
09.
Sus orejas estaban bajas, su nariz roja, al igual que sus ojos. Sus manos hechas puños, y sus labios algo abiertos. Intentaba conservar calor con su cuerpo y algunas mantas, lo cual era difícil por el invernal clima de su ciudad, era lo único que odiaba de allí. Abrazo sus piernas, haciéndose una "bolita".
De repente, a pesar de la hora, la pantalla de su teléfono se prendió, alguien lo llamaba. No iba a responder, no estaba en sus mejores momentos. Pasaban los segundos, hasta hacerlos minutos, no pararía pronto, así que tuvo que levantarse un poco para ver quien era.
"Juanito♡"
Había olvidado que lo guardo así. Supuso que era importante, así que respondió, quizá se había sentido mal, y Ari no estaba en casa, o algo por el estilo.
-¿Qué pasa, Juan?
-Ven a mi casa.
-¿Ah?
-Ven a mi casa.
-¿No te sientes mal o algo así?
-Para nada. Llevo una semana en perfecto estado, y parece que estaré así. Ahora, Ven a mi casa.
-Son la 1 de la madrugada, Juan.
-¿Y que?, Ven-a-mi-¡casa!
-Agh, bien. Llego en 5.
-¡Gracias!
Se levanto con las pocas fuerzas que tenía en ese momento. Se levanto tan rápido que casi se desmaya, por alguna razón, no quería tardar así que no le dio importancia.
Fue al baño, notando por el espejo el color obscuro debajo de sus ojos. Soltó un suspiro y se hecho agua en la cara rápidamente, y salió a su habitación de nuevo.
-¿Qué pedo Spreen?, ¿qué haces despierto a esta hora?
-¿Qué hacías en el cuarto de Luzu, Quackity?
-Ok, me calló.
Entro a su cuarto, y busco alguna sudadera. Obviamente, le que le regaló Juan fue su primera y única opción. Se la puso al igual que otros pantalones; busco en su armario unos tenis, y solo salió de casa con su teléfono y cartera.
-¡Juan, abrí!, ¡esta lloviendo, boludo!- Gritó desde afuera de la puerta.
Se escucharon los pasos apresurados de Juan bajando las escaleras hasta llegar a la puerta.
-¡Hola!, pasa pasa- Se hizo a un lado para dejar que el híbrido pasara. -¿Cómo estás?-
-Con frío, pelotudo.- Reclamo, disimulando el estar temblando.
-Hm, si, ya veo. Ven, vamos a mi cuarto.
-¿Ah?
-Que vamos a mi cuarto. Últimamente no andas escuchando bien, ¿sabes?- Tomo la mano de Ivan, mientras ambos subían las escaleras.
-Mm- Un quejido salió de los labios de Robleis, sintiendo como unos brazos fríos envolvían su cintura.
-Tranquilo...Duerme, lindo- Murmuró Rodrigo cerca del oído del alfa, provocando un ligero sonrojo en este.
Durmiendo tranquilamente en la cama de Robleis. Sin padres, fin de semana, nadie los molestaba; sonaba tentador hacer algo más.
-Aah...Rob
-¿Si?
-Y-yo, no, tu...agh, ¡me gustas!
-A mi igual.
-Se que no...Espera, ¿que?
-Me gustas igual Rodrigo.
El más alto giro, quedando frente a frente con Carrera, a unos centímetros separando sus labios.
-¿Puedo?
Carrera, sin esperar ni un poco más, junto ambos labios. Al principio, era algo difícil estar en los mismas direcciones, pero luego de un rato, lograron armar un beso deseado por ambos. El beta pudo oler el aroma fuerte de Robleis, que se intensificaba según como iba aquel beso del que aún no se separaban. 1 minuto pasaba; Carrera abrazo el cuelo de Tomi, para juntarlos aún más, Robleis no se quedo atrás, y tomó la cintura de este, sentándose para que Rodrigo quedara sentado en su regazo.
-¿Para qué querías que viniera?- Pregunto el hibrido, abrazando una almohada de la cama de Juan.
-Estaba aburrido. Y como es fin de semana, ¡quizá hacer una pijamada!- Posó ambas manos en sus caderas, haciendo notar lo delgado que estaba a comparación del ancho de su ropa.
-Como...Ah, solo por que estabas enfermo. ¿Y para que usas ropa tan grande si estas tan delgado?- Se acercó a el, provocando que Juan sintiera sus piernas temblar por la notoria diferencia de estatura.
-A-ah...Me gusta como me veo así.- Bajo la cabeza y paso por un lado de el, ocultado su rostro completamente rojo.
-¿Y que planeas hacer en una pijamada?- Abrazo la cintura de Juan, por detrás de el.
-¡Ay, pendejo!, no me asustes así, güey.- Murmuró con molestia. -Y, ver una película. Quería ver una de terror, y eres al único que le dan miedo esas cosas, así que...te llame a ti por eso.-
-¡Ah!, ¡la puta madre!- Gritó Juan luego de que aquel mounstro de la película saltará a la pantalla.
-Si, no creo que sea buena idea seguir viendo esto....-Sus palabras se fueron apagando al notar una marca en el cuello de Juan. La cual raramente era idéntica a la que a él le había brotado en su cuello. -¿Tenes alfa?-
-¿Ah?...No, ¿porque?
-La marca de tu cuello.
Rápidamente, Juan cubrió con ambas manos aquella marca que anteriormente dolia.
-Asi que...te vas en 2 meses, ¿no?
Cellbit asintió entristecido.
-Ouh, será tan difícil no tenerte aquí todos los días.
-Vendré a verte una vez al mes, tranquilo Guapito- Tomó la cintura de Roier, abrazándolo para calmar su tristeza. -Vamos, debemos dormir-
-¿Cómo puedo dormir con los ruidos raros del cuarto de Luzu?, sepa Dios que le hace al pobre Quackity...¿No pueden ser como Bagi y Tina, o yo y tu?, y calmar sus hormonas un día mínimo.-
Sintió la mala mirada de Cellbit.
-Ok, solo como Tina y Bagi.
Aquella mirada seguía en el.
-¿Qué?, ¡¿también ellas?!- Dijo con sorpresa, se lo esperaba de todos menos ellas. -¡Asco!, ¡dejen de pensar en puro sexo, Dios mio!-
-Mira quien lo dice...
-¡Tu callate!, que tu empiezas...
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