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✧ diesiseis; edward jones

Leigh sintió el frio golpeando su cuerpo por lo que abrió los ojos siendo cegada brevemente por las luces que la rodeaban. De inmediato cubrió sus ojos con su brazo, lo que la hizo darse cuenta que ya no se encontraba atada o herida. Realmente ni siquiera se encontraba sentada en aquella vieja silla, ahora se encontraba tirada en el suelo, siendo mas específicos en el suelo del pasillo de lo que fue su escuela en Queens.

La confusión invadió a la rubia, quien se levantó y optó por caminar para tratar de descubrir que era lo que estaba ocurriendo. No parecía haber nadie cerca, no se escuchaban ruidos o se veía alguna clase de movimiento, incluso podía escuchar el sonido de sus pasos.

Sin rumbo fijo, decidió seguir caminando mientras observaba a su alrededor y tenía vagos recuerdos de sus días en los salones del lugar.

Fue hasta que caminó un par de metros mas que se encontró en la entrada de aquella cafetería en donde su peor pesadilla se volvió realidad. Por un momento pensó en seguir de largo e ignorar esa parte de la escuela, justo como lo hacía cada año que se presentaba en las conferencias a las que asistía, sin embargo algo dentro de ella le decía que tenía que entrar.

La rubia no sabía como explicar ese sentimiento, pero era como si una voz interna no dejara de repetir que entrara, que venciera ese temor a volver a entrar a ese lugar.

Después de lo que fue una batalla entre si misma, Leigh tomó aire y caminó al interior de la cafetería. Esta también se encontraba por completo vacía, las mesas estaban acomodadas de manera perfecta, al igual que los bancos de color plata en donde solía sentarse en compañía de su hermano y amigos años atrás.

La nostalgia comenzaba a invadirla e incluso pudo sentir como las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos.

— ¡Adivina quien soy!— exclamó una voz detrás de ella

En ese momento Leigh reaccionó de manera automática, ni siquiera se tomó el tiempo para detenerse para tratar de reconocer la voz o de siquiera voltear para ver de quien se trataba. No lo pensó dos veces, giró su cuerpo al sentir como alguien picaba sus costillas, gritó y soltó un puñetazo directo en la nariz de aquel chico.

— Años esperando por este momento, honestamente esperaba un mejor recibimiento— dijo aquel chico mientras se quejaba por el dolor— Que malas maneras de recibir a tu hermano mayor

Y fue hasta ese momento que Leigh se tomó el tiempo de escuchar con detenimiento aquella voz y de observar a quien se encontraba frente a ella.

No lo podía creer.

Su corazón pareció saltar de alegría.

— ¿Edward?— preguntó Leigh con asombro mientras sentía sus piernas temblar de la emoción

— No, soy Elvis Preasley— respondió el pelinegro con sarcasmo— Por supuesto que soy yo, a menos claro que tengas otro hermano mayor del que no esté enterado

Leigh no comprendía lo que estaba pasando y tampoco quería hacerlo, lo único que quería era poder saltar a los brazos de su hermano, cosa que hizo al momento mientras dejaba que las lágrimas rodaran por sus mejillas. 

Se sentía tan real que por un momento todos esos sentimientos de culpa y tristeza desaparecieron. Nada perecía interesar, eran solo ella y Edward.

El aroma a aquella loción que su hermano solía usar cada mañana entró por su nariz, el aroma del shampoo de frutos rojos solo la hizo derramar mas lágrimas y a sensación de calidad que solo obtenía cuando los brazos de su hermano la rodeaban. No había ninguna duda. verdaderamente era toda la esencia de Edward.

Pero entonces una duda se hizo presente en su cabeza.

¿Por qué estaba viendo a su hermano muerto?

— Un momento— dijo Leigh interrumpiendo el abrazo— Tú estas...

— ¿Muerto? Si, lo estoy— asintió Edward sentándose en uno de los bancos del lugar

— ¿¡Eso quiere decir que yo también lo estoy!?— preguntó Leigh alarmada

— No realmente. Estas muy débil, pero una parte de ti se sigue aferrando a la vida— respondió Edward con tranquilidad— Hasta para morir eres terca y mira que he visto todas las veces los asesinos o ladrones te apuntaron con armas o te amenazaron con armas. Incluso te vi cuando casi te explota el auto bomba cuando recién ibas empezando como policía

Leigh miraba demasiado extrañada a su hermano. Las cosas cada vez parecían tener menos sentido, sin embargo no se sentía asustada, de hecho se sentía a salvo. Incluso podía asegurar que era una seguridad que solo podía sentir en compañía de su hermano mayor.

Hubo un silencio entre los hermanos Jones, no era incómodo, era como una especie de silencio para que Leigh pudiera sumirse en sus pensamientos por unos instantes, como si aún tratara de buscarle una explicación a lo que estaba ocurriendo frente a ella. 

Edward le decía que no estaba muerta, que una parte de ella aún se aferraba a la vida. Mas sin embargo, no podía evitar pensar que si se encontraba en esa situación era porque existía otra parte de ella que ya estaba agotada y se quería rendir.

Y fue cuando Leigh lo pensó. ¿Rendirse y dejarse llevar sería una buena idea? 

