
Capítulo 04. Gestos románticos
La mañana se sentía diferente, había un ambiente raro desde que me levanté para ir a correr. He estado pensando en la relación que tendré que fingir con Cole.
¿Realmente estaba haciendo lo correcto?¿Todo esto por un chico que apenas y me dirige la palabra? ¿Por qué hago esto? ¿Qué tiene él qué no tengan los otros? ¿Vale la pena? ¿Él vale la pena?
Esas preguntas rondaban por mi cabeza desde que abrí los ojos antes de que saliera en alba. Tenía un nudo en mi cabeza y posiblemente también con mis sentimientos.
¿Qué te hace tan especial Alex Walter para tenerme haciendo estupideces?
Preguntas. Preguntas. Y más preguntas. ¿Respuestas? No las tenía.
Para terminar de empeorar las cosas, mañana es el partido de fútbol del equipo y el rubio tarado que ahora será mi novio falso, jugaba en él, pero por una lesión se tuvo que retirar y eso aún le afectaba. Por lo tanto, no creo que esté de humor para mis juegos, es más, ni creo que vaya.
Cuando voy saliendo de mi habitación Cole va para la suya. Me quedé en el pasillo observando como él tiene en sus manos un cuadro al que veía con tristeza. Había desempacado las cajas que tienen sus cosas del fútbol, lo mira todo con nostalgia.
Puedo entender lo que siente, mi padre de joven quería ser un jugador profesional, pero su padre lo obligó a seguir con el negocio familiar. No es tan parecido a lo de Cole, pero entiendo lo que es vivir con una persona que tuvo que dejar sus sueños atrás. Me siento mal por él.
—Hola —me acercó dudosa. Sus ojos tristes y furiosos caen en mí.
—¿Necesitas algo? —pregunta despectivo.
—Nada importante —juego con mis manos —. Sólo quería decir qué...no es necesario hacer "público" nuestra farsa hoy.
Cole niega con la cabeza repetidas veces.
—No, está bien. Me da igual lo de hoy —se escusas, mintiendo.
—Cole, no tienes que fingir que no te afecta todo ésto. Al menos no delante de mí —reveló —. Tenía a una persona que amaba el fútbol tanto como tú, su vida dependía de eso. Pero cosas sucedieron y tuvo que dejarlo —recuerdo las veces que papá entraba a su cuarto dónde tenía todos los premios que ganó en su juventud y lo mal que se ponía cuando salía. La decisión que tuvo que tomar le peso lo que tuvo de vida —. Te entiendo, al menos un poco.
Agachó la cabeza por un momento. El par de ojos verdes se volvieron a posar en mí, había un brillo en ellos.
—¿Esa persona era tú padre? —pregunta. Yo desvió mi mirada.
Asiento con la cabeza.
—Sí -suspiro —. No te hagas el mártir conmigo, te quita el "encanto"
Bromeó para alivianar la tensión, el sonríe y el camanance en su mejilla apareció. Retrocedo para irme, Cole me detiene agarrando mi mano, la aprieta suavemente, sentí una sensación extraña cuando lo hizo.
—Gracias, Kiki —agradeció, con un tono de voz suave y dulce, uno que nunca le había escuchado.
Le sonrió y me voy.
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Luego de la escuela Skylar y Grace vinieron a la casa para que ayudemos a Jackie con la subasta. Yo ayudaba a Skylar a pintar un cartel mientras Jackie hablaba de que no se esperaba el nivel de apoyo que estaba recibiendo y Grace paseaba por la habitación aburrida.
—Sí, bueno. Kelly. Eh, casar, besar o matar —los tres nos volvemos a ver al notar que ya volvió a ser ella —. Isaac, Alex y Cole.
—Grace, ¿por qué eres así? —reprocha Skylar.
—Tal vez porque mis papás no me dejan salir y ustedes no me dejan soñar.
—Ammm...desaparecer a los tres —respondo. Pone mala cara.
—Así no son las reglas del juego.
—Tu no dijiste que había reglas —contraataco, sonriendo divertida.
—Ingeniosa —se tira en la cama —. Está bien. Podemos volver a jugar cuando Jackie vuelva a pasar el día con Alex.
Me tensó.
—Alex y yo solo somos amigos —contesta la morena.
Skylar se me queda viendo y yo solo le hago un gesto desinteresado.
—Bueno, ¿y qué es el amor si no la amistad en llamas?
No sé en qué momento sucedió, pero aparece Benny con un sostén de Jackie en la cabeza y corre mientras Jackie intenta detenerlo cuando Benny golpea a Skylar derramando el vaso de pintura sobre su camisa.
Terminó de recoger las cosas que usamos para no dejarle el cuarto a Jackie desordenado y salgo a buscar a Skylar para ver si puedo ayudarlo con su camisa. Cuando notó que venía saliendo del cuarto de Nathan.
—Kelly —dice al verme.
—¿Todo bien con tu camisa?
—Si...Nathan se ofreció a darme una mientras lava la otra —explica. Alzó mis cejas divertida —. No hagas eso.
—¿Qué cosa? —me hago la tonta.
—Eso, las cejas, la mirada divertida. Se lo que están pensando, no lo hagas más.
Alzó mis manos en señal de rendición.
—Está bien, dejaré de pensar que entre tu y Nathan suceden cosas.
Skylar se ríe y bajó con él. Me despido de los chicos se van en el auto de Grace. Cuando vuelvo adentro escucho el televisor y pienso que Danny está mirando una película. Me adentro y veo que está con Cole.
—Kells, ven, siéntate. Puso tu favorita de Audrey Hepburn.
Caminó hasta sentarme en el sillón a la par de Danny cuando ambos se corren dejándome un espacio en el medio, me siento y me pasan el tarro de palomitas.
Siento una mirada intensa sobre mí. Cole está ido mirándome.
—¿Qué harás mañana, Kiki? —pregunta el rubio.
—Ayudaré a Jackie con la subasta, también a vender sidra y me invitaron a ver el partido —respondo metiendo palomitas en mi boca.
—¿El partido? ¿Quién?
—Helton, ¿no te acuerdas? Tu me lo presentaste —le sonrió de boca cerrada. Tiene el ceño fruncido.
—¿Por qué no me lo habías dicho? —reprocha.
Escuchó una risita por parte de Danny.
—Si, Kiki, ¿por qué no le dijiste? —se burla Danny de su gemelo.
Totalmente confundida los miro a los dos. Cole mira mal a su hermano y Danny solo se queda en silencio bien burlón. Yo no entiendo nada, parece que se hablan con la mirada de un tema en el que claramente estoy fuera.
—No entiendo. Tu querías que saliera con él, ahora que lo hice te portas raro.
—Si, pero no después de que aceptara lo que propusiste.
—¿Aceptar qué? —pregunta Danny.
Estoy sorprendida con él. Danny no es de meterse en los temas de las demás personas, pero por alguna razón estaba interesado en mi conversación con su gemelo.
—Nada, después te cuento —le digo —. Ya sé, pero no es como que lo vamos a decir ya. Te dije que te iba a dar tiempo, por lo del fútbol y eso.
—Ya te dije que estaba bien —recalca —. Pero está bien, no arruinaré tu cita con Helton.
—¿Por qué te portas así? No es una cita, Cole, es solo ir a ver fútbol —digo obvia —. El qué tiene problemas con el fútbol eres tú, no yo, ¿o me lo vas a prohibir?
—No, Kelly. No te voy a prohibir nada —se levanta y se va enojado.
Desde que llegué es la primera vez que lo escucho llamarme por mi nombre y no por los apodos que me puso.
Vuelvo a ver a Danny confundida. ¿Se supone que dije algo malo? Me levanto y lo sigo.
—¿Me vas a explicar tu rara actitud? —pido. No dice nada —. ¿Por qué te enojas, Cole? No dije nada malo.
—No te entiendo. Me prohibes que no salga con nadie mientras "estamos" juntos, ¿y tú lo haces?
Siento una pequeña pizca de decepción.
—¿Así qué se trata de eso? ¿El no poder estar con otras chicas? —voltea la cara —. Si quieres hacerlo, bien, házlo. No te detendré.
