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ᴜɴ ᴅɪᴀ ʀᴏᴏɴᴇʏ-sᴛʀᴏᴢᴏ.

(Para los que no ubiquen la serie de Liv y Maddie, cada titulo de cada episodio de la serie hace alución o juego de palabra con la palabra "Rooney", osea el apellido de las gemelas, para que entendieran mejor por si más adelante algunos de los titulos de los capitulos tendrán este singular detalle, en fin, disfrutenlo ✨️)

~•~

Era un dia bastante normal en la residencia de la familia Rooney, una magnifica mañana que no podia ser arruinada o opacada por nada ni nadie... ¿o si?.

—¡Liv! ¡Liv ven aca ahora mismo!.— gritó una malhumorada rubia de lentes mientras avanzaba hacia la estancia, a la vez que soltaba un bufido.

— ¡Maddie!.— gritó de igual manera su gemela, reuniendose con ella con una expresion bastante molesta en su rostro, mientras sujetaba su secador averiado.— ¿Me puedes decir para que usaste mi secador de pelo? ¡Ya no sirve! ¡Lo necesitaba para hoy Maddie!.— hizo un berrinche la otra rubia frustrada.

— Tuve que usarlo para secar mi camiseta del equipo, no me culpes, esa cosa ya esta tan averiada que se estropeó sola cuando la conecte.— reclamó la de lentes.— ¡Ademas no me cambies de tema!...¿qué rayos le hiciste a mi playera favorita, Liv?.— agregó esta, sujetando su playera verde, con una gran mancha de tinta o de pintura de por medio.

— Bueno pues... Estaba intentando escribir un ensayo para la próxima semana. ¡Tampoco es mi culpa que también tu bolígrafo favorito se haya estropeado y halla hecho esa... fea mancha justo cuando dejaste tú camiseta cerca!.— se defendió la rubia como pudo, causando una mirada aun más incrédula de su gemela.

— ¿¡Estropeaste mi bolígra...!?.— Maddie abrió sus ojos en par, aunque se retuvo y exhaló profundamente.— Bien, lo del bolígrafo te lo puedo pasar Liv... ¡Pero esta era mi camisa especial, la iba a usar para el Viernes en una cita importante Liv! ¡Importante!.—

— ¿Ah si? ¡Pues yo también queria usar mi secadora para este dia en especial por que quiero ir a una fiesta en donde estará Holden y quiero lucir bonita para él!...— dijo Liv furiosa mientras dejaba su secadora en el sofá.— Ya estarás contenta Maddie...¡Este es el peor dia de mi vida!.—

— ¿Él peor dia de tu vida? ¿De verdad lo dices enserio?.— la miro fijamente mientras lanzaba su camiseta aun lado.— ¡ESTE en definitiva es el peor dia de MI vida, Liv! ¡Toda mi suerte esta arruinada y todo por tu descuido!.—

— Dios Santo Maddie, ¿qué puede de tener especial esa estúpida y apestosa camiseta tuya?.—

— ¿¡Estúpida y apestosa!?...— reclamó Maddie ofendida.— Ahora si te mat...— estuvo a punto de abalanzarse contra la otra rubia, hasta que fue detenida por el grito ajeno de uno de sus padres.

— ¡Hey hey hey, nadie de aqui matará a nadie! ¿De acuerdo?.— Karen dijo, a la vez que llegaba con Pete, dando punto final al la discusión de ambas rubias que casi pasaba a algo más.— ¿Cuál es su problema chicas?.— la mujer las miró con seriedad.— ¿Por qué tanto griterio?.—

Las gemelas se fulminaron con la mirada entre si por un momento, antes de que algo pudiera salir de sus bocas, ambas habian sido opacadas por otro par de gritos que venian de las lejanias de esa casa.

— ¡Mamá, Papá! ¡Diganle algo a Joey, no quiere darme el tarro de mermelada, ni mucho menos el cucharón!.— se quejó el menor de los Rooney, mientras mostraba una actitud enfadada también hacia su otro hermano mayor.

— Ni siquiera les permiti que tomaran ese tarr...—

— ¡Bien bobo! ¿Quieres que te de el cucharón al menos para que dejes de quejarte? ¡Bien!.— Joey sacó el cucharón del inmenso tarro y lamió de este, acabandose también lo último que quedaba de mermelada de ese recipiente.— De acuerdo, aqui tienes...— sonrió con burla este mientras que le entregaba aquella gran cuchara a Parker, que ahora solo tenia los gérmenes de Joey en esta.

— ¡Eres un asqueroso tonto Joey!.— gritó el menor molesto, comenzando a discutir con su hermano, quien a su vez las gemelas volvian a discutir de lo suyo, para después discutir entre todos, cada uno jactandose de cúal de los cuatro pasaba por la peor situación, algo que empezó a agobiar a los adultos que presenciaban de aquel caótico espectacúlo de insultos y gritos.

— Pete... hay que hablar.— respondió la mujer nuevamente, tomando el brazo de su marido para asi comenzar a alejarse de aquella disputa fuerte entre sus hijos.

Karen: La verdad no se que hacer, cada vez estos niños se comportan cada vez más como fieras, la última semana no han dejado de pelear y discutir por cualquier cosa....y temo que a Pete y a mí se nos están acabando las opciones.

(Para que entiendan mejor, como pasa en Liv y Maddie, cada personaje estará hablando a la cámara por asi decirse, creo que asi se mantiene la escencia de la serie aqui también xd)

¡Hay que ponerles un alto nuestros hijos Pete! ¡Esto no puede seguir asi y lo sabes muy bien!.— mencionó la mujer angustiada, ya estando en otra parte de aquella casa.

— Relajate amor, quizás solo estas exagerando...— comentó el hombre tratando de mantener tranquilizada a su esposa.

— ¿Exagerar? ¡Pete, veelo por tus propios ojos! Ya es la quinta vez esta semana que pelean asi, y tú mismo al igual que yo viste como Maddie casi se va a la confrontación física con Liv, ¿qué no eso te preocupa?.—

— Bueno, esta bien, retiro lo dicho cariño, pero también... ¿qué hacemos? Ya hemos hecho de todo por tranquilizarlos también, cada vez están más fuera de control, hasta por un momento llegué a pensar que el periodo de nuestras hijas se habian sincronizado.— habló el hombre con horror al mencionar ese último detalle, pero ya tenia claro que esa no era la causa de aquellos conflictos de las gemelas.

— No se que demonio habrá poseido a esos niños pero debemos pensar en algo ¡Ya!... no creo que mi cabeza pueda soportar más gritos.— susurró Karen agobiada mientras se tocaba las sienes.

— Bueno, al menos no han roto nada...— respondió el hombre, intentando hallar el lado bueno de esta situación, o eso era hasta que el sonido de un cristal rompiendose interrumpió brevemente la conversación de ambos adultos.

— ¡Mamá, Liv rompió el tarro de la mermelada al lanzarsela a Maddie quién se agachó para esquivarla!.— gritó nuevamente el menor de los Rooney, seguido de la palabra "¡Chismoso!" Al unisono de las enfadadas gemelas que siguieron discutiendo.

— De acuerdo, ¡Ya fue suficiente!.— dijo la mujer finalmente llegando a su limite para ver nuevamente a su marido, con una idea en mente que los podria salvar de aquel caos.— Tú y yo nos tomaremos un descanzo de esta casa y los niños, por todo el fin de semana, contrataremos a una niñera.—

— ¿Niñera?.— Pete respondió confundido, aunque en algo que tenia que estar de acuerdo con su esposa es en la idea que esta habia tenido.— ¿Y donde sacariamos una niñera para que cuide de nuestros hijos todo este fin de semana?.—

~•~

Mientras tanto, a la par de que los problemas seguian estando presentes en la residencia Rooney, una chica pelinegra, de nombre Lola preparaba y revisaba los últimos detalles de su proyecto de fotografía para un concurso estatal en donde se situaria en Wisconsin, tenia que admitir que fue un trayecto bastante largo pero en sus adentros se recordaba que cada minuto habia valido la pena, con tal de que el mayor fotógrafo del mundo y su tan grande idólo Max Jefferson, finalmente pudiera reconocer su talento.

— Ugh, estoy tan nerviosa Jenny, no se si logre quedar entre las finalistas... odio admitirlo pero veo también buenos trabajos por aqui.— agregó con inquietud la pelinegra, que seguia caminando con su gran collage en manos.

— No empieces con cosas negativas Lola, en verdad eres muy buena... como tú siempre dices, nunca lo sabrás si no lo intentas y te arriesgas.— alentó su amiga rubia al otro lado de la linea.

— Lo sé... pero ya no estamos hablando de Vazketi, sino de Max Jefferson, ese hombre está en una escala más alto de lo que en realidad se considera la fotografía post-modernista y espontánea, ¡en verdad quiero que se fije en mi trabajo!.— Lola mencionó, casi sin aire.

— Hey, tranquila...primero respira profundo y vuelve a poner tus pies sobre la tierra, ¿okey?.— dijo Jenny al teléfono al notar que su amiga estaba a punto de perder la cabeza nuevamente.– Tu trabajo es realmente bueno también, no dudo que logres impresionarlo... y si ese tal Max no puede verlo, descuida... no es el fin del mundo para ti Lola, estoy bastante segura que tu arte será reconocido, ya sea con o sin Jefferson y su estilo post- modernista.—

Dicho esto la pelinegra exhalo un poco más calmada aunque no segura del todo, ¿pero quién era Jenny para mentirle?. Casi siempre esa mujer estaba en lo cierto, si ella veia lo buena que era, ¿por qué no su idolo?.

— Gracias Jenny, enserio necesitaba oir eso...—

— De nada, y suerte... ¡Dejalo sin palabras amiga!.— la alentó nuevamente.

Lola sonrió para después dar por finalizada la llamada, al ver que uno de los encargados del evento se apróximaba hacia su dirección.

— Hola, ¿tú eres una de las concursantes que participará en el concurso estatal?.—

— Si, por cierto, mi nombre es Lola Perez, y vine desde muy lejos solo por esto...— sonrió con nerviosismo la pelinegra mientras mostraba el trabajo hecho en su Collage para entregarlo.— Soy una gran admiradora del señor Max Jefferson, en verdad...y esta en serio si que es una oportunidad única para mi.—

— Pues al señor Jefferson le complacerá oir aquello.— dicho esto se tomó un breve momento para observar la obra de la chica.— Nada mal...se ve que entiendes un poco el concepto del señor Jefferson quiere plasmar em sus fotográfias.— respondió el sujeto.

— Y.... ¿creé que con eso sea suficiente para que quede como finalista o al menos llame la atención de Max Jefferson?.— agregó Lola con algo de intriga, tratando de disimular que no estaba ansiosa claro.

— Uhm, no lo se... pero esperemos que si.— sonrió de manera amable el sujeto.— Bueno Lola, de una vez te advierto que el proceso de selección de obras puede ser bastante largo, asi que pueden pasar dos o tres dias para que se anuncie un veredicto y se eligan a los finalistas, por lo cual necesito que me dejes tu número o correo por si necesitamos contactarte por cualquier cosa...—

— Bien, esta bien... permitame un momento.— susurró la pelinegra tratando de buscar alguna hoja de papel y pluma que pueda proporcionarle lo que le decia el sujeto, aunque toda tranquilidad que apenas sentia ese momento se habría ido al caño al girar su cabeza en dirección a los ventanales al ver un oficial cerca de su vehiculo.— ¡Ay no, mierda!.—

— ¿Disculpa?.—

— No usted... ¡Es que estan poniendome una infracción allá afuera!.— Lola maldijo nuevamente a sus adentros esta vez y corrió rapidamente hacia afuera, lo último que necesitaba este dia para empeorar sus nervios era otra multa más en su expediente.— ¡Ya vuelvo!.—

Lola corrió lo más rapido que pudo a las afueras de ese edificio, con tal de confrontar al oficial que seguia poniendole aquella multa, o más bien suplicarle que no lo hiciera.

