
✧cuatro; sábado de bienvenidas
Para Leigh era extraño el que fuera sábado y pudiera estar en casa, pero lo agradecía bastante ya que era su último día con Adam antes de que él volviera a Nueva Orleans.
Esa mañana era el medio día cuando el sonido de su timbre mezclado con el tono de su celular y los manotazos por parte de su mejor amigo en su rostro, la hicieron despertar maldiciendo a lo que sea que la hiciera abrir los ojos.
Leigh amaba los sábados con Adam porque eso significaba que podrían dormir hasta tarde y luego ver alguna película mientras comían pizza, así que al momento de que escuchó su timbre despreció a quien sea que estuviese del otro lado de la puerta, ese era su día especial y lo estaban interrumpiendo.
— Si no contestas tu celular te juro que lo voy a aventar en la cara de la persona que está tocando tu timbre— dijo un Adam adormilado junto a ella— Y no me importa si se rompe, ya sea el celular o la nariz de la persona
Leigh se levantó de mala gana, no sin antes darle un almohadazo a su amigo. Buscó su celular sobre el buró y lo contestó sin siquiera revisar quien era, todo mientras caminaba en dirección a la puerta, sentía sus parpados cerrarse debido al sueño que sentía, había sido una semana un tanto pesada y lo único que deseaba era poder dormir un par de horas más.
— Jones— contestó Leigh para después bostezar
— ¿En dónde estás? Llevamos casi quince minutos tocando tu puerta— preguntó la voz de Gisselle— Estaba tentada a tratar de derribarla, no se escucha nada y creí que te había pasado algo
Leigh abrió la puerta de su apartamento, en donde encontró a Gisselle en compañía de Penélope y Tara. Acto seguido colgó la llamada de su celular para mirar a sus amigas con un poco de mal humor. Por supuesto que las quería, pero si había algo que odiara, era que la despertaran en sus días de descanso.
— Es mas de medio día. ¿Cómo puedes estar dormida a estas horas?— preguntó Penélope— Es un día precioso, lleno de sol, las calles no están del todo llenas, deberías estar lista
— ¿Lista para qué?— preguntó la chica adormilada mientras tallaba sus ojos— Y debo de mencionar que no me gusta el sol, me pone de malas el calor, por eso prefiero quedarme en casa
— Hoy nos iremos de compras y luego iremos a un bar, será la bienvenida para Tara y para ti, porque te llevamos un bar después de tu primer caso, a eso no se le puede llamar bienvenida, ya estábamos demasiado cansados para celebrar como se merece— sonrió Gisselle entrando al apartamento de su amiga— Veremos a los chicos mas tarde, pero la tarde será exclusivo de chicas
— Por mucho que me pueda agradar el plan, hoy es el último día de Adam aquí, planeaba estar con él— dijo Leigh soltando su cabello, el cual aún permanecía amarrado en un par de trenzas— Y la intención era...
Un sonido las hizo voltear a todas. Un Adam aún medio dormido, tallando sus ojos, cruzaba el pasillo para llegar a la sala.
— ¿Quién era y por qué sigo escuchando tu voz en lugar de que vuelvas a dormir?— preguntó la voz adormilada de Adam saliendo de la habitación mientras se tallaba los ojos
— ¡No me digas que interrumpimos la posible creación de un sobrino!— exclamó Gisselle con sorpresa al ver al castaño salir de la habitación de su amiga— ¡Lo sentimos!
— ¡Gisselle!— regañó Leigh riendo— Ya te dije que entre Adam y yo solo existe una amistad, no empieces con tus cosas de que él y yo nos vamos a casar porque ya te dije que no va a suceder
Adam negó, soltó una risa y fue en dirección a Leigh para abrazarla.
