Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝘌𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘰 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘯𝘵𝘰 ¹

∘₊✧───ʚɞ───✧₊∘

El galope apresurado de un caballo era lo único que se escuchaba en todo el extenso bosque. Las herraduras golpeando la tierra y la respiración agitada del animal que corría como si su vida dependiera de ello.
Cualquier animalito que osara asomarse por esos lares solo contemplaría al espécimen pura sangre desplazarse como una sombra, llevando sobre su espalda a su intrépido jinete.
Un chico de cabellos rubios iba cabalgando, con sus ojos inquietos mirando los alrededores, como si quisiera asegurarse que ese era el camino correcto. Vestía prendas finas y hechas a su porte, en un lado de su pecho podía identificarse fácilmente el emblema de la familia real.

Y es que era nada más y nada menos que Jeon Jungkook, el príncipe y heredero al trono de Mansheryn.

¿Y que hacía el príncipe heredero en un caballo por el bosque, descuidando sus obligaciones y abandonando su posición de esa manera?

Estaba desesperado. Inquieto y casi al borde de la locura.
Y gracias a eso había tomado la imprudente decisión de salir sin escolta.

Y se había perdido.

Pero no podían culparlo, la necedad y las malas decisiones eran algo que complementaban a su intrépida personalidad siempre.

Pero no era tan tonto al punto de no saber cuando se había equivocado, y está era una de esas veces.
Estaba perdido, sin saber exactamente que buscaba.

Desaceleró el trote del caballo hasta que solo caminaba y dió un rápido vistazo alrededor.
No había rastro de la supuesta cabaña ni del supuesto hombre del que le habían hablado. Solo árboles enormes y plantas exóticas a donde quiera que mirara.

Jungkook soltó un suspiro decepcionado, aunque sin fundamento, no sabía si en verdad esperaba encontrar a ese ser fantástico de la historia que había escuchado.

Era su culpa después de todo creerle ciegamente a palabras sin un soporte verídico.

¡¿Pero que más podría hacer!?

Cuando aquel anciano misterioso y decrépito le habló acerca del brujo que vivía en las profundidades del páramo y que era capaz de concederte cualquier deseo que quisieras no dudó en emprender un viaje para buscarle. Era su última oportunidad.

Con su corazón latiendo pesadamente se dispuso a tomar las riendas de su corcel, dando una vuelta para regresar en el camino y volver a su castillo cuando algo llamó su atención.

Observó detenidamente a su derecha, algo alejada de su posición y refugiada minuciosamente entre árboles y grandes rocas.

Una pequeña y destartalada cabaña, dejándose percibir como un rayito de esperanza.

Y con el brillo de optimismo regresando a sus orbes emprendió camino rápidamente en esa dirección.

Era esa, tenía que ser esa, no había más ninguna casita en los alrededores de ese bosque.

Apresurado se detuvo a unos metros de la cabaña, dejando su caballo atado a un árbol pequeño y aproximadamente hacia la puerta de madera de la propiedad.

Decir que estaba nervioso era poco, sus piernas temblaban como gelatina y sus manos sudaban a mares.
Había perdido la cuenta de cuantas veces había arreglado su cabello y alisado sus ropajes para al fin, soltando un suspiro, tocar la puerta.

Acción que no llegó a completarse.

La madera se había deslizado suavemente, como un soplo de aire antes de que Jungkook estrellara sus nudillos contra ella.

El rubio miró confundido hacia el interior, notando nada más que oscuridad absoluta y un ligero viento frío que despeinó sus cabellos salir de la casa.

-¿No vas a entrar, Jeon Jungkook? -El mencionado tornó su rostro en sorpresa, más se obligó a tragarse su estupefacción y dando pasos seguros se adentró en el lugar, sintiendo la puerta cerrarse de la misma manera en que se había abierto a sus espaldas.

Al mirar al frente se sintió aún más confundido que antes.

El lugar se encontraba completamente iluminado de manera natural, con un ambiente acogedor y un extraño olor a flores silvestres inundando cada rincón. El interior era amplio, más de lo que se podía percibir desde fuera. Los muebles eran de madera igualmente, al igual que toda la casa, con algunos adornos tallados cuidadosamente.

En las paredes la vida silvestre parecía encontrar hogar, pues la mayoría de ellas estaban repletas de verdad enredaderas con flores, y si observaba más detenidamente podía ver algunos insectos volar entre ellas.

Era un sitio singular, pero hermoso de manera propia.

-Deja de curiosear y acércate. -Jungkook siguió la dirección de aquella suave pero demandante voz, la misma que había hablado antes.

Se encontró con la silueta de una persona, completamente cubierta con una capa larga y oscura, sentada en una silla frente a una mesa a unos metros, al lado de una ventana.

A pesar de no poder ver su rostro, sentía la insistente mirada que le obligaba a acercarse.

Y el lo hizo.

En el momento que tomó asiento en la silla frente al brujo, este retiró la capa de su cabeza en un movimiento delicado.
Y Jungkook se sintió paralizado.

