-¡¿Qué tu y Spreen que?!- Casi se ahoga con su comida.

-¡Callate Quackity, por Dios!- Cubrió la boca de Quackity rápidamente. -Sólo...si, el ya lo sabe. Y, paso eso...-

Estando ambos sentados en el salón de matemáticas, intentando concentrarse en el aburrido dictado de la maestra Samantha, con la que solían molestar a Rivers.
Juan sintió como tocaban su hombro varias veces, teniendo cuidado de que la maestra los viera, paso la mano para atrás, sintiendo un papel en la palma de su mano.

"¿Qué somos?, luego de lo que paso, ¿seguiremos siendo amigos?"

Sintió sus mejillas calentarse, abrió los ojos Takeshi platos, y miro la nada, sintiendo su corazón latir a mil por hora. Spreen acaba de terminar una relación, quizá no sea lo mejor ahora, quizá no era el momento, quizá dañaría su amistad con Rodrigo. Por suerte, Rodrigo estaba a su lado, notando su guerra mental. Tomó el papel rápidamente y miró a Juan con una sonrisa. Tomó un trozo de papel de su libreta y escribió algo, para devolver ambos papelitos a la mesa del de lentes.

"Aceptalo, Juanito. Tengo a Rob :)"

Su corazón se calmo un poco. Tomó algo de su lapicero, y pidió la mano de Spreen.
Escribió con la letra más chica posible, y devolvió la mano de Spreen para que pudiera leerla.
Luego de un rato mirando las letras tan pequeñas de Juan, pudo Spreen leer lo que había escrito.

"Me haces dudar de lo que siento realmente. Dudo imaginarme un futuro con alguien más que no seas tu."

Miro a Juan con sus mejillas rojas. Se harían novios mientras la maestra dictaba y no de callaba. Ambos trataron de calmarse, o podrían notar su aroma.

Tras pensar un rato, escribió en otro papel.

"Entonces haré la pregunta...¿Puedo ser tu novio?"

Una semana, dos, tres y un mes, dos meses, 3, 4, 5, 6 hasta que el año se cumplió. El año se hicieron 2, y esos 2 se hicieron 3, entraron a la misma universidad, y la acabaron juntos; compraron un departamento para ellos solos. Se comprometieron y casaron, tuvieron una hermosa niña y como en los cuentos dicen "y tuvieron un final feliz"...

-Llevamos 7 años en una relación. En ese tiempo, mis sentimientos han cambiado...Solo me he convencido que quiero estar contigo el resto de mi vida, casarme, tener hijos quizá, envejecer, tener nietos, y morir a tu lado para sentir que disfrute mi vida como debería. Creo que con lo que te he dicho, imaginas lo que preguntaré, de todas formas, quiero preguntartelo...Juan Sebastian Guarnizo, ¿te...te quieres casar conmigo?- Extendió una cajita, que se iba abriendo de a poco en poco, dejando ver un lindo anillo brillante.

Miro a Ivan con lagrimas empapando sus mejillas, las cuales estaban rojas por la emoción y el ya estar llorando.

-Y-yo...¡Si, me quiero casar contigo!- Se abalanzó a abrazar al híbrido felizmente, dejando soltar su llanto.

-Juan, llevas una hora en el baño, ¿estás bien, lindo?- Toco la puerta de nuevo.

-¡V-voy!- La voz de Juan estaba quebrada y débil, ¿había llorado?

-Hey, ¿por qué lloras, amor?- Pregunto abrazándolo apenas se abrió la puerta. -¿Qué pasó, ah?- Sostuvo el rostro de Juan, notando sus ojos y cara roja.

-Positivo.

-¿A-ah?

-Salió positivo...Tendremos un o una hija.

-¿Aceptan a Juan como tu futuro esposo?

-Acepto.- Murmuró, mirando la sonrisa boba de Juan

-Y tu, Juan, ¿Aceptas a Ivan como tu futuro esposo?

-Acepto.