❝ CHAPTER FOUR ❞
───── ❝ CHAPTER FOUR ❞ ─────
—Hemos identificado con éxito a dos individuos dentro de la anomalía de Westview — Jimmy Woo habló luego colocó dos imágenes en el tablero, una de Wanda y la otra de Visión —. Sigamos — y todos se trasladaron a sus lugares.
El equipo comenzó a identificar a las otras personas, también conocidas como personajes, que aparecían en el programa, obteniendo sus fotos para buscar sus identificaciones reales.
— ¡Sr. y Sra. Heart! — Darcy Lewis dijo, colocó las imágenes de los personajes con las identificaciones de las personas reales en el tablero —. Interpretado por Todd y Sharon Davis. En realidad están casados en la vida real, eso es extrañamente lindo — Jimmy se rió temblando su cabeza.
Después, un agente se acercó a Woo y le entregó una nueva persona identificada. —Abhilash Tandon como Norm — luego se le ocurren nuevas preguntas y las agrega al tablero.
—Harold Copter es Jones — Darcy grita informándonos. Uno de los agentes toma un documento y lo muestra —. Isabel Matsueida como Beverly.
Más y más imágenes se ponían en la pizarra cada vez que su identidad era descubierta, curiosamente no habían logrado identificar a tres de los personajes, seguían tratando de encontrar algún tipo de información sobre ellos pero todo los llevaba a un callejón sin salida.
—Se llama Nicole. Nicole Scratch — informó Darcy mirando fijamente la imagen en blanco y negro de la joven. Jimmy la volteó a ver con curiosidad.
— ¿La conoces? — cuestionó.
—Es... una amiga — vaciló. Por suerte, fue suficiente para el agente, quien asintió y se alejó de ella.
La ojiazul se permitió ver por unos segundos la fotografía de la morena, nostálgica.
Nikkie nunca pensó que estaría ayudando a acomodar una guardería, pero aquí estaba, terminando de pintar una cigüeña en una de las paredes para el cuarto del bebé.
Su dolor de cabeza, junto la sensación de haber olvidado algo importante la habían angustiado desde que se despertó esa mañana. Había sonreído vagamente al notar que todo estaba en color en lugar de la aburrida vida en blanco y negro en la que había estado viviendo y, francamente, la morena estaba agradecida. Y, luego, como si algo la estuviera impulsando, se dirigió hacia la residencia Maximoff, y se encontró con una Wanda muy embarazada.
—Todo está quedando hermoso, querida — escuchó el halago de la pelirroja, y se sintió orgullosa al ver las decoraciones que había hecho, desde un oso de peluche hasta un par de estrellas en una esquina —. ¿Dónde aprendiste a pintar así?
—No-no lo recuerdo — hizo una mueca antes de volver a sonreír —. Pero es como si lo hubiera hecho toda mi vida.
—Estoy seguro de que Billy te lo agradecerá — Visión entró al cuarto mirando el espacio.
— ¿Billy? — Wanda cuestionó.
—Sí.
—Bueno, estaba pensando en Tommy — respondió Wanda —. Simplemente un bonito y clásico nombre totalmente estadounidense.
—Hmm, Tommy, si — Visión tararea con falsa consideración —. Luego está Billy, ¿no? El nombre de William Shakespeare. "Todo el mundo es un escenario. Todos los hombres y mujeres, simplemente jugadores".
—Bueno, ¿y si es una niña? — agregó Nikkie —. Quizás Natalia o Nikkie, o María, pero Nikkie definitivamente es encantador.
Wanda y Visión se rieron de su querida amiga.
La morena cerró los ojos cuando el dolor agudo de cabeza, que parecía ser el quinto en el día, volvió a atacarla, pero con más intensidad.
¡LIBÉRAME!
Escuchó el grito en lo más profundo de su mente, comenzando a sentirse mareada y finalmente cayendo en la oscuridad.
Las botas de tacón de Nicole resonaban fuertemente contra el piso de madera, casi innecesariamente anunciando su presencia, mientras entraba a la habitación que se encontraba a oscuras, la única luz provenía del gran ventanal circular. Una mujer, las manos detrás de la espalda y mirada contemplativa más allá del ojo común.
