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✦Chapter II: Distancia

La vida es un flujo constante de cambios. Taehyung lo sabía muy bien, y esto le resultaba especialmente molesto, ya que adaptarse a nuevas situaciones no era precisamente su fuerte. Había imaginado que en algún momento asistir al instituto se convertiría en parte de su rutina y que las disputas matutinas con su mejor amigo disminuirían, o incluso desaparecerían. Aunque de vez en cuando, a Taehyung le gustaba revelarse y hacer el intento de no asistir a clases.

A veces le resultaba sorprendente que Yoongi fuese incluso más estricto que sus propios padres. Tal vez era por su naturaleza tranquila de ambos, o simplemente porque confiaban en que Yoongi se aseguraría de que su hijo cumpliera con sus responsabilidades escolares.

Debe admitir que, aunque asistir al instituto ya no le resultaba tan abrumador como al principio, no era precisamente su actividad favorita del día. Esto se debía, en gran parte, al poco tiempo que pasaba con su mejor amigo en la escuela, una situación que no parecía cambiar. Aunque había tratado de no ser insistente al respecto, ya que sabía que al final del día tendría todo el tiempo para estar junto a Yoongi. Su necesidad de compartir esos momentos en el instituto se debía a que solo a su lado lograba sentir cómo disminuía su ansiedad y no se sentía tan cohibido con los demás. Por supuesto, que nada tenía que ver con el hecho de que Taehyung estaba enamorado de su mejor amigo y ansiaba pasar cada momento posible con él.

Por supuesto que no.

Taehyung tenía muchas razones para quejarse de la vida, especialmente por lo implacable que podía ser con él. Siempre había sido un desafío para él adaptarse a los cambios, pero después de una reflexión profunda, lograba superarlo. Sin embargo, como si la vida estuviera esperando ese momento, justo cuando todo parecía estar en orden, las cosas tendían a cambiar una vez más.

Algunas cosas eran más fáciles de superar, y aunque se quejara al respecto, sabía que eventualmente se adaptaría de nuevo. Sin embargo, nunca habría imaginado que llegaría el momento en que tendría que acostumbrarse a la distancia de su mejor amigo. Podía lidiar con todo lo que la vida quisiera arrojarle, pero cuando eso implicaba a su mejor amigo, se sentía más vulnerable que nunca.

Todo ocurrió tan rápido que no pudo ni siquiera procesarlo. De repente, Yoongi empezó a decirle que no podría almorzar con él porque ya tenía planes con alguien más, y después de las clases siempre se encontraba disculpándose por no poder pasar tiempo juntos debido a sus ocupaciones.

Taehyung habría deseado que esto fuese algo pasajero, que pronto regresarían los días en los que todo se resumía a él y Yoongi compartiendo tiempo juntos. Tristemente, conforme las semanas pasaban, la distancia entre ellos se iba ensanchando, creando un espacio emocional que Taehyung sentía como una herida abierta en su corazón.

Había una razón detrás de todo lo que estaba sucediendo, y en este caso, se trataba de una cara bonita, con piernas largas llamado Park Jimin. No solo era uno de los chicos más populares en todo el instituto, sino que su encanto tenía a todos prácticamente rendidos a sus pies, incluyendo a su propio mejor amigo.

Cuando Taehyung percibió la creciente cercanía entre los dos chicos, inicialmente trató de ignorarla. Siempre había sabido que Yoongi tenía un gran círculo de amigos, por lo que el hecho de que él y Park Jimin comenzaran a pasar tiempo juntos no le preocupó en un principio. Sin embargo, cuando notó que Yoongi comenzaba a preferir la compañía del rubio en lugar de la suya, todas las alarmas internas se activaron, llevándolo a tomar una actitud más observadora.

A Taehyung no le hacía falta que nadie le dijera lo que estaba sucediendo; era completamente consciente de cómo los ojos de su mejor amigo brillaban cada vez que estaba con Jimin. La tonta sonrisa que se dibujaba en su rostro también era un indicio evidente. A pesar de lo obvia que era la situación, Taehyung se resistía a escuchar de boca de su mejor amigo lo que realmente estaba ocurriendo.

Su tiempo juntos se limitaba a las mañanas en las que Yoongi pasaba por él para ir al instituto. Sin embargo, después de eso, Taehyung prácticamente perdía todo contacto con su mejor amigo durante el resto del día. Ya no esperaba recibir el mensaje habitual en el que Yoongi le informaba que no podría volver a casa con él ese día, y con el tiempo, incluso Yoongi dejó de avisarle por completo.

Las cosas no podían empeorar, y Taehyung estaba llegando al límite de su resistencia. Su corazón se encontraba hecho añicos, y las lágrimas que había derramado por los tiempos en que Yoongi solo tenía ojos para él le habían agotado. Por eso, esa mañana, mientras esperaban el autobús, tomó una decisión definitiva: no podía seguir así.

—¿Hasta cuándo continuaremos así? —inquirió finalmente, logrando que su mejor amigo apartara la mirada del celular y la enfocara en él. Yoongi se alarmó al notar la humedad acumulándose en sus ojos—. Dime, porque siento que no puedo aguantar más.

—Tae, ¿qué está pasando? ¿Por qué estás llorando? —Yoongi preguntó con una expresión preocupada en su rostro, y Taehyung sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de cuánto había extrañado ser la prioridad en la vida de su mejor amigo.

—Quizás para ti haya sido más fácil distanciarte de mí. Pero créeme, esto me está destruyendo poco a poco. He intentado ser comprensivo durante todo este tiempo, pero cuanta más comprensión te ofrezco, más te alejas de mí.

—No, Tae, yo...

—No intentes negarlo, Yoonie —intervino el castaño, sacudiendo la cabeza con tristeza—. Porque soy yo quien ha estado sufriendo todo este tiempo que decidiste alejarte de mí.

El contrario abrió la boca, como si quisiera decir algo, pero finalmente la cerró y quedó en silencio, apretando su labio inferior entre sus dientes. Taehyung lo miró durante un momento, sintiendo cómo todo en su interior se desmoronaba con fuerza, porque la mirada de su mejor amigo y el silencio que mantuvo fueron una confirmación de que tenía razón.

Luego de un prolongado silencio, Yoongi finalmente dejó escapar un profundo suspiro y se acercó a Taehyung para abrazarlo con fuerza. 

—Lo siento —murmuró con pesar—. Tienes toda la razón, he actuado como un idiota. Lo lamento mucho, Taehyungie.

El castaño no respondió, simplemente se dejó envolver por la calidez de los brazos de su mejor amigo. Había extrañado demasiado ese gesto y solo deseaba disfrutarlo mientras dejaba que las piezas rotas de su corazón se unieran una a una.

—Te lo compensaré —dijo de pronto, separándose ligeramente para mirar a Taehyung a los ojos—. ¿Qué te parece si, después de clases, vamos al restaurante que tanto te gusta? ¿Cómo se llama?

—¿La Huerta? —preguntó el castaño, y Yoongi asintió—. Pero tú odias la comida vegana —señaló, confundido.

—Pero a ti te encanta.

Taehyung hubiera deseado que su corazón no latiera de esa manera, pero era inevitable cuando se trataba de Yoongi. Su mejor amigo tenía la habilidad de derribar todos sus muros y dejarlo completamente vulnerable. Sin embargo, a pesar de la turbulencia emocional que sentía, también experimentaba una felicidad incipiente, porque tal vez esto significaba que las cosas podrían volver a la normalidad, algo que había anhelado durante todo este tiempo.

—De acuerdo —respondió con una sonrisa en el rostro.

El resto del día para Taehyung tuvo una tonalidad diferente. Ni siquiera le importó que no almorzara con Yoongi, ya que había quedado en encontrarse con Jimin para comer juntos. Incluso cuando le sugirió reunirse directamente en el restaurante, ya que antes de ello, llevaría al rubio a su casa.

Nada podía disminuir la emoción que bullía en su interior, porque había extrañado profundamente a Yoongi. El hecho de que lo llevara a su restaurante favorito, a pesar de que él detestara toda la comida que servían allí, logró acelerar su corazón.