La verdad esperaba encontrar a un anciano longevo, con muchas arrugas y el cabello lleno de canas, de ojos inteligentes que guardaran la sabiduría de muchos años.
Jamás espero ver frente a sí, a un chico de su edad, o quizás unos años más, de rostro etéreo, piel suave e impoluta y cabellos negros cubriéndole la frente, dejando ver sutilmente algunos mechones plateados. Y sus ojos, unos ojos grandes y oscuros, seductores y astutos. Con la mirada arrogante de alguien que guarda muchos secretos.

El chico frente a el era hermoso, quizás el más hermoso que había tenido el deleite de ver en su joven vida.

-Tienes una gran capacidad para distraerte fácilmente, Jeon Jungkook. -Jungkook sacudió la cabeza saliendo de su trance, sonrojándose al notar que se había quedado mirando al brujo por más tiempo del que debería. Y cayó en cuenta de algo en ese momento.

-¿C-cómo es que sabe mi nombre? -Maldijo el temblor nervioso de su voz, y más aún al ver la sonrisa perspicaz en los regordetes labios del otro chico.

-No deberías preocuparte por eso, creo que tienes cosas importantes que tratar conmigo. ¿No es así? -Jimin observó cálidamente al chico asentir, parecido a un corderito desorientado despertaba en el una curiosa sensación de ternura. -Dime entonces.

-¿No lo sabe ya? -El hechicero río.

-Tengo una ligera idea, pero prefiero que seas tú quien me lo diga. Así que ponte cómodo y comienza a hablar. -El pelinegro señaló una taza de porcelana frente a Jungkook, que hasta ese entonces no se había percatado de que estaba allí. La tomó entre sus manos y al dar un sorbo al contenido dorado rápidamente notó que era té, aunque de un sabor que nunca antes había degustado.

Relamiendo sus labios, se dispuso a hablar.

Le contó al brujo quien era y de donde venía. Le dijo que era el primero en la línea de sucesión al trono y que estaba próximo a ser coronado como el máximo mandatario. También le dijo que para que esto sucediera su padre, el rey, le había puesto una sola condición.

Debía contraer matrimonio con la princesa de un país vecino.

Y el problema era que Jungkook no se sentía ni mínimamente atraído hacia ella. Si bien es sabido que la mayoría de matrimonios en la realeza eran contraídos por pura conveniencia y poder, siendo el príncipe Jeon un romántico empedernido se negaba a casarse si no era por amor. Y como bien sabía que sería casi imposible huir de ese destino, tomó al brujo del bosque como su última oportunidad.

Iba a enamorarse de esa princesa, lo quisiera o no.

En todo el tiempo que estuvo hablando Jimin no apartó su atención de él, mirándolo de una manera que Jungkook no supo explicar.

-Necesitas un hechizo de amor. -Fue lo que dijo cuando el príncipe terminó, y el rubio asintió dudoso, era lo más conveniente.

Jimin se levantó de su asiento, arrastrando su larga capa y caminando hasta perderse entre unos estantes llenos de libros y objetos extraños, susurrando palabras que él no alcanzó a oír.
Jungkook no se molestó en seguirlo, temiendo que el brujo lo tomara como una invasión a su espacio.

Poco tiempo después el pelinegro regresó, sosteniendo en una de sus manos un pequeño frasco sellado. El líquido en su interior brillaba en un bonito color celeste.

-Antes que nada debes saber algunas cosas. -El hechicero se detuvo justo frente a él, dejando notar una evidente diferencia de altura. Estaba seguro de que si se acercaba un poco más podría apoyar su cabeza sobre los azabaches cabellos. -Las pociones de amor tienen sus riesgos y consecuencias, si no quieres que ocurra algún accidente asegúrate de que nadie más tome de ella.

Jungkook asintió obediente. Extendió su mano para recibir el frasco pero Jimin volvió a mirarlo con clara advertencia.

-Es muy importante que en el momento que tomes la poción no haya nadie más en tu cabeza que esa persona de la que desees enamorarte. Concéntrate solo en ella. -Y le extendió el envase. El rubio sintió un corrientazo pasar por su piel en el momento en que sus manos se rozaron.

Con un sentimiento confuso surcando su pecho se dispuso a ir hacia la puerta y abandonar la cabaña, con el brujo siguiéndole de cerca.

-¿Cómo debo pagarle?

-No te preocupes por eso, obtendré mi recompensa más tarde. -Y a pesar de que se sintió confundido por esas palabras y esa mirada astuta que le era dirigida el príncipe decidió ignorarlo ,montando en su caballo y partiendo a su hogar.

Jimin lo observó sin abandonar su sonrisa hasta que su silueta desapareció, adentrándose en su cabaña nuevamente.

-Tal vez debí decirle que la poción no surge efecto si ya se está enamorado.

∘₊✧───ʚɞ───✧₊∘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro