
10. 🔞
-Juan...¿que te paso entonces?
-¡Ya te dije que no lo sé!...Bueno, n-no puedo decirte , Ivan.
-¡¿Qué?!, ¡¿porque?!- Pregunto con enfado. -¡No dire nada, Juan!, anda, ¡dime!-
-¡Agh!, ¡por ti!, ¡por ti tengo esta puta marca!, ¡por eso son iguales, idiota!-
Si...se preguntaba como había terminado arriba de Spreen. Solo sabía una sola cosa, no quería que aquella noche terminará.
2 de la mañana, y con Spreen atacando su cuello, todo el sueño había desaparecido.
-Ivan...- Suspiró Juan en medio de besos, y más suspiros. -¡Ah!- Gimió al sentir los dientes de Spreen casi clavándose en su cuello. -¡A-ah!, espera un ¡ah~!...¡Ivan!- Murmuraba, sintiéndo como dejaban todo un camino de besos en su cuello y hombros.
Spreen no podía evitar mirar las expresiones de Juan, tan tiernas, pero provocativas, se veía tan bien y sin lentes, a Spreen le podía dar algo allí mismo. Paro de repente, escuchando como alguien tocaba la puerta.
-¡Pinche Spreen!, ¡si vas a cojerte a mi hermano usa protección, pendejo!- Era Ari. Ambos, con total nerviosismo, se pusieron las prendas que les faltaban, y abrieron la puerta. Ambos estaban rojos, así que Ari, y Rivers -que estaba tras Ari- podían imaginarse lo que habían hecho. -Mínimo condon, el sida y los embarazos andan fuertes.- Sin más, Ari extendió su mano a Spreen, dejando ver una bolsita metálica.
-¿A-ah?
-No te hagan el pendejo. Con protección, y quiero que Juan no nos ande chingando que le duele algo.- Esta vez hablo Rivers, abrazando la cintura de Ari, haciendo notar su cansancio.
-¡Ya, ya!, ¡gracias y bye, tampoco hagan ruido!- El de lentes tomó el paquete y corrio a ambas de la puerta, cerrando con seguro.
-Oye, Juan...esta bien si no quieres seguí. Entien-
-¡No!...d-digo, esta bien. Solo querían molestar.
Los suspiros volvían a llenar aquella fría habitación. Juan jamás se había sentido así, y tampoco quería que fuera la última vez. Podría repetirlo y nunca parar. La entrepierna de este rozando con la del híbrido, siendo detenido por la tela de la ropa interior de ambos.
-Hmm~...¡Ah!- Cubrió su boca con una almohada. Spreen lo quería matar o por que tenía que ser tan...El no sabía como describirlo. Pero, lo torturaba mental y sexualmente.
-No te cubras...Quiero verte- Murmuró Spreen, sin dejar el cuello de Juan, el cual ya estaba rojo de tantas mordidas que le brindaba Spreen, eran tantas que no se notaba la marca que le habia dalido a Juan luego del problema con Carrera. Lo hacía tan bien que se volvía adictivo para Juan.
Lentamente, dejo la almohada a un lado, encontrandose con Ivan mirándolo atentamente.
-No me mires así
-¿Por que no?, eres tan lindo estando así~- Susurro en el oído de Juan.
La parte baja de Juan no podía mantenerse tranquila con el híbrido jugando con el de esa manera. Sintió como las frías manos de Spreen iban a sus caderas, y bajaban la última prenda que le quedaba al omega.
Bajaba tan lentamente que se volvía una tortura total para Guarnizo.
Cuando estuvo totalmente desnudo, el frío de la ventana y del cuerpo de Spreen impactaron contra el. Noto lo injusto que estaba siendo la situación. Spreen aunbtraia camisa. Quería volver a ver el pecho se Spreen, darle algo de atención igual.
-Déjame verte...-Murmuró antes de que Ivan volviera a besarlo. -Por favor, yo ya estoy desnudo-
En un movimiento rápido, Spreen estaba bajo Juan, el cual ya estaba haciendo el trabajo de quitar las prendas que sobraban allí. El pecho de Spreen lo envolvía a querer quedarse allí. Bien formado, no solo por ser alfa, sino por qué el mismo híbrido se encargaba de hacer algunos ejercicios. Juan había olvidado como se sentía ver a Spreen así. Por qué si, no era la primera vez que lo veía sin camisa; lo había visto así cuando lo acompaño al gimnasio, donde solo se había enamorado aún más de él luego de todo la buena vista que había tenido.
-¿Vas a ser algo más o solo mirarme?- El híbrido rio un poco, observando bobamente el rostro sonrojado de Juan. Sabía todo lo que podía estar pensando, momentos tan eroticos; Juan no era el único que pensaba en cosas tan..."del diablo" como diría Quackity.
-Callate.
Siguió con lo que ponía más nervioso a Juan, la ropa interior. Un pensamiento sucio vino a su mente, pero lo descarto totalmente al ver a Spreen totalmente desnudo.
"Nope, eso ni de broma me cabe en la boca", quedo observando a Spreen un rato, el híbrido no se molesto para nada, le parecía tierno la actitud de Juan, incluso.
-¿Qué miras?- Iba a jugar un rato, si Juan ll hacia ponerse así y lo dejaba con las ganas, el igual tendría que poder. Juan lo miró mal, y se cruzó de brazos, fingiendo que lo iba a ignorar. -Ya, es broma. Veni- Extendió sus brazos, al ver que Juan se negaría a abrazarlo, no le quedó de otra que envolverlo con sus brazos y volverlo a besar para que le perdonara.
El cuello de Juan seguía doliendo por las mordidas y chupetes que Spreen había dejado en ellas, sin embargo, amo cuando Ivan volvió a atacarlo con nada de piedad.
-¡Ah~!, espera...¡Mmh~!- Tonterías y vulgaridades era lo único que podía salir de los labios del más bajo. Besos húmedos y calientes iban por todo su cuello, bajaban por sus hombros, y llegaban hasta su pecho.
-Podríamos intentar...algo más. ¿P-podria?
No, no tenía idea alguna de lo que hablaba Spreen, pero verlo así solo lo exitaba más, su cabello desordenado y cara totalmente roja, no podía negarse a nada de lo que le pidiera.
Asintío levemente, y pudo notar la sonrisa boba del híbrido al recibir su respuesta.
-Volteate.
-¿Ah?
-Tu cara contra el colchón, si no entendiste.
La voz de Spreen lo torturaba. Se hacía grave y dominante. Todo de Spreen era perfecto, ¿o que hacia Spreen con Juan para volverlo loco?, su aroma, su cuerpo, su voz, su cabello, su cara, sus pensamientos, sus palabras, todo de él le gustaba. Tanto que, Juan recordó una canción, "Tutank'mon". Por alguna razón extraña, la canción comenzó a sonar repetidas veces el la mente de Juan. Estaba locamente enamorado, o, su celo estaba por llegar y eso lo enloquecía aún más.
Pasados unos segundos, Juan hizo caso, y giró, sintiendo el frío del pecho de Spreen de nuevo, pero, esta vez en su espalda desnuda.
-Tendre cuidado, estate tranquilo.
De la nada, Spreen se levanto de la cama y se acercó a la mesita de noche de Juan. ¿Qué hacía ahora?
-Tu hermana me matará si no lo uso, y ni imaginar Rivers. Deja que haga las cosas como deben de ser, y no me mires así. Te estoy cuidando.- Murmuró Spreen con una sonrisa, ahora se hacía el responsable.
-Solo apurate. Se me van las ganas.
-Es eso o que quedes preñado, Juan.
Las mejillas de Juan se pusieron aún más rojas; para evitar que lo viera así, se giró, quedando a espaldas de Spreen.
-Solo me das una buena vista, Juan~
-¡Maldito pervertido!
-Tu me quitaste la ropa, y, te dejaste. No sé si el "pervertido" sea yo, lindo.- Se acercó a Juan apenas terminó de ponerse la dichosa protección. Beso su mejilla, y comenzó su "trabajo".
-¡Mm~!- Aquel contacto lo haría perder la cabeza. Un leve roze y ya estaba a los pies de aquel híbrido. -¿Al menos te pusiste lubricante?, no quiero que me duela el puto culo, Ivan.-
-¿Tienes?
-El segundo cajón.
-A-ah...Bien, espérame lindo~- Se levanto de nuevo, dejando a Juan cubierto con una manta delgada, algo transparente y que, obviamente, dejaba a Juan con frío. Busco donde Juan había guardado el lubricante, y lo coloco según el maestro de Bilogoa había dicho en primero de secundaria, recuerda esa clase por lo "traumatica" que fue para el, aunque admitía que le estaba sirviendo de más.
Termino, y volvió por segunda vez a la cama, tomó la cadera de Juan sin previo aviso, y lo apegó a el, dejando nada de espacio entre cuerpo, la entrepierna de Spreen y el trasero de Juan estaban totalmente juntos, aunque Spreen aún no estaba dentro de aquel omega, no por ahora.
-¿Quieres que la meta ya?
Juan sintió con timidez, su primera vez era con un híbrido, en su casa mientras su hermana mayor estaba, en la madrugada. No lo esperaba así, pero, tampoco negaría que le fascinaba estar así.
-¡A-ah~!, ¡mierda!- Insultos salían de entre sus labios, no dolia casi nada, por fin lo que Ari le decía del sexo servía. Aún así, era demasiado grande para el interior de Juan, por la estatura debió imaginarlo, también por muchísimas más cosas. Por un momento, había olvidado todo lo que había pasado antes de estar en aquella posición que ahora tomaba con Ivan.
Luego de unos minutos de acostumbrarse, Spreen comenzó a entrar y salir, primero lentamente para ir subiendo la intensidad.
-¡Ah~!- Gemidos ahogados y agudos salían de la boca de Juan, como si no supiera que su hermana y Rivers estaban a una sola habitación de ellos. -¡Mgh~!, ¡s-si, ah~!- Toda la vergüenza había pasado luego de estar así un buen rato. No se arrepentía, ni lo haría de todo lo que paso.
Se despertó tranquilamente, se levantó de la cama, no sin antes ver como estaba Spreen. Se encontraba sentado en la cama, con solo la camisa de Spreen cubriendo su cuerpo lleno de marcas rojas y algunas moradas. Vio de nuevo a Spreen, estaba sin camisa, ay se notaban aún mejor los chupetes que el había dejado en el alfa. Por suerte, fueron lo suficiente concientes como para que Spreen no marcará a Juan aún.
Se levanto al escuchar como alguien salía del baño, se levantó tranquilamente, pero al solo dar 3 pasos, su cadera comenzó a doler de manera demasiado fuerte para alguien como el.
-¡Ah!- Chilló de dolor, acompañado de un golpe en el suelo. De inmediato, Spreen se levanto y corrió hacia el. Por suerte, no estaba desnudo, y traía ropa interior, o Juan querría volver a hacer todo lo de hace unas horas.
-¿Qué pasó?
-¡Me duele!- Lagrimas caían por las mejillas de Juan. Ari ya estaba tocando la puerta. Spreen fue rápidamente a abrir y volvió con Juan. -¡Abi, me duele la cadera!-
-Te dije. Pero ahí andabas, no creas que no te escuché. Culpa de Spreen, no es.- Lo miro con diversión, actuaba como un niño pequeño que acababa de caerse en el pasto. -Tocara que te tomes dos pastillas hoy.-
Juan odiaba las pastillas. Para el, era todo un deporte tomar la mitad de una sola.
-Puta madre.
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