Pensó en las cosas que le esperaban al momento de volver a abrir los ojos y lo que veía no era algo que le agradara del todo. Sentía que el seguirse aferrando a la vida significaría prolongar su dolor. Ya había comprobado de Aidan no sentía ninguna clase de remordimiento por verla sufriendo, él realmente estaba dispuesto a hacerle pasar terribles cosas solo por obtener venganza.

¿Podría seguir soportando?

— Ya pasaste mucho tiempo en silencio, siéntate y dime en que tanto piensas— habló Edward recorriéndose un poco para darle espacio a su hermana para sentarse— Y sin mentiras, te conozco muy bien, mejor que cualquiera. Sabré si lo haces

— Estoy pensando en si es muy necesario el seguirme aferrando a la vida— suspiró Leigh con cansancio— Después de todas esas cosas horribles que Aidan me hizo, se que no será lo último y no creo poder soportar mas. Y en el supuesto caso que lograra salir de esto con vida... la culpa de tu muerte me seguirá persiguiendo, la de mi bebé, mi matrimonio fallido y el hecho de que mamá no deje de insistir en que vuelva con mi estúpido e infiel ex marido, que hablando de él, creo aún tengo esos problemas de confianza que se quedan cuando alguien en quien confiaste te traiciona... estoy muy cansada. Creí que si ocupaba mi mente con demasiadas cosas no tendría que pensar en todos esos problemas, pero ahora me doy cuenta que solo los estoy evadiendo y que comienzan a superarme

— Si bien no puedo darle solución a todos tus problemas porque en su mayoría son temas que debes de tratar con otras personas, si puedo hacerlo con el que se que mas te pesa— dijo Edward tomando la mano de Leigh— ¿Por qué sigues culpándote de mi muerte? ¿A ti te hubiera gustado que si las cosas fueran al revés me la pasara culpándome de una decisión que tú tomaste?

— Porque recibiste esa bala por ponerte frente a mi, la recibiste por defenderme de Thomas Cox y lo peor es que durante la lluvia de balas no pude protegerte como tu a mi— respondió Leigh limpiando una de sus lágrimas— Moriste en mis brazos y yo no hice nada por ti, solo te dejé perder la vida... 

Leigh quiso ignorar la última pregunta, después de todo la respuesta era mas que evidente y eso la hizo pensar.

— Te perdono

— ¿Qué?

— Dices que mi muerte fue tu culpa, entonces si es así te perdono por ser la responsable de mi muerte, te perdono por quedarte paralizada del miedo como cualquiera lo hubiera hecho al ver a su hermano desangrarse, te perdono por no saber como salvarle la vida a una persona con impacto de bala— contestaba Edward— ¿Suena tonto, no lo crees? Es porque es bastante tonto. Leigh-Anne, nada de lo que pasó fue tu culpa. Si yo me puse frente a ti fue porque juré protegerte de cualquier mal y te prometo que no me arrepiento de mi elección, porque es algo que hubiera hecho todas las veces que fueran necesarias. Daría mi vida y cualquiera que siga solo por tu bienestar

Algo en las palabras de Edward hizo que aquel cargo de culpa que tuvo durante tantos años comenzara a disminuir. 

Tal vez el Edward que estaba sentado a su lado era producto de su imaginación y todo era hecho por esa parte de si misma que a querido mejorar todo este tiempo. Su subconsciente había creado un sueño bastante realista en donde Leigh escuchaba de su propio hermano que ella no fue la responsable de su fallecimiento. Palabras que de alguna manera ella deseaba escuchar, pero solo viniendo de él.

O tal vez todo esto realmente estaba ocurriendo y Leigh si se encontraba en alguna especie de limbo que le permitía volver a reunirse con su hermano.

No importaba cual de esas dos opciones fuera la realidad. Lo que Leigh estaba escuchando realmente la estaba ayudando a soltar ese pasado que tanto le dolía cargar. Por primera vez sentía que la culpa no había sido de ella... o bueno, al menos no del todo.

— Yo sé que te duele mi muerte, a mi también me duele no poder estar físicamente a tu lado... pero si quieres encontrarle un lado positivo a todo esto es que gracias a todo lo que viviste, te volviste la persona que eres ahora— sonrió Edward— Tan fuerte, tan inteligente, tan valiente. Mi Lee, mi hermanita que tanto me llena de orgullo. Cambiaste tanto desde mi partida, pero para mi siempre serás la pequeña de cabellos castaños que cuando tenía miedo corría hasta mi para sentirse a salvo

— ¡Por dios, no, que espantoso recordar que en algún momento fui castaña!— negó Leigh cubriendo su rostro con sus manos— Sin duda la mejor decisión de mi vida fue volverme rubia

— No importa como luzcas, siempre serás preciosa— sonrió Edward— Así decidas pintar tu cabello de colores extravagantes, seguirías siendo hermosa

— ¿Aunque pintara mi cabello de verde?

— Aunque pintaras tu cabello de color verde

Ambos rieron, pero de un momento a otro la risa por parte de Leigh desapareció y simplemente se quedó en silencio mientras su mente creaba diferentes pensamientos.

— Tus silencios tan repentinos tienden a preocuparme— dijo Edward mirando a Leigh— ¿Qué pasa? ¿Ahora en que estás pensando?

