto por tanto tiempo implicaba que se trataba de algo muy importante.

—¿Qué es?

—Estoy enamorado de ti... —finalmente confesó, provocando que Yoongi abriera los ojos con sorpresa, pues de todas las cosas que había imaginado que Taehyung le diría, esta definitivamente no estaba entre ellas. Su corazón latía con fuerza, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Antes de que pudiera siquiera articular una respuesta, Taehyung continuó: —O al menos lo estaba.

La confusión se reflejó de inmediato en el rostro de Yoongi, visible para Taehyung, quien sintió un peso en su corazón alzarse al liberar finalmente las palabras que había mantenido en silencio durante tanto tiempo.

—No sé en qué momento exacto ocurrió, pero cuando me di cuenta, lo que sentía por ti ya era inmenso. Decidí ocultarlo porque, de alguna manera, siempre supe que no sería correspondido.

—Tae, yo...

—No, está bien, Yoonie —interrumpió Taehyung—. En cierto sentido, lo acepté en algún momento. Me conformaba con estar a tu lado; eso era todo lo que necesitaba. Nunca fui ambicioso en eso. Es por eso que cuando me apartaste por Jimin, sentí cómo mi corazón era destrozado. Pero no te culpo, ya que no tenías forma de saberlo —Taehyung esbozó una sonrisa cargada de pesar—. Estuve tan cegado por todo lo que sentía por ti, que hice cosas que ni siquiera me hubiera imaginado que sería capaz de hacer.

»Como acercarme a Jungkook para pedir su ayuda, porque pensé que de esa manera sería capaz de recuperar tu atención en mi —sonrió sin gracia mientras negaba ligeramente—. ¿Pero sabes qué es lo curioso de todo esto? Que aunque en cierto modo funcionó, llegó un punto en el que dejé de esperar que realmente fuera a funcionar. Porque estar con Jungkook se volvió tan natural y sanador para mí, que ni siquiera me di cuenta que la razón por la que mi corazón se sentía en tanta paz en su presencia es porque me estaba enamorando de él.

Confesar eso en voz alta fue a la vez liberador y abrumador, ya que si bien finalmente logró expresar lo que sentía y se deshizo de un peso que llevaba consigo, también se encontró con una nueva carga emocional.

—Durante todo este tiempo he estado sufriendo por la elección que hiciste, al escoger a Jimin y dejarme a un lado. Jungkook fue quien estuvo conmigo, haciéndome sentir que no estaba solo, sin embargo... estoy haciéndole lo mismo que me hicieron a mí —declaró con pesar, soltando un sollozo mientras las lágrimas se intensificaban, su corazón palpitando con un dolor aún más profundo al pensar en cómo podía estar tratando a Jungkook de esta manera después de todo lo que había hecho por él—. Y ahora me siento jodidamente mal, porque en este momento, todo lo que deseo es ir a ese estúpido baile con él. No quiero hacerle esto, Yoongi. No puedo simplemente dejarlo de lado.

Yoongi lo observó, incapaz de encontrar palabras adecuadas. En ese momento, su corazón se desmoronaba en pedazos. No solo por comprender el daño que había infligido a su mejor amigo a lo largo del tiempo, sino también porque se dio cuenta de que no era el único que había sido cobarde. Para Yoongi, Taehyung significaba absolutamente todo; el mero pensamiento de perderlo le aterraba. Lo cual le llevó a mucho tiempo, al igual que él, ocultar lo que realmente sentía.

Se esforzó por ver en Taehyung únicamente a su mejor amigo, y por eso, cuando creyó sentir algo por Jimin, en cierta forma se sintió aliviado. Pensó que tal vez esos sentimientos por Taehyung finalmente se desvanecerían. A pesar de que lo que experimentaba por Jimin no llegaba ni de cerca a lo que sentía por su mejor amigo, sabía que debía hacer un esfuerzo por intentarlo. Sin embargo, de algún modo, se extravió en ese camino y obtuvo el resultado opuesto al que buscaba. En ese preciso momento, era demasiado tarde. El corazón de Taehyung ya no le pertenecía y su mirada ya no lo buscaba. Además, ya había sido lo suficientemente egoísta, lo que menos quería era revelar sus sentimientos ahora y poner a Taehyung en un dilema aún mayor.

Solamente ansiaba la felicidad de su mejor amigo, sintiendo que ya era hora de hacer algo por él en lugar de causarle más dolor.