—Nicole Scracth, ¿qué te ha traído a este lugar? — proclamó la mujer sin apartar los ojos de la ventana.
—Ancestral, tantos años sin vernos — comentó la morena con una sonrisa ladina, ignorando la pregunta de la mujer.
—Tú presencia ha estado escondida durante décadas, ¿por qué volver a aparecer? — la hechicera le cuestionó.
—Un cuervo me ha contado rumores realmente interesantes — dijo la joven paseando por la habitación oscura —. Un discípulo rebelde en busca de poder, profanación de santuarios y, lo que más llamó mi atención, un nuevo aprendiz — su expresión curiosa y maliciosa a la vez no parecía provenir nada bueno.
— ¿Por qué un ser como tú, se interesaría en un simple aprendiz?
—No seas tan modesta, Ancestral. He percibido su potencial. Esconde un gran poder, definitivamente.
—Tu fascinación por pelear con seres mágicos podría desequilibrar la balanza de esta dimensión — la mujer advirtió, dándose la vuelta y encarándola por primera vez desde su llegada.
—No puedes culparme, tengo que encontrar la manera de hacer divertida mi aparente inmortalidad. Aunque eso destruya a esta realidad.
—Crearás un mundo de caos.
—Hablas de él como si fuera algo malo, cuando no es más que absoluta libertad — explicó emocionada —. Este mundo por fin sabrá lo que es divertirse, y yo seré recompensada.
— ¡No lo permitiré!
Nicole se detuvo abruptamente ante el tono alzado, y su diversión y elocuencia desaparecieron abruptamente de su rostro, quedando con una expresión seria y fría. Dio unos pasos hacia la hechicera hasta quedar frente a ella.
—Tu poder me pertenece — siseó sus ojos brillando furiosamente de violeta —. Asi como se te fue dado, también se te puede arrebatar. Nunca lo olvides.
—Stephen no lo permitirá — Ancestral declaró, confiada.
Una sonrisa filosa se deslizó en sus labios.
—Así que ese es su nombre — Scratch murmuró en su ronroneo complacido —. Él será mío.
Con aquella sentencia, la morena dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.
—He visto tu destino, Nicole — anunció Ancestral. La joven detuvo sus pasos —. Algún día te encontrarás con alguien más fuerte que tú.
La bruja volteó la cabeza y la vio, sus ojos reflejando superioridad y algo mucho más siniestro.
—Entonces tendré que encontrarlo y asesinarlo antes de que él, o ella, lo haga — regresó la vista al frente y desapareció del lugar.
Al abrir los ojos, se encontró con una habitación desconocida para ella. Pestañeó con pesadez y se levantó de la cama. Frunció el ceño cuando sus zapatos hicieron contacto con la alfombra empapada, junto las luces pestañeantes.
Escuchó un grito y bajó rápidamente las escaleras, al llegar al final de esta y se encontró con un cuadro surrealista; Geraldine, amiga y vecina de Wanda, con la susodicha en el suelo pegando gritos.
— ¿Qué...? — no llegó a decir más palabras porque Wanda gritó nuevamente.
Nikkie abrió los ojos y corrió a ella y se agachó a su lado.
—No sé qué sucede pero creo que hay una respuesta lógica a todo esto — dijo Geraldine viendo toda la casa descontrolada.
— ¡Es completamente normal! — Wanda gritó con todas sus fuerzas, como reflejo tomó el brazo de Nikkie y lo apretó con fuerza.
— ¡Wanda, respira! — se quejó la joven al sentir las uñas clavándose en su piel.
La pelirroja comenzó a hacer respiración superficial.
—No puedo hacer esto.
—Tienes que empezar a pujar, Wanda — ordenó Geraldine. Wanda negó y Nikkie asintió —. ¡Estas lista! ¡Vamos! Puja, Wanda. Puja.
Wanda empezó a hacer fuerza mientras gritaba apretando la mano de la morena a su lado.
Siguieron así hasta que se escuchó el llanto de un bebé.
—Es un niño — Geraldine se lo entregó y la nueva madre lo tomó entre sus brazos.
Visión entró con el doctor al instante y se quedó mirando a su esposa en el suelo junto al bebé.
—No puede ser, me lo perdí — la visión se lamentó.