Salgo y me encierro en mi habitación. Excelente, mis estupideces a lo que me llevan.
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Ya estaba esperando con Jackie que Alex arregle el carrito de sidra para poder comenzar a vender.
—Lamento mucho la espera —pide disculpas Jackie al cliente.
Me voy a dónde Alex que sigue y sigue intentando que el carrito funcione.
—¿Cómo vas con eso?
—Ya casi lo tengo —responde.
—¿Hay noticias de Will? —aparece Jackie.
—Le envié un mensaje, pero no contesta.
—Hola —llega Erin —. ¿Estás ocupada?
Se ve tan linda con su traje de porrista. Me insistió en que me metiera, pero animar no es lo mío, soy más de desanimar.
Volteo a ver el carrito.
—No, aún no.
—Entonces ven conmigo —me agarra del brazo y comenzamos a caminar —. Helton ha estado preguntando por tí.
Cierto. Ese pequeño e insignificante detalle se me había olvidado.
—¿Ah sí?
—Si. Está nervioso. Olivia me contó que le dijo a todo el equipo que debían pasarle la pelota para hacer un touchdown para tí —sonríe coqueta y me golpea con el codo.
—Ay Dios —murmuró.
—Siento un poco de pena por él —comenta Erns.
—¿Y eso por qué? —interrogó.
—Porque se que entre tú y Cole suceden cosas, aunque no lo quieras admitir se nota —vuelve con el mismo tema de la vez anterior.
En otras circunstancias hubiera dicho «estás alucinando, Erin. Nada pasá entre ese rubio tarado y yo», pero viendo en lo que me metí, supongo que lo mejor es como ir dando un indicio de que sí sucede algo. Aunque no se si después de lo de ayer siga con ganas.
—Esa carita de pensativa me la conozco -entrecierra los ojos —. ¿Qué me escondes, lindura?
Y aquí vamos...
—Nada, o bueno...agh, no lo sé.
—¿Pero hay algo?
—Puede ser —respondo.
—¡Lo sabía! Las miradas nunca mienten -dice y arrugó el ceño.
—¿Qué miradas?
—¡Erin! La presentación ya va a comenzar, ¡vámonos! —viene una de las animadoras y se la llevan.
—¡Hablamos luego! —grita.
Vuelvo al puesto de sidra cuando veo a Cole sirviendo y vendiendo las bebidas.
—Adivino: Will no pudo venir y envío a su reemplazo, y lamentablemente ese eres tú.
—Sabía que eras inteligente, Hollywood, pero no para tanto —se burla el muy desgraciado.
—Al menos utilizo mi cerebro y no dejo todo a base de mis encantos —tiro yo también.
—¿Cuáles encantos? —pone cara de pensativo.
Con que quiere jugar. Bien.
—Los que Helton vé —sonrió al ver su enfadó. Victoria para mí —. Tu empezaste.
—Pensé que no ibas a venir —se acercan Alex y Jackie.
—Cambie de opinión.
—Creí que esto no te importaba.
—Oye, con gusto me largó.
No entiendo por qué estos dos se llevan tan mal. Es como una rivalidad lo que tienen.
—Yo voy a ir a dar una vuelta para ver de qué trata todo esto y luego iré a mirar cómo va la subasta —anuncio y emprendo caminó.
Pasó por varios puestos tanto de comida como de juegos. Es impresionante, en Los Ángeles este tipo de actividades existen, pero yo nunca iba a nada de eso. La gente con la que solía relacionarme eran muy sotisficados, siempre eran salidas a restaurantes, fiestas elegantes, planes en casa, fiestas de piscina y día de SPA. A pesar de que me gustaba todo, no podía no sentir que estaba fingiendo ser alguien que no soy. Mi padre me educó como una persona humilde que tiene la vida que tiene por el esfuerzo y los estudios, nunca para engrandecerme por el dinero, los lujos, los eventos privados, etc, que tenía. Por eso estos planes me parecen lindos, se que es como él hubiera querido que viviera.
—Kelly.
—Helton, hola.