—No repitas el mismo error que cometí yo, Taehyungie... —declaró, acercándose al castaño para secar la humedad en su rostro y envolverlo entre sus brazos—. Jungkook no es mi persona favorita en el mundo, ni de mi particular agrado, pero si él te hace feliz, entonces... no lo dejes ir. Porque de lo contrario, terminarás lamentándolo.

Las palabras de su mejor amigo estaban impregnadas de una profundidad emocional que Taehyung no lograba comprender del todo. Sin embargo, en ese momento, era cierto que lo único que le importaba era evitar futuros arrepentimientos.

Abrazó a Yoongi con fuerza, dejando escapar una lágrima antes de esbozar un ligera sonrisa. A pesar de que estar enamorado de él no siempre había sido fácil, Taehyung prefería aferrarse a los buenos momentos que esa experiencia le había brindado. Pero ya era momento de dejar ir, porque ahora su corazón pertenecía a alguien más.

Cuando finalmente se separaron, se miraron intensamente, intercambiando mil palabras y sentimientos de manera tácita, pues aunque solo uno dejó ir por elección propia, ambos compartían la certeza de que esto marcaba el punto final de esa experiencia.

—Te amo, Taehyung. Sin importar las decisiones que tomes, voy a estar a tu lado apoyándote. Y esta... no será la excepción.

El castaño asintió con una amplia sonrisa iluminando su rostro. Para Taehyung, escuchar de Yoongi esas palabras de compromiso incondicional era todo lo que necesitaba para encontrar la calma en su corazón.

—Gracias, Yoonie —susurró con gratitud, manteniendo la sonrisa.

—¿Qué estás esperando? Ve por él —alentó Yoongi, moviendo la cabeza en señal de que no debía dudar más.

Taehyung esbozó una sonrisa reconfortante antes de asentir, se acercó a su mejor amigo y le dejó un beso en la mejilla, susurrando un "te amo" para finalmente salir corriendo de la habitación.

Yoongi se quedó de pie en la habitación. Sus ojos seguían fijos en la puerta, por donde el castaño se había marchado. El silencio del lugar era abrumador, y poco a poco, las emociones reprimidas empezaron a hacerse sentir, mientras su rostro se humedecía con lágrimas que se derramaban sin control.

El dolor que sentía en su corazón era inmenso, y lo que más le atormentaba era la amarga conciencia de cuán tarde se había percatado de los sentimientos de su mejor amigo. Las oportunidades perdidas y las palabras no dichas pesaban como un lastre en su alma. Se preguntaba si alguna vez podría perdonarse por no haber actuado antes, por no haberse atrevido a decir lo que realmente sentía. Pero por ahora, solo quería llorar y romperse, mientras se repetía a sí mismo, que si Taehyung era feliz, entonces eso era más que suficiente.

Nunca antes en su vida había experimentado una desesperación tan abrumadora como en ese momento; la ansiedad le consumía el pecho y todo lo que anhelaba era que no fuera demasiado tarde para enmendar la situación. Siguiendo su promesa, Taehyung pasó el trayecto hacia la casa del azabache suplicándole. En su interior, solo podía rogarle que por favor no lo dejara de lado, que le perdonara por haber sido un idiota al no darse cuenta antes de sus sentimientos.

La presión era insoportable, sentía que su mente estaba a punto de estallar bajo el peso de todo lo que se acumulaba en ella; y si no lo hacía primero, su corazón lo haría por el intenso torbellino que arrasaba su interior.

El viaje se extendía a un ritmo exasperantemente lento para su gusto; en varias ocasiones estuvo a punto de pedirle al conductor que acelerara, pero se contuvo, comprendiendo que no le quedaba más opción que ser paciente en la medida en que la situación lo permitiera. Cuando finalmente llegó a su destino, abonó la tarifa al taxista y descendió del vehículo con rapidez. Para ser sincero, ni siquiera tenía una idea clara de lo que diría cuando tuviera a Jungkook frente a él. Su mente era un torbellino de caos, pero a pesar de ello, estaba decidido a aclarar la situación.

Al llegar a la puerta del departamento de los Jeon, su respiración estaba agitada. Realmente debía considerar comenzar a hacer ejercicio, ya que su condición física era una completa mierda. Inhaló profundamente un par de veces, sabiendo que no tenía tiempo para recuperarse por completo. Por eso, sin dudar, pulsó el timbre, sintiendo cómo la ansiedad aumentaba mientras aguardaba a que la puerta se abriera.

—¿Tae? —Que Seokjin fuera quien abriera no era lo que esperaba. No obstante, en ese momento no se encontraba en posición de ser exigente al respecto.

—¿Está Jungkook? Necesito hablar con él —pidió rápidamente, aún con la respiración agitada por el esfuerzo que implicó llegar hasta allí.

El contrario le observó por un momento antes de negar ligeramente con la cabeza. —No, Kook no está. Salió hace un rato y no me dijo a donde iría.

Escuchar esas palabras acentuó la opresión en su pecho, sobre todo porque nunca había considerado la posibilidad de que Jungkook no estuviera en casa. En ese instante, se cuestionó si alguna vez llegaría el día en que su corazón dejaría de caerse a pedazos. Estaba exhausto de sufrir, de derramar lágrimas, anhelando únicamente sumergirse en los brazos de Jungkook mientras inhalaba profundamente su reconfortante aroma.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, el peso de todo era abrumador. Seokjin, al ver el estado del menor, se alarmó, abriendo los ojos de par en par. —¿Estás bien, Tae? —preguntó con preocupación al ver cómo las primeras lágrimas descendían por el rostro del menor.

Taehyung negó con la cabeza. —No, no lo estoy —declaró con convicción y un profundo pesar en su voz—. He sido un idiota por no ser capaz de darme cuenta del error que cometía. Jungkook ha estado todo este tiempo a mi lado, haciéndome sentir alguien especial e importante. Pero yo lo he apartado a la primera oportunidad que se me presentó.

El mayor guardó silencio, limitándose a escuchar. Aunque estaba al tanto de lo que ocurría, ya que su hermano le había informado algo al respecto, comprendía que no era su lugar intervenir. Lo que sea que estuviera sucediendo entre ambos, era un asunto que debían resolver por sí mismos.

—No quiero perderlo... —murmuró con tristeza, mientras veía cómo sus oportunidades se desvanecían ante sus ojos. Pero a pesar de la desolación que sentía, se negaba a rendirse, por lo que se esforzó en limpiar sus lágrimas antes de dirigirse al mayor con determinación—. Si regresa, ¿podrías decirle que lo esperaré en el baile? Dile... que no hay nadie más con quien desee ir que con él, por favor.

Seokjin guardó silencio por un momento antes de soltar un profundo suspiro y asentir. —De acuerdo, se lo diré.

Después de que el menor le agradeciera y se marchara, Seokjin cerró la puerta con suavidad y se recargó en ella, dejando escapar un suspiro profundo. Luego, giró su rostro ligeramente hacia donde su hermano se encontraba apoyado en la pared.

—Ya lo escuchaste, ¿qué piensas hacer?

El silencio que se instaló entre los dos resultó abrumador. En los últimos meses, Jungkook había experimentado un cambio notable en su personalidad. Al enterarse de que esto estaba relacionado con Taehyung, se sintió inmensamente feliz, ya que deseaba fervientemente que su hermano pudiera disfrutar plenamente de su juventud. No obstante, el conocimiento del trasfondo que los había llevado a convivir en primer lugar lo llenaba de preocupación. Era consciente de cómo los ojos de su hermano brillaban al ver a Taehyung, y eso le inquietaba profundamente.

Anhelaba sinceramente que las cosas pudieran arreglarse, su mayor deseo era que ambos chicos tuvieran la oportunidad de encontrar la felicidad en los brazos correctos. Sin embargo, a pesar de sus deseos más profundos, era consciente de que todo dependía únicamente de su hermano. Por eso, cuando lo vio encerrarse en su habitación no fue capaz de decirle nada más.

La música retumbaba a un volumen ensordecedor, y la multitud abrumadora parecía no dar tregua. Las luces de colores y las decoraciones en el gimnasio de la escuela deslumbraban, y se esforzaba al máximo por entender qué le emocionaba tanto de aquel baile. Recordaba con nostalgia los tiempos en los que solía asistir a bailes con Yoongi. En aquel entonces, la simple idea de ir le daba la sensación de pertenecer, aunque solo fuera por un día. Sentirse parte de algo era una experiencia que le encantaba experimentar.

En ese momento, nada de eso tenía verdadera importancia. Todo carecía de sentido cuando la persona que realmente quería no estaba a su lado. Había pasado un tiempo desde que había dejado la casa de Jungkook. Cada segundo que pasaba en soledad aumentaba su ansiedad y, aunque intentara tranquilizarse, parecía que no conseguía mucho alivio.

No obstante, no tenía intención de irse. Estaba decidido, incluso si eso implicaba ser el último en abandonar el lugar. No se marcharía hasta tener la certeza de que Jungkook no llegaría.

Su mente no dejaba de jugar con la idea de cómo habría sido todo diferente si, en lugar de aferrarse a Yoongi durante todo ese tiempo, se hubiera dado cuenta de que lo que realmente necesitaba estaba a su lado. Aunque desconoce lo que Jungkook piensa de él, en ese instante parece más sensato dejar el tema de lado, ya que no desea agregar más peso a su corazón. No obstante, está decidido a expresar sus sentimientos. No cometerá el mismo error que cometió con Yoongi al ocultarlos por tanto tiempo, todo por miedo.

Si después de que Jungkook conociera sus sentimientos, él decidía alejarse, entonces lo dejaría ir. Pero por el momento, se aferraría a él con todas sus fuerzas.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató de la persona que se acercaba hasta que estuvo justo frente a él. Levantó la mirada y al encontrarse con Jimin, supo que no podía esperar nada bueno de esa situación.

—¡Oh, vaya sorpresa! Ni siquiera al apartarme fuiste capaz de lograr que Yoongi viniera contigo. Qué patético. ¿Y Jungkook, ya se cansó de ti también?

Taehyung era incapaz de comprender la actitud de Jimin hacia él, además de que, según lo que Yoongi le había contado, había sido él quien había dejado a Jimin luego de lo que ocurrió en la fiesta. Era probable que Jimin estuviera difundiendo versiones distintas, pero considerando todas las falsedades que había propagado sobre Jungkook, no le sorprendería nada que viniera de su parte.

Sin embargo, no lograba comprender por qué Jimin estaba frente a él. Durante todo el tiempo que estuvo con Yoongi, nunca mostró interés en pasar tiempo juntos, por lo que le resultaba extraño que ahora se acercara solo para lanzarle comentarios despectivos.

—¿Qué es lo que quieres, Jimin?

El rubio arqueó una ceja ante la forma directa en que el castaño le había hablado. Sabía que Taehyung solía ser sumamente tímido, por lo que esta claridad lo desconcertó. En realidad, todo en él resultaba molesto para Jimin. No entendía qué veían en alguien como Taehyung. Podía llegar a comprenderlo en el caso de Yoongi, dado que era su mejor amigo. Pero en el caso de Jungkook, simplemente no lo entendía, y eso era lo que más molesto le tenía.

—¿Te sientes muy valiente, eh? —el rubio cuestionó, su voz cargada de molestia—. ¿Debería darte una razón para que te largues? —extendió su mano a su costado sin apartar la mirada de Taehyung. El castaño observó el momento en que un chico apareció y le ofreció una copa con ponche que Jimin sujetó. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo anticipando lo que podría suceder. —Ya tienes a Yoongi de regreso. Aléjate de Jungkook.

Taehyung cerró los ojos al percibir la intención de Jimin de arrojar el contenido de la copa sobre él. No obstante, a pesar de oír el sonido del líquido al impactar, no sintió nada sobre sí. Al abrir los ojos, se encontró con Jimin frente a él, mientras el ponche se deslizaba desde su cabeza hasta empapar todo su cuerpo. Habría seguido observando la escena por más tiempo, pero la persona que le sujetaba el brazo captó por completo su atención.

—¿No te cansas, Park? —su tono llevaba un rastro de molestia, pero también de agotamiento emocional—. Si piensas que todo este tiempo fuiste tú quien me mantuvo aislado de los demás, déjame aclararte que estás equivocado. Estar solo fue por elección propia, sin embargo, te dejé creer lo contrario. La verdad es que no me importaba mucho, pero escucha esto, maldito imbécil... —bramó con molestia, soltando su brazo y acercándose un paso más al rubio—. Si intentas meterte con Taehyung, entonces sí que tendremos un jodido problema.

El rubio se encogió en su lugar, paralizado por la furia desatada en Jungkook. Nunca lo había visto tan enfadado como ahora. Se sintió aterrado, tanto que no pudo articular palabra alguna.