— ¿Y qué podemos hacer por ustedes, señoritas? Aunque... creo que aún no tengo el placer de conocer a una de ustedes— dijo el chico mirando a la morena junto a Gisselle— Un gusto, soy Adam Grey, mejor amigo de este duende rubio
— ¡Hey!— se quejó Leigh al escuchar el apoyo
— Tara Lewis, soy nueva en el equipo— sonrió la mujer extendiendo su mano para saludar al chico— Veníamos por Leigh para una tarde de chicas, mas tarde todo el equipo se reuniría en un bar para su bienvenida y la mía, pero dice que hoy te vas, que planeaba estar el día entero contigo, pero si quisieras, eres bien recibido en el plan de mas tarde
— Podría recorrer mi vuelo un par de horas— pensó Adam recargando uno de sus brazos en la cabeza de su mejor amiga— Hace mucho que Leigh y yo no salimos de fiesta, extraño a la Leigh borracha que se sube a las mesas, es su alter ego que todos amamos
— Ya te dije que el que seas mas alto que yo, no te da derecho a usarme de recargadera— rio Leigh quitando el brazo de su amigo e ignorando el último comentario, no quería entrar en detalles sobre eso— Y creí que no podías retrasar tu vuelo porque debías ver a alguien en Nueva Orleans...
— ¿Te subías a bailar a las mesas?— preguntó Penélope con emoción en su voz— ¡Necesito conocer a esa versión de Leigh, tienes que venir!
— Iba a reunirme con un viejo colega, pero siempre puedo cambiar el día. ¿Acaso crees que me perdería tu bienvenida en el trabajo de tus sueños? Es claro que no, además, alguien tiene que protegerte de cualquier idiota que se te quiera acercar— sonrió Adam mientras trataba de ocultar su risa por las palabras de Penélope— Ve con las chicas, yo me quedaré a arreglar todo lo de mi vuelo y mi reunión, partiré mañana en la tarde de ser posible, pero hoy será día para celebrar como se debe, tienes que demostrarme que aún detrás de esa fachada de policía intimidante, aún existe la chica que es capaz de tomarse un tarro de cerveza de fondo en solo 15 segundos
— ¡No se hable, más, iremos de fiesta en la noche!— sonrió Gisselle animada— Leigh, ve a tomar un baño rápido, nosotras te esperaremos, tenemos que aprovechar nuestro día libre, sabes que no siempre los tenemos
Leigh rio un poco, sabía que sus amigas no se irían de ahí sin ella, por lo que no había otra opción, saldría con ellas, no sonaba como un mal plan e incluso podía decir que le emocionaba un poco.
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Gisselle, Penélope, Tara y Leigh ya se encontraban en una cafetería del centro descansando de todas sus compras. Las chicas habían recorrido varias tiendas en casi media tarde, por lo que ahora, las cuatro se encontraban sumamente agotadas.
Leigh se sintió feliz de saber que aunque no llevaba tanto tiempo en el equipo, la incluían en las salidas, además de que la relación entre ellas no se sentía forzada en lo absoluto. Recordaba sus días en la policía de Nueva Orleans, el como muchas veces se sentía menos por culpa de algunos hombres que no soportaban que una mujer mas joven que ellos les diera ordenes, pensaba en como nunca en sus años como policía se había sentido tan integrada en un equipo, la UAC de verdad le había dado un nuevo motivo para sonreír.
— Díganme por favor que pasaremos al departamento de alguna a dejar todas las bolsas, porque no pretendo cargar todo esto durante la noche— dijo Leigh tomando de su frappé
— Aún debemos arreglarnos para la noche, pasaremos al apartamento de Giselle a dejar todo y ahí nos alistaremos— contestó Penélope con su café en mano
— ¿Qué no vives con Hotch?— preguntó Leigh a su amiga
— Pero aún conservo mi apartamento de soltera, lo uso cuando tengo alguna clase de sorpresa que él o Jack no pueden ver, algunas veces para emergencias— respondió Gisselle riendo— O simplemente cuando mi hermano viene de visita y se queda conmigo, en esos caso creo que es claro que no se va a quedar conmigo, Jack y Hotch
— No sabía que tenías un hermano— dijo Tara curiosa— ¿Cómo se llama?
— Harry, es menor que yo pero desde que mi padre murió cree que debe ser el responsable de amenazar a todo sujeto con el que pueda llegar a salir, ya saben, el hermano protector
— Oh cierto, no he sabido nada de Harry desde hace años. ¿Qué tal le va?— le preguntó Leigh nuevamente a su amiga— La última vez que lo vi trató de coquetear conmigo porque estaba ebrio y Joseph casi se le va encima de lo molesto que estaba
— Eres su amor imposible, ya deberías saberlo, ese día lo hizo porque el alcohol le dio valor para hablar— río nuevamente Gisselle— Pues va bien, ya logró asentarse en Virginia, lo cual es un gran logro si consideramos que no duraba más de mes y medio viviendo en el mismo sitio, aún así no lo veo tan seguido por nuestros trabajos, pero tratamos de al menos reunirnos cada fin de mes
— ¿Qué me dices tú Leigh? ¿Tienes hermanos?— preguntó Tara de nueva cuenta
Y ahí estaba, de nuevo la pregunta sobre los hermanos, una pregunta que la rubia detestaba escuchar. Leigh trató de no reaccionar ante esa pregunta, sabía que era algo que tenía que superar, que aprender a aceptar, pero aunque los años pasarán, ella jamás se sentiría lista para algo como eso.
— ¡Ay si, tu hermana, hace mucho que tampoco se de ella!— intervino Gisselle al ver como su amiga luchaba por no expresar nada, pero ella la conocía, ella sabía que esa pregunta la afectaba, no la dejaría sola en esto— ¿Sigue del otro lado del mundo regañándote por querer ser policía?
— Alya siempre va a querer regañarme por cualquier cosa. Cree que porque es solo unos meses mayor que yo tiene derecho de hacerlo— río Leigh agradeciendo internamente que Gisselle hablara— Pero si, aún vive del otro lado del mundo. Tara, ¿Tú tienes hermanos?
Con eso la rubia logró cambiar el tema, evitando más insistencia en el tema de su familia, y es que no es que Leigh no tuviese confianza en sus compañeras de trabajo, Penélope era una gran amiga y Tara parecía ser una muy buena mujer, pero el tema de los hermanos no era necesariamente algo que ella disfrutaste y Gisselle lo sabía, por lo que en todo momento trató de que ese tema no volviese a su amiga.
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Cuando el anochecer cayó, las mujeres del equipo ingresaron al bar donde los hombres las esperaban.
Leigh había optado usar un vestido color blanco, los tirantes eran sumamente delgados, pero era el favorito de la chica, los dos dedos arriba de la rodilla eran el largo perfecto, una chaqueta de color negro, tacones bajos del mismo color, su cabello rizado un tanto despeinado, pero viéndose bien de cualquier manera, los accesorios de siempre, su relicario y un par de arracadas plateadas.
A la primera persona a quien la rubia pudo divisar a la distancia, fue a Spencer, quien solo estaba sentado en una de las sillas frente a la mesa mientras leía un libro. La chica sonrió al verlo, sabía que esta clase de lugares no era precisamente la cosa favorita del chico, pero apreciaba mucho el que estuviese ahí.
— ¡Estamos aquí!— sonrió Penélope saludando a todos— Disculpen la tardanza, Leigh se detuvo a medio camino para comprar un paquete de galletas, dijo que tenía hambre
— ¿Chispas de chocolate?— preguntó Spencer mirando a la rubia, la cual asintió mientras metía una galleta a su boca— Nada sorprendente
— ¿Ya pidieron algo?— preguntó Gisselle acercándose a Hotch, quien pasó su brazo por la cintura de su pareja, quien sonrió al contacto
— Adam y Spencer le pidieron a Leigh un vodka con jugo de arándano— contestó Rossi— Hotch le pidió a Gisselle una cerveza clara
— Para el resto pedimos cerveza oscura y un poco de tequila— siguió Derek— ¿Está bien?
Todos asintieron y se pusieron a conversar entre ellos. Leigh decidió sentarse junto a Spencer para tratar de hacerle plática y que el chico no se quedase todo el tiempo pegado a su libro.
— Recordaste mi bebida favorita, gracias— sonrió la chica a Spencer quien apartó la mirada del libro entre sus manos— ¿Interrumpo tu lectura?
— Claro que no. ¿Cómo te has sentido?— preguntó Spencer sonriendo medianamente— ¿No tuviste malestares después de que salieras del hospital?
— No, estoy bien— asintió Leigh comiendo sus galletas— Adam se encargó de cuidarme bastante bien, dice que corrí con la suerte de despertar a tiempo, estaba muy cerca de llamarle a Ayla. No me quiero ni imaginar el drama que mi hermana hubiera armado solo por verme en esa cama de hospital
— Pensé que le llamaría a Edward, con lo preocupado que lo vi...
La sonrisa de Leigh se borró por unos segundos a la mención de Edward, pero trató de no ser muy evidente. En definitiva no era el momento ni el lugar para hablar sobre eso.
— ¿Todo bien? ¿Dije algo que no debía?— preguntó Spencer con preocupación, el chico claramente había notado ese pequeño cambio en el rostro de la rubia
— Me dio un pequeño malestar, no te preocupes, todo en orden, tal vez comí algo en la tarde que no me cayó bien— mintió Leigh forzando una sonrisa— Y dime, ¿Tenían mucho aquí antes de que nosotras llegáramos?
— No tanto...
Leigh decidió seguir hablando sobre cualquier otra cosa que la alejara del tema de Edward, su nuevo equipo de trabajo era bastante agradable, había formado una buena relación con todos, pero no se sentía lista para hablar de ciertos temas en su vida.
Se preguntaba si en algún momento tendría la fortaleza para contar esa historia, sabía que no se podría mantener como un secreto, después de todo estaba trabajando con un grupo de personas que llevaban años dedicándose al estudio de la conducta humana y si había algo que Leigh aún no podía controlar, era a la mención de su hermano, en algún momento lo iban a descubrir y no estaba segura de si podría tener la fuerza para volver a hablar de ello.
La primera ronda de tragos llegó y con ella un brindis por las dos nuevas integrantes del equipo, Tara y Leigh, quienes sonreían muy agradecidas por la bienvenida. Todo era un ambiente lleno de risas, felicidad, alegría, un equipo disfrutando la noche.
La música comenzó a sonar, algunas chicas se acercaron a Morgan y Spencer quienes amablemente las rechazaron. El primero diciendo que estaba en espera de su novia y no tenía interés en ninguna otra chica, el segundo simplemente por la falta de interés.
— ¡El gran Derek Morgan fue atrapado por una chica, nunca creí vivir lo suficiente para ver esto!— sonrió Gisselle sujetando la mano de su pareja— No puedo esperar para volver a ver Savannah, es un encanto. Si existe un sujeto al cuál nunca creí ver de manera exclusiva con una chica además de Adam, era a Derek
— ¡Oye!— se quejó Adam
— Atrévete a decir que está mintiendo y yo misma te meto un zape— dijo Leigh viendo a su amigo con una sonrisa— Sabemos que es cierto, sigo esperando a que me hagas tía, necesito un niño o niña para malcriar en vista de que parece ser que yo no los tendré
— Lo tomaré pero me ofende muchísimo, pero sabes muy bien que yo no te podré hacer tía, para eso mejor dile a tu hermana— sonrió Adam abrazando a su mejor amiga— Y Derek, ¿Cuánto llevas saliendo con tu chica?
— Casi un año— contestó Derek— La invité hoy, si logra salir a tiempo del trabajo no tardará en llegar
Todos siguieron en su conversación, pero Leigh decidió ir a la barra para ir a pedir una cerveza, por lo que se disculpó y se alejó mientras pensaba en lo feliz que se sentía con su nuevo equipo.
Mientras le servían su cerveza, Leigh sintió como alguien tocaba su hombro, al voltear pudo encontrarse con un sujeto de cabellos castaños que le sonreía mientras miraba su cuerpo de una manera no muy discreta. Ella rodó los ojos con fastidio, le gustaba salir de fiesta y extrañaba el ambiente, pero en definitiva no extrañaba a todos aquellos sujetos que la miraban a ella o a sus amigas con morbo, le parecía completamente asqueroso.
— ¿Se te perdió algo?— preguntó Leigh tronando sus dedos para que el chico parara de mirar su cuerpo— Para de mirarme, es incómodo
— Lo siento, es que eres muy bella, es como si hubiera quedado hipnotizado por ti— contestó el sujeto— Soy Peter
— Hola Peter— sonrió forzadamente Leigh-Anne, se giró para tomar su cerveza y tratar de alejarse, pero el sujeto se puso frente a ella, impidiendo su paso— Si te voy a pedir de favor que te quites de mi camino, no estoy interesada en conocerte y me están esperando
— Pero muñeca, ni siquiera me diste la oportunidad. Vamos, te invito un trago, algo mucho mejor que esa cerveza, podríamos conocernos y tal vez pasar un rato agradable, te prometo que no te vas a arrepentir
— ¿Qué parte del no, tú no entiendes?— preguntó Leigh poniéndose seria y dejando su cerveza de nuevo en la barra, no quería derramarla— Vengo acompañada, no quiero conocerte, no quiero que me invites ningún trago, hazte a un lado antes de que yo te haga a un lado de una manera no muy sutil
Pero el sujeto en lugar de alejarse, se pegó mas a Leigh, dejándola con la barra pegada a la cintura, eso en definitiva fue la gota que derramó el vaso de la paciencia para la rubia, por lo que lo terminó empujando para luego tomar su brazo derecho y comenzar a hacerle una llave.
Las quejas del sujeto llamaron la atención de varias personas en el lugar, el equipo de Leigh fueron algunas de ellas, pero sobre todo la atención de Adam había sido capturada.
Aunque casi todos los hombres del equipo se pusieron de pie con la intención de intervenir, Adam fue el más rápido y se acercó hasta donde estaba su mejor amiga.
— ¿Qué pasa aquí?— preguntó Adam poniéndose junto a la rubia— Lee, ¿Estás bien?
— Está loca, yo solo quería invitarle un trago y mira como se puso— se quejó Peter tratando de librarse del agarre de la chica— Dile que me suelte, maldita
— Te dije que no estaba interesada, que te fueras y lo único que hiciste fue tratar de acorralarme contra la barra, no lo vuelvas a hacer conmigo o con ninguna otra chica, a menos que quieras terminar en la cárcel por acoso sexual— respondió Leigh aplicando más fuerza en su agarre— ¿Entendiste? No me hagas repetirlo
Adam se puso frente al chico a quien Leigh ya había soltado y seguía quejándose.
— Acércate a ella y te rompo los dientes— amenazó Adam antes de tomar a Leigh de la cintura para llevarla de regreso a la mesa
Leigh volvió de manera tranquila a la mesa, el equipo permanecía callado, pero aún así todos la miraban, ella solo se limitó a sonreír y beber de su cerveza.
— Tuve que lidiar con muchos sujetos como ese en Nueva Orleans, así que antes de que pregunten, estoy bien— dijo Leigh dejando su tarro de cerveza en la mesa— Pero ya, no se queden en silencio, me hacen sentir incómoda
Spencer sonrió levemente al ver la actitud de Leigh, recordó su conversación con ella la primera vez que estuvieron a solas, el día que le contó como eran las cosas en Nueva Orleans, él sabía que la chica podía defenderse es por eso que no había intervenido. Claro que se había preocupado y molestado por lo ocurrido, pero sabía que Leigh no se quedaría de brazos cruzados.
En ese instante, Spencer descubrió que le gustaba esa parte de Leigh, esa seria y fuerte que hacía que cualquiera que estuviese cerca se sintiera un tanto intimidado.
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Conforme la noche avanzó, Leigh se sentía más feliz, sin preocupaciones, por primera vez desde que había terminado su compromiso en donde no sentía una tristeza invadirla y es que pese a que trataba de llevar la situación de una manera tranquila, aparentando que no dolía, la realidad era algo completamente diferente.
Leigh y Joseph habían estado juntos desde que ella tenía 24 años, eran 10 años de su vida, no era algo que se pudiera dejar ir en un par de semanas, pero prefería fingir que todo estaba en orden antes de tener que volver a pasar por todo ese dolor de nueva cuenta.
La rubia miró algunas de las fotos que aún conservaba con Joseph en su celular, sintió como su corazón se hacía pequeño por el recuerdo de toda la felicidad que llegó a sentir junto al pelinegro, los momentos que pasó estando con él, la cantidad de sueños que pensó que cumpliría en compañía de a quien hasta hace poco consideraba como el amor de su vida. No eran mas que el simple recuerdo de algo que ya no pudo ser.