—Si, hola —agacha la cabeza, se mira nervioso —. Erin me dijo que andabas por aquí. Espero no te moleste que haya venido a molestarte.
—No para nada, solo que...¿No deberías estar con el equipo y eso?
—Tienes razón, pero el entrenador nos da un tiempo libre para ambientarnos con la energía de la gente aquí.
—Entiendo.
—¿Has estado en algo así antes?
—No, en Los Ángeles no solía hacer nada muy divertido. Aunque si miraba partidos con mi padre —de lo único que sabía era lo que es un touchdown.
—¿Así que sabes lo que es un touchdown? —asiento —. Bien, entonces...si vas al partido fíjate en el número 35, hará el touchdown ganador.
Noto el número en su camisa.
—O eres muy arrogante o solo tendrás suerte.
—Quizás tu eres la que me de suerte —sonríe de lado, alzando sus hombros.
Perfecto, ahora no sé qué responder a eso.
—Te veo luego, Kelly —dice, me sonríe coqueto y se marcha.
Yo vuelvo para ir a ver cómo va la subasta. Jackie ya estaba ahí.
—¿Y? ¿Cómo va? ¿Funciona?
—A este ritmo no vamos a alcanzar el objetivo antes del partido —me contesta la pelinegra.
La razón por la que quise ayudar al consejo estudiantil con esta subasta fue por Danny. Sé lo importante que es para él la renovación del auditorio. Hice mi contribución, por supuesto, con una de las tarjetas con dinero que tengo, pero solo mi dinero no es suficiente y pagar de más siento que sería un insulto al esfuerzo que ha hecho Jackie por esto.
—¿Todo bien? —aparece Cole.
—Si...no todo mal —responde Jackie.
—Necesitamos recaudar todo el dinero posible si queremos tener un teatro nuevo para los estudiantes, pero a este ritmo no creo que alcancemos la meta —le explicó.
—Y Princeton busca consistencia y seguimiento.
—¿Alguna idea, señor todo me sale bien con mis encantos?
Cole medio sonríe y se queda pensando algo. No dice nada cuando sale y se va.
—Bueno, seguimos siendo tú y yo, Jackie.
—No tienes que hacer esto, ya hiciste suficiente.
—Pero quiero hacerlo. Quiero ayudar a Danny.
—¡Oiga, señor Summerhill! ¡Pase largó! -Cole que está subido en el escenario le lanza la pelota al señor Summerhill que la atrapa y todo estallan en aplausos.
Skylar que hasta ahora aparece nos volteamos a ver los tres con confusión. Cole sigue halagando al hombre y todos gritan y aplauden eufóricos.
—Ahora que tengo su atención, la mesa de subastas ha estado muy tranquila. ¿Qué tal si subimos un poco el volumen?
Esto debe de ser una broma.
Una señora se acerca y los tres agradecemos. Cole sigue haciendo bromas al público mientras lo veíamos.
—¿Qué carajos está haciendo? —pregunto.
—Al parecer, estamos presenciando un gesto romántico —comenta Skylar, mirándonos a las dos —. Pero, ¿a cuál de las dos chicas?
Jackie y yo nos volvemos a ver entre sí, sin saber qué responder.
Cole comienza a decir la estupidez más grande de que se va a subastar el mismo. Mis ojos caen en la morena a mi lado cuando Cole voltea a ver para acá. Jackie está sonriendo de oreja a oreja felíz, con ojos de amor.
Suelto un suspiro.
Cole sigue dando opciones para ofrecerse cuando aparece Grace desviando mi atención del rubio.
—Ay, por Dios, al fin soy libre. Cuéntenme, ¿de qué me perdí?
—Cole se está subastando por caridad —le cuenta Skylar.
Al solo escuchar esas palabras Grace casi sale corriendo.
—¿A dónde vas?
—¡Voy al cajero! —los tres nos reímos.
Las ofertas por Cole empiezan y es increíble lo que ofrecen. Al final se vendió a una señora mayor por quinientos dólares.
—Es increíble. Pagan quinientos dólares para pasar un rato con él, mientras que yo que lo tengo a diario y grátis no lo soporto —suelto.
—Por ahí dicen que lo que es la desgracia de unos, es la alegría de otros —agrega Skylar.
Jackie se quedó con Skylar atendiendo la subasta, mientras yo fui a atender el puesto de sidra con Alex, que supuse que estaba aquí, pero no. En cambio estaba Cole.
—Que gran sacrificio has hecho ofrecerte una tardé entera trabajando para Edna para que el club de teatro tenga su auditorio.
—Bueno, alguno debe aferrarse a su sueño.
—Quinientos dólares, eh. Creo que debería considerar subastarte más seguido —sugiero —. "Una tarde con Cole Walter" o algo mejor: un puesto de besos con Cole Walter, en ese si pagarían muchas.
—¿Estás pensando en hacer una fortuna con tu novio falso, Hollywood?
—Quizás —le sigo el juego.
—Hablando de la relación falsa. ¿Cómo haremos para decir qué somos pareja?
—Solo actuaremos como una pareja —digo, relajada, sin darle muchas vueltas al asunto.
El se me queda viendo por un momento mucho.
—¿Y si mejor te besó? —sus ojos verdes caen a mis labios.
Besar a Cole Walter no estaba en mi lista de cosas que deseo hacer, por lo tanto no es una opción.
—No, eso no pasará —sentenció.
Siento donde va acortando el espacio que nos separa y me toma de la cintura halandome despacio hacia él. Mi corazón se acelera cuando su mano se posa en mi cuello. El verde de sus ojos ahora eran dominados por el negro de sus pupilas dilatadas, no despegaba su vista de mis labios.
Yo estaba congelada, no podía reaccionar, mi cuerpo no me responde y estaba tan nerviosa que en mi estómago se sentía un hueco horrible. Acorta el espacio que separa su boca de la mía cada vez más.
—¡Cole! —repriendo. Eso hace que vuelva a tener uso de razón y me suelta dando unos pasos atrás.
Trago grueso. Siento mis mejillas arder.
—Yo solo decía —se encoge de hombros de lo más normal, como si nada hubiera pasado. Mientras yo apenas y me estaba recuperando de lo que sea que fuera eso.
—Acordamos que sin besos —le recuerdo —. Tú lo dijiste.
Arruga el ceño.
—Solo quería hacernos las cosas más fáciles.
—Bien, pero no lo hagas. Al menos no de esa forma —pido.
Se me queda observando y vuelvo a notar como sus ojos caen en mis labios nuevamente.
—Ok —dijo, suspiré tranquila —. No voy a arruinar tu cita con Helton.
Sigue de necio.
—Que ya te dije que no es una cita —vuelvo a decir esperando que está vez le quedé claro.
—¿Entonces por qué todos dicen qué sí?
—¿Les vas a creer a ellos o a mí?
Se queda mirándome, no con duda. Como si estuviera encontrando las palabras correctas.
—Está bien, Hollywood, te creeré a tí.
—Oye —llega Skylar, nos mira a los dos con intriga —. Ya va a empezar el partido.
Dejo al rubio en el puesto y me voy con Skylar. Todo el partido me lo pasé hablando con Grace y Skylar sobre temas para nada relacionados con el partido.
Sí presté atención de vez en cuando al juego, hasta pude notar como Helton me miraba de vez en cuando antes de iniciar el juego. Y cómo arte de magia el muy cabrón anota el gol ganador. Al menos no hizo un desplante dedicándome el gol, pero si no dejaba de verme mientras celebraba con sus colegas, hasta me guiñó el ojo.
Ahora no hay quien lo bajé de está nube.
O tal vez sí.
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Notita:
Ay no saben lo mucho que disfrute escribiendo este capítulo. Se me hizo muy largo, lo sé, pero está lleno de...¿drama, celos o coqueteó? Quién sabe.
Me está encantado escribir a Cole y Kells. Hay tanto de ellos por contar y desarrollar.
¡Y Danny! Dios, Danny sabe algo que nosotras no.
Si les está gustando leer la historia tanto a mi como escribirla, los invito a votar, comentar y guardar la historia en sus bibliotecas. Se los agradecería muchísimo.
¡Gracias por leerme!
Con amor, Fey
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