— ¡No no no, espere, ya estoy aqui, ya estoy aqui! ¡No me ponga esa multa! Por favor...— Lola imploró, mientras observaba a ese polícia, esperando que no fuera tan dura con ella.

— Lo siento señorita, esta estacionada en zona prohibida, es zona de carga.—

— Si si, lo siento... mi culpa, es que tenia prisa y en verdad necesitaba entregar algo importante.— trató de excusarse la pelinegra.— ¡Pero ya lo voy a quitar, por favor se lo suplico, no haga esa multa!.—

— Perdoneme nuevamente señorita pero si yo no le pongo esta multa no estaria haciendo mi trabajo, no quisiera hacerlo pero es lo que mi deber demanda.— explicó el Oficial, arrancando la pequeña hoja de su libreta con tal de darsela a la chica.

— Si y yo entiendo eso pero se lo imploro, si mamá se entera que tengo otra multa... ¡no volverá a dejarme manejar hasta que tenga 30 o 60 años!.—

— Pues eso debio pensarlo antes señorita.— dicho esto le entregó la nota en la mano.— y espero que en la próxima se fije mejor en donde debe estacionarse...— finalizó el polícia para asi caminar hasta su moto y subir a esta para asi marcharse del lugar finalmente, dejando a una Lola frustrada detrás a la mitad de la acera maldiciendo a todos los dioses y demonios posibles.

— No puede ser...otros noventa doláres más sumados a mi deuda de infracciones, con razón solo es un puto policía de tránsito...— Lola gruñó a lo bajo mientras guardaba resignada la nota, sabia muy bien que cuando volviera de Wisconsi era chica muerta.

No era la gran cosa... solo debia pagar aquella infracción y seria una razón menos para que su madre no le quitara el auto y asunto arreglado... claro, si no se hubiera gastado la mitad de su mesada en gasolina, comida y hospedaje en moteles para pasar la noche durante su tramo hasta acá, todo por ahorrarse el pasaje de avión, para que esto le resultará más caro y pesado para sus bolsillos, carajo.

En otras palabras, ya no le alcanzaba siquiera para instalarse en una habitación de hotel, y si pagaba aquella multa, menos le quedaria siquiera para la gasolina que necesitaria de regreso a casa.

— Rayos, ¿que haré ahora?.— susurró Lola para si misma.

¿Donde conseguiria el dinero necesario para seguir cohexistiendo aquel fin de semana en lo que deciden a las finalistas del concurso? ¿En dónde? ¡Solo un milagro la salvaria!.

— Mi amor, ¿pero donde hallaremos una niñera? Y mucho menos una que quiera cuidar a nuestros hijos.— de pronto una conversación cerca suyo se hizo presente en los oidos de Lola, a lo cual se giró, alcanzando a ver a una pareja de adultos caminar por la acera, algo que capto su atención y la hizo aproximarse cada vez más de manera sutíl para oir mejor... ¿con que buscaban una niñera eh?.

— No lo sé Pete pero debe haber alguien por ahi, un amigo, un vecino, quien sea, con tal de que sea responsable mantenga el hogar en orden mientras no estamos es más que suficiente para mi, es momento de que pensemos en nosotros querido, ¿o acaso quieres soportar todo un fin de semana más escuchando gritos y quejas de las chicas y las peleas entre Pete y Joey?.—

¿Un hogar? ¿Estarán afuera de casa, durante todo el fin de semana? Eso sonaba... bastante interesante cierta pelinegra que no dejaba de espiar a aquella pareja, ojalá que el fisgonear no quedara en su expediente también...

— Bien pero, en caso de no tener un conocido a la mano que nos haga ese favor... ¿cuanto es que se gastaria al contratar una niñera para nuestros hijos?.— comentó el hombre viendo de reojo a su esposa mientras seguían caminando.

— No me importa la cantidad que tengs que pagarle a una niñera, con tal de obtener algunos dias de paz le pagaria lo necesario si es posible.—

¿¡Pagar!?.... ¿Acaso las plegarias de Lola habian sido escuchadas?

— Ahi esta tu milagro Lola...— sururró para si misma en una pequeña sonrisa breve, estaba decidido, hora de poner su plan en marcha.

No podia desperdiciar de esta oportunidad "divina". Esa era la respuesta a sus problemas.

Rápidamente salió de su escondite y arreglo sus prendas, tratando de verse lo más normal y casuar posible para caminar en dirección de aquellos dos adultos que al parecer requerian de una respuesta urgente a sus plegarias también.

— ¡Hey hola!.— uso un cordial saludo, que captó de imediato la atención de los Rooney.— Estaba sentada por ahi en esa banca admirando el bello paisaje y el clima de este dia cuando no pude evitar escuchar algo de su conversación.— agregó la pelinegra con una sonrisa agradable y cálida.— Me llamo Lola Perez, y creo que si no me equivoco los escuche decir que necesitaban de una niñera... ¿no es asi?.—

— Ahm, si... es cierto.— comentó Karen intrigada por la extraña y repentina aparición de aquella chica que casualmente parecia interesada por aquel puesto.— ¿Eres niñera acaso? No te habiamos visto antes, ¿no eres de por aqui?...—

— Bueno, no...— dijo Lola haciendo una breve pausa rascandose la nuca.— ¡A lo que me refiero!... Es que no soy de por aqui, sino que...vine a visitar algunos primos durante un fin de semana, este fin de semana.— mintió sutilmente.— y en lo otro podria decirse que si, he cuidado varias veces a los sobrinos de una amiga mia.— Sonrió Lola esta vez no mintiendo del todo en eso último.

— Oh, mira eso cariño, estamos de suerte... finalmente hallamos una niñera que pueda socorrernos.— comento el hombre con un gran alivio y dicha, a diferencia de Karen que lo seguia dudando un poco, al analizar a la chica.

— Bueno, pareces ser una chica decente e apta, y por tu edad a juzgar creo que podrias llevarte bien con los niños....— respondió aquella mujer, sin dejar ver a la joven, que trataba de no echarse para atrás ni parecer intimidada en ese momento ante la mirada de esta.— Uhm... bien, pues el puesto es todo tuyo.— finnalmente una sonrisa iluminó el rostro de Karen, y estiro su mano para estrecharla con aquella chica.— ¿No tienes problema en empezar hoy?.—

Esta vez una sonrisa se ensancho de mejilla a mejilla en el rostro de Lola.

— Absolutamente, no tengo ningún problema con aquello....— respondió esta soltando la mano de Karen al terminar de estrecharla con ella y asi cerrar su trato, esto habia sido pan comido.

— De acuerdo, entonces te dejó mi tarjeta con mi número y dirección de nuestra casa....— sugirió la mujer mientras sacaba algo de su bolso junto a un bolígrafo para escribir algunos datos en aquella tarjeta y pasarsela a Lola.— y esperemos verte pronto en nuestra morada, para darte indicaciones y asi acordar el monto, ¿te parece?.—

— ¡Por supuesto, cuenten con que estaré parada justo frente a su casa en un rato!.—

— ¡Bien!.— el hombre sonrió contento al igual que su esposa.— ¡Vamos querida, veamos los precios de los trajes de baño! ¡Por fin tendrás esa luna de miel en Hawaii que tanto has deseado!.— mencionado esto, ambos Rooney prodecieron a despedirse de Lola y a marcharse para seguir su camino.

Lola esperó unos cuantos segundos hasta que estos finalmebte estuvieran fuera de su radar para asi marcar nuevamente a su querida amiga, Jenny, y darle las buenas nuevas.

Solo un par de tonadas más hasta que finalmente pudo escuchar la voz de esta.

— ¿Hola, Lola? ¿Sucedió algo?.—

— Jenny, será mejor que vuelvas a recordarme tus mejores consejos sobre niñeras....volveré a las andadas.— respondió Lola con una sonrisa, mientras le daba una checada más a la tarjeta que le habia dado la mujer.

Ya tenia algo deexperiencia en esto después de todo... nada malo podria pasar de aquello, ¿o si? Son solo simples niños, seria cosa sencilla para ella, y lo mejor es que sus bolsillos volverían a estar llenos.

Este si que será un buen fin de semana.

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