—Por si aún no te queda claro, Jimin —Jungkook espetó, su voz gélida—, cuando te dejé, fue para no regresar jamás. Ni loco estaría con alguien como tú.

La situación había captado la atención de varios estudiantes que se encontraban cerca, sus miradas penetrantes lo hicieron sentir abrumado y avergonzado. Las conversaciones en voz baja y las risas disimuladas que se desencadenaron a su alrededor no hicieron más que aumentar su incomodidad. Sintiéndose abrumado por la situación, Jimin optó por la única salida que se le ocurrió en ese momento: salió corriendo de allí.

En ese momento, Jungkook escudriñó su entorno con una seriedad que hizo que aquellos que habían estado observando la escena se alejaran instintivamente. Sin embargo, su mirada se suavizó cuando se cruzó con la de Taehyung, quien se aproximó hasta quedar frente a él.

—Viniste —murmuró Taehyung con alivio, sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas al constatar que Jungkook realmente estaba allí—. Y estás usando un traje —añadió con una sonrisa, lo que provocó que las comisuras de los labios del azabache se elevaran ligeramente.

—No podía dejar que mi hippie fuera el único vestido elegante —Jungkook añadió con diversión, acercándose a Taehyung para acomodar un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Kook, yo...

—Espera —interrumpió el mayor rápidamente—. Hablemos en otro sitio.

Taehyung simplemente asintió y se dejó conducir por Jungkook hacia la parte trasera del instituto, donde se encontraba aquel árbol donde pasaban mucho tiempo juntos, que habían convertido en "su lugar". Mientras caminaban, sus nervios se intensificaron. No solo por lo que estaba a punto de decir, sino también por lo jodidamente atractivo que Jungkook lucía con ese traje negro y con su cabello levantado en un moño alto.

—Te ves precioso —murmuró el azabache con una sonrisa mientras extendía su mano hacia Taehyung—. ¿Los hippies bailan?

El menor soltó una risa divertida y negó con la cabeza mientras tomaba la mano que se le ofrecía. —No sé los demás, pero yo sí.

Con una cálida sonrisa, Jungkook atrajo a Taehyung hacia sí, tomando delicadamente ambas manos y haciendo que estas rodearan su cuello. Luego, colocó sus propias manos en la cintura del menor, sosteniéndolo con firmeza. Posiblemente no se podría llamar un vals al movimiento que hacían, pero eso no podía importarles menos cuando lo único en lo que podían perderse era en la mirada llena de estrellas del otro. La música se filtraba en el silencio del lugar, lo suficiente para ser percibida, pero no tanto como para ahogar el sonido de sus respiraciones.

Permanecieron en esa posición durante un buen rato, moviéndose suavemente de un lado a otro mientras disfrutaban de la compañía del otro. Sin embargo, a pesar de lo encantador que pudiera ser el momento, Taehyung aun tenía muchas cosas que necesitaba decir. Por eso, detuvo el movimiento y se separó ligeramente para poder observar mejor al mayor.

—Lo siento, Kook.

El pesar en los ojos de Taehyung apretó el corazón de Jungkook. Por eso, negó con la cabeza de inmediato antes de llevar su mano al rostro del menor, acariciando su mejilla con delicadeza. —Está bien, no es culpa tuya. Yo también cometí un error al alejarme de ti de esa manera. Es solo que necesitaba procesar el hecho de que lo que tanto habías anhelado finalmente estaba ocurriendo, y no quería meterte en un lío.

Taehyung parpadeó confundido, sin entender a qué se refería Jungkook.

—¿De qué hablas? —preguntó.

—Sé que durante todo este tiempo has deseado que las cosas se arreglaran con Yoongi, e incluso has estado esperando una oportunidad para confesar tus sentimientos. No quería ponerte en una situación incómoda al hacerte elegir con quién pasar tiempo cuando era más que evidente que deseabas estar con él.

A pesar de que Jungkook intentaba sonreír, Taehyung pudo percibir que esa sonrisa estaba cargada de pesar. Lo conocía lo suficiente como para darse cuenta de que algo lo estaba perturbando.

—Aprecio que hayas querido verme bien, sé que solo tenías buenas intenciones. Pero nunca te pedí nada de eso, idiota —los ojos del menor se llenaron de lágrimas, y el rostro de Jungkook reflejó una mezcla de sorpresa y confusión—. Pero sé que también fue mi culpa por no haberte expresado que no deseaba que te apartaras de mi. Es cierto que las cosas con Yoongi estaban mejorando, pero no podía evitar sentir un vacío sin ti a mi lado.

Taehyung luchaba por contener las lágrimas en ese momento, pero recordar lo difícil que había sido lidiar con la ausencia de Jungkook en esos días revivía ese sentimiento en su interior. Era una lucha interna, ya que en su corazón habitaban dos emociones contrapuestas. Sentía alegría por poder recuperar a su mejor amigo, pero al mismo tiempo, una tristeza profunda por estar perdiendo a Jungkook.

—No pensé en ello, lo siento. Creí que deseabas tiempo para estar con Yoongi que lo hice sin pensarlo. Pero no volveré a hacerlo, a partir de ahora seré un mejor amigo.

Oír a Jungkook referirse a sí mismo de esa manera produjo una sensación incómoda en el estómago de Taehyung. Especialmente ahora que era consciente que él no deseaba ser solamente su amigo. Por eso tenía que armarse de valor y confesarle lo que realmente sentía.

—No quiero que seamos amigos, Jungkook.

Las palabras de Taehyung impactaron como dagas en el pobre corazón de Jungkook. Comprendía que su forma de alejarse sin antes hablarlo pudo haberlo enfadado, pero jamás se imaginó que llegaría al extremo de no querer ser su amigo. ¿Entonces por qué Taehyung había ido hasta su casa solo para proponerle ir al baile juntos? ¿Acaso era una especie de despedida? Se sentía confundido y ansiaba desesperadamente que el menor le brindara claridad entre toda esta bruma que consumía su corazón.

Taehyung notó el dilema reflejado en el rostro de Jungkook y se apresuró a explicar antes de que el azabache pudiera malinterpretar las cosas.

—Sabes... Todo este tiempo, he estado aferrado a Yoongi porque era todo lo que tenía. No quiero decir que esa sea la razón por la que me enamoré de él, porque sé que no es así. Durante mucho tiempo, soñé con tener la oportunidad de confesarle mis sentimientos y hoy finalmente lo hice —escuchar eso dejó perplejo a Jungkook. Tenía miedo de escuchar lo que Taehyung pudiera decirle, pero guardó silencio y esperó a que continuara hablando—. Jamás imaginé que el día en que se lo dijera sería para dejarlo ir.

Confusión genuina bañó el rostro del azabache, incapaz de comprender. —¿Qué?

—Le dije a Yoongi que estoy enamorado de él... o bueno, que lo estaba.

—Pero, pensé que tú...

Taehyung sonrió, disfrutando la expresión de desconcierto en el rostro de Jungkook. Cada rasgo, cada detalle, le confirmaba que no había nadie más en ese momento que pudiera acelerar su corazón de la manera en que lo estaba haciendo en ese instante.

—Sabes, Jungkook. Siempre creí que tenía claro lo que quería... Entonces te conocí.

El azabache sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar a Taehyung expresar eso. Podía comprender perfectamente ese sentimiento, porque durante mucho tiempo se había cerrado a la idea de muchas cosas, creyendo firmemente que esa era la mejor manera de pasar por el instituto sin problemas. Pero luego, un día, un chico llamó su atención, y no podía entender cómo todos los demás parecían enfocarse únicamente en la persona que caminaba a su lado, cuando había mucho más para admirar en ese castañito.

Sin darse cuenta, terminó cruzándose con él más veces de lo que había anticipado. Sin embargo, la escena era siempre la misma, y eso empezaba a frustrarlo. Siempre lo veía hacerse pequeñito, y el chico que lo acompañaba no parecía tener intención de hacer nada para cambiar eso.

No esperaba que un día terminaría chocando con él. Aunque habría deseado no ser tan brusco, se vio invadido por el pánico que una sola mirada del menor le provocó. Y, como si eso no fuera suficiente, a partir de ese momento, comenzaron a encontrarse con más frecuencia. La curiosidad que sentía por Taehyung fue lo que lo llevó a involucrarse cada vez más con él, hasta el punto de no querer apartarse nunca de su lado.

Sin embargo, su corazón siempre se apretaba cada vez que veía a Taehyung sufrir por alguien que jodidamente no se lo merecía en absoluto. Anhelaba que Taehyung pudiera comprender que merecía mucho más. Por eso, de cierta manera, se esforzó por hacerle ver que merecía a alguien que lo considerara una prioridad en su vida. Sin embargo, no contaba con que su propio corazón terminaría involucrándose mucho más de lo que había anticipado.

—¿Y qué es lo que quieres? —finalmente se atrevió a preguntar, dispuesto a aceptar cualquier cosa que Taehyung le dijera, siempre y cuando eso lo hiciera feliz.

—Estar contigo, Jungkook. Porque te amo.

Poder expresar lo que sentía alivió una enorme carga que llevaba dentro. Incluso si sus sentimientos no eran correspondidos, Taehyung no se arrepentiría de haberse confesado. Porque creía fervientemente que Jungkook merecía su honestidad.

La sonrisa que iluminó el rostro del otro hizo que su corazón latiera con fuerza. Una sonrisa propia se dibujó en sus labios cuando Jungkook se acercó para juntar sus frentes. —¿Estás seguro? Porque si es así, déjame advertirte que no tengo intención de dejarte ir nunca, Tae.

Taehyung no tenía ninguna duda al respecto, por eso cerró los ojos y asintió.

—Lo estoy.

Fue todo lo que Jungkook necesitó oír para acercarse, reduciendo la distancia que los separaba y unir sus labios. Con delicadeza, sus manos encontraron el camino hacia el rostro de Taehyung, sosteniendo sus mejillas con ternura. Jungkook deslizó su lengua por su labio inferior buscando un permiso que no necesitaba palabras para conceder. El castaño comprendió y respondió de inmediato, entreabriendo los labios y ladeando la cabeza para permitir un acceso más profundo.

Taehyung nunca había besado a nadie antes, pero en ese momento se dejó guiar por Jungkook, dejando que sus emociones fluyeran libremente. Cada roce parecía inundarlos de una alegría abrumadora, como si estuvieran explorando un mundo nuevo juntos. El suave susurro de sus alientos entremezclados, el roce de sus lenguas danzando en armonía y la calidez de sus cuerpos juntos creaban una sinfonía de sensaciones que nunca antes había imaginado experimentar.

En ese instante, todo lo demás desapareció a su alrededor, porque nada más importaba que ellos dos. Jungkook se separó ligeramente de Taehyung, susurrando sobre sus labios. —Yo también te amo, hippie.

Nunca antes Taehyung se había sentido tan feliz al escuchar a Jungkook llamarlo de esa manera. Porque a pesar del corto tiempo que estuvieron separados, era plenamente consciente de cuánto lo había extrañado.

—No soy un hippie.

—Lo que digas, hippie.

Taehyung ni siquiera tuvo la oportunidad de protestar antes de que Jungkook volviera a unir sus labios. Ya habría otra ocasión para explicarle la diferencia entre él y un hippie. Pero en ese momento, nada de eso importaba. Por fin, después de tanto tiempo, se sentía completo. Los momentos de incertidumbre en su vida lo habían llevado a perderse, y jamás habría imaginado que un simple plan tonto lo conduciría a lo mejor que le había sucedido en la vida, porque incluso aunque nunca tuvo intención de buscarse, Jungkook fue capaz de encontrarlo.

Y tal y como él dijo, tampoco estaba en sus planes dejarlo ir. Taehyung se aferraría a Jungkook como tantas veces se había aferrado a cientos de árboles, y estaba completamente seguro de que nadie sería capaz de separarlos.


FIN.

Esta historia nació por la necesidad de darle paz a mi corazón c': ojalá la película hubiera tenido un final así TT AAAAA c': si ustedes fueron uno de los que se sintieron como yo, espero que esta fic también les haya servido<3

Muchísimas gracias por haberme apoyado leyendo este mini fic♥ el amor que Entonces te conocí recibió, en serio lo aprecio demasiado~

Espero que les haya gustado, yo quedé muy satisfecha y no paro de llorar brillitos TT realmente disfruté de todo, incluso de lo insistentes que fueron algunas(ustedes saben quienes son -.-) para hacerme actualizar JAJAJA :3

¿Qué les pareció? quisiera leerlos c':

En fin, pronto sacaré nuevas historias y sería un gusto verles por ahí♥ también hay más fics en mi perfil por si quieren darse una vuelta por ahí. Los adoro mucho, personitas bonitas. No olviden seguirme en IG, suelo subir información de mis historias. Me encuentran como: KimNikari

Manténganse sanos, nos vemos en otra historia. Chau~

KimNikariAndi

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