Terminadas las clases, guardó sus cosas con su habitual rapidez y abandonó el instituto a paso ligero. Dado que Yoongi aún tenía pendientes, optó por caminar hacia el restaurante para aprovechar el tiempo hasta su llegada. Durante todo el trayecto, una sonrisa tonta iluminó su rostro, y mantuvo la mirada fija hacia adelante, deleitándose con todo lo que le rodeaba. Acarició con sus dedos cada árbol que encontraba en su camino e incluso se detuvo para admirar un rosal plantado en una de las aceras por las que pasaba.

Al llegar a su restaurante favorito, Taehyung entró con una sonrisa y se dirigió a una mesa desocupada. Adoraba ese lugar; la decoración era tan acogedora como pintoresca. Las paredes estaban adornadas con colores vibrantes y motivos inspirados en la naturaleza, creando un ambiente cálido y relajante. Las mesas de madera maciza estaban decoradas con velas y pequeñas macetas con hierbas frescas, que llenaban el aire con fragancias deliciosamente frescas.

Justo cuando tomó asiento, un camarero se aproximó a él. —Bienvenido, aquí tiene nuestro menú. Regresaré en un momento para tomar su pedido —anunció el joven con una amplia sonrisa.

—En realidad, estoy esperando a alguien, así que necesito un momento.

—Ah, por supuesto. Aun así, le dejaré el menú y le traeré un vaso de agua.

Taehyung asintió agradecido, esbozando una tímida sonrisa mientras observaba al joven pelirrojo retirarse hacia la cocina. No pasó mucho tiempo antes de que regresara y colocara un vaso de agua en la mesa.

Taehyung revisó la hora en su celular con una pizca de impaciencia. Esperaba que Yoongi no tardara demasiado, ya que solo con echar un vistazo al menú, se le hacía agua la boca. No lograba comprender cómo a su mejor amigo no le gustaba la comida vegana, especialmente reconociendo la maravilla culinaria que era. Además de ser también una muy buena opción nutritiva, no entendía cómo Yoongi prefería consumir una hamburguesa cargada de grasa, sabiendo que eso terminaría circulando por su sistema sanguíneo.

Suspiró con resignación, decidido a repasar el menú para tener ya una idea de qué pedir una vez que Yoongi llegara. No obstante, el tiempo transcurrió y cada vez que la puerta del restaurante se abría, se encontraba con alguien que no era su mejor amigo, lo que disminuía su ánimo. Intentó llamarlo, pero su celular estaba fuera de servicio, lo que probablemente significaba que se había quedado sin batería.

Después de que el vaso de agua frente a él fuese llenado en repetidas ocasiones, finalmente optó por hacer su pedido. No quería que el camarero que lo atendía volviera y lo observara con esa expresión de lástima en su mirada.

La comida frente a él ya no se veía tan apetitosa como cuando la había imaginado mientras hojeaba el menú. Apenas logró darle un par de bocados, su apetito se había esfumado por completo. Anhelaba creer que debía haber una razón para la tardanza de Yoongi, algo que justificara que no hubiera llegado. No quería aceptar la posibilidad de que su mejor amigo hubiera olvidado su compromiso de comer juntos. Pero a pesar de sus esfuerzos por aferrarse a esa confianza, le resultaba cada vez más complicado controlar la humedad que amenazaba con desbordarse de sus ojos.

Muy probablemente habría cedido a las lágrimas en ese momento, de no ser porque sintió una presencia a su lado. Taehyung pensó que tal vez era el camarero nuevamente, dispuesto a preguntarle si todo estaba bien. Sin embargo, cuando alzó la mirada y se encontró con la de otro, jamás pasó por su mente que sería Jungkook quien estaría ahí.

—¿Qué haces aquí? —inquirió, su voz sorprendentemente clara por el asombro.

—El dueño es amigo mío, a veces me pide que le eche una mano con el lugar.

Taehyung asintió comprensivo, sintiéndose finalmente un poco cohibido por la intensa mirada que Jungkook le dirigía. —¿Q-quieres sentarte? —preguntó, sorprendiéndose de que esas palabras salieran de sus labios. Pero aún más sorprendente fue ver a Jungkook observar a su alrededor antes de tomar asiento frente a él.

—Solo por un momento —dijo, manteniendo su mirada fija en los ojos del castaño, solo desviándola cuando notó el plato de comida frente a él. —¿Quieres que lo vuelva a calentar? —preguntó, señalando con un gesto de cabeza hacia el plato—. Me dijeron que el chico de la mesa cuatro llevaba un rato aquí esperando a alguien, no me imaginé que se tratase de ti.

El castaño se encogió en su asiento, esbozando una sonrisa forzada que se asemejó más una mueca. —Se suponía que iba a venir a comer con mi mejor amigo, pero él...

—No apareció —completó Jungkook, a lo que Taehyung asintió. —¿Tu mejor amigo es el tipo con cara de gato enojado?

Taehyung frunció el ceño, determinado a defender a su mejor amigo. Sin embargo, no pudo evitar soltar una risa al percatarse de que, en efecto, Yoongi tenía un parecido con un gatito enojado.

—Sí, ese es el —confirmó, aunque la sonrisa en su rostro se desvaneció poco a poco.

Realmente no sabe qué fue lo que le permitió no sentirse abrumado por la cercanía de Jungkook. Quizás se debía al tiempo que había pasado solo y lo mucho que echaba de menos la compañía, o tal vez era el deseo de liberar lo que pesaba en su corazón.

—Hemos sido mejores amigos desde que tengo memoria. Todo el tiempo nos la pasábamos juntos. Pero últimamente nos hemos alejado un poco y raramente puedo pasar tiempo con él —suspiró con pesar.

Jungkook asintió, manteniendo un breve silencio mientras su mirada se mantenía intensamente fija en el castaño frente a él. —¿Y en qué momento te enamoraste de él?

La pregunta dejó a Taehyung atónito. Abrió los ojos de par en par y negó rápidamente. —¿Qué? Yo no estoy... —pero sus palabras se detuvieron ante la mirada escéptica de Jungkook. Soltó un suspiro exasperado y se frotó el rostro con fuerza. —¿Tan obvio soy?

—Un poco —confesó el azabache, provocando que las mejillas del castaño se ruborizaran.

—Bueno, igual no es como que importe mucho porque él está embobado con Park piernas largas Jimin —bufó con frustración.

—Vaya, no pensé que hubiera alguien que soportara al enano odioso.

Taehyung frunció el ceño confundido. 

—¿Odioso? Todos en la escuela parecen adorarlo por lo encantador que es.

—Ya, esa es solo la fachada que muestra ante los demás, pero en realidad es solo otro idiota.

—Parece que lo conoces —Taehyung inquirió, notando finalmente cómo la mirada de Jungkook se desviaba de él.

—Lamentablemente.

Antes de que Taehyung pudiera indagar más al respecto, un grito llamando a Jungkook resonó, atrayendo la atención de ambos. Era el chico que anteriormente lo había atendido, haciendo señas para que se acercara.

—Debo seguir trabajando —dijo mientras se ponía de pie—. ¿Seguro que no quieres que caliente esto? —volvió a preguntar, haciendo referencia a la comida que Taehyung a penas y había probado.

Rápidamente, Kim negó con la cabeza. 

—No es necesario, se me fue el apetito. ¿Podrías ponerlo para llevar?

Jungkook asintió y tomó el plato, manteniendo su mirada fija en el castaño, lo que hacía que Taehyung se sintiera notablemente nervioso. Mantuvo la respiración contenida todo el tiempo que Jungkook tardó en tomar el plato y alejarse, y agradeció internamente que fuera el otro chico, el mismo que lo había atendido anteriormente, quien le trajo su comida empaquetada.

Tras pagar la cuenta por su comida, Taehyung abandonó el restaurante. Aunque no volvió a toparse con Jungkook dentro, sus ojos captaron la presencia de la motocicleta del azabache estacionada afuera. Le pareció verdaderamente curioso que alguien como Jungkook estuviera ayudando en un lugar como aquel y, más aún, que hubiera decidido escucharle. En medio de la confusión que aún habitaba su corazón, Taehyung encontró un atisbo de alivio gracias a la breve pero significativa interacción con Jungkook. Aunque su interior seguía desmoronándose, apreciaba profundamente el gesto de amabilidad y empatía que Jungkook le brindó al sentarse con él.

Fue tras ese encuentro que Taehyung comprendió que los rumores que circulaban acerca de Jungkook probablemente eran una mera exageración. Y que en última instancia, no debía juzgar a un libro por su portada. Porque el chico malo podría resultar siendo alguien de buen corazón, mientras que el chico encantador podría resultar ocultando un lado oscuro.

Esa afirmación de Jungkook sobre Jimin como un simple idiota más, solo avivó la curiosidad de Taehyung, tomándolo completamente por sorpresa. Habría deseado profundizar en el tema, pero Jungkook se retiró rápidamente tras ser llamado, y después de eso, Taehyung no volvió a cruzarse con él. Y estaba claro que luego de este encuentro, ya no volvería a tener la oportunidad de hacerlo.

Taehyung anhelaba profundamente que su mejor amigo, encontrara a alguien que realmente valorara cada rasgo y cualidad que lo hacía único. La sola idea de que Jimin no fuera la persona adecuada, como Jungkook había sugerido, le generaba una incómoda inquietud. Temía que detrás de la fachada encantadora del rubio se escondieran aspectos desconocidos y posiblemente problemáticos. A pesar de que esta situación le causaba un dolor punzante en el corazón, Taehyung no perdía de vista su principal deseo: ver a Yoongi genuinamente feliz. Para él, eso era lo único que verdaderamente importaba, incluso si eso significaba tener que renunciar a su amor de años.

El regreso a casa fue sumamente desalentador, su ánimo estaba en su punto más bajo. Aún se aferraba a la esperanza de que Yoongi no hubiera olvidado la cita para comer juntos, tratando de convencerse a sí mismo de que debía haber una razón detrás de ello, y que pronto la descubriría. Con este pensamiento en mente, regresó a su hogar. Esta vez, ni siquiera la presencia de los árboles a su alrededor pudo levantar su ánimo, lo cual era motivo de gran preocupación por sí mismo.

La angustia en el corazón de Taehyung se hacía cada vez más insoportable. Su único deseo era recuperar a su mejor amigo, independientemente de si alguna vez sus sentimientos encontraban reciprocidad. Estaba dispuesto a conformarse con la simple restauración de su amistad, anhelando con fuerza que las cosas volvieran a ser como antes, cuando compartían risas y confidencias. Sin embargo, tras regresar a casa y encerrarse en su habitación, la noche llegó sin noticias de Yoongi.

En ese momento, Taehyung no estaba seguro de si su corazón podía soportar más dolor del que ya sentía, pues estaba casi seguro de que existía un hueco doloroso en donde debería estar. Esa noche, se sumió en el sueño entre sollozos, porque, aunque intentara convencerse de que todo había sido un simple malentendido, en el fondo sabía la verdad.

Yoongi lo había olvidado.

¡Volví temprano! c: más tarde tengo cosas que hacer así que decidí subirlo de una vez para que no se me fuera a pasar :c

La interacción de Taehyung y Jungkook me encanta demasiado aaaa♥ el siguiente capítulo es uno de mis favoritos, tanto que me da ganas de subirlo hoy 7u7 jaja idk. Ahora sí, ya hay cierta posibilidad que sean capaces de adivinar de qué película me inspiré, ¿saben cuál? quién lo adivine le dedicaré el siguiente capítulo~

Esto no aplica para las personitas que ya lo saben por que se los conté -.- ustedes saben quién Noahhdarkk,  y kamieshiro son, ustedes shhh.

Bueeeeno, realmente espero que les esté gustando esta historia♥ volveré pronto, manténganse sanos~

KimNikariAndi

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