— Es solo que... durante los años que llevo como policía he hablado con cientos de familias, he tenido que dar esa conversación sobre la perdida de un ser querido tantas veces que podría llenar toda una enciclopedia con aquellas pláticas... siempre les digo que el dolor no dura para siempre y que en algún momento lograrán encontrar paz, que llegará un día en donde sepan vivir con la ausencia de aquella persona que tanto amaban— dijo Leigh mirando el lugar en donde Edward había perdido la vida años atrás— Y sin embargo no puedo pensar en un día de mi vida en donde no te extrañara, en donde no piense que quien debía recibir esa bala era yo, en donde...

— Pero no fue así. Yo recibí esa bala por ti y lo haría todas las veces que sea necesario— interrumpió Edward— Es normal que me extrañes, todos los que pierden a un ser amado viven su vida extrañando a quien se fue. No te sientas mal por extrañarme, puedes hacerlo todo y nadie te debe de juzgar por eso... pero de verdad para de culparte, el único responsable de mi muerte fue Thomas Cox, no tú

Pero aún pese a esos sentimientos positivos que habían aparecido momentos atrás, aún existía algo que no le permitía terminar de creerse aquellas palabras. O tal vez era solamente esa parte de si misma que se sentía harta de todas esas cosas negativas por las que había tenido que pasar a lo largo de los años

— Edward. ¿Puedo ser honesta contigo?

— Por favor

— Ya no quiero volver a abrir los ojos... siento que al hacerlo, la tortura será peor y no solo me refiero a lo que Aidan pueda hacerme, me refiero a tener que seguir viviendo con tu muerte, con la de mi bebé... bueno, todo lo que ya te expliqué momentos atrás— suspiró Leigh con tristeza— Siento que al despertar todo me va a superar y las tristeza me consumirá, ya no quiero vivir así, esto no es vida...

Edward se quedó en silencio durante unos instantes, los cuales a le generaron aún mas nervios a la rubia, quien no sabía que esperar de la respuesta que su hermano pudiese brindarle.

— Leigh. Eres la persona mas fuerte que tuve la dicha de conocer y estoy segura que muchas personas estarán de acuerdo conmigo. Dime. ¿Qué persona podría ser capaz de soportar todas las cosas que viviste y aún así tener la fuerza de querer salvar a gente que ni siquiera conoce?— preguntó el mayor de los mellizos— Lo que te hace ser tan fuerte es que aún con todos esos obstáculos supiste que estabas mal y decidiste buscar ayuda, porque aún cuando todo se tornó oscuro y parecía ser el fin, buscaste la manera de volverte a levantar. Yo sé que estás cansada, pero te conozco lo suficiente para saber que no quieres morir, que quieres vivir muchas mas cosas... ¿Y sabes por qué lo sé? Porque te he escuchado decir que quieres hacer que la vida que te otorgué al dar la mía por ti, valga la pena. Quieres reír, conocer, enamorarte, formar una familia y sobre todo, quieres marcar una diferencia, quieres mejorar el mundo

Ante esas palabras, ahora fue Leigh quien se quedó en silencio. No sabía que decir.

— Ahora, piensa en todas aquellas personas que se preocupan por ti. Piensa en que va a ocurrir con sus vidas si tu no vuelves a la tuya. ¡Piensa en Adam!. Los mismos sentimientos de culpa que sientes por no poder salvarme en el tiroteo, él los va a sentir por no rescatarte a tiempo y lo mismo va a ocurrir con tu equipo— siguió explicando el chico— El agente Hotchner, Morgan, Rossi, García, Gisselle, Tara e incluso JJ que es a quien menos tiempo tienes de conocer. ¡Por dios Leigh-Anne, piensa en Spencer!

— ¿Cómo sabes...?

— Yo lo sé todo, eso incluye tu enamoramiento por tu compañero de trabajo— sonrió de nueva cuenta el chico— Lee, te necesito y te extraño demasiado, a niveles que no puedes imaginar, pero ellos te necesitan aún mas... el mundo te necesita.

Y fue con esas últimas palabras con las que Leigh por primera vez en 18 años pudo sentir paz, aunque sintió un ligero sonrojo al escuchar lo que su hermano había dicho sobre Spencer.

— Edward. ¿Cómo se supone que pueda escapar de esto?— preguntó Leigh recargando su cabeza en su hombro— Estoy atada, herida, no tengo idea de donde tengan a Ryan o de si sigue con vida...

— ¿De verdad crees que tu equipo no te está buscando?

— Yo sé que si, pero realmente no creo tener mucho tiempo— dijo Leigh suspirando— Aidan es capaz de hacer cosas atroces, Ryan y yo estamos en peligro

— En ese caso confío en que sabrás que hacer. Eres muy inteligente, sabes salir hasta de las peores situaciones— respondió— Y por supuesto que comprendo que creas que no tienes tiempo, pero la respuesta a tus problemas está mas cerca de lo que piensas. Ellos van a cometer un error y sabrás reconocerlo... confío en eso

— ¿Tanta fe tienes en mi?

— Di mi vida por la tuya, por supuesto que voy a tener toda la fe del mundo en ti— decía Edward acariciando el cabello de su hermanita— Entonces... ¿Spencer Reid?

— ¡Por dios no, no voy a hablar de eso!— negó Leigh entre risas

— ¿Por qué no? Yo sé que te encanta— rio Edward— Tanto hablar de él, como él. Me agrada, bastante inteligente debo de decir, pero aún tiene sus momentos medio tontos... pero es agradable, me gusta para ti

— ¿De que rayos hablas?

— Prefiero que tu lo descubras por tu cuenta—dijo Edward ahora poniéndose de pie y acercándose a la barra en donde les entregaban sus alimentos años atrás— Así que... ¿Recuerdas lo asquerosa que era la comida de este lugar?

— No era tan mala— negó Leigh entre risas acercándose a Edward— No a comparación de la ocasión que traté de hacerte una sopa 

Ambos hermanos rieron ante el recuerdo.

Leigh sentía que ya había pasado demasiado tiempo con Edward en ese "sueño", pero al mismo tiempo sentía que no era lo suficiente para soltar a aquella persona que había extrañado durante todo este tiempo. Sabía que al momento en que sus ojos volvieran a abrirse, él desaparecería.

Sabía que al abrir los ojos sería el fin de una etapa. 

Tendría que aceptar esa ausencia y que no era su culpa, que nunca lo fue, que el responsable estaba muerto, que su hermano había dado su vida por elección propia, que no existe un "hubiera", que las cosas sucedieron por algo y que era momento de aceptar toda la realidad que la rodeaba. No mas evadir los problemas, no mas mentir al terapeuta para librarse de regaños por parte de sus superiores, era momento de avanzar.

Quería mejorar, quería estar bien.

— No es que no disfrute nuestro reencuentro, realmente creo que esto es lo mejor que me pudo pasar desde que ocurrió el incidente... pero, ¿Tienes alguna idea de cuando voy a despertar?— preguntó Leigh mientras caminaba agarrada del brazo de su hermano

— No lo sé, no soy médico, lo único que sé es que estás demasiado cansada por las descargas eléctricas... no lo sé, supongo que lo único que te queda ahorita es tu enorme fuerza de voluntad y eso será fundamental para que despiertes

Leigh le dio un último abrazo a su hermano. Se aferró tanto a él, como si quisiese hacerlo parte de si misma, deseaba poder grabar cada movimiento, cada facción, cada aroma, cada sonido... solo deseaba poder mantener ese momento por siempre en su memoria. 

— Cuando despierte... ¿Seguirás a mi lado pese a que no pueda verte?— preguntó Leigh derramando un par de lágrimas y sin soltarlo

— Jamás te dejaría sola— contestó él correspondiendo de la misma manera aquel abrazo— Te amo y siempre lo voy a hacer. Tanto es así, que ni siquiera la muerte podría debilitar todo el amor que siento por ti

— Te amo Ed

— Yo aún mucho más, mi pequeño tejón

●●●

Spencer, Gisselle y Harry ya se encontraban nuevamente en las instalaciones de la UAC, tenían la intención de ir con García para sacar toda la información posible de la misteriosa chica del vídeo, además de que los hombres estaban demasiado intrigados por la llamada que Gisselle les contó que el equipo había recibido. Ninguno tenía muchos detalles al respecto, pero estaban ansiosos por escuchar sobre las cosas que habían ocurrido mientras ellos estaban fuera.

En cuanto los tres bajaron de la camioneta lo primero que vieron fue al equipo saliendo del ascensor a toda prisa, cosa que hizo a Gisselle y Spencer mirarse extrañados.

— Tengo que ir con ustedes y eso no está a discusión— habló Adam saliendo detrás de Morgan— Estamos hablando de Leigh, tengo que estar ahí

— Es muy peligroso que vayas, ni siquiera sabemos de si la ubicación es la correcta y no podemos poner tu vida en riesgo— negó Hotch sin detener su camino— Te quedarás aquí junto a la familia de Leigh y Joseph

— ¿Qué pasa? ¿A dónde vamos?— preguntaba Gisselle sin comprender mucho

— García obtuvo una dirección y vamos en camino— habló Rossi— Debemos irnos, ahora

— Adam, volvamos arriba— trató de hablar Harry— Créeme que yo también desearía ir con ellos pero tienen razón, es peligroso, no sabemos exactamente a que se puedan enfrentar y sabes que Leigh no se perdonaría que algo te ocurriera por irla a buscar, deja que ellos se encarguen

— No puedo quedarme aquí...

— Lo vas a tener que hacer— interrumpió Harry tomando a Adam de los brazos para llevarlo de nueva cuenta al ascensor—  Además alguien tiene que ayudarme a evitar que Ayla golpee a Joseph, porque si no recibo ayuda suficiente, me voy a unir a su causa

— Por mi avienten a Joseph desde el piso mas alto de las instalaciones, no me importa lo que le pase— se quejó Adam tratando de liberarse del agarre de Harry— Yo solo quiero a Leigh de regreso, necesito salvarla

— Adam, escúchame, te prometo que la vamos a rescatar, ella va a estar bien— habló Spencer tratando de calmar al castaño— Deja que hagamos nuestro trabajo, ve arriba y cualquier cosa te la haremos saber. ¿De acuerdo?

Adam no parecía estar del todo de acuerdo, pero quiso confiar en las palabras de Spencer. Algo en la mirada del joven frente a él le decía que su preocupación por el estado de Leigh era muy similar a la suya, por lo que sabiendo que no podía hacerlos perder mas tiempo, terminó asintiendo y alejándose del equipo para caminar junto con Harry de regreso al ascensor.

El equipo en compañía de los detectives de Nueva York se subieron a sus respectivas camionetas, García se había encargado de hacerles llegar la ubicación a sus celulares, por lo que debían conducir lo mas rápido que pudieran para lograr llegar.

JJ hablaba por teléfono para coordinarse con la policía del lugar y tratar de juntar mas agentes por si había más personas cuidando la propiedad. Tara aún investigaba la identidad del segundo socio, además de intentar averiguar cuantas personas podrían estar involucradas en el secuestro. Rossi cobraba todos los favores que podía para tratar de averiguar en donde se encontraba Siobhan, ya que todos habían llegado a la conclusión de que podría estar en peligro o de que podría formar parte de todo esto, aunque Kate Beckett, Javier Esposito y Richard Castle abogaban por su inocencia.

Durante el trayecto Spencer no podía evitar sentir un nudo enorme en la garganta, su pierna se movía sin parar debido a todos los nervios, tenía unas enormes ganas de gritarle a Morgan que acelerará, que iba demasiado lento (aún cuando estaba llegando casi a los 85 kilómetros por hora).

En su mente se comenzaron a formar diversos escenarios sobre las cosas que Leigh podría estar viviendo en esos momentos. Todos más aterradores que el anterior.

Fue entonces que la calidez de una mano hizo que esos pensamientos se detuvieran por unos instantes.

Era la mano de Jennifer Jareau sobre la suya y eso lo hizo sentir por unos momentos en calma.

Hubo tantos sentimientos con un simple roce de manos que se sintió demasiado abrumado por aquellas emociones. Fue entonces que decidió aceptar una verdad que llevaba años negando, sentía cosas mas fuertes por JJ que una simple amistad.

— Spence, respira, se que estás preocupado, todos lo estamos, pero necesitas calmarte. Ella va a estar bien, la vamos a encontrar— dijo JJ al darse cuenta que su amigo no prestaba atención a la conversación que ocurría en la camioneta— Escucha lo que Tara viene diciendo, eso tal vez pueda darte un poco de tranquilidad, es sobre la llamada que Adam recibió mientras estabas fuera con Gisselle

— ¿Por quién preguntó aquella chica cuando hizo la llamada?— cuestionó Spencer brindándole una ligera sonrisa a su amiga junto a él— ¿Cómo supieron que era de confianza y no una especie de trampa?

— Preguntó por Adam y por ti— respondió Morgan sin despegar la mirada del camino— Quería hablar con cualquiera de los dos

En cuanto Spencer escuchó eso, una ola de emociones por completo diferente a lo que había sentido momentos atrás comenzó a invadirlo. Leigh de alguna manera había estado pensando en él, lo suficiente para mencionar su nombre a aquella misteriosa chica que realizó la llamada.

— ¿Qué otra cosa ocurrió durante la llamada? ¿La chica dio alguna clase de prueba de que Leigh aún esté con vida?— preguntó nuevamente Spencer, solo que ahora con un toque de temor en su voz

Morgan, JJ y Tara se voltearon a ver sin decir nada. No querían mencionar la parte en la que habían escuchado los gritos de su amiga, todos estaban conscientes de la cercanía que había entre él y ella, por lo que sabían que no era buena idea que supiera esa parte. No cuando podía alarmarse tanto.

— La chica mencionó algo sobre tortugas y tejones. Que parecía no tener sentido, pero que Adam lo entendería— habló nuevamente JJ salvando a todos del silencio incómodo

— Sus animales favoritos— rio Spencer en tono bajo debido a los nervios— De todas las cosas que se le pudieron ocurrir para decir y que pudiéramos saber que era ella, eligió sus dos animales favoritos. Sin duda era Leigh-Anne

— ¿También tiene sentido para ti?— preguntó Morgan mirando de reojo a su amigo por el espejo de enfrente

— Claro que lo tiene— asintió Spencer— Las tortugas la hacen feliz porque le recuerdan a una que tenía y cuidaba con su hermano cuando eran niños. Los tejones porque le gusta Harry Potter y es el animal que representa su casa, pero mantiene esa afición en secreto, nunca me quiso decir porque, es por eso que solo pocas personas saben de su afición por los tejones... además su hermano solía decirle pequeño tejón

Con eso, el silencio invadió la camioneta. Spencer seguía sumido en sus pensamientos, sonriendo internamente ante la memoria en donde se enteró de todas esas cosas, sonriendo por recordar la sonrisa tan intensa y tan llena de brillo por parte de Leigh al hablar de lo que la hacía feliz.

Y fue cuando lo supo.

Sentía algo por Leigh-Anne.

Pero, también sabía que no las sentía solo por ella y eso era lo que hacía las cosas mas complicadas.

¿Cómo era posible sentirse tan encantado por dos personas diferentes?

Jennifer Jareau o Leigh-Anne Jones.

Esa fue una de las tantas dudas que entraron a la mente de Spencer.

— Que terrible momento para darme cuenta de lo que siento— se dijo Spencer a si mismo

•••

De un momento a otro todo se volvió muy pesado para Leigh, su cabeza punzaba y sentía sus brazos arder. Para cuando abrió los ojos de manera ligera, se dio cuenta de las heridas que había en ellos, quemaduras causadas por los cables pasa corriente que colocaron en su cuerpo momentos atrás.

Se quejó por el dolor, lo que hizo que la voz de Kevin Ryan se hiciera presente. Leigh levantó el rostro y vio a su amigo con heridas en el rostro, su ropa también lucía mojada, incluso un poco rota.

— Comenzaba a entrar en pánico porque no despertabas— dijo Kevin en un tono bajo— Veo que tienes el vestido mojado y el cabello un poco esponjado, así que asumiré que también trató de ahogarte por información. ¿No es así? ¿Siobhan?

— Está enfermo— dijo Leigh quejándose al sentir mucha presión en sus muñecas y tobillos— ¿Cómo rayos supo que estoy al tanto del paradero de...?

Fue entonces que se dio cuenta de un pequeño detalle. Ya no se encontraba atada con cuerdas. Volteó al frente y se dio cuenta que Ryan tampoco estaba atado con cuerdas.

Pensó en las palabras que Edward le había dicho durante su sueño. El error del que su hermano hablaba era ese. La cinta no era tan resistente como las cuerdas y ella sabía perfectamente como romperlas.

— Ya sé cómo vamos a salir de aquí— sonrió ligeramente— Estamos atados con cinta de aislar, esto es mucho menos resistente que las cuerdas y nos va a facilitar el salir de esto

— ¿De que hablas? Ya intenté liberarme y no pude...

— Apuesto que levantaste los brazos de manera recta mientras te movías de un lado a otro, eso no va a funcionar— interrumpió Leigh— Escucha, lo vamos a hacer juntos. Vas a levantar los brazos con toda la fuerza que tengas, pero lo vas a hacer en dirección a tu pecho, eso logrará romperla

— ¿Segura que eso funcionará?

— Quiero creer que si— asintió Leigh— No tenemos otra alternativa, nada nos asegura que si Aidan entra por esa puerta nos vaya a mantener con vida por mucho tiempo

Leigh tomó aire, sus brazos dolían por las quemaduras, sabía que el dolor aumentaría en cuanto comenzara a luchar para liberarse, pero también sabía que esa era su única alternativa, tendría que resistir una vez mas.

Intentó aplicar los consejos que le había dado a Ryan momentos atrás, sin embargo el dolor por las quemaduras la hizo detenerse al instante. Sus brazos ardían y ni siquiera se sentía con la suficiente fuerza para poder moverse, además de que aún se sentía un tanto mareada debido al desmayo que había sufrido.

— ¿Segura que puedes hacerlo?— le preguntó Ryan— Yo sé que no tenemos mucho tiempo y debemos apresurarnos, pero trata de tomar aire, necesitas toda la fuerza que te sea posible juntar, sobretodo porque te encuentras herida... toma un par de minutos para que al menos despiertes, aún cabeceas por el agotamiento

Leigh-Anne quería negarse, pero sabía que Ryan tenía razón. Esta era su oportunidad para escapar y no podían cometer ninguna clase de error, debía juntar todas sus fuerzas para hacer las cosas bien.

— ¿Y sucedió algo en tu vida desde la última vez que te vi?— preguntó Ryan, lo que hizo que Leigh lo mirara confusa— Trato de hacerte despertar sacándote conversación, si me funciona en las mañanas cuando me llaman para los casos, quiero creer que funcionará ahora

— ¿Es en serio?

— Incluso esto funciona, tu decides si quieres seguir hablando o discutiendo sobre si mi idea puede funcionar. El punto es que hables y escuches

— Bien, lo haremos a tu modo— asintió la rubia— Pues... no realmente, me contrataron en la UAC, me mudé de Nueva Orleans y ahora vivo en Quantico... es todo. ¿Qué pasa contigo? ¿Cómo está Jeni y el bebé?

— Están bien— trató de sonreír— No quisimos saber el sexo del bebé hasta el nacimiento, entonces será una sorpresa...

— Me da gusto por ambos, lo merecen

— ¿No te parece curioso que un bebé apareciera las dos veces que tuvimos que ser Fenton y Saoirse?— preguntó Ryan haciendo reír ligeramente a la rubia— Jeni me dijo que estaba embarazada en cuanto regresé...

— Yo supe que perdí al mío durante la misión— dijo Leigh con un nudo en su garganta— Vaya momentos para traer a una nueva vida al mundo

— Lo siento... se que fue complicado para ti y para Joseph, no debí mencionarlo

— Para mi...

— ¿Eh? ¿Cómo?

— Yo... bueno, en realidad nunca le dije a Joseph que perdí a nuestro hijo, realmente no le dije a nadie sobre lo que pasó. Ni a él, ni a Adam, ni a mi hermana. Los únicos que lo supieron fueron Siobhan y tu

— Leigh-Anne... no tenías que pasar por nada de eso sola. Cuando eso ocurrió ni siquiera tuviste la oportunidad de sufrir tu duelo, los altos mandatos no dejaban de insistir en respuestas sobre nuestra misión... no debiste cargar con eso tu sola

— Ryan, no, basta. Podemos hablar, pero no de como maneje la perdida de mi bebé— interrumpió Leigh— Y creo que ya reuní las fuerzas necesarias, intentemos escapar y...

El sonido de varias pisadas se comenzó a escucharse, no parecía ser solo uno o dos, eran mas y eso los hizo sentir nerviosos.

En su interior Leigh agradeció el no haberse liberado momentos antes. Si mas de dos personas estaban por ingresar al cuarto, su supervivencia estaría en duda.

La puerta se abrió, Aidan la cruzó y detrás de él venían cinco personas a quienes Leigh reconoció como algunos de los dealers que trabajaron en algún punto para Bobby S.

— Oh vaya, justo a tiempo, están despiertos— sonrió Aidan burlonamente— Les quiero presentar a algunos de mis socios, les diría sus nombres, pero sería una perdida de tiempo, pero quiero que sepan, que ellos van a ser las personas que les van a sacar toda la información que quiero

— Ya te dije que no sé en dónde está Siobhan— dijo Ryan con molestia

— Oh no, eso me queda claro, no tienes idea de dónde está Siobhan, pero se de alguien que si— dijo Aidan acercándose a Leigh, quien lo miraba con odio— Pero eso será parte del tema final

— ¿Qué demonios quieres de nosotros?— preguntó Leigh— Apuesto a que ni tu mismo lo sabes. Solo eres un patético intento de hombre que quiere generarnos miedo, pero te diré algo, no eres el monstruo más aterrador que he visto

— Para de hablar o sellarás tu tumba antes de tiempo y eso sería una desgracia— respondió Aidan volviendo a cachetear a la rubia— Ahora escuchen con atención, que no pretendo repetir las cosas

Aidan tronó los dedos y al instante uno de los hombres que estaban detrás de él le acercaron un banco para sentarse frente a Leigh-Anne y mientras que otro de sus cómplices giraba la silla en donde Ryan se encontraba sentado, se manera que ahora ambos estuvieran viéndolo fijamente.

— Ustedes lograron infiltrarse en la banda mejor que cualquier otro policía y gracias a todo eso lograron descubrir muchísima información, mucha de ella ya no es de utilidad, pero sin embargo existe otra que es muy valiosa— comenzó a explicar mientras sacaba un arma de su bolsillo— Conocí muy bien a Bobby S y es por eso que se que no ponía todos los datos en aquella biblia de contactos y escondites que entregaron al FBI, los lugares con mayor peso no los escribía, se los guardaba para si mismo y en algunas ocasiones los compartió con un número muy limitado de personas, ustedes por ejemplo

— Toda la información que supimos en su momento se la entregamos a nuestros superiores, nada de lo que busques estará en alguno de esos lugares— dijo ahora Ryan— Solo estás perdiendo el tiempo

— Yo sé cosas que ustedes no, eso implica conocer un poco mejor las maneras en las que ocultaban los grandes cargamentos— continuó explicando el sujeto mientras sacaba casi todas las balas de la cámara que las almacenaba— Así que hoy jugaremos a algo. Todo depende de su suerte, les haré algunas preguntas y cada que me den una respuesta que no quiero escuchar o me mientan, tiraré del gatillo y estarán cada vez mas cerca de tener una bala en cráneo. ¿Entendido?

— ¡Vete al infierno tú y tu maldita ruleta rusa!— exclamó Leigh-Anne

Aidan no pareció tomar de buena manera aquella respuesta, por lo que apunto el revólver a la frente de la rubia y disparó.

Ella no tuvo el tiempo suficiente para reaccionar, solo escuchó aquel click que generó que sus latidos aumentaran a niveles que jamás había experimentado.

La bala no se encontraba en ese espacio, todo había sido una falsa alarma.

— Bien, ahora que entienden que no estoy jugando, me darán las respuestas que quiero— dijo Aidan bajando el arma para hacer que la cámara en donde se almacenaban las balas volviera a girar— Fenton...

— Soy Kevin Ryan, ya te lo dije. Fenton no existe, nunca existió

— Si, honestamente no me interesa. Contéstame esto, ¿Cuántos lugares que no estaban anotados en la biblia conociste?— preguntó Aidan apuntando a la frente del hombre frente a él

— No voy a participar a tu estúpido juego— negó Ryan con molestia

— Respuesta equivocada

Y entonces, Aidan volvió a tirar del gatillo, pero de nueva cuenta no había balas.

Leigh trató de hacer un cálculo para encontrar en que tiro podría salir la bala, sin embargo cada que Aidan disparaba, volvía a girar la cámara en donde se guardaban las balas. No encontraba una manera para saber con exactitud cuando un tiro podría matarla o a Ryan.

Tenían que salir en ese mismo instante.

Alguien tocó la puerta por lo que uno de los matones que aún permanecían en silencio se dirigió a abrir. Ni Leigh ni Ryan lograron escuchar de que se trataba ya que todo fue dicho en secreto.

— Son unos incompetentes— ordenó Aidan con molestia en su tono de voz— ¡Jackson, quédate con ellos!

Todos salieron, quedando solamente Ryan, Leigh y uno de los matones en el cuarto. La rubia esperó a que la puerta se cerrara, esperó a escuchar que los pasos se alejaran lo suficiente para que no escucharan lo que estaba apunto de ocurrir.

Fue cuando Leigh-Anne junto todas las fuerzas que tenía y rompió la cinta que mantenía atadas sus muñecas.

El hombre a quien conocía como Jackson trató de desenfundar su arma para apuntarle, pero Leigh fue más veloz y tomando el banco que Aidan había dejado en el cuarto, lo golpeó en la cabeza.

Tanto Ryan como Leigh aprovecharon que el hombre se encontraba distraído para terminar de liberarse. Ella lo ayudó con las cintas que mantenían sus tobillos inmóviles, misma cosa que Kevin hizo por ella.

Leigh se sentía adolorida, pero sonrió para si misma al sentirse libre.

Jackson se levantó con intenciones de golpearla, pero Leigh supo ser mas rápida y giró con velocidad para darle una patada en el rostro que lo mandó directo al suelo sin conocimiento.

La rubia se recargó por unos segundos en la pared para tratar de recuperarse del dolor que acababa de sentir debido a los movimientos tan bruscos, todo mientras que Ryan revisaba al hombre en el suelo para quitarle cualquier clase de arma que los ayudara a defenderse.

— Salgamos de aquí— le dijo Ryan a Leigh tomándola de la mano para ponerla detrás de él— Ten, tenía un cuchillo, cuida mi espalda y yo cuidaré el frente

Ella asintió tomando lo que Ryan le extendió, abrieron la puerta con mucho cuidado para evitar hacer cualquier especie de ruido.

Ryan se asomó para tratar de averiguar si había alguien cerca, pero solo se encontró con el largo pasillo en completo silencio. Habían tres puertas en el camino, asumía que en una de las habitaciones era en donde lo tuvieron cuando estuvo separado de Leigh, una debía ser la salida de aquel lugar, pero la tercera no tenía idea de lo que albergaba en su interior.

De esa tercera puerta se vio como el picaporte comenzaba a girar, lo que hizo que Leigh y Ryan se pusieran en alerta, estaban en posición de atacar en caso de ser necesario.

— ¿Aidan?— preguntó una voz femenina que Leigh reconoció— ¿Eres tú?

— Sol... soy yo Leigh— contestó la rubia tratando de acercarse

— ¿Qué haces?— preguntó Ryan en un susurro evitando que Leigh diera un paso mas

— Ella nos puede ayudar, sanó tu heridas cuando asumo estabas inconsciente y me dijo que trataría de llamar a alguien para que nos rescataran— le respondió Leigh— Confío en ella, es solo una niña

La puerta se abrió y de ella salió la joven que había ayudado a Leigh horas antes. La chica la miró con sorpresa, no pudo evitar formar una gran sonrisa cuando también vio que Ryan estaba con ella.

— Lo lograron, escaparon— sonrió Sol— Pero... ¿Dónde está Aidan? ¿Lo mataron? ¿Lo dejaron inconsciente? 

— No sabemos, en un momento estaba con nosotros y al siguiente alguien entró para decirle algo que lo hizo enfurecer, aprovechamos que se llevó a casi todos sus matones, esperamos y decidimos huir— explicaba Leigh— ¿Qué es este pasillo tan oscuro?

— Es una especie de sótano. Aidan trae aquí a todas las personas que secuestra, yo estoy aquí porque adaptó una de las habitaciones para siempre tenerme ahí— respondía Sol asomándose para asegurarse que nadie se acercara— No sé exactamente a cuantos metros bajo tierra estamos, pero nada de lo que pase aquí se logra escuchar afuera y viceversa, estando aquí uno nunca se entera de que ocurre

— ¿Sabes como salir de aquí?— preguntó Ryan

— El lugar tiene dos salidas, la principal pero esa solo puede abrirse con un código que desconozco y una que se encuentra escondida en alguna parte del pasillo, no sé a donde lleva pero Aidan la tiene por si en algún momento necesita escapar y el acceso principal está bloqueado— decía Sol— Tal vez esté al final del pasillo, no lo sé, Aidan nunca me deja ir hasta esa parte

— Busquemos rápido, tenemos que salir antes de que Jackson despierte— dijo Leigh cerrando la puerta del cuarto de donde habían salido

— ¿Noquearon a Jackson?— preguntó Sol con un brillo en su mirada

— Si, si, Leigh le dio una patada muy buena, ahora camina antes de que despierte o alguien baje— asintió Ryan— Intenta guiarnos a lo que crees que podría ser nuestro escape

Sol asintió y se apresuró en caminar. 

El largo pasillo en algún punto se quedaba sin luz por lo que Leigh se sujetó de Ryan, quien ya también sujetaba a Sol. Los pasos de los tres eran cuidadosos, no sabían con que cosas podrían encontrarse en el camino, desconocían las trampas que pudieran existir durante la caminata.

Metros mas adelante, Ryan logró sentir lo que parecía ser el final del pasillo, a ciegas trató de encontrar algún picaporte o algo que pudiera indicar que había una salida, sin embargo solo pudo sentir el muro. No había nada y eso lo hizo frustrarse.

La adolescente les dijo que no se rindieran y que tocaran los muros para tratar de encontrar algo.

Leigh asintió y tratando de no separarse mucho comenzó a caminar despacio mientras tocaba lo que había a su alrededor.

— ¡Baja el arma!— escuchó a la distancia la rubia, cosa que hizo que su corazón acelerara, reconocía la voz

La emoción y la felicidad la consumían, quería gritar para tratar que la escucharan pero sabía que no podía arriesgarse a que Jackson despertara y la escuchara, por lo que trato de reprimir el grito que estuvo por soltar.

— ¡Encontré algo, vengan?— exclamó emocionada pegando su oreja al muro— O eso creo... no sé, escuché la voz de Hotch

— ¿Hotch?— preguntaron Sol y Ryan confundidos acercándose lentamente— ¿Quién es él?

— Mi jefe— sonrió Leigh— Mi equipo está aquí, llegaron por nosotros, nos encontraron, estamos salvados

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