—Vinimos muy rápido, fue como si voláramos — contó el doctor, aunque luego el doctor desapareció hacia la cocina con Geraldine.
Nikkie hizo una mueca imperceptible al sentirse como una intrusa en el momento familiar. Se levantó del suelo y se dirigió a la cocina. Necesitaba agua y esperar a que el escozor en su brazo pasara.
No sabía cuánto tiempo pasó cuando escucharon otro grito de Wanda, salieron rápidamente a la sala y se encontraron a Visión con otro bebé en sus brazos.
—Sois tan lindos — murmuró Nikkie maravillada, viendo a los bebés dormidos en la cuna. Wanda le sonrió con ternura a la chica.
—Eres una mujer muy fuerte, Wanda — Geraldine llegó al lado de ellas haciendo que Wanda solo hiciera un movimiento con su mano, diciendo que no quería presumir —. Es que, ¿lo puedes creer? ¡Gemelos!
—Sabes, también soy gemela — la mirada de la pelirroja se ensombreció de nostalgia —. Tenía un hermano. Se llamaba Pietro.
Nikkie no las miraba pero escuchaba la conversación, la vista fija en ambos niños.
—Lo asesinó Ultrón, ¿no? — la sonrisa de Wanda decayó de repente, al darse cuenta de lo que la mujer había dicho al mismo tiempo en que Nikkie miraba confundida a Geraldine.
— ¿Ultrón? — soltó la chica confundida —. ¿Quién es Ultrón?
— ¿Qué fue lo que dijiste? — Wanda se volteó hacia la mujer.
—Dije: "Wanda, eres una mujer fuerte" — la morena cambió su expresión y se acercó al sofá —. ¿Debo repetirlo por las dudas?
—No — contestó Wanda rápidamente —. ¿Qué dijiste sobre Pietro?
— ¿Pietro? ¿Saben qué? Creo que es mi turno de tener a los bebés.
—No — volvió a responder seriamente —, es mejor que te vayas.
—Wanda, vamos...
—Wanda... — Nikkie se calló al ver como la pelirroja miraba fijamente el cuello de Geraldine, al seguir su mirada se dio cuenta de un collar con un símbolo extraño.
— ¿Qué es eso? Ese símbolo.
—Yo...
— ¿Quién eres? — interrumpió la pelirroja al instante. La mujer comenzó a tartamudear y más cuando Wanda se le acercó —. Te pregunté, ¿quién eres?
—Vamos, Wanda, soy tu vecina — contestó con nerviosismo, pero tratando de disimularlo.
Wanda se acercó más a ella, comenzando a enojarse. Los bebés ahora lloraban y Nikkie trató de calmarlos.
—Wanda... — la joven dio un paso hacia la pelirroja, ésta con la mano le indicó que se detuviera, sin mirarla.
—Nikkie, lleva a los gemelos a su habitación — pidió con dureza.
—Wanda, no creo que...
—Lleva a los niños. Por favor — ordenó más fuerte.
Al ver que no se movía, giró la cabeza y la miró directamente a los ojos, y la morena frunció el ceño antes de asentir y agarrar a ambos niños con destreza y se dirigió al cuarto decorado.
Al llegar al cuarto no sabía qué hacer. Así que se acercó a la cuna y, con delicadeza, acostó a Tommy, cuando fue el turno de Billy, notó que éste la miraba con curiosidad.
—Tu mirada da miedo — murmuró, cambiándolo de posición; cara a cara.
Billy estiró su mano tratando de tocar su mejilla. Al hacerlo, sintió una sensación de calidez y paz, luego el sentimiento de liberación. Era como si el bebé le diera el empujón que necesitaba para despejar su mente.
Su expresión gentil cambió completamente. Una sonrisa maliciosa y mirada astuta apareció en su lugar.
—Hola, lindo, lindo bebé — ronroneó con gusto.
El bebé hizo un puchero, sensible al aura oscura de la Scratch. Alejó su mano de ella.
Nicole luchó contra el control mental de Wanda, pero sabía que estando la pelirroja tan cerca y molesta sería difícil.
—Nos volveremos a ver, pequeño mocoso — se despidió antes de volver a ser desplazada a lo profundo de su mente.
Nikkie sonrió con dulzura, y posteriormente le dio un beso casto en la coronilla del bebé.
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