— Lo extrañas— dijo Gisselle detrás de Leigh haciendo que la chica bloqueara su celular para guardarlo— Desde que me dijiste que ya no estabas con él te he visto fingir que todo está en orden cuando es mas que evidente que no es así
— No es el momento para hablar de esto, venimos a divertirnos, no a pensar en aquellos que no son capaces de apoyar nuestros sueños— negó Leigh bebiendo de su trago— Y no pretendo hablar de esto, solo por favor ignora que viste esto, no quiero que Adam lo sepa y cuando vuelva a Nueva Orleans vaya a golpearlo
— No veo el inconveniente, lo merece— dijo Gisselle levantando los hombros— Pero está bien, solo quiero que sepas que no podrás evitar el tema por siempre, lo hablaremos y voy a querer toda la honestidad posible, porque no es justo que sigas sufriendo en silencio, me tienes a mi y te prometo que no me iré, aquí voy a estar, siempre
Penélope llegó junto a las rubias, quienes sonrieron al ver como su amiga ya se encontraba un poco ebria, por lo que tuvieron que ayudarla para que tomara asiento en uno de los bancos, querían evitar que terminara en el suelo debido a los tacones que siempre solía usar.
Leigh tuvo decidió ir por una soda para su amiga, pero en vista de los sucesos ocurridos horas atrás, ya no dejaban que ninguna de las chicas se acercara sola a la barra o que siquiera estuvieran solas al momento de bailar, siempre había alguno de los hombres observando, sabían que podían protegerse por si solas, pero preferían evitar mas incidentes.
Spencer fue el encargado de acompañar a Leigh para ir por la bebida para que a Penélope se le bajara un poco la borrachera.
— ¿Cómo la estás pasando?— le preguntó Leigh a Spencer— Se que no es mucho tu ambiente, pero te he visto feliz, pero aprecio demasiado el que estés aquí por mi bienvenida, aunque ya lleve varias semanas en el equipo
— Es bueno tenerte con nosotros— sonrió Spencer— Y todo bastante bien, he conversado con Adam sobre arte, no me habías dicho que era pintor
— Lo hace en sus tiempos libres, años atrás realizó una exposición en un pequeño museo de Nueva Orleans, fui su musa para una pequeña parte de su trabajo— contestó Leigh recordando la sorpresa que sintió al verse pintada en varios de los cuadros— ¿Qué me dices tú? ¿Qué otros pasatiempos tienes que aún no sé?
— Me gusta jugar ajedrez— respondió el castaño— Ver películas clásicas, ir a teatro, cosas tranquilas en realidad
— Nada que no viniera venir— dijo Leigh— No sé a que le puedas considerar películas clásicas pero te puedo recomendar cine mexicano, no estoy segura de que tanto pueda entrar en tus gustos, pero como te dije no pierdes nada con intentarlo
— Me gustaría, si— asintió Spencer con una tierna sonrisa
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El final de la celebración había llegado, todos ya se sentían cansados, así que Derek y Savannah iría a dejar a Penélope a casa, Gisselle y Hotch se irían juntos, Rossi y Tara se irían por su cuenta, Leigh dejaría a Adam en el aeropuerto ya que solo había podido retrasar su vuelo a la madrugada, por lo que tenía el tiempo encima. Spencer solo esperaría a que un taxi pasara y pudiera llevarlo a casa.
— Fue un gusto conocerlos a todos y todas, un gusto volver a verte Gisselle, les encargo a Leigh, no la dejen cocinar nunca y si algo llega a suceder, no duden en llamarme, vendré lo mas pronto posible— dijo Adam con una sonrisa antes de subirse al auto por insistencia de su amiga— ¡Todos me agradaron mucho, cuiden a mi rayito de sol!
— Había olvidado lo que era convivir con un Adam un poco ebrio— rio Gisselle ayudando a Leigh para que su amigo no volviera a bajar del auto
— Hoy tuvimos suerte, un día lo tuve que arrastrar por unas escaleras— recordó Leigh haciendo reír a todos— En fin, los veré el lunes, gracias por la bienvenida, la pasé muy bien
Todos se despidieron y se fueron, a excepción de Leigh, quien verificaba que su amigo trajera consigo todas sus pertenencias y Spencer, quién aún esperaba un taxi.
— ¿Quieres que te vaya a dejar a casa?— le preguntó Leigh a Spencer— Pero me tendrías que esperar a que deje a Adam en el aeropuerto
— No hace falta, pediré un taxi y...
— ¿Cómo que pedirás un taxi? No, estás mal si crees que te dejaré irte solo a estas horas en un taxi, de verdad que no me molesta llevarte y prometo que mis niveles de alcohol ya bajaron lo suficiente para permitirme manejar— interrumpió Leigh con una sonrisa— Te dejaré elegir la música del viaje. ¿Aceptas? No soy tan mala compañía en los carros
Spencer terminó accediendo con la condición de ser él quien condujera, Leigh accedió a esa condición, después de todo Spencer era el único que no había bebido, por lo que sería más seguro si el manejaba.
Los dos se subieron al automóvil, Adam se quedó dormido por lo que el viaje era solo entre Leigh y Spencer, quienes conversaban sobre que música poner.
Al final optaron por una canción cada quien, así ambos podrían seguir conociendo sus gustos un poco más, disfrutaban la compañía uno del otro, la música realmente solo era un extra.
Spencer quiso poner un poco de Elvis Presley, cosa que hizo feliz a la rubia, ya que también era fan del rey del rock and roll. Ambos iban cantando alegremente Jailhouse Rock, esa era la clase de momentos que Leigh valoraba mas en una amistad, los sencillos en donde podían ser ellos mismos, sin importar lo ridículos que podrían parecer ante los ojos de otras personas.
— No pensé que te gustara Elvis, creí que solo escuchabas música clásica— confesó Leigh mirando su celular para buscar otra canción— Empiezo a creer que eres como una caja de pandora, llena de secretos, que nunca dejará de sorprenderme
— ¿Si sabías que esa caja en realidad contiene todos los males del mundo? Así que decirme eso sería como decir que guardo solo cosas negativas
— Aún tengo que acostumbrarme al hecho de que sepas todo y puedas cuestionar todas las cosas que puedo decir— rio levemente Leigh— Me disculpo por tal expresión mal utilizada, realmente no creo que tú seas capaz de guardar algo negativo
Al terminar de decir eso, Leigh recargó su cabeza en el respaldo del asiento y se dedicó a mirar a Spencer por unos instantes. No tenía mucho tiempo de conocerlo, pero si duda había ocupado un lugar en su vida con demasiada facilidad, pese a no tener tantas cosas en común y parecer una versión muy contrastante uno del otro, ellos se lograban entender, Leigh se sentía tranquila junto a él, así como Spencer podía sentir toda esa felicidad que la rubia desprendía.
— ¿Puedo preguntarte algo? Si no quieres responder lo entenderé, no estás obligada a decir nada que no quieras— dijo Spencer haciendo que Leigh dejara de mirarlo de la manera en la que lo hacía, a lo que ella asintió— Hubo un momento de la noche en el que noté que te apagaste, me refiero a que estabas feliz bebiendo y cantando junto a Penélope, pero de pronto solo viste tu celular, tomaste asiento y te quedaste ahí unos minutos, veías algo en tu teléfono...
— Me puse un poco sentimental, supongo que algunas de las canciones me recordaron a cosas que aún trato de superar— interrumpió Leigh acomodándose en el asiento y suspirando, no quería hablar sobre su ex— No tienes de que preocuparte, algunas veces tengo esos momentos, pero trabajo para que ya no sean constantes
— ¿Siempre lidias con tus emociones tú sola?— volvió a preguntar Spencer tomando por sorpresa a Leigh— Eres muy ambigua con tu manera de responder y está bien, no tienes porque hablar conmigo de lo que sea que pasa en tu vida si no quieres, solo digo que no creo que sea bueno que guardes para ti todas tus emociones, eso te puede afectar demasiado
— Tengo a Adam cuando necesito hablar o incluso a mi hermana, pero es complicado cuando los tengo tan lejos y realmente trato de no hablar en general de muchas cosas debido al trabajo, uno nunca sabe cuando pueden la información en nuestra contra, creo que lo entiendes
— Y es entendible, solo me gustaría recordarte que no estás sola, ahora tienes un nuevo equipo y estoy seguro que todos estaríamos dispuestos a escucharte cuando haga falta— sonrió de lado Spencer
La chica asintió y dejó que la voz de Elvis Presley invadiera por completo el automóvil, tarareaba la letra mientras una sensación en su pecho se hacía presente, no sabía cómo podía describirla, pero no era algo que le molestara en lo absoluto, por lo que simplemente la ignoró para continuar disfrutando la melodía.
El interés de Spencer la hizo sonreír demasiado, hace mucho que no se sentía de la manera en la que se estaba sintiendo en esos momentos y todo se sentía tan bien, que era inevitable no sonreí